Se sabía que las tentaciones petroleras del mercader colombiano y de su paisano y socio, Álvaro Pulido Vargas, se habían canalizado a través de Trenaco, registrada en Ginebra y receptora en 2016 de un multimillonario contrato de Pdvsa, al final frustrado. Pero surgen nuevas evidencias sobre otra firma hasta ahora desconocida, Polmont Oil, incorporada en Panamá para esos mismos fines y por las gestiones de un banquero suizo, Jorge Würms, que desde diversos flancos se revela como el arquitecto financiero de Saab.
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Aunque Alex Saab ya esté en Miami para enfrentar a la justicia, todavía faltan piezas por encajar en ese rompecabezas que fue su emporio comercial. Por ejemplo, permanecen escondidas empresas y operadores que durante años ayudaron a Saab y a su socio también colombiano, Álvaro Pulido Vargas, a tejer una red de sociedades alrededor del mundo para sostener sus millonarios negocios con el chavismo.
Parte de ese saldo pendiente se evidencia ahora en algunos de los 11,9 millones de documentos que conforman la filtración de los Pandora Papers, recibida originalmente por el Consorcio Internacional de Periodistas Investigativos (ICIJ, por sus iniciales en inglés) en Washington DC, que la convirtió en una base de datos y la compartió con más de 600 periodistas en 150 medios en todo el mundo, entre ellos, Armando.info.
El legajo incluye los papeles de Polmont Oil Trading, una compañía registrada en Panamá y bajo control de Jorge Guillermo Würms Forero (o Wuerms, como con frecuencia se transcribe el apellido en los documentos panameños; en algunas de sus redes sociales, se identifica como Georg Wilhelm Würms, en alemán). Con experiencia en gestión de patrimonios o wealth management en entidades financieras como Credit Suisse, UBS y Andbank, Würms, cuyo documento de identidad refleja a Suiza como país de nacimiento, pero que en documentos corporativos dice haber nacido en Colombia, sirvió de arquitecto de algunas estructuras jurídico-financieras para Alex Saab, así como de director de sociedades mediante las que el mercader barranquillero conseguía en Venezuela contratos de toda índole con el régimen de Caracas.
“Estoy enviando en el adjunto el pasaporte del beneficiario de Polmont, quien está realizando un trámite con EFG [un banco privado suizo]”, escribió Jorge Würms en un correo electrónico del 9 de febrero de 2016, dirigido a una representante del bufete panameño Alemán, Cordero, Galindo & Lee (Alcogal).
Ese mensaje, así como el intercambio posterior de correos electrónicos generado entre ambas partes, ahora resultan reveladores en la historia de Alex Saab, quien el reciente 18 de octubre enfrentó su primera audiencia ante un tribunal del sur de Florida por la acusación de lavado de dinero, tras una fallida batalla legal de año y medio que buscó evitar su extradición desde Cabo Verde.
Hasta ahora Polmont Oil Trading, registrada en Panamá, no figuraba en el extenso portafolio de compañías identificadas con los negocios de Saab y Pulido, pero sugiere nuevas pistas sobre el viejo anhelo que siempre tuvo la dupla por el negocio petrolero y que en su momento tuvo la bendición de Nicolás Maduro. Las comunicaciones también confirman a Jorge Würms como representante del propio Saab a la hora de crear compañías y tramas societarias para sus operaciones, un vínculo que el banquero negaba.
En octubre de 2018, Würms exigió a Armando.info retirar su nombre de un reportaje en el que se documentaba un primer nexo de él con Asasi Food Fzc, una sociedad registrada en Emiratos Árabes Unidos con la que Saab y Pulido ganaron contratos para el suministro de los llamados Comité Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP). Asasi Food Fzc, de hecho, está incluida en la reciente acusación de un tribunal de Florida contra Álvaro Pulido, otros colaboradores y familiares de los colombianos, así como funcionarios públicos venezolanos, como el exgobernador del estado Táchira, José Vielma Mora, por posible lavado de dinero y pago de sobornos en los negociados de esos contratos para la venta de alimentos. La acusación detalla que Asasi Food Fzc fue beneficiaria de 400 millones de dólares en contratos obtenidos luego de sobornos a funcionarios venezolanos.
Esa vez Jorge Würms sostuvo no estar “involucrado de forma directa o indirectamente” en las empresas de Saab, pero la documentación hallada en los Pandora Papers termina de certificar la relación mercantil entre ambos.
El pasaporte que adjuntó Jorge Würms en aquel correo enviado a Alcogal en febrero de 2016 era, precisamente, el pasaporte colombiano de Alex Saab. Como se evidencia en los documentos obtenidos a través de la filtración, en el bufete hubo una resistencia inicial para aceptar a Saab como beneficiario final de Polmont Oil Trading, tras constatar que para ese momento ya había sospechas sobre la naturaleza de sus negocios con el gobierno de Maduro, su relación con la exsenadora colombiana Piedad Córdoba o que la justicia ecuatoriana había investigado al Fondo Global de Construcción, un entramado societario que pasaba por Colombia, Ecuador, Venezuela y llegaba hasta la isla mediterránea de Malta, y con el que en 2011 Saab y Pulido lograron su primer gran contrato con el chavismo.
“Escribirle pidiendo los descargos. Sean diplomáticos en la forma que piden la información. Siempre con la presunción de inocencia”, advirtió el 11 de febrero de 2016 Raúl Zúñiga Brid, socio de Alcogal, a su equipo de trabajo. Ocho días después, Jorge Würms hizo los descargos en nombre de Alex Saab y logró pasar los controles del departamento de compliance del bufete panameño.
“No obstante que existen decisiones judiciales en firme que absuelven a la compañía ecuatoriana de la presunta comisión de los delitos por los cuales eran investigados, es importante resaltar que el señor Alex nunca fue ni ha sido representante, ni accionista de esa compañía ecuatoriana”, abogó Würms en un largo correo electrónico fechado el 19 de febrero, 10 días después del email inicial. En su explicación también descartó cualquier favoritismo de Maduro por el empresario colombiano, una relación negada mutuamente durante años hasta la detención de Saab en Cabo Verde, el 12 de junio de 2020, cuando finalmente el gobierno lo calificó de “enviado especial”, lo nombró “diplomático venezolano” ante la Unión Africana y el empresario colombiano reconoció participar en negocios que antes negaba.
La acusación por lavado de dinero formulada en 2019 por un tribunal de Florida, que provocó la detención en Cabo Verde y la reciente extradición del empresario colombiano a los Estados Unidos, están ligadas, precisamente, con las operaciones del Fondo Global de Construcción que Jorge Würms defendió ante el bufete panameño. Fuentes consultadas por el periodista Gerardo Reyes, de Univisión en Miami, refieren que Würms ha sido interrogado por agentes federales sobre su relación con Saab y Pulido. Ahora, incluso, una comisión del parlamento ecuatoriano quiere investigar por qué el caso fue “sobreseído” en enero de 2016 y se le permitió a la compañía descongelar alrededor de 50 millones de dólares que, en realidad, debieron emplearse en la exportación de materiales de construcción a Venezuela.
No queda claro cuál fue el uso que Alex Saab le dio a Polmont Oil Trading. A pesar de lo que sugiere su nombre, no se pudo establecer si la compañía efectivamente desarrolló operaciones en el sector petrolero u obtuvo contratos de la estatal venezolana Pdvsa. Pero lo que sí es seguro es que la fecha en que Jorge Würms hizo las gestiones ante Alcogal coincide con el momento en que Saab quiso entrar en la industria petrolera venezolana, la principal fuente de ingresos del país.
Apenas meses antes del correo enviado por Würms al bufete panameño, el 3 de noviembre de 2015, el tándem de Alex Saab y Álvaro Pulido firmó a través de una compañía llamada Trenaco un multimillonario contrato con la petrolera estatal venezolana “para el servicio integral de construcción de plataformas, perforación y conexionado de pozos” en la faja petrolífera del Orinoco, en el sureste de Venezuela.
La coincidencia no sólo está en las fechas, sino también en el rol que interpretó Jorge Würms. Trenaco tuvo registro en Colombia y Suiza, y detrás de ella se parapeteaban Saab y Pulido, aunque -al igual que hicieron más tarde con el negocio de los CLA-, ellos lo negaban, mientras Carlos Gutiérrez Robayo, concuñado del exalcalde de Bogotá y actual candidato presidencial, Gustavo Petro, daba la cara como Presidente de la empresa. Otros documentos obtenidos para este reportaje descubren que el grupo constituyó Trenaco Holding Company Limited en Hong Kong el 7 de diciembre de 2015 y que Würms figuró allí como directivo desde el primer momento. Aunque el megacontrato con Pdvsa se terminó cayendo sin mayores explicaciones, la dupla Saab-Pulido no cesó en su empeño de adentrarse en el negocio energético.
“Würms comenzó a viajar a Caracas cuando apareció el tema Trenaco y siempre me pareció que le llevó temas personales a Alex [Saab]”, explica una fuente que en su momento trabajó con Saab y Pulido. Würms no contestó la solicitud de entrevista para este reportaje, enviada a sus correos electrónicos desde principios de octubre.
La fuente consultada lo describió como una “persona formal” que siempre mantuvo relación con Ana Guillermo Luis, una empleada de confianza de la dupla colombiana que también quedó señalada en la reciente acusación del tribunal de Florida, donde se la describe como la responsable de “crear una docena de cuentas bancarias personales y corporativas” para mover el dinero proveniente de los contratos de los CLAP, y cuyo nombre también apareció en alertas de transacciones sospechosas desde el Global Bank Of Commerce de Antigua y Barbuda, documentadas en los FincenFiles.
Además de las petroleras Polmont Oil Trading y Trenaco Holding Company Limited, Jorge Würms participó en las firmas usadas por Saab y Pulido para la venta masiva de alimentos al régimen chavista. El banquero suizo fue director de Asasi Food Fzc, la compañía registrada en Emiratos Árabes Unidos, con la que los empresarios colombianos continuaron la estela de Group Grand Limited -inscrita en Hong Kong- en el negocio de los CLAP.
En Asasi Food Fzc Würms comparte directorio con el abogado barranquillero y excónsul de Colombia en Nueva York, Javier Ernesto Betancourt Valle, otro hombre de confianza de Alex Saab y quien sucedió como director en Group Grand Limited a uno de los hijos de Saab, Shadi Saab Certain. Luego de Javier Betancourt, Group Grand Limited pasó a manos de dos compañías panameñas, una de ellas llamada Viladrake International Inc, que se conecta con Javier Betancourt y el propio Jorge Würms.
Esa vinculación de Jorge Würms en esas compañías queda también clara en los documentos de los Pandora Papers, en especial, en una carta que el bufete Alcogal envió a la Unidad de Análisis Financiero (UAF) de Panamá en respuesta a una petición de ese organismo al escritorio de abogados.
La carta de Alcogal, fechada el 13 de agosto de 2018, responde a la nota “UAF-AN-099-19” del 3 de agosto de ese año, en la que las autoridades istmeñas solicitaron conocer quién era el beneficiario final de cuatro sociedades, tres de ellas relacionadas directamente con Alex Saab y Jorge Würms. Eran Asasi Food S.A, una firma espejo en Panamá de la registrada en Emiratos Árabes Unidos; Viladrake International Inc, esa que terminó asumiendo las acciones de Group Grand Limited; y Heimdall S.A, una sociedad panameña homónima de una en Suiza y Barbados con la que Würms presta servicios financieros y que en los FincenFiles quedó igualmente relacionada con el esquema societario de Alex Saab y Álvaro Pulido. La cuarta empresa por la que indagaron las autoridades panameñas fue Sagitta Marine S.A, en principio, sin relación alguna con la estructura societaria de los empresarios colombianos.
Esa cercanía de Jorge Würms y Javier Betancourt también está reflejada en una “carta de referencia” que Heimdall AG -la suiza original, homónima de la panameña- hace en favor de Betancourt ante el North International Bank, también de Antigua y Barbuda pero con socios venezolanos, y por el que Group Grand Limited canalizó en 2017 uno de los contratos de los CLAP por algo más de 425 millones de dólares. En la recomendación Würms certificó que Betancourt devengaba en Heimdal AG un sueldo de 30.000 dólares mensuales como “manager director” de la firma. Würms y Betancourt coincidieron también en la firma panameña, ya disuelta, Ben Vorlich Global Opportunities Fund.
Para el momento en que el organismo de inteligencia financiera panameña solicitó los datos al bufete Alcogal, ya Alex Saab y Álvaro Pulido se habían garantizado ese y otros contratos para el suministro de los CLAP y movían cientos de millones de dólares por bancos del mundo. Al menos entre 2016 y 2018, Group Grand Limited y Asasi Food Fzc consiguieron contratos de la estatal Corpovex, encargada de centralizar las compras públicas, por 1.500 millones de dólares, repartidos entre los CLAP, medicamentos y hasta juguetes.
Casi en simultáneo a la petición de la UAF panameña, la fiscalía mexicana informó, en octubre de 2018, que compañías ligadas a Alex Saab y Álvaro Pulido estaban exportando a Venezuela alimentos de muy baja calidad y con sobreprecios comprados a proveedores mexicanos. Ambas sociedades, Group Grand Limited y Asasi Food Fzc, aparecieron también en la investigación mexicana. Ni la UAF ni su director respondieron a un correo de Univisión con preguntas sobre el caso.
En los documentos de Pandora Papers hay otra veintena de sociedades, cuyo beneficiario final es el propio Jorge Würms y que están igualmente domiciliadas en Panamá o Emiratos Árabes Unidos. En algunas de ellas, como Comalbeca S.A., es posible establecer la relación con los negocios de Alex Saab y Álvaro Pulido, ya que Würms otorgó en febrero de 2018 un poder a Mario Germán García Palacio, un abogado por años vinculado a Saab y clave en la filtración de información de la policía colombiana al entorno de Saab en una investigación que las autoridades de ese país también seguían contra el empresario.
Pero en otras compañías de esa veintena todavía no es posible hacer el vínculo con la estructura societaria de Saab y Pulido, lo que no permite descartar que tal vínculo se establezca en los próximos meses. Las indagaciones siguen no sólo en el marco del juicio juicio que el propio Saab ya enfrenta en Estados Unidos, sino en posibles nuevas investigaciones que se sumen a las ya abiertas por las autoridades norteamericanas, quienes ya también ofrecen una recompensa de 10 millones de dólares por información sobre Álvaro Pulido.
La mayor investigación sobre el mundo offshore realizada hasta ahora devela los secretos financieros de políticos, multimillonarios, celebridades y varios venezolanos vinculados a la élite del chavismo. El proyecto, liderado por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés) y trabajado durante casi dos años, contó con la participación de más de 600 periodistas y 150 medios de comunicación de 117 países. Esta es su historia tras bastidores.
El Global Bank of Commerce de esa isla caribeña asegura que en la actualidad no tiene nada que ver con el contratista colombiano, proveedor predilecto y ‘enviado especial’ del gobierno de Nicolás Maduro. Pero testimonios aseguran que por algún tiempo le sirvió como custodio y distribuidor de sus fondos. Se comprobó además que transacciones realizadas desde esa entidad con allegados y fachadas corporativas de Saab en 2016 y 2017 despertaron suspicacias entre funcionarios del sistema financiero de Estados Unidos.
Como virus en un entorno hostil, la red de empresas que los dos colombianos crearon para importar alimentos y productos de primera necesidad para el programa CLAP de Nicolás Maduro, cambia de aspecto y se adapta a la presión de las sanciones estadounidenses. Nuevas marcas y empresas que aparecen en los combos que reciben los hogares venezolanos pertenecen en realidad al mismo entramado. Es el caso de 4PL, una empresa que opera desde Cartagena pero que, a pesar de su súbita aparición, ya estaba en la mira de los anticuerpos de los organismos internacionales contra la corrupción.
La suerte de la dupla empresarial colombiana parece terminar. La sanción del Departamento del Tesoro los coloca en el ojo del huracán y los vincula directamente a Nicolás Maduro y Cilia Flores. Iniciaron sus negocios con el chavismo en 2011, pero a partir de 2013, con Maduro en la presidencia, se multiplicaron. Amigos de la ex senadora colombiana, Piedad Córdoba, terminaron siendo los grandes beneficiarios de las importaciones de alimentos para los Comité Locales de Abastecimiento y Producción (Clap), herederos en la sombra de la red de Abastos Bicentenario, recibieron de Pdvsa un millonario contrato para explotación petrolera y hasta en la presidencia de la estatal Minerven llegó un exempleado suyo. Su eventual derrumbe puede alcanzar a la pareja presidencial.
Nuevos documentos demuestran que la empresa, registrada en Hong Kong, es una de las consentidas de Nicolás Maduro para hacer negocios. Mientras en el sector privado venezolano hay compañías que esperan años por la liquidación de divisas, en 2017 esta firma logró al menos dos contratos para el suministro de más de 20 millones de las cajas que el Gobierno vende a precios subsidiados y facturó en un solo día 113 millones de dólares al Ministerio de Alimentación. Los papeles confirman también la conexión de esta sociedad con Fondo Global de Construcción, un entramado levantado por los empresarios colombianos Alex Nain Saab Morán y Álvaro Enrique Pulido Vargas, gracias al cual obtuvieron contratos en tiempos de Hugo Chávez para la construcción de casas prefabricadas.
La Fiscal rebelde, Luisa Ortega Díaz, abrió una verdadera caja de Pandora. Su denuncia contra la empresa Group Grand Limited no sólo desnuda el negocio de la importación de alimentos para los populares Comité Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP). Viene a confirmar también que el empresario barranquillero, Alex Nain Saab Morán, hasta ahora ligado a la ex senadora colombiana, Piedad Córdoba, es también una bisagra del presidente de la República, Nicolás Maduro. Desde el puerto de Veracruz han salido hasta Venezuela al menos 7 millones de cajas con comida despachadas por una fantasmal sociedad sin oficina permanente en Caracas ni México, y gracias a un millonario contrato con el Gobierno venezolano.
Una producción al estilo de la serie ‘CSI’ fue preparada por el oficialismo para hacer un simulacro de revisión pericial de las actas de votación, con un desenlace previsto en el guion: la ratificación judicial del dudoso triunfo de Nicolás Maduro en las elecciones del 28J. Contó con un grupo de extras disfrazados de investigadores de una escena del crimen donde las víctimas eran la verdad y la democracia. Pero, en realidad, se trataba de funcionarios del CNE, cercanos al rector Carlos Quintero y, muchos de ellos, miembros también del PSUV.
Las autoridades de la Universidad Arturo Michelena se infiltraron en grupos de WhatsApp de sus estudiantes. Allí detectaron a aquellos que se pronunciaban contra el fraude electoral del 28J y criticaban el respaldo abierto del rector al oficialismo. A los descubiertos les ofrecieron la “oportunidad” de escoger sus propios castigos: o arrepentimiento y suspensión hasta por dos semestres en el campus o, ya a merced de la ley de la calle, expulsión permanente y denuncia ante la Fiscalía por delitos de odio. La universidad prolongaba así su historial de cruce con prácticas y cuerpos de represión.
Desde sus tribunales antiterrorismo en Caracas, cuatro jueces improvisados se han dedicado a, precisamente, sembrar el terror. Actúan de manera expedita e implacable, en medio de arbitrariedades y sin detenerse en formalidades, no solo concertados con el gobierno de Nicolás Maduro, sino teledirigidos desde la Sala Penal del Tribunal Supremo de Justicia y del Circuito Penal de Caracas. Su propósito: propinar castigos ejemplarizantes a quienes se manifiesten en desacuerdo con el fraude electoral.
Sobre el sistema electoral venezolano, “el mejor del mundo”, ahora en la mira tras los cuestionados cómputos oficiales de los comicios del 28 de julio, al final hay un solo ojo: el de la compañía argentina Ex-Cle. Y sobre Ex-Cle, con domicilio desierto en Buenos Aires y un búnker en Caracas, solo mandan los hermanos Jorge y Delcy Rodríguez y el rector del CNE, Carlos Quintero, junto al empresario Guillermo San Agustín. Un embudo por el que pasan negocios, influencias políticas y ‘big data’, en perjuicio de la democracia.
Desde que se conocieron los dudosos resultados del CNE que daban el triunfo a Nicolás Maduro en las recientes elecciones presidenciales, estalló una ola de protestas que ahora los cuerpos de seguridad del régimen intentan sofocar no solo con la represión, sino con un nuevo elemento disuasivo: videos de escarmiento en redes sociales. A fin de analizarlas, Armando.info recopiló una veintena de estas piezas, editadas con elementos de filmes de terror y de incitación al odio y hostigamiento contra la disidencia.
En las horas cruciales de los comicios presidenciales del pasado domingo, Aime Nogal dejó de atender las llamadas de los dirigentes opositores, a pesar de que había llegado al directorio del CNE como ficha del partido Un Nuevo Tiempo. Además, con su firma y presencia convalidó el anuncio de los dudosos resultados oficiales de las votaciones. Así culminó un cambio de actitud que asomaba desde hace tiempo, en línea con la trayectoria de la abogada, sinuosa en lo político pero siempre en ascenso.
Socio de Alex Saab en la mayoría de sus negocios con el chavismo. Al igual que Saab fue acusado en una corte de Florida mediados de 2019 por lavado de dinero. Recientemente, apareció en otra acusación en esa misma jurisdicción, relacionada con el negocio de los CLAP. Estados Unidos ofrece 10 millones de dólares por información sobre Pulido.
Compañía registrada en Panamá. Hasta ahora no aparecía en el radar de las empresas de Alex Saab, pero documentos de los Panama Papers confirman que también perteneció a Alex Saab. El empresario colombiano asumió el manejo de Polmont Oil Trading, poco después del fallido negocio petrolero que intentó con Trenaco.
Abogado barranquillero. Junto a Jorge Würms comparte directorio en varias de las compañías de Alex Saab y Álvaro Pulido, como Asasi Food Fzc. Betancourt también fue director en Group Grand Limited, registrada en Hong Kong y empleada para el negocio de los CLAP.
Banquero suizo. Tras una carrera en manejo de patrimonio en bancos de ese país, como UBS, se convirtió en el arquitecto financiero de varias de las sociedades que usaron Alex Saab y Álvaro Pulido para sus negocios con el chavismo.