Se rompe el tabú: desde que se inauguró el Metro de Caracas en 1983 se han registrado más de quinientos suicidios. Pero casi la mitad de las personas que se lanzan a los rieles del subterráneo para suicidarse queda viva. La otra mitad, cumple su meta. El año pasado, la cifra de arrollamientos –como llaman oficialmente a los suicidios- se multiplicó por seis: de trece ocurridos en 2008 repuntó a ochenta y nueve. A pesar de este elevado repunte, la empresa no ha diseñado un plan de prevención, así que los operadores han tenido que ingeniárselas para minimizar estas muertes voluntarias.
11 mil 154 venezolanos obtuvieron esa residencia permanente en el año 2009, según las más recientes cifras del Servicio de Inmigración y Ciudadanía, del Departamento de Homeland Security de los Estados Unidos de América (EUA). La opción del asilo está siendo una fórmula atractiva para ser admitido en “el Imperio”