LOS SECRETOS DE WIKILEAKS
Getting your Trinity Audio player ready...
|
Venezuela pretendía usar la declaración final de la Cumbre América del Sur-África, celebrada en la isla de Margarita el 26 y 27 de septiembre de 2009, como una plataforma crítica contra Estados Unidos, de acuerdo con los cables despachados desde Caracas por la representación diplomática de ese país.
El caos de la organización y los desacuerdos con el borrador de la declaración final caracterizaron la reunión preparatoria, que se celebró entre el 20 y el 23 de julio de ese año en Venezuela. Después de tres días de discusión, los representantes de 16 naciones africanas y 12 de Sudamérica apenas habían revisado 30 de los 83 artículos propuestos.
Los países de la región no estaban de acuerdo con la orientación del documento. Aquellas naciones cuyos jefes de Estado están conscientes de la vital contribución del sector privado al crecimiento económico –Chile, Colombia, Perú y Brasil- estaban ganadas a la idea de que el espíritu del documento recogiera ese punto de vista. En el otro bando, Venezuela, Bolivia y Ecuador, pedían que se subrayara la necesidad de incluir las soluciones lideradas por el Estado, y que se elogiara el modelo económico de la “Revolución Bolivariana”.
Varios diplomáticos que conversaron con el embajador Patrick Duddy expresaron sus reservas. En el borrador final no se incluyeron las contribuciones de dos de los ocho grupos de trabajo. “Parecía como si Venezuela hubiera escrito el documento propuesto de forma unilateral”, dijo un diplomático, evidentemente sorprendido con el proceder de Caracas. El representante de Sudáfrica pidió que las referencias a “las estructuras económicas internas” se suprimieran de la propuesta, y que la conferencia no fuese utilizada como una plataforma para criticar a terceros países.
Las autoridades venezolanas se negaron a permitir cambios en el texto. La reunión terminó con un proyecto de 93 artículos. Cuando se le preguntó a Caracas por la fecha de la nueva reunión para pulir el documento, los representantes del gobierno dijeron que no haría falta. Que ya todo estaba listo para su aprobación por “el nivel superior”.
La fecha original de la cumbre, 20 de septiembre de 2009, coincidía con el fin del Ramadán. Por esa razón los países árabe-africanos se excusarían de asistir a Margarita. Ninguna de las peticiones para cambiar la fecha había sido atendida por los organizadores hasta que se produjo una conversación entre el presidente Hugo Chávez y el líder libio Muammar Al-Gadafi. La cita se pospuso por una semana, según comunicó la embajada de un país africano a la representación diplomática estadounidense acreditada en Venezuela.
Esa decisión, no obstante, tampoco convencía a varios países. Un cable fechado el 13 de agosto de 2009 aseguraba que debido a desacuerdos con la primera versión de la declaración final, algunos presidentes no aterrizarían en Margarita. La embajada estadounidense afirmó que Sudáfrica enviaría al personal acreditado en Caracas, y que la entonces presidenta de Chile, Michelle Bachelet, también se excusaría.
Hubo otras posturas más fuertes. Los líderes de dos únicas misiones africanas con sede en la capital venezolana, Sudáfrica y Nigeria, dijeron que no permitirían que la cumbre se convirtiera en un vehículo de propaganda antiestadounidense.
El trabajo periodístico de revisión de los cables de WikiLeaks sobre Venezuela fue hecho entre SEMANA y el Instituto Prensa y Sociedad de Venezuela. Su publicación se hace de forma simultánea en Semana.com y en ArmandoInfo En documentos relacionados vea los cables que sirvieron de soporte para esta nota.
La ciudad de San Francisco, en California, es la más cara de Estados Unidos y una de sus más sofisticadas. Cuna del movimiento hippie en los 60 y de la revolución actual de las computadores e Internet, ahora puede financiarse un anacronismo milenario: un cordón de comunidades mayas la rodea. Más de 70.000 inmigrantes venidos desde Yucatán, a 5.000 kilómetros, pululan en suburbios como San Rafael o en el distrito de Mission. Atraídos por lo que suena como una nueva fiebre del oro, la mayoría llegan sin saber ni una palabra de inglés y apenas unas pocas de castellano, para trabajar de lavatrastes y pinches en restaurantes. Pero el viaje no es solo a través de la distancia sino de la cultura, y del choque entre las costumbres ancestrales y las exigencias de la sociedad postindustrial surgen males como el alcoholismo y la drogadicción.
El miembro del gabinete estadounidense, Wilbur Ross, es uno de los dueños de una compañía que provee servicios de transporte marítimo a Pdvsa, un cliente que en 2015 le aportó más de 11 por ciento de las ganancias a su naviera. Aunque para ocupar su cargo el funcionario debió deshacerse de sus propiedades mercantiles, conservó una participación en esa línea de negocios a través de una compleja estructura offshore en las Islas Caimán. Así no sólo comerció con la Venezuela chavista, sino también con un asociado del presidente ruso, Vladimir Putin. Sobre ambos países pesan sanciones económicas de Washington.
Más de 850 narcotraficantes mexicanos han sido extraditados a Estados Unidos. Pero entonces, cuando la labor parece estar hecha, México cae en cuenta de que en pocos casos investigó lo suficiente para incautar las finanzas de las mafias. Ahora un nuevo capítulo amenaza con agriar la lucha binacional contra el narcotráfico: el reclamo que para sí ha hecho Estados Unidos de las fortunas de los capos
El desorden y las malas prácticas en las instituciones causan que, con frecuencia, muchos de los bienes incautados durante operativos judiciales no solo deban ser reintegrados a sus dueños sino, para colmo, que a estos los tenga que indemnizar el fisco. El caso emblemático de una avioneta que la Procuraduría General de la República tomó para su uso, luego fue rematada como chatarra, pero al final ocasionó millonarias costas al Estado, demuestra que las confiscaciones, aún si escasas, a veces hasta llegan a ser un pésimo negocio para los contribuyentes
Desde su primera fuga de un penal de máxima seguridad, en 2001, a la fecha, al mítico jefe del Cártel de Sinaloa apenas le incautaron tres joyas, dos vehículos, una casa, ocho cargadores, una granada, 171 municiones y cuatro objetos, entre otros bienes de menor valor. Tras su extradición, ahora Estados Unidos va por su fortuna. Pero no es el único caso en el que hay que reparar. Cerca de 200 solicitudes de información al Estado mexicano revelan que, aunque en la Guerra contra las Drogas decapiten a las organizaciones criminales, sus patrimonios y estructuras financieras permanecen casi intactas, y que de lo poco que se les quita, es aún menos lo que se sabe
El asesinato en Caracas de dos jóvenes empresarios en mayo reciente trascendió las secciones de crónica policial y consiguió eco internacional porque una de las víctimas era familiar de una ‘celebrity’, Carolina Herrera, la diseñadora venezolana de mayor proyección global. Pero la trama del caso, también internacional, terminó por poner de relieve los violentos entretelones de la disputa por el control del furtivo negocio cambiario que opera entre Florida y Venezuela.
Pocas figuras ilustran mejor la reconfiguración del poder judicial chavista que la del juez Edward Miguel Briceño Cisneros. Hasta entonces un perfecto desconocido con una carrera gris como defensor público, y luego de que probara suerte en Chile, le bastó un chasquido de dedos desde el poder para convertirse, en abril reciente, en titular del Tribunal Primero Antiterrorismo. En su debut tuvo que retribuir los favores recibidos con la firma del auto de detención contra Edmundo González Urrutia.
Poco conocido, aunque se codee con artistas de fama global, Rafael Jiménez Dan, compañero de promoción de Diosdado Cabello y Jesse Chacón en la Academia Militar, vio su perfil reflotar este mes en medios de Puerto Rico y el hemisferio. Una política borinqueña pidió al FBI investigar los lazos con Bad Bunny de una empresa creada en Miami por el excapitán del Ejército venezolano. Días antes, el astro del reguetón había dado indicios de su apoyo al que puede ser el primer gobernador independentista -y cercano al chavismo- de la isla.
El informático venezolano Marcos Machado Requena es accionista de Ex-Cle, la compañía de origen argentino que goza de contratos multimillonarios del CNE. Su complicidad en esa operación le expuso a las sanciones de Washington. Así que se sigue esforzando en mantener su perfil bajo aún en el otro ramo al que se dedica, donde dejarse ver es clave: la gestión de lugares de rumba y café que son tendencia en Caracas.
Una producción al estilo de la serie ‘CSI’ fue preparada por el oficialismo para hacer un simulacro de revisión pericial de las actas de votación, con un desenlace previsto en el guion: la ratificación judicial del dudoso triunfo de Nicolás Maduro en las elecciones del 28J. Contó con un grupo de extras disfrazados de investigadores de una escena del crimen donde las víctimas eran la verdad y la democracia. Pero, en realidad, se trataba de funcionarios del CNE, cercanos al rector Carlos Quintero y, muchos de ellos, miembros también del PSUV.
Las autoridades de la Universidad Arturo Michelena se infiltraron en grupos de WhatsApp de sus estudiantes. Allí detectaron a aquellos que se pronunciaban contra el fraude electoral del 28J y criticaban el respaldo abierto del rector al oficialismo. A los descubiertos les ofrecieron la “oportunidad” de escoger sus propios castigos: o arrepentimiento y suspensión hasta por dos semestres en el campus o, ya a merced de la ley de la calle, expulsión permanente y denuncia ante la Fiscalía por delitos de odio. La universidad prolongaba así su historial de cruce con prácticas y cuerpos de represión.
Desde sus tribunales antiterrorismo en Caracas, cuatro jueces improvisados se han dedicado a, precisamente, sembrar el terror. Actúan de manera expedita e implacable, en medio de arbitrariedades y sin detenerse en formalidades, no solo concertados con el gobierno de Nicolás Maduro, sino teledirigidos desde la Sala Penal del Tribunal Supremo de Justicia y del Circuito Penal de Caracas. Su propósito: propinar castigos ejemplarizantes a quienes se manifiesten en desacuerdo con el fraude electoral.