Pase y póngase cómodo para ver la televisión de Petróleos de Venezuela. En 2012, el ex presidente Hugo Chávez lanzó al aire la idea: crear la primera televisión petrolera del mundo. Se materializó, formaron equipo, ocuparon un Bien de Interés de la Ciudad. Tras meses en prueba en la Televisión Digital Abierta y un año en emisión en la Web, aún no tiene, ni siquiera, programación continua.
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El 22 de agosto de 2012, el presidente Hugo Chávez visitaba la Faja Petrolífera del Orinoco. En su intervención de hora y media frente a las cámaras de televisión habló del oro negro, pero tal y como tenía costumbre, paseó por otros caminos tan dispares como cantar música llanera o hablar de batallitas pasadas. También ocupó buena parte de la alocución en increpar a Ramsés Ulises Siverio, periodista del Correo del Caroní. “Sabemos la línea de ese periódico, es un periódico de la burguesía, como hay muchos”. Y ahí, tuvo una epifanía: “Pdvsa debería tener una emisora nacional, petrolera”. Él mismo dio el nombre, Pdvsa TV.
Cuenta Siverio que el anuncio fue “tan fantasma” que pasó desapercibido entre los presentes. “La reacción fue casi de inmutabilidad, la que acostumbraba su séquito cada vez que anunciaba un plan o proyecto cuasi irrealizable”. Hugo Chávez no llegó a ver realizado el sueño de la única televisión del mundo dedicada en exclusiva al mundo del petróleo, pero el comentario no quedó en el aire.
A mediados de 2013, con Venezuela casi en el inicio de una parálisis económica por la muerte de Hugo Chávez, se empezó a formar el equipo para Pdvsa TV. Y para ello, se echó mano de Telesur, la cadena multinacional de América Latina con sede central en Caracas y cuya redacción en la ahora Argentina de Mauricio Macri fue desmantelada el pasado mes de marzo. Un grupo de trabajadores fueron al proyecto petrolero bajo el mando de quien estuvo al frente de este proyecto latinoamericano por mucho tiempo: Andrés Izarra.
Periodista de profesión, político por ósmosis, trabajó en Radio Caracas Televisión (RCTV) hasta el 11 de abril de 2002, cuando se dio el golpe de Estado contra Hugo Chávez. La cadena años después fue cerrada, según versiones, porque se le acabó la concesión o porque era incómoda para el gobierno y por la misma participación que tuvo en el episodio golpista. Izarra salió de RCTV por no estar de acuerdo con su actuar durante el golpe y en 2004 entró al Ministerio de Comunicación e Información. Tiempo después, con la naciente Telesur, Chávez pidió que fuera él quien ejerciera la presidencia del canal, pero el “consejo de sabios” le sugirió que “no se veía bien” que alguien del Ejecutivo chavista fuera presidente del canal. Izarra salió del cargo político-formal y entró de nuevo en los medios.
Aunque ungido por la mano de su padre, el coronel retirado William Ernesto Izarra, uno de los fundadores del Movimiento Quinta República (MVR), apreciado y admirado por Chávez, Andrés no es un neófito en la televisión y le respalda su experiencia en NBC o CNN, y gente cercana a su trabajo en Telesur cuenta que en el tema de la televisión, como tal, es alguien ducho. Allí se rodeó de gente de su confianza, que le hacía el trabajo más “sucio”, los recados. Fueron luego parte de los que se lanzaron al canal petrolero junto a él.
No fue hasta agosto de 2014 cuando se inicia la transmisión de Pdvsa TV. En un comunicado de prensa anunciaban que el periodo de pruebas se extendería por dos meses y que repartirían su programación en tres emisiones diarias de una hora en la mañana, otra a mediodía y la última en la noche. La emisión comienza en la Televisión Digital Abierta (TDA), un sistema de sustitución de la televisión analógica por la digital que se enmarca dentro de un plan de telecomunicaciones de Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) y cuyo desarrollo y difusión lleva Cantv. Este proyecto, cuya idea para Venezuela nació en 2004, se implantó en febrero de 2013.
A pesar del bombo y platillo que se le dio al proyecto y a la entrega de receptores, su penetración en el país no es muy grande, en dos millones de hogares lo estima Fran Monroy, periodista especializado en telecomunicaciones. William Castillo, presidente de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel), estima que “hay una cobertura de 50% de la población en teoría y un millón de decodificadores repartidos”, por lo que, por largo, no se cubre la mitad del país.
Al contrario que otras cadenas nuevas nacidas al calor de la revolución, como FANB TV, el canal de las Fuerzas Armadas, o Vive TV, el de la petrolera no tiene espacio en la señal de cable del país. “No han solicitado aún el acceso a ninguna cablera”, cuenta Ronald Rodríguez, presidente de la Cámara Venezolana de Televisión por Suscripción (Cavetesu). Explica que para que puedan emitir en cable, deben hacer una solicitud a cada cablera y ésta les pedirá unos requerimientos, entre los que está, por ejemplo, la calidad del servicio, así como algunos requisitos técnicos.
Pero la señal parece ya saturada, “las empresas grandes tienen las líneas copadas, aunque siendo un canal del Estado, se puede hacer una excepción”. Como en un hotel con habitaciones llenas, habría que sacar a un inquilino para poder meter a uno nuevo. Antes ya se hizo espacio para los últimos canales del Estado: Conciencia y FANB TV. Las razones por las que Pdvsa TV aún no pidió estar en cable se desconocen.
Además de emitir en la TDA, lo hace en Cantv Satelital. También en la página web de Pdvsa y en la red social YouTube, donde tienen un canal con la señal en vivo, activo desde el 17 de marzo de este año. Durante la elaboración de este reportaje sólo una vez se pudo ver el canal a través de la web. En cambio, sí por YouTube, donde el número de conectados al momento nunca superó los dos usuarios.
El canal nace de la “necesidad de informar acerca de las operaciones de la principal industria del pueblo venezolano y de sus planes de inversión social en el marco de una nueva ética socialista”, reza la nota de prensa antes mentada. Y en este sentido va la escasa programación que tiene. Una cuña repite incansable la programación: Hablando en crudo, Rostros del petróleo, Ingenio industrial, Explorando sabores (de cocina), Glosario Petrolero, Barril de Ideas o Enfoque Energético.
Muestra, además, programación infantil como Aventuras de Mene y Zapatos de Goma. También está Chipilines, donde una voz en off pregunta a una niña cosas como qué es el gas natural y qué beneficios tiene para el mundo versus otras energías como el carbón. Programas enlatados en su mayoría y, en ocasiones, de mayor calidad que algunos de los espacios que se emiten en cualquier canal del Estado. Hace unos meses, en Cantv Satelital también se pegaban a la señal de Russia Today (RT).
Pero no hay dónde encontrar la grilla. No en vano, hay días en que repiten ediciones anteriores de un mismo programa. Verbigracia, el magazine de Enfoque Energético, cuyos programas se repiten en una misma tarde seguidos de otros tantos capítulos de Chipilines. No queda claro tampoco cuánta de su programación es de producción propia o cuál pertenece a Productores Nacionales Independientes. Entre los clips que pasan en este canal “soberano” hay algunos extranjeros hechos por la Comunidad de Madrid –así lo dice el presentador que los introduce–, que suena en perfecto español de Castilla.
Si tratar de encontrar la grilla es complicado, más aún buscar quiénes son los integrantes de Pdvsa TV. Poco se sabe de quiénes formaron el equipo fundacional, ni cuántos trabajadores tienen en nómina actualmente, cuánto costó el proyecto, cuánto cuesta anualmente al Estado.
Ni siquiera William Castillo, quien además fue viceministro para el Área de Televisión del Minci en enero de 2014, tiene mucha información al respecto. “Tengo entendido que dependen directamente de Pdvsa, la estructura y la directiva, pero no sé quiénes son”. Lo que sí conoce de su paso por el ministerio es que éste coordina algunas actividades de programación y, a título informativo se le dan reportes sobre cómo está operando.
Pero Pdvsa TV no es un canal que pertenezca formalmente al Ministerio de Información y Comunicación, sino al Ministerio de Energía y Petróleo y, dentro de éste, a Pdvsa, concretamente a las “filiales no petroleras”. En ninguna de los sitios electrónicos de estos entes aparece el organigrama o razón de ser de la televisión. Ni su historia, inversión humana y capital. Hay que remitirse a la Memoria y Cuenta del Ministerio de Comunicación e Información de 2014 para encontrar un dato, el presupuesto que se destinó para la creación de nuevos canales, Bs 4.496.059. Pero nada más. Ni en la Memoria y Cuenta del Ministerio de Energía y Petróleo de 2014 ni en la de 2015 aparece el presupuesto asignado para Pdvsa TV. Lo único que se puede sacar es quién estuvo al frente del canal. Primero fue Naimé Núñez y luego el cargo pasó a Mary Pemjean.
Núñez es periodista egresada de la Universidad Central de Venezuela (UCV) y como otros jóvenes, alternaba sus estudios con buenas rumbas. Pero en esos tiempos se mostraba desconfiada del proceso político venezolano. “Siempre y mucho criticaba al chavismo”, cuenta una compañera de salón que prefiere mantener el anonimato. Y sus denuncias venían de un modo muy duro, a pesar de que su padre era afín al proceso y tenía un cargo de concejal en Santa Teresa del Tuy. También tenía una determinación clara, desde el principio, que marcó su sino: “yo no voy a estudiar para pelar bola”, dicen sus compañeros que repetía con insistencia.
Quizás con este objetivo, y a pesar de las críticas, vio que su camino no estaba del lado de los medios privados. Aún estando en la universidad entró al Departamento de Prensa del Ministerio de Educación. Tiempo después entró en Telesur y fue productora del noticiero. También estuvo en TVES como ancla de un programa cultural. Luego vino el cargo en Pdvsa TV, casi a la par de que su novio, Gil Alberto Barajas Gañán, contratista de Pdvsa, le pidiera matrimonio en un helicóptero sobrevolando Nueva York.
Antes de eso fue “leona”, porrista del equipo de beisbol los Leones del Caracas y, así como cambió de parecer político, modificó su figura a punta de bisturí. Ahora luce con orgullo unos voluminosos atributos en sus redes sociales donde, además, exhibe, bajo candado, su querencia por el lujo, los yates, el champán y las compras. Se trató de contactar con ella, pero al parecer está fuera del país desde hace unos meses.
En la Memoria y Cuenta de 2015 ya aparece Mary Pemjean a cargo de Pdvsa TV. “Periodista revolucionaria”, según reza su cuenta en Twitter, ha sido Secretaria de Comunicación y Cultura o se ha encargado de las comunicaciones de Corpoelec. También se contactó con ella, pero no respondió.
Como un juego de las sillas, muchos pasaron de Telesur a Pdvsa TV para luego estar en distintos cargos ministeriales, y viceversa. Es el caso de Naimé Núñez o el de Alejandro Boscán, que pasó del Ministerio de Información y Comunicación a la fundación de la televisión y luego fue al Ministerio de Turismo –ocupado por Izarra hasta 2015 –.
En Caracas, en el inicio del bulevar de Sabana Grande en su parte más próxima a Chacaíto, en la confluencia con la Avenida de las Delicias, está la sede de Pdvsa TV, en un edificio que anteriormente era la sede del Banco Venezolano de Crédito. Pero no se trata de cualquier construcción.
Hannia Gómez, arquitecta y directora de la Fundación Memoria Urbana, cuenta que es un inmueble firmado por el arquitecto Bergamín Gómez, considerado “el mayor arquitecto moderno de España”, una eminencia de su época y cuya única construcción con su sello en Venezuela es ahora ocupado por la televisora. “El año pasado hicimos una exposición sobre el modernismo en Caracas y pudimos hacer algunas fotos al edificio. Ya lo estaban desmantelando, sacando las rejas. Algo horrible, lamentable. Es uno de los mejores edificios de arquitectura bancaria y de un arquitecto notable”.
La arquitecta explica que se trata de un Bien de Interés Cultural de la Nación, lo que da unas obligaciones al usuario y al propietario. “Si se le da un nuevo uso, debe ser afín al que había para evitar transgresiones. Si los cambios de uso son muy fuertes, el edificio se pierde. Debería haber sido una sede de otro banco o una institución cultural”, se lamenta, y apunta que para una televisión deberían haber buscado un espacio flexible. “Este edificio es de los años 40 y tiene muchas restricciones espaciales. Han debido tumbar cosas. Es una majunchería y va contra la Ley de Patrimonio”.
Para este reportaje, se hicieron varias visitas a la sede con el objetivo de obtener más información del canal y comprobar el estado del sitio. Sólo se pudo ver la entrada, un amplio espacio con suelo de mármol y una gran televisión con la emisión del canal. La productora Adriana Briceño preguntó, tanto en persona como en un correo posterior, sobre el motivo de este trabajo. En respuesta por correo electrónico, solo advirtió que se trata del único canal de televisión del mundo dedicado a la política petrolera: “Nació por lineamiento del Comandante Hugo Chávez, quien vio la necesidad de informar acerca de las operaciones de la principal industria de nuestro país, y los planes de inversión social dirigidos al pueblo venezolano”.
Hasta allí. No hay más información y, como si de un hilo telefónico se tratara, se despidió: “Apreciamos su interés por dar a conocer nuestra plante televisiva”. No hay más. No hubo más respuestas. De cualquier modo, en la puerta de Pdvsa TV, blindada por una reja, flanqueada por dos estatuas estilo griego, un señor, casi como un ejemplar único y en extinción, se acerca: “Señorita, disculpe. ¿Me podría decir por qué la señal se ve tan mal en mi Cantv? Trabajo para el Gobierno y a veces prendo el canal”.
En los primeros meses de 2017, una fiscalía nacional se acercó demasiado a los intereses de dos grandes del chavismo, Tarek William Saab y Diosdado Cabello, tras haber sido comisionados por la fiscal Luisa Ortega Díaz a investigar casos de corrupción en la industria petrolera venezolana. Cuando fueron contra ella y sus allegados, fueron también contra el equipo de la Fiscalía 55. Luis Sánchez, el fiscal auxiliar que manejaba uno de los casos, lleva 21 meses en El Helicoide, una de las sedes de la policía política venezolana, sin haber tenido siquiera su audiencia preliminar, acusado con unas pruebas tan dudosas que el régimen chavista debió cambiarlas sobre la marcha
Presta ‘in extremis’ a los más desesperados. Compra deuda de empresas y países rumbo a la quiebra y con su músculo financiero se dispone a esperar hasta que pueda cobrarla en valiosos activos. Así, por ejemplo, terminó por adueñarse de buena parte del negocio de las telecomunicaciones en Argentina, una de las casi medio centenar de naciones en cuyas reestructuraciones de deuda, tal como se jacta, ha participado “en los últimos 25 años”. El mexicano David Martínez y su fondo buitre se dedicaron a acumular bonos de la colapsada economía chavista, y algunos creen que ha llegado la hora de que cobre con el control de alguna empresa estatal, como la eléctrica. Pero, según ha trascendido, es probable que en esta apuesta deban pagar un precio al que no están acostumbrados: las sanciones financieras de Estados Unidos.
A partir de su inauguración en 2017, la Torre Porsche Design se convirtió rápidamente en un símbolo de lujo y ostentación en el Sur de Florida. Magnates de todo el mundo se refugian tras la discreción de sus cristales ahumados y de personas jurídicas casi anónimas. Pero en los últimos días dos investigaciones policiales sobre flujos financieros ilegales desde el exterior pusieron el edificio bajo un inconveniente foco. Un apartamento de más de cinco millones de dólares acaba de ser confiscado por la justicia a un gestor venezolano.
En la histórica filtración de los Panama Papers aparece como un celaje el nombre de Matthias Krull, arrestado la semana pasada en Florida en relación con la red de lavado de dinero de la petrolera estatal Pdvsa que investigan las autoridades federales. Aunque alemán de nacimiento y residente en Panamá, Krull, casado con una venezolana, se hizo uno más entre la comunidad de nuevos empresarios criollos y aprovechaba esas conexiones para reclutar clientes acaudalados para el banco suizo Julius Baer. Era una dedicación de larga data. En los archivos de Mossack Fonseca figura en la gestión en 2009 de una cuenta para los dueños originales del Banco Confederado.
Puede que el nombre de Charles Henry de Beaumont no sea familiar para los venezolanos, pero su destino está ligado al surgimiento de una nueva oligarquía en la Venezuela bolivariana. Este asesor financiero, por medio de la Compagnie Bancaire Helvétique (CBH), supo relacionarse con empresarios venezolanos que necesitaban ocultar sus fortunas en países protegidos por el secreto bancario. Esas vinculaciones han quedado al descubierto gracias a una filtración de documentos de la institución financiera suiza que Armando.info trabajó en alianza con El Pitazo, Run Runes y El Confidencial
La Oferta Pública de Adquisición no fue a través de la bolsa, sino mediante decretos presidenciales, ni tampoco -como se temía- por una expansión de la empresa militar de servicios mineros, Camimpeg. La corporación estatal, la joya de la corona republicana desde 1976, la industria que da de comer a Venezuela, ha sido tomada por la oficialidad castrense en una operación relámpago de cuatro meses. Un general de la Guardia Nacional, Manuel Quevedo, preparado para resguardar el orden público, ha sido dotado de poderes sin precedentes para conducirla. Pero los efectos que está teniendo la militarización de Pdvsa son los contrarios a los esperados. El general, absorto en su petrolaberinto, parece comandar ya no el rescate de la empresa, sino su golpe de gracia.
Pocas figuras ilustran mejor la reconfiguración del poder judicial chavista que la del juez Edward Miguel Briceño Cisneros. Hasta entonces un perfecto desconocido con una carrera gris como defensor público, y luego de que probara suerte en Chile, le bastó un chasquido de dedos desde el poder para convertirse, en abril reciente, en titular del Tribunal Primero Antiterrorismo. En su debut tuvo que retribuir los favores recibidos con la firma del auto de detención contra Edmundo González Urrutia.
Poco conocido, aunque se codee con artistas de fama global, Rafael Jiménez Dan, compañero de promoción de Diosdado Cabello y Jesse Chacón en la Academia Militar, vio su perfil reflotar este mes en medios de Puerto Rico y el hemisferio. Una política borinqueña pidió al FBI investigar los lazos con Bad Bunny de una empresa creada en Miami por el excapitán del Ejército venezolano. Días antes, el astro del reguetón había dado indicios de su apoyo al que puede ser el primer gobernador independentista -y cercano al chavismo- de la isla.
El informático venezolano Marcos Machado Requena es accionista de Ex-Cle, la compañía de origen argentino que goza de contratos multimillonarios del CNE. Su complicidad en esa operación le expuso a las sanciones de Washington. Así que se sigue esforzando en mantener su perfil bajo aún en el otro ramo al que se dedica, donde dejarse ver es clave: la gestión de lugares de rumba y café que son tendencia en Caracas.
Una producción al estilo de la serie ‘CSI’ fue preparada por el oficialismo para hacer un simulacro de revisión pericial de las actas de votación, con un desenlace previsto en el guion: la ratificación judicial del dudoso triunfo de Nicolás Maduro en las elecciones del 28J. Contó con un grupo de extras disfrazados de investigadores de una escena del crimen donde las víctimas eran la verdad y la democracia. Pero, en realidad, se trataba de funcionarios del CNE, cercanos al rector Carlos Quintero y, muchos de ellos, miembros también del PSUV.
Las autoridades de la Universidad Arturo Michelena se infiltraron en grupos de WhatsApp de sus estudiantes. Allí detectaron a aquellos que se pronunciaban contra el fraude electoral del 28J y criticaban el respaldo abierto del rector al oficialismo. A los descubiertos les ofrecieron la “oportunidad” de escoger sus propios castigos: o arrepentimiento y suspensión hasta por dos semestres en el campus o, ya a merced de la ley de la calle, expulsión permanente y denuncia ante la Fiscalía por delitos de odio. La universidad prolongaba así su historial de cruce con prácticas y cuerpos de represión.
Desde sus tribunales antiterrorismo en Caracas, cuatro jueces improvisados se han dedicado a, precisamente, sembrar el terror. Actúan de manera expedita e implacable, en medio de arbitrariedades y sin detenerse en formalidades, no solo concertados con el gobierno de Nicolás Maduro, sino teledirigidos desde la Sala Penal del Tribunal Supremo de Justicia y del Circuito Penal de Caracas. Su propósito: propinar castigos ejemplarizantes a quienes se manifiesten en desacuerdo con el fraude electoral.