Un oscuro abogado resultó ser el titular de una cuenta en un banco de esa nación de los Balcanes donde se recibían decenas de millones de euros en fondos negros de la petrolera estatal venezolana. Los recursos quedaron incautados y congelados la semana pasada por el Gobierno de Sofía, a petición de Estados Unidos, que denunció el flujo financiero. Los dineros públicos venezolanos estaban bajo control de un submundo donde confluyen la clase política, la ‘mutri’ (la tenebrosa mafia local), las agencias secretas y la oligarquía del petróleo ruso.
Se pudo saber que la cuenta que se venía utilizando para canalizar decenas de millones de dólares de la estatal petrolera venezolana Pdvsa -fondos congelados la semana pasada a solicitud de Estados Unidos- estaba registrada en el banco búlgaro Investbank a nombre del abogado Tsvetan Tsanev
Tsanev ha mantenido estrechas relaciones comerciales con personas del llamado Círculo Bankya, un grupo de altos funcionarios del Estado y jefes de servicios de seguridad. Una de estas personas es Dimitar Sabev, cuyo pariente, Nedyalko Nedyalkov, es Jefe Adjunto de la Agencia de Seguridad Nacional de Bulgaria (DANS), la institución encargada, entre otras misiones, de detectar casos de lavado de dinero.
La primera mención de Bulgaria como país de tránsito para el efectivo negro de Pdvsa provino del diputado venezolano Carlos Paparoni, el 9 de febrero. Sin embargo, el caso apareció en los titulares solo después de que el embajador de Estados Unidos en Bulgaria, Eric Rubin, se reunió con el primer ministro búlgaro, Boyko Borisov, el fiscal general, Sotir Tsatsarov, y el jefe de la inteligencia de este país balcánico para informarles que el flujo de efectivo venezolano a través de un banco búlgaro había sido confirmado por la inteligencia financiera de Estados Unidos.
Tsatsarov, quien habló con la prensa después de la reunión con el embajador de los Estados Unidos, no nombró al banco y solo mencionó las iniciales del titular de la cuenta como “T.S.”. Poco después de que se conociera la noticia, Bivol reveló que el banco es Investbank y el titular de la cuenta es el abogado Tsvetan Tsanev, una persona turbia que apareció en anteriores investigaciones periodísticas.
El 14 de febrero, Investbank distribuyó una declaración a los medios en la que negó categóricamente que había estado involucrado en operaciones ilegales con transferencias de dinero desde Venezuela. El banco afirma que todas las transferencias han pasado a través de terceros bancos y se han evaluado de acuerdo con las normas internacionales contra el lavado de dinero.
La declaración del Fiscal General, Sotir Tsatsarov, también estaba en esa línea cuando exculpó al banco diciendo que la institución financiera no había tenido conocimiento de lo que estaba sucediendo.
Sin embargo, el nivel de las conexiones del abogado Tsanev -el titular de la cuenta por donde circulaban los fondos negros de Pdvsa- con el poder en Bulgaria y con al menos con uno de los principales accionistas del banco -el jeque omaní al-Shanfari-, así como la importancia de los montos que se movían en esa cuenta -muy por encima de los estándares locales-, hacen improbable que Investbank no haya sabido acerca de esa cuenta de Tsanev y sus movimientos.
Vale la pena recordar que la génesis de Investbank está estrechamente relacionada con el círculo alrededor del general Lyuben Gotsev, el legendario ex oficial de inteligencia y ex canciller búlgaro que comandaba las relaciones entre el poder político de los años 90 y la mafia búlgara, la mutri.
Gotsev se unió al Consejo de Supervisión del Banco Internacional Ortodoxo de San Nicolás antes de que se le cambiara el nombre a Neftinvestbank y finalmente a Investbank.
Además, el entonces embajador de Estados Unidos en Sofía, John Beyrle, describía a Investbank en un cable diplomático clasificado de 2006 que se filtró a WikiLeaks, como una de las “manzanas malas” en el sistema bancario búlgaro, cuyas prácticas “se mencionan repetidamente como cuestionables o dudosas, canalizando dinero para criminales conocidos. en esquemas de lavado de dinero e involucrado en préstamos conectados”.
El actual primer ministro de Bulgaria, el prorruso Boyko Borisov, fue parte de la nomenklatura procedente del comunismo que heredó el país después del colapso de la Cortina de Hierro y también se le ha relacionado con la mafia local. Bivol reveló que en la década de 1990, durante el período de transición después de la caída del comunismo, Borisov había sido seguido como una persona de interés por su participación en grupos criminales y luego fue reclutado por la Unidad Central para Combatir el Crimen Organizado como agente encubierto con el nombre en clave de Buda.
Después de la revelación, Borisov dijo que detrás de su nombre en código estaba el Círculo Bankya, un grupo casi legendario que reunía a los ex líderes del Estado comunista y a los primeros funcionarios postcomunistas, junto a los oficiales superiores de los servicios especiales del régimen comunista, la Seguridad del Estado (DS) conocida como la "KGB búlgara".
El nombre del grupo proviene del restaurante Casa Blanca en Bankya, un suburbio de Sofía, la capital búlgara, donde se reunía. Algunos de sus miembros se mudarían más tarde al restaurante Monterey, donde se formó un nuevo grupo, dirigido por el ex general del DS, Lyuben Gotsev.
De hecho, estos grupos tras bambalinas han gobernado sistemáticamente el país a lo largo del Período de Transición después de la caída del régimen comunista, y todos los actores políticos o económicos activos son sus proyectos y títeres, según datos y análisis de fuentes de inteligencia informadas.
Las conexiones comerciales de Dobrev con el Círculo Bankya resultan bastante obvias.
El abogado Tsvetan Tsanev, el titular de la cuenta bancaria donde se depositaban los fondos de Pdvsa, no está entre los miembros del Círculo Bankya, pero sus intereses comerciales se entrecruzan con los de dos de sus más conspicuos representantes, Dimitar Sabev y Maxim Dimov. Todos fueron en algún momento gerentes de las subsidiarias de la compañía petrolera rusa Rusneftekhim. Tsanev y Dimov habían gestionado conjuntamente Rusneftekhim Balkans y Dimov y Sabev a RNK Petrol, que es propiedad de Rusneftekhim Bulgaria. Maxim Dimov aún figura como representante y miembro de la Junta Directiva de RNK Petro”.
Rusneftekhim también está estrechamente relacionado con Atanas Dobrev, que fue diplomático en Afganistán y China, y Jefe de Estado Mayor del ex Ministro de Finanzas Milen Velchev. Las conexiones comerciales de Dobrev con el Círculo Bankya resultan bastante obvias. Fue accionista de la compañía de corretaje de inversiones Hedger de Maxim Dimov, y socio de Dimov en varias otras compañías, incluyendo MakKap y Sofia Wind Park. Todas estas empresas, así como RNK Petrol, están registradas en la misma dirección y comparten el mismo número de teléfono: 958 25 77. Pero nadie lo responde.
Todas las subsidiarias de Rusneftekhim están bajo la supervisión de un ciudadano ruso residente en Bulgaria, Andrey Georgievich Georgiev. Su negocio, sin embargo, no se limita a Bulgaria. Una compañía llamada Rusneftekhim también existía en Suiza, pero ahora está en liquidación. Sus encargados fueron Andrey Georgiev y el ya varias veces nombrado Maxim Dimov. Georgiev también administra en Suiza Petro Alliance AG junto con Antje Milhahn, la esposa de Tsvetan Tsanev, el abogado cuya cuenta en Investbank recibía los fondos de la venezolana Pdvsa.
Interesante además que el par de Tsanev, Dimitar Sabev, tiene una conexión familiar con el actual director de los Servicios de Inteligencia búlgaros, Nedyalko Nedyalkov.
Petro Alliance AG tiene una representación en Bulgaria y ha sido el holding de la empresa TKM Railway Transport and Services Ltd, asociada con Tsvetan Tsanev y su hermana Velichka. TKM estuvo involucrada en el escándalo de la venta de 30 vagones de tren reacondicionados para la empresa ferroviaria estatal búlgara BDZ, con un sobreprecio de más de 20 veces su precio original.
Pero un hecho más revelador es que la representante de Petro Alliance en Bulgaria sea Dimitriika Lazarova. Ella está conectada con la familia Tsanev a través de otras compañías.
La misma Dimitriika Lazarova también es miembro del Consejo de Supervisión de Investbank, el banco receptor de los fondos de Pdvsa. Lazarova representa en la Junta los intereses del accionista omaní Sheikh Adel Said al-Shanfari, quien en 2012 salvó al banco al inyectarle 50 millones de lev -la moneda búlgara; el monto equivale a unos 29 millones de dólares-. Su hermano mayor, Thamer al-Shanfari, estuvo en la lista Clinton de la OFAC de los Estados Unidos debido a sus vínculos con el dictador de Zimbabwe, Robert Mugabe, pero posteriormente fue retirado de ella.
Adel Said al-Shanfari está casado con una mujer búlgara, Denitsa Mihaylova, que trabaja en el Ministerio de Asuntos Exteriores.
Pero eso no es todo. La compañía incorporada en Suiza Shanfari SA, (anteriormente Tectona Trade) también está representada por Lazarova en Bulgaria, donde Shanfari ha sido el propietario de Tectona AD.
El ex gerente de Shanfari SA es Andrea Caravelli, quien, junto con el abogado Tsvetan Tsanev, formó parte de un grupo de "inversionistas europeos" que negoció con el jefe de la Cosa Nostra, Antonino Messicati Vitale, para adquirir una participación en una concesión de diamantes en Sudáfrica.
El propio Sheikh Adil Said al-Shanfari es el propietario de la empresa Nura Bulgaria, donde Assen Kavdansky es el gerente. Kavdansky no tiene su propio negocio, pero es el gerente de varias compañías asociadas con la familia Tsanev.
(*) Esta versión del reportaje se publica con la autorización expresa del sitio Bivol.bg
Frente al telón del colapso en 2014 del mayor grupo financiero de Portugal, el caraqueño José Trinidad Márquez ofreció la actuación cumbre de toda una carrera de estafador. Después de timar a la alta gerencia del banco, está fugitivo presumiblemente en algún lugar de España, donde la prensa lo bautizó como ‘el intermediario de oro’ o ‘el hombre de las mil caras’. Con su rutina del experto petrolero que se ofrece para arreglar negocios con Pdvsa, perfeccionada a lo largo de más de dos décadas, se ha ganado millones de dólares, así como acusaciones penales en varios países.
Alex Saab buscó a través del banco búlgaro Investbank escapar a la vigilancia financiera de varios países, pero la jugada, en vez de esconderlo, resultó reveladora. De acuerdo a documentos de los tribunales de Sofía, 158 millones de dólares quedaron congelados en cuentas manejadas por un turbio abogado de ese país, quien también controlaba dineros de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), y que tiene entre su clientela a Lorenzo Antonelli, cuñado de la esposa de Saab y cabeza de varias sociedades que forman parte de su red de negocios.
Cuando el doctor Raúl Gorrín se presentó como el nuevo dueño de Globovisión, dejó muy en claro su estrecha relación con el extesorero de Venezuela. Esa cercanía, expresada delante de su plantilla de periodistas con la expresión que titula esta nota, ahora ha quedado explicada en una acusación penal que lleva una corte del sur del estado de Florida. Gorrín actuó como testaferro de Alejandro Andrade y logró blanquear el dinero que obtuvo adquiriendo bienes raíces. Hasta mediados de noviembre podía presumir que era vecino de uno de sus más reconocidos periodistas
En la histórica filtración de los Panama Papers aparece como un celaje el nombre de Matthias Krull, arrestado la semana pasada en Florida en relación con la red de lavado de dinero de la petrolera estatal Pdvsa que investigan las autoridades federales. Aunque alemán de nacimiento y residente en Panamá, Krull, casado con una venezolana, se hizo uno más entre la comunidad de nuevos empresarios criollos y aprovechaba esas conexiones para reclutar clientes acaudalados para el banco suizo Julius Baer. Era una dedicación de larga data. En los archivos de Mossack Fonseca figura en la gestión en 2009 de una cuenta para los dueños originales del Banco Confederado.
En menos de cuatro meses los creadores rusos de la criptomoneda venezolana reniegan de su invento y uno de ellos asegura que se dio cuenta de que “no tenía futuro” poco después de su pomposo lanzamiento en el Palacio de Miraflores. Se trata de Fedor Bogorodskiy y Denis Druzhkov, dos personajes vinculados a los protagonistas del quiebre de bancos y lavado de dinero en Rusia y Letonia y con su propia historia de registro de empresas en el paraíso fiscal de Malta .
Dominique de Villepin ayudó, junto al ex juez español Baltasar Garzón, a que en 2014 el Principado de Andorra desbloqueara los fondos multimillonarios de Diego Salazar, congelados poco antes bajo sospechas de lavado de dinero. Un año más tarde, el ex jefe de gabinete de Jacques Chirac (2005-2007) intermedió para que Salazar, también conocido como el ‘Zar de los Seguros de Pdvsa’, además de primo del ex ministro venezolano y entonces embajador en la ONU, Rafael Ramírez, comprara un banco y dos compañías de seguro en Luxemburgo.
A la práctica delictiva del secuestro extorsivo la Policía Nacional Bolivariana (CPNB) la ha convertido en una industria, informal pero boyante. Agentes de una brigada motorizada de ese cuerpo de seguridad cazan fortunas mediante el chantaje a jóvenes de clase media en el este de la capital venezolana, a los que planta drogas para acusarlos de posesión ilegal. La guarida donde se retiene a los rehenes y se cobran los rescates, en dólares, funciona a plena luz del día en el icónico edificio que también aloja a la policía política.
La disputa por el control de un lujoso campamento de selva al pie del Auyántepuy, predilecto de los hijos de la Primera Dama, se ha agudizado en los últimos meses hasta volverse un conflicto, sin solución a la vista, entre la justicia ordinaria y la soberanía pemón. En el enredo tienen que ver un fondo inmobiliario de los dueños de la controvertida aerolínea hispanovenezolana Plus Ultra y una familia indígena heredera con intereses divididos, pero podría resumirse como un pleito entre capitanes: uno, de aviones comerciales, y el otro, del colectivo aborigen.
Fue reguetonero, dice que limpió pisos en Estados Unidos, y se sabe que en distintos países montó negocios que nunca prosperaron. Ahora construye una carrera política dentro del partido español de derechas, que está a punto de llevarlo a ocupar una curul dentro del parlamento regional de la comunidad madrileña. Ocurre que en esa épica del inmigrante hecho a sí mismo que le gusta relatar a la prensa, a Gustavo Eustache se le olvida mencionar la vez que en 2015 se asoció -sabiéndolo o no- con un estafador serial venezolano, José Trinidad Márquez.
Identificado por la Fiscalía del chavismo como el “jefe de la estructura de corrupción” que desfalcó miles de millones de dólares a Pdvsa, el coronel Antonio José Pérez Suárez es en simultáneo dueño de una lujosa posada ubicada en el páramo de Mérida. Su arresto también deja en evidencia que a lo largo de su carrera en la burocracia estatal chavista tejió una red de empresas, favorecidas por su gestión, y cuyos accionistas eran familiares o personas cercanas.
Entre los acomodos que se adelantan de cara a una eventual contienda electoral, el chavismo busca seducir a los votantes de las iglesias evangélicas del país y al propio clero de ese cristianismo alternativo, que cala con efectividad en zonas populares. Programas socio-clientelares como ‘El buen pastor’ o ‘Mi iglesia bien equipada’ constituyen la avanzada de una campaña que ya no tacha la religión como el ‘opio del pueblo’, sino que la tiene por una palanca de captación de nuevas voluntades. Pero no toda la feligresía se presta al juego.
Que la OFAC estadounidense le aplicara sanciones no fue impedimento para que López siguiera haciendo negocios con el Estado venezolano. Por el contrario: hasta pudo servirle de aval para que Pdvsa le otorgara, al menos, un nuevo contrato para gestionar un campo petrolero, vínculo que todavía en 2022 negaba. Este y otros hallazgos se encontraron al revisar archivos filtrados de Oryx Resources, una de las tantas empresas del -según Washington- presunto testaferro del hoy caído en desgracia ex VP de la República, exgobernador y exministro.