El presidente de Derwick Associates, Alejandro Betancourt, famoso por haber "rescatado" al gobierno de Hugo Chávez con la venta de plantas eléctricas de dudosa calidad y funcionamiento mueve a través de Suiza gran parte de los beneficios de aquella alianza con el chavismo y la petrolera rusa Gazprom mientras es investigado por el blanqueo de capitales
Viaja habitualmente en jet privado a las ciudades donde tiene sus negocios: Madrid, Londres, Moscú, Miami o Bogotá. En sus vuelos transatlánticos desde Venezuela a Europa hace escala en las Azores para repostar. Caraqueño de 38 años, de porte elegante, se muestra amable y de conversación amena. Se trata de Alejandro Leopoldo Betancourt, empresario de éxito que aprendió a hacer fortuna de forma fulgurante cuando su país sufría un gran crisis energética en los años 2009 y 2010, fruto de la mala gestión del Gobierno de Hugo Chávez.
El hecho de que Venezuela tuviera la mayor reserva de petróleo del mundo no bastó para que en esos años sus habitantes sufrieran continuos cortes de luz. Betancourt y su empresa Derwick Associates acudieron en ayuda de Chávez y su Gobierno para suministrar turbinas a las centrales termoeléctricas que intentaron paliar el desastre energético del país.
Al socorro del decreto de emergencia energética nacional firmado en febrero de 2010 por el expresidente bolivariano acudió Derwick, que después de 14 meses de su fundación y sin experiencia en el sector fue beneficiada con 12 contratos para obras eléctricas sin licitación, de acuerdo con ingenieros consultados, como José García Aguilar. Fueron otorgados por contratación directa, por un monto conservador que se acerca los 2.500 millones de dólares.
Ahora, una investigación realizada por El Confidencial y los medios venezolanos Armando.info, El Pitazo y Runrun.es revela que Derwick canaliza gran parte de sus beneficios a través de bancos suizos mediante operaciones sospechosas de constituir delitos blanqueo de capitales que están siendo investigadas en varios países, entre ellos, Estados Unidos, Suiza y Venezuela. Se aprecian intercambio de transferencias con Gazpromban Latin America.
Según ha podido conocer esta investigación periodística, el Departamento de Justicia de Estados Unidos mandó un exhorto en 2015 a las autoridades fiscales suizas para solicitar asistencia de cooperación recíproca y estudiar si Derwick y sus empresas afiliadas y asociadas estaban usando cuentas en el país helvético para blanquear capitales asociados con los contratos llevados a cabo con las empresas estatales venezolanas.
Derwick interpuso un recurso de apelación para evitar que la investigación de sus cuentas siguiera adelante. Sin embargo, la sentencia del recurso emitada por el Tribunal Penal Federal de Suiza afirma que las autoridades de ese país están colaborando con Estados Unidos en una investigación aún viva a marzo de 2017. En el escrito judicial se señala que Derwick remitió decenas de remesas por valor de más de 200 millones de dólares entre 2009 y 2013 a diferentes bancos suizos.
El 14 de febrero pasado, la Oficina Federal de Justicia de Berna confirmó por email a los reporteros que en enero de 2016 emitió una orden para la recopilación de registros bancarios relacionados con Derwick hasta en 18 entidades financieras. En junio de 2017, “la Oficina Federal de Justicia emitió un primer decreto parcial, que ahora se ha convertido en definitivo, de ese modo, se pudieron presentar las primeras evidencias a las autoridades de Estados Unidos contra los representantes de la compañía Derwick”. Es decir, según la Justicia del país helvético a día de hoy existe una investigación en marcha tanto en Suiza como en Estados Unidos por supuesto blanqueo de capitales.
La filtración de documentos internos de la entidad financiera de banca privada Compagnie Bancaire Helvétique (CBH) y del gestor financiero francés Charles-Henry de Beaumont fue el punto de partida del trabajo periodístico que se ha complementado con la búsqueda otras fuentes, documentales, judiciales y humanas.
La investigación demuestra que De Beaumont fue capaz de constituir una cartera de clientes venezolanos que han sido hábiles para enriquecerse bajo los gobiernos de Chávez y Nicolás Maduro. Clientes de De Beaumont están siendo hoy objeto de procesos judiciales en países como España, Venezuela, Estados Unidos o Suiza. A algunos se les investiga por ser supuestamente beneficiarios de adjudicaciones de contratos de obras públicas de los sectores de la energía y el transporte que se afirman otorgados sin la debida transparencia.
Betancourt es el paradigma de los llamados ‘bolichicos’, jóvenes empresarios ahora en la treintena que han prosperado al calor del chavismo
Uno de los nombres que aparece en los registros bancarios es Alejandro Betancourt. En su camino exitoso le han acompañado como ejecutivos de sus muchas sociedades los también venezolanos Pedro José Trebbau, primo suyo, y Francisco Antonio Convit Guruceaga. Los beneficios por esas operaciones de intermediación se cifran en centenares de millones de dólares.
Betancourt es el paradigma de los llamados ‘bolichicos’, jóvenes empresarios ahora en la treintena que han prosperado al calor del chavismo. Presidente de la matriz que controla Hawkers, Saldum Ventures SL, ya ha invertido 70 millones de euros en esta ‘startup’ española que está conquistando el mundo con sus lentes de sol y sus accesorios ‘low cost’. Su nombre empezó a sonar en España en 2012 cuando adquirió en subasta por más de 22 millones de euros una finca de caza de 1.600 hectáreas en Toledo, levantada sobre un castillo andalusí del siglo X y expropiada al hoy convicto Gerardo DíazFerrán, expropietario del Grupo Marsans.
Los documentos bancarios sobre los socios de Derwick muestran movimientos anuales de más docenas de millones de dólares, transferencias a empresas y familiares como a la madre de Convit, Graciela Guruceaga, remesas con la compañía petrolera rusa Rosfnet, currículos, informes internos, cartas de referencia dirigidas al CBH, registro de compañías en Panamá que intercambió el gestor francés con el banco CBH de Suiza o contratos de préstamos.
Un portavoz de CBH manifiestó que “como institución suiza, Compagnie Bancaire Helvétique cumple estrictamente con las obligaciones del secreto bancario y las leyes del país, particularmente con la Ley Suiza contra el Blanqueo de Capitales y con las ordenanzas de la Autoridad Federal Supervisora del Mercado Bancario Suizo (FINMA)”. Agrega: “En este sentido, como usted sabe, no podemos responder a las cuestiones específicas que nos envían sobre la existencia o no de ciertas cuentas en nuestro banco”.
Desde 2009, Suiza ha ido firmando acuerdos para el intercambio de información bancaria con Estados Unidos, la Unión Europea y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) con el objetivo de cooperar en la lucha contra la evasión de impuestos y el blanqueo de capitales. De modo que se vaya superando poco a poco el secreto bancario estricto y tradicional que impera en el país helvético desde una ley que prevalece desde 1934.
“Sin embargo, el problema sistémico es de origen: el centinela sigue siendo el banco. En el Derecho suizo, el gestor del cliente es el que tiene la responsabilidad de ejercer de centinela de que el capital es de origen lícito. Todas las normas de la verificación -principalmente la diligencia debida y el ‘conoce a tu cliente’ (‘due diligence’ y ‘know-your-customer’ en inglés) se basan en la presunción de que el gestor es honesto y responsable, así que el dinero se mueve antes y luego el Derecho viene después”. Quien así habla es alguien que trabajó en el sistema: Hervé Falciani, autor de la filtración del banco HSBC de Suiza que dio lugar a la conocida como ‘Lista Falciani’ que ha permitido perseguir a miles de evasores fiscales y autores de blanqueo de dinero en todo el mundo.
“El punto débil del sistema consiste en que el banco no desempeña el papel de policía ni fiscal, algo que le otorga en buena parte la legislación, sino que es el gestor financiero que atrae a los clientes el garante de la legitimidad del patrimonio, pero ahí surge un conflicto de interés porque el intermediario quiere ganar dinero”, explica Falciani.
Esa categoría de gestor recibe el nombre en inglés de ‘external asset manager’ (EAM) y están sujetos al control la autoridad reguladora FINMA, según el experto David Zollinger.
Como resultado de ese esquema de trabajo financiero, los documentos de CBH muestran memorias internas realizadas por intermediarios como Charles-Henry de Beaumont favorables a varios clientes venezolanos. Este gestor, que llegó a ser uno de los directores de CBH Ginebra, se dedicó entre al menos 2010 y 2013 a captar clientes multimillonarios de mercados emergentes como Venezuela, Brasil y Oriente Medio, según especifica su currículo.
“Puedo asegurarles que ninguno de mis clientes tenía casos judiciales pendientes ni estaban envueltos en hechos ilícitos”.
Preguntado por este diario, De Beaumont respondió: “Estoy seguro de que ustedes entenderán que no puedo ofrecer información alguna al respecto, puesto que estoy obligado a cumplir la confidencialidad y el secreto bancario regulado por ley de mi actividad profesional pasada en CBH”. El intermediario añadió: “No obstante, puedo asegurarles que ninguno de mis clientes tenía casos judiciales pendientes ni estaban envueltos en hechos ilícitos”.
Entre esos clientes que logró el intermediario francés estaban los propietarios de Derwick Associates: Alejandro Betancourt y Francisco Convit, quienes gestionaban sus cuentas en CBH mediante las sociedades Calandra Business SA y Banstead Assets SA, respectivamente. Ambas fueron registradas en Panamá en otoño de 2012 y disueltas en noviembre de 2015, según la documentación del Registro Público de ese país.
“Han logrado su reputación en el segundo mandato de Chávez durante la crisis eléctrica en Caracas. Mientras que Chávez acusaba a los estadounidenses y a otros imperialistas de haber saboteado el sistema eléctrico, Alejandro y Francisco importaron enormes generadores que permitieron al presidente restablecer la situación y lavar la cara ante su pueblo”, reza una memoria interna de CBH firmada por De Beaumont en mayo de 2013 en la cual defiende a sus clientes. Chávez había fallecido dos meses antes.
“El Gobierno y PDVSA [la empresa estatal Petróleos de Venezuela SA] está muy agradecida a sus beneficiarios económicos (…). PDVSA, que vendió un número de pozos en la cuenca del río Orinoco a grandes empresas del sector del petróleo y el gas, ha permitido a Derwick liderar la explotación de esos pozos para producir más de 100.000 barriles diarios”, continúa leyéndose en ese informe interno de CBH.
Pero en un momento determinado, Betancourt toma medidas para poner a buen recaudo su dinero. En una carta que escribe De Beaumont en octubre de 2013 señala en una misiva dirigida a CBH Bahamas que “debido a los cambios en las leyes suizas y la disminución de la confidencialidad” en el secreto bancario “Mr. Leopoldo Alejandro Betancourt López ha decidido cerrar su cuenta en CBH Suiza para abrir otra en CBH Bahamas”
Es entonces, en octubre de 2013, cuando De Beaumont pide que la cuenta de Calandra Business SA en CBH Ginebra se pase a CBH Bahamas, un paraíso fiscal. Para ofrecer confianza sobre su cliente, el intermediario francés le dice a la destinataria de su carta en Bahamas: “Nos hemos reunido con él en numerosas ocasiones en Venezuela y Europa”.
“La mayoría de los banqueros te confirmarían que por esa época hubo muchos flujos hacia otras jurisdicciones (hacia países árabes y asiáticos principalmente, pero también hacia Estados Unidos) porque aparentemente se extendió la creencia de que los fondos estarían más protegidos allí”, explica David Zallinger, quien fuera magistrado en el Cantón de Zurich en los años noventa y luego trabajó en la banca privada a comienzos de siglo.
Consultado Betancourt, asegura sobre De Beaumont: “Sé quien es, pero no le conozco en persona”. Añade el mayor accionista de Hawkers: “Mis cuentas nunca han sido cifradas y siempre han sido cuentas en las que el beneficiario ha sido mi persona. Ese cambio de regulación no afectó a mis cuentas. Además nunca he operado con cuentas en Bahamas”.
Tras el acceso de Derwick a la explotación de recursos petrolíferos venezolanos, los tres socios -Alejandro Betancourt, Francisco Convit y Pedro José Trebbau- registraron en Barbados en 2011 la firma Derwick Oil and Gas Corporation, un vehículo financiero que les sirvió a su vez para crear una asociación con la firma rusa Gazprombank Global Resources, una filial de Gazprombank.
El resultado de la alianza empresarial dio como resultado Gazprombank Latin America Ventures BV, incorporada en Países Bajos. La jurisdicción fiscal de esta nación permite a empresas que trabajan internacionalmente llegar a acuerdos privados con la Hacienda holandesa para reducir la carga tributaria sobre sus beneficios.
En principio, accedieron a la industria petrolera de Venezuela con concesiones de explotación en el estado de Zulia, noroeste del país. Betancourt niega esa asociación entre las sociedades venezolana y rusa y declina responder sobre cómo consiguió los contratos petroleros en el estado de Zulia.
Las áreas petroleras fueron cedidas por PDVSA bajo la gestión de Rafael Ramírez, expresidente de la petrolera estatal y hasta el pasado diciembre embajador de Venezuela ante Naciones Unidas. Su cargo en Nueva York lo abandonó por petición expresa de Nicolás Maduro tras la detención de diez altos cargos de PDVSA por corrupción. El exdiplomático no ha vuelto por Venezuela de momento.
En noviembre de 2013, Rafael Ramírez, entonces presidente de PDVSA, tomó los papeles en sus manos antes de comenzar a hablar de forma pausada en la sede principal de la estatal petrolera en Caracas. Presentó a quienes lo acompañaban, Alexander Muravov y Boris Ivanov, ambos vicepresidentes de Gazprombank, institución financiera que financiaba el inicio de las operaciones de Petrozamora, una empresa mixta que hoy tiene como accionistas a la Corporación Venezolana de Petróleo (60%), filial de PDVSA, y Gazprombank Latin America Ventures (40%) de Betancourt, sus socios y Gazprom.
Más allá de las relaciones institucionales, al menos desde 2007, el presidente de Derwick, Betancourt López, tiene contacto directo con los rusos. Según el currículo que entregó De Beaumont a los ejecutivos del banco CBH de Suiza, Betancourt López era representante de Gazprombank en América Latina en 2007.
Las huellas de esa coalición empresarial quedaron también marcadas en la documentación interna de CBH. En una misiva de abril de 2013, firmada por Betancourt, solicita a De Beaumont que transfiera de su cuenta en CBH, a nombre de Calandra Business SA, 12,9 millones de dólares a Gazprombank Latin American Ventures.
El 4 septiembre de 2017 llegaron los funcionarios de la Dirección General de Contrainteligencia Militar a la sede principal de PDSA Occidente—una de las diez divisiones con las que cuenta la compañía estatal Petróleos de Venezuela--, cerca de 50 empleados estaban reunidos con los altos gerentes de la división.
"Los que vamos a nombrar, pongan sus teléfonos en la mesa y se levantan de sus sillas. Los demás, se van de la sala", dijo uno de los efectivos, según relataron dos fuentes independientes. Llamaron uno a uno a los ocho miembros de la plana mayor de la estatal petrolera en el estado Zulia. Las detenciones de esas ocho personas fueron ordenadas por el fiscal general designado por la Asamblea Nacional Constituyente, Tarek William Saab.
Las detenciones forman parte de una investigación por sobreprecio y sabotaje en la compra de equipos y materiales para la producción de Petrozamora. De acuerdo con fuentes del sector petrolero, la investigación se inició tras las denuncias de cobro de comisiones y sabotaje realizada por los socios rusos representantes de Gazprombank Latin America Ventures. Entre los detenidos está el exministro de Petróleo. Eulogio del Pino.
Alejandro Betancourt negó a los reporteros toda relación con la supuesta corrupción en el seno de Petrozamora, sociedad participada por su empresa. También declinó contestar sobre sus relaciones con compañías rusas.
Los préstamos intragrupo, es decir, entre empresas asociadas, es una práctica común entre firmas internacionales. En muchas ocasiones se realizan para evadir o eludir impuestos o para blanquear capitales, según cuenta un experto financiero de prestigio que prefiere guardar su identidad.
El experto en banca privada David Zollinger apunta a que ese tipo de préstamos se usan habitualmente para “buscar algún tipo ventaja fiscal”
Según la documentación de De Beaumont, en abril de 2013, Derwick Oil & Gas Corporation (Barbados) otorga un préstamo de 35 millones de dólares Gazprombank Latin American Ventures BV. La transferencia desde una cuenta en Bank Julius Baer de Zúrich a otra de Gazprombank en la misma ciudad suiza. El banco intermediario es JP Morgan Chase Bank de Nueva York. Firman Francisco Convit como representante de la sociedad acreedora y Boris Ivanov como director general de la prestataria.
Otro analista financiero consultado indica que ese es un contrato típico entre partes. Pero le llama la atención que sea Derwick la acreedora, siendo ella accionista del prestatario. “Es francamente muy raro eso. ¿Para qué unos muchachos latinoamericanos le van a prestar 35 millones de dólares a uno de los bancos más grandes del mundo? Aquí debe haber algo más detrás”, comenta.
Al margen de las investigaciones que se llevan a cabo a Derwick y sus directivos en Suiza y Estados Unidos más arriba explicadas, fuentes consultadas hablan de procesos pasados y en marcha.
Desde 2013, un par de demandas civiles fueron interpuestas contra el supuesto enriquecimiento ilícito de Betancourt y los directivos de Derwick por presuntamente haber sobornado a altos funcionarios de Venezuela para conseguir contratos y haber aplicado sobreprecios a los cobros. Fueron interpuestas por Otto Reich, exembajador estadounidense en Caracas, en un tribunal de Nueva York, y por Thor Halvorssen, activista y presidente de Human Rights Foundation, en una instancia judicial de Miami. Ambas acabaron siendo desestimadas por falta de competencia jurisdiccional.
En agosto de 2013, el consultor experto en el sector energético José. G. Aguilar publicó un estudio sobre 40 contratos otorgados en Venezuela. En apenas 14 meses, entre 2009 y 2010, 12 de los 14 solicitados por Derwick le fueron adjudicados sin concurso por PDVSA, Corpoelec y Corporación Venezolana de Guyana. En el análisis de Aguilar se recogen 11 de los 12 concedidos a Derwick, por los que facturó 2.497 millones de dólares y, según sus estimaciones, aplicó un sobreprecio de 1.421 millones.
“Hay varias investigaciones criminales contra Betancourt en Texas y Nueva York. Eso es incuestionable. Yo mismo he sido entrevistado por varias agencias federales sobre el tema”, afirma Thor Halvorssen.
Betancourt no desestima que le estén investigando, pero quiere dejar claro que no. “No tengo constancia de ninguna investigación en mi contra ni contra ninguna de mis empresas en España”
Por otro lado, preguntado el fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, sobre si hay alguna investigación a Derwick en su país, ha preferido guardar silencio. El 11 de diciembre pasado, funcionarios de la Dirección General de Contrainteligencia Militar allanaron las oficinas que comparten Derwick y Gazprom en la Torre Kyra de Caracas.
Betancourt niega tajantemente que el objetivo de la inspección policial tuviera relación con las actividades de su compañía.
Alejandro Betancourt es un empresario de éxito, de trato agradable y un bon-vivant. Ha invertido en España en diversas compañías y ha comprado fincas e inmuebles. Desde los balcones de su casa de 453 metros cuadrados en Madrid puede admirar en su plenitud la Puerta de Alcalá, un piso valorado en más de 2,6 millones de euros a precios de mercado de hoy.
Pero España es solo un hito más en la aventura transnacional de Betancourt. Fundó y administra 12 sociedades inscritas en Barbados entre 2009 y 2016, en todos los casos junto a uno o los dos habituales socios suyos: su primo Pedro José Trebbau y Francisco Antonio Convit. Esto se pudo saber gracias gracias a Paradise Papers, investigación en la que participó El Confidencial junto a La Sexta en España y que coordinaron el diario alemán Süddeutsche Zeitung y el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ).
En sus viajes en avión privado ve un paisaje lleno de oportunidades para sus ideas de negocios internacionales. En el medio plazo, las investigaciones en marcha sobre Derwick determinarán la naturaleza de la foto panorámica al alcance de Alejandro Betancourt.
Cuatro empresas en el Gran Ducado sirvieron para que Alejandro Betancourt y sus asociados blindaran activos importantes, incluyendo ingresos por sus negocios petroleros en Venezuela con contrapartes rusas. El hallazgo, obtenido en el marco del proyecto periodístico transfronterizo OpenLux, puede representar el eslabón perdido para las investigaciones que desde hace tiempo autoridades de Estados Unidos y España adelantan, por presunta estafa a Pdvsa y lavado de dinero, contra los jóvenes magnates que hicieron fortuna gracias a la adjudicación de contratos eléctricos durante el gobierno de Hugo Chávez.
El foco estaba puesto en los grandes bancos suizos, mientras Alejandro Betancourt y su primo, Pedro Trebbau López, movían dinero a través de una pequeña entidad de origen alemán con sede en Suiza: 23 millones de dólares que circularon a través de Sal Oppenheim, cuando el holding estaba en su peor momento en Alemania y debió ser rescatado por el Deutsche Bank, aparecen en los FinCEN Files. Los llamados 'bolichicos', que se enriquecieron luego de recibir contratos a dedo para resolver la crisis eléctrica de Venezuela, dejaron su estela de sospechas en las oficinas de cumplimiento de una docena de bancos, cuyos informes llegaron al Departamento del Tesoro.
Las alertas que el sistema bancario ha levantado sobre el dinero del erario público de Venezuela que fluye a cuentas de corruptos llegan tarde. Más de 4.000 millones de dólares en transacciones sospechosas por parte de venezolanos figuran en la filtración de los FinCEN Files y 70% de ellas están vinculada a entes del Estado. El proyecto internacional de periodismo de investigación, del que Armando.info es parte, encontró que la complicidad bancaria, de pequeñas instituciones en paraísos offshore y de las grandes firmas globales, ha permitido el saqueo de la que fue la nación más rica de América Latina.
JP Morgan, HSBC, Standard Chartered Bank, Deutsche Bank y Bank of New York Mellon han facilitado el movimiento de dinero sucio. Informes secretos de bancos muestran cómo billones de dólares levantaron alertas que desbordan a la FinCEN, pero el dinero siguió fluyendo libremente. Una filtración que BuzzFeed News compartió con el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) y 108 medios, entre ellos Armando.info, revela que el blanqueo de capitales se apalanca en los bancos, que con una gran cantidad de puntos ciegos están en la primera línea de combate de este delito.
La Unión Eléctrica de Cuba (UNE), una empresa del Estado antillano, replicó en el sector de energía la relación que en otros ámbitos establecieron, bajo el nombre de cooperación bilateral, las revoluciones castrista y chavista: Venezuela ponía la plata y Cuba los productos y servicios de los que con frecuencia solo era intermediario en vez de productor. Pero en este caso el trato incluía que Caracas también financiara la compra de productos y servicios que hacían falta en la isla para reconstruir su propio y devastado sistema eléctrico. Más de 3.000 asesores cubanos desembarcaron para intervenir el suministro de electricidad desde obras que hoy no producen ni un vatio, como Planta Centro, o instalar grupos electrógenos que debían aportar ocho por ciento de la luz en Venezuela, mientras enriquecían a proveedores de otros países como Eslovaquia.
Más allá de los nombres de figuras políticas y funcionarios del Estado involucrados, la trama de corrupción desplegada por la constructora brasileña en Venezuela puso en circulación cantidades descomunales de dinero en pagos irregulares. En bancos suizos se ha detectado el tránsito de al menos 235 millones de dólares, en su mayoría de coimas vinculadas al proyecto hidroeléctrico Tocoma, que luego de nutrir las cuentas de intermediarios llegaron a destino. Por ahora las investigaciones determinan que la capilaridad por la que fluyeron los fondos conducía a mercaderes de arte, patriarcas de dinastías de la ingeniería civil y hasta gerentes deportivos.
A la práctica delictiva del secuestro extorsivo la Policía Nacional Bolivariana (CPNB) la ha convertido en una industria, informal pero boyante. Agentes de una brigada motorizada de ese cuerpo de seguridad cazan fortunas mediante el chantaje a jóvenes de clase media en el este de la capital venezolana, a los que planta drogas para acusarlos de posesión ilegal. La guarida donde se retiene a los rehenes y se cobran los rescates, en dólares, funciona a plena luz del día en el icónico edificio que también aloja a la policía política.
La disputa por el control de un lujoso campamento de selva al pie del Auyántepuy, predilecto de los hijos de la Primera Dama, se ha agudizado en los últimos meses hasta volverse un conflicto, sin solución a la vista, entre la justicia ordinaria y la soberanía pemón. En el enredo tienen que ver un fondo inmobiliario de los dueños de la controvertida aerolínea hispanovenezolana Plus Ultra y una familia indígena heredera con intereses divididos, pero podría resumirse como un pleito entre capitanes: uno, de aviones comerciales, y el otro, del colectivo aborigen.
Fue reguetonero, dice que limpió pisos en Estados Unidos, y se sabe que en distintos países montó negocios que nunca prosperaron. Ahora construye una carrera política dentro del partido español de derechas, que está a punto de llevarlo a ocupar una curul dentro del parlamento regional de la comunidad madrileña. Ocurre que en esa épica del inmigrante hecho a sí mismo que le gusta relatar a la prensa, a Gustavo Eustache se le olvida mencionar la vez que en 2015 se asoció -sabiéndolo o no- con un estafador serial venezolano, José Trinidad Márquez.
Identificado por la Fiscalía del chavismo como el “jefe de la estructura de corrupción” que desfalcó miles de millones de dólares a Pdvsa, el coronel Antonio José Pérez Suárez es en simultáneo dueño de una lujosa posada ubicada en el páramo de Mérida. Su arresto también deja en evidencia que a lo largo de su carrera en la burocracia estatal chavista tejió una red de empresas, favorecidas por su gestión, y cuyos accionistas eran familiares o personas cercanas.
Entre los acomodos que se adelantan de cara a una eventual contienda electoral, el chavismo busca seducir a los votantes de las iglesias evangélicas del país y al propio clero de ese cristianismo alternativo, que cala con efectividad en zonas populares. Programas socio-clientelares como ‘El buen pastor’ o ‘Mi iglesia bien equipada’ constituyen la avanzada de una campaña que ya no tacha la religión como el ‘opio del pueblo’, sino que la tiene por una palanca de captación de nuevas voluntades. Pero no toda la feligresía se presta al juego.
Que la OFAC estadounidense le aplicara sanciones no fue impedimento para que López siguiera haciendo negocios con el Estado venezolano. Por el contrario: hasta pudo servirle de aval para que Pdvsa le otorgara, al menos, un nuevo contrato para gestionar un campo petrolero, vínculo que todavía en 2022 negaba. Este y otros hallazgos se encontraron al revisar archivos filtrados de Oryx Resources, una de las tantas empresas del -según Washington- presunto testaferro del hoy caído en desgracia ex VP de la República, exgobernador y exministro.