Todo comenzó con unos lirios en un centro de mesa. Se dice que en una oportunidad el presidente Hugo Chávez llegó a una reunión con su homólogo ruso, Vladimir Putin, y quedó cautivado con unas flores que bien podrían haber sido venezolanas. Allí surgió la idea de exportar tallos a Europa oriental, un sueño que se desvaneció junto a 42 millones de dólares.
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“No habrá flores más bellas que estas en este mundo”. Eso aseguró Hugo Chávez. “Las únicas flores más bellas que estas son las mujeres rusas y las mujeres venezolanas”, dijo a finales de 2011 mientras hojeaba un catálogo de gerberas de diversos colores. “Venezuela se convertirá en un exportador de flores y ya pronto saldrá el primer barco con cargamento”. ¿Sabría que tratándose de un producto perecedero, las flores deben enviarse por avión? El líder de la revolución bolivariana no debió imaginar que lo que anunciaba entonces sería el primero de apenas dos envíos de flores que quedaron registrados. Esta es la historia de un sueño que no fue.
Venezuela sólo realizó dos envíos de flores en 2012. En los años siguientes no hubo ninguna otra exportación. Se trató sólo de 36.800 piezas de azucenas recién cortadas, de tallos de entre 80 y 100 centímetros, según consta en los registros de aduanas de Rusia filtrados a un consorcio de periodistas en el este de Europa conocido como Proyecto de Denuncia contra la Delincuencia Organizada y la Corrupción (Occrp, por sus siglas en inglés) y luego entregados a Armando.info.
Desde el año 2001, Chávez hablaba de convertir a Venezuela en potencia exportadora de flores. Sin embargo, no fue hasta el 14 de febrero de 2012 –precisamente el Día de los Enamorados– que se creó la empresa mixta ruso venezolana Orquídea S.A., adscrita al Ministerio del Poder Popular para Agricultura y Tierras. Según la Gaceta Oficial número 39.864, la empresa tendría por objeto la “producción, comercialización, distribución, importación y exportación del sector floricultor, incluyendo la importación y exportación de rubros agrícolas, productos terminados, productos agropecuarios insumos agrícolas y alimentos, que permitan satisfacer las necesidades del pueblo, contribuyendo a alcanzar la seguridad y soberanía agroalimentaria de la Nación”.
Los datos de Rusia no coinciden con la meta que las autoridades venezolanas se propusieron. Venezuela esperaba enviar 40 millones de flores en 2012. Se hablaba incluso de una exportación de 5,7 millones de tallos por mes a partir de junio de 2012. “La proyección que estamos trabajando es convertir a Venezuela, del 2013 al 2019, en uno de los cinco países con mayor cantidad de producción de flores”, dijo el presidente del Fondo para el Desarrollo Agrario Socialista (Fondas) y encargado de Orquídea S.A., Ricardo Javier Sánchez, en una entrevista en el programa Contrastes de VTV. Pero sus números se quedaron solo en un escueto gráfico de barras del que hizo alarde en televisión.
Todo comenzó con unos lirios en un centro de mesa. En su afán por evocar los pasajes de la vida de su profeta, el presidente Nicolás Maduro recordó a mediados de 2013 el momento que inspiró a Chávez a dar las órdenes al entonces ministro de Agricultura y Tierras, Elías Jaua, para iniciar el proceso de exportación de flores al país transcontinental.
"Esta fue una propuesta que le hizo, en su oportunidad, el presidente Hugo Chávez al presidente ruso, Vladimir Putin”, contó durante la inauguración de la primera tienda de Orquídea S.A. en Moscú. “El comandante Chávez lo averiguaba todo y una vez llegó a una reunión y preguntó: ‘¿Estas flores de dónde vienen?’. El presidente Putin le dijo de dónde venían específicamente y Chávez preguntó: ‘¿Nosotros no podemos venderles flores?’".
El Gobierno comenzó entonces a comprar tallos hasta en algunas haciendas de las afueras de Caracas. A sólo 40 minutos de la capital, en los llamados Altos Mirandinos, se encuentran algunos de los proveedores de esas flores que Chávez veía como producto con gran potencial de exportación. Una de ellas es la distribuidora agrícola Doña Adela, ubicada en la urbanización Potrerito del municipio Los Salias, que a principios de 2012 y junto a otros productores, recibió financiamiento gubernamental. Los créditos debían ser pagados con producción y para eso se entregaron hectáreas completas de terreno, casas de cultivos, semillas y materiales necesarios.
Era una orden presidencial, más aún un sueño del “Comandante” de la revolución bolivariana. Tanto es así que en 2012 también se aprobó la construcción de un terminal aéreo especial en el Aeropuerto Internacional Simón Bolívar de Maiquetía –el principal aeropuerto del país– con el objetivo de levantar un centro de acopio de frío para el traslado de las flores.
Después de alejarse de la ciudad y recorrer por unos minutos un camino de curvas rodeado de terrenos, se llega a la calle donde se encuentra la distribuidora Doña Adela. Por seguridad, una reja impide la entrada, por lo que todo aquel que quiera entrar al sector debe anunciarse. En el recorrido se espera conseguir un campo lleno de flores, casas de cultivo en producción y no menos variedades listas para comprar y llevar. Pero la realidad es otra.
En el galpón de la distribuidora sólo hay un par de envases llenos de gerberas y calas. En los terrenos un par de flores rojas en unos materos. Uno que otro trabajador se ve a la distancia. “A ese proyecto le pasó lo mismo que a todas las cosas que hace el Gobierno: duró unos meses, todo muy bonito, pero así quedó. Se olvidaron de eso”, cuenta una de las encargadas del negocio.
La distribuidora intenta sobrevivir con el comercio interno y se encuentra en conversaciones para importar a los Estados Unidos. “A la empresa Orquídea se le despachó un par de veces, tenían tiendas donde vendían las flores y además mandaban a Rusia, tenían hasta camiones nuevecitos para el transporte. Es una lástima que no continuara aunque a veces le vendíamos a pérdida porque había que dejarle todo muy barato”, resalta la trabajadora.
Ni siquiera en la Web quedaron rastros de aquellas orquídeas “made in Venezuela”. Al intentar entrar en la página oficial de la empresa mixta, la respuesta es que no se puede acceder al servidor. Desaparecieron. Hasta sus redes sociales se encuentran inactivas; el sueño parece haber durado sólo tres años.
El panorama no es distinto en las oficinas que la empresa instaló en Caracas, en el edificio Domus de la urbanización Las Acacias, al este del Distrito Capital. A principios de 2016 liquidaron a todos los trabajadores. “Los enviaron a sus casas”, cuentan los encargados del edificio. Ahora en ese espacio se encuentra Agrometalven, otra empresa mixta también de la Corporación de Desarrollo Agrícola que, según su página web, brinda servicios y vende productos terminados para la producción agropecuaria e industrial del país.
No sorprende que el pasado 14 de marzo, a través de la Gaceta Oficial Número 41.111, se ordenara finalmente la supresión y liquidación de Orquidea S.A. La junta liquidadora llevará a cabo el proceso en un lapso de 6 meses.
“Tiendas Flores de Venezuela expenden flores con un 40% de descuento”. Eso decían los titulares de medios oficiales en mayo de 2012. El gobierno venezolano resaltaba entonces 11 puntos de ventas de flores que instalaron a lo largo y ancho de su territorio. Margaritas, pompones, anturios, calas, astromelias, claveles, rosas, gerberas y lirios de Venezuela para el mundo... En el afiche, una retahíla de compradores posaba para la foto al mejor estilo de turistas en mercados holandeses. Pero ya ninguna de esas tiendas existe. En la que estaba en la plaza Bolívar de Caracas ahora hay cero rastro de flores. Más de 42 millones de dólares que terminaron en anuncios.
En 2012, año de creación de la empresa mixta, el gobierno venezolano aprobó para la comercialización de flores un poco más de 19 millones de dólares a la tasa oficial del momento –82.935.105 bolívares– provenientes del Fondo de Desarrollo Nacional (Fonden) y Fondo Zamora, según reseña la memoria y cuenta del Ministerio de Agricultura y Tierras de ese año. Pero ese mismo documento advierte que de ese monto solo se ejecutó 5% de ese monto.
También en 2012, para la infraestructura y equipamiento de la comercialización de flores se aprobaron el equivalente a 14 millones 225 mil dólares, de los cuales especifican en la memoria y cuenta que no se ejecutó nada. Apenas publicaron manuales e hicieron talleres y asesorías. El dinero no llegó a tiempo, justificaban.
Al año siguiente, en 2013 la meta era la comercialización a nivel nacional e internacional de flores “a precios justos” para satisfacer la demanda del mercado nacional, así como abastecer a una tienda que supuestamente abrieron en Moscú. Pero las dudas van más allá de Venezuela: si bien las cosas no estaban saliendo como se esperaban, las más de 36 mil azucenas enviadas en 2012 fueron recibidas en Rusia por la compañía “J.S.C. Panorama", una compañía creada en el año 2011 a la medida de un negocio que tiene como actividad principal la “venta de frutas”, según expresan los documentos de creación de la empresa.
Los reportes financieros de esta empresa expresan pérdidas: en 2015 registraron un ingreso de 119 mil dólares pero un gasto neto de 152 mil dólares. Se trata de una firma que se estrenó directamente para este negocio con dos accionistas que a su vez aparecen al frente de otras 35 compañías más. Un caso que ha levantado dudas en Venezuela, pero también demandas al otro lado del mundo por no pagar el alquiler del espacio que servía como oficina en Moscú.
Aun así, las autoridades venezolanas siguieron erogando fondos para el proyecto que anunciaba flores del trópico en el mercado ruso: destinaron otros 4.518.884 bolívares del Fondo Zamora, equivalentes a unos 700 mil dólares al cambio de entonces, a pesar de que solo se ejecutó 72% de esa partida. Ese mismo año aprobaron 1,8 millones más para la construcción de una tienda en Rusia.
Según la memoria y cuenta de ese año la meta de exportación no se cumplió en su totalidad por “dificultades logísticas y financieras”. Pero aun así siguieron destinando 6,8 millones de dólares más provenientes del Fonden. Durante tres años no faltó dinero para las flores. No en vano, en mayo de 2015, la nueva presidenta de la empresa Mixta Ruso Venezolana Orquídea, Rosa Elena Bravo, sostuvo una reunión con floricultores del estado Táchira para crear un nuevo plan de trabajo que impulsara la exportación. Ese día garantizó insumos importados para la producción.
“Ya ha llegado la flor venezolana al mercado de Rusia”, dijo un par de años antes el presidente Nicolás Maduro desde la propia Moscú. “El sueño de la flor de Hugo Chávez se hizo realidad con esta casa comercial”, afirmó en julio de 2013, cuando mostraba lo que sería la primera tienda de flores venezolanas en Rusia. Pero hoy la tienda no existe y no hay algún rincón de Moscú con orquídeas ni aquellas gerberas que el Comandante mostraba en las fotos de un libro. Las flores de Chávez se marchitaron.
Centenares de habitantes de Araya, la península occidental del estado Sucre, combaten la pobreza extrema sacando el único recurso que apenas pueden rasguñar de la tierra: la sal. El contrabando del mineral, que hace un par de años se hacía con algún recato, hoy se practica a plena luz y bajo la complicidad de las autoridades de la zona, que lo permiten a cambio de dinero y a sabiendas de que la empresa estatal encargada de esa explotación, administrada por el Gobierno regional, está destartalada e inoperante.
Gracias a la afinidad entre los gobiernos de Uruguay y Venezuela de los últimos años, la exportación de arroz desde el país austral no ha cesado a pesar de las dificultades que representan las sanciones financieras contra el régimen de Caracas, su propia debacle económica y la desaparición de un intermediario clave vinculado al movimiento Tupamaros. Un 'trader' en particular porfía en este negocio en el que el precio del cereal puede duplicar su precio y superar los marcadores del mercado internacional antes de llegar a puertos venezolanos.
Ni las reses se salvan de la violencia en la Venezuela bolivariana. Si solían contar con el beneficio del sacrificio industrial para servir al mercado de la carne, desde hace cuatro años están a merced de bandas de maleantes que, armados con cuchillos y machetes, se meten a las fincas y a veces en el mismo sitio les dan muerte para llevarse sus mejores partes. El abigeato se vuelve un descuartizamiento primitivo. Además, el cuatrero tradicional comparte ahora el campo con indígenas, miembros del crimen organizado y funcionarios corruptos que han llevado el fenómeno más allá de la frontera.
Evo Morales lucha por un cuarto mandato como presidente de Bolivia. Un grupo de consultores políticos rusos vinculados al Kremlin que se encarga de redes sociales fue enviado a La Paz hace unos meses para ayudar a Morales, dijeron a The Project tres fuentes sin vínculos entre sí. Con esto, Moscú quiere garantizar que sus empresas estatales tengan una larga vida en Bolivia, principalmente Rosatom.
De aquella época de fraternidad inquebrantable entre Hugo Chávez y el matrimonio Kirchner, el gobierno “revolucionario” firmó contratos con la empresa argentina Granja Tres Arroyos por 82 millones de dólares para construir un polo avícola en Venezuela. Fue en el año 2009 y hoy, diez años después de aquellos anuncios que prometían la soberanía alimentaria para Venezuela, queda un pequeño galpón de cría de pollos olvidado en el Parque Nacional de Uverito en el Estado Monagas. Una millonaria estafa al pueblo venezolano que también ocasionó el desplome de la economía de una ciudad argentina que hoy se recupera de una burbuja que reventó muy pronto
El cacao venezolano representa menos del uno por ciento del cacao que se comercia a nivel mundial, pero sus granos y el chocolate que se obtiene a partir de él se exhiben en ferias internacionales a través de empresas nuevas en el negocio y estrechamente vinculadas con la familia presidencial. A través de guiños al sistema cambiario, el extraordinario producto venezolano genera grandes cantidades de divisas que quedan fuera de Venezuela, paradójicamente, gracias a un monopolio del Estado que mantiene férreo control sobre la cadena de comercialización y exportación. Todo ocurre en medio de una escalada de violencia y criminalidad que mantiene secuestrado a las zonas productoras, principalmente Miranda y Sucre, obligándolos a abandonar los campos o morir en el terreno.
A Edgar Marval, uno de los 10 estadounidenses canjeados por Alex Saab, le apagaron cigarros en la espalda y le sometieron a descargas eléctricas. Más allá de las torturas, su historia abre una oportunidad inédita para trazar la ruta del oro, que conecta el contrabando de Guayana con redes internacionales que han lavado más de 3.000 millones de dólares en cargamentos que llegaron incluso hasta la suiza Argor, la refinería más grande del mundo
Nicolás Maduro se ha comprometido con China a atender la demanda de ese mercado por las también llamadas ‘holoturias’, criaturas de aspecto repelente que en la cocina de Asia Oriental pasan por un manjar. Esa oferta no tiene en cuenta los fracasos anteriores de iniciativas para criar la especie en Margarita, lo que abre paso a su pesca indiscriminada. A costa del hábitat natural, la nueva fiebre ofrece una fuente de ingresos a los pescadores, así como un negocio en el que ya entraron amigos del régimen.
El régimen de Caracas trató de instaurar una versión según la cual la tardanza en dar a conocer los resultados de las elecciones del 28J, y su posterior anuncio sin actas públicas, se debieron a un ataque cibernético desde esa nación del sureste de Europa. La narrativa, que resultó un infundio, sin embargo tenía un inesperado correlato con la realidad: la quiebra de un banco en Skopje reveló la existencia de un anillo de empresas y sus dueños venezolanos, algunos muy cercanos a Pdvsa, por cuyas cuentas habrían pasado hasta 110 millones de euros
El programa social del gobierno bolivariano que ofreció “carros baratos para el pueblo” es, en realidad, un negocio privado apuntalado por el Estado venezolano, que vende vehículos traídos de Irán hasta por 16.000 dólares. Aiko Motors, una novel empresa tan desconocida como su dueña, es la intermediaria de un acuerdo entre los gobiernos de Caracas y Teherán y que, según estimaciones, ha movido más de 42 millones de dólares en dos años
Desde una residencia hoy abandonada en Guacara a las páginas que la prensa de España dedica a la cobertura del mayor escándalo de corrupción que afecta al gobierno de Pedro Sánchez: tal ha sido el periplo de Bancasa S.A. y de su propietario, David Pita Bracho. Ambos aparecen mencionados como partícipes de una operación irregular de compra de lingotes por más de 68 millones dólares al Estado venezolano acordada, tras bastidores, entre la vicepresidenta Delcy Rodríguez y el empresario español Víctor de Aldama, ahora preso. Desde Suiza, Pita ofrece su versión sobre el caso, del que se desvincula.
Es conocida ya la entronización de la empresa Railteco en las labores de mantenimiento de teleféricos y trenes en Venezuela, así como su espasmódica eficiencia. Pero poco o nada se sabe que detrás de su fulgurante ascenso está una maquinaria conformada por tres funcionarios del Ejército: Víctor Cruz, presidente de Ventel, Graciliano Ruiz, presidente del Metro de Caracas, y Pablo Peña Chaparro, gerente general de la novel compañía que firma y cobra más de lo que ejecuta