Evo Morales lucha por un cuarto mandato como presidente de Bolivia. Un grupo de consultores políticos rusos vinculados al Kremlin que se encarga de redes sociales fue enviado a La Paz hace unos meses para ayudar a Morales, dijeron a The Project tres fuentes sin vínculos entre sí. Con esto, Moscú quiere garantizar que sus empresas estatales tengan una larga vida en Bolivia, principalmente Rosatom.
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“Sus resultados no son los más altos, pero nunca hay escándalos públicos”, con esta frase describe un funcionario ruso, que pidió permanecer en el anonimato, el trabajo de los estrategas políticos que trabajan para Rosatom. Puede parecer extraño, pero en Rusia las campañas electorales no son asunto exclusivo de políticos, sino que con frecuencias las grandes empresas estatales también se involucran y contratan a sus propios consultores. Así, la empresa estatal Rosatom, que controla todas las instalaciones nucleares civiles y militares en Rusia, ha estado tradicionalmente a cargo de las elecciones en todas las ciudades donde tiene presencia la compañía. Por ejemplo, en 2016, cuando Rusia eligió la cámara baja de su Parlamento, Rosatom contrató estrategas políticos que aseguraron la victoria del regente partido Rusia Unida en diez ciudades, según reportes del periódico Kommersant.
En 2019, esta habilidad de Rosatom de manejar una campaña electoral de forma tan velada que ningún medio de prensa sería capaz de detectarla en cinco meses, vino a resultar útil en América Latina.
En julio de 2019, se celebró una ceremonia solemne en la Universidad Rusa de la Amistad de los Pueblos (RUDN) en Moscú para entregar el título de Doctor Honoris Causa a un hombre que ni siquiera tenía una licenciatura y que se había hecho famoso mascando una hoja de coca en una conferencia de la ONU. “Medio raro suena doctor Evo”, dijo el presidente boliviano, fascinado con el título. Morales ha gobernado Bolivia durante casi 14 años, período en el cual ha visitado varias veces Moscú, donde se le ha recibido siempre con la misma simpatía. Después de la ceremonia en RUDN, visitó el Kremlin, donde se reunió con el líder ruso Vladimir Putin. La visita concluyó con la firma de numerosos acuerdos entre ambas naciones.
Morales ha ocupado la presidencia de su país durante tres períodos consecutivos, a pesar de no ser algo muy consistente con la Constitución boliviana. Pero la mayoría de los bolivianos desde hace mucho tiempo le perdonan casi todo a Morales gracias a que bajo su mandato el estándar de vida se elevó considerablemente debido principalmente al alza de los precios del gas y del petróleo.
Sin embargo, en 2016 la situación se complicó: después de una serie de escándalos políticos internos, Morales comenzó a tener más dificultades para retener su puesto. Perdió un referendo que se había organizado especialmente para realizar cambios constitucionales que le hubiesen permitido reelegirse por cuarta vez. Después de eso, no renunció a la idea de mantenerse en el poder y el Tribunal Supremo de Justicia lo autorizó a participar en las elecciones del 20 de octubre.
La campaña no fue fácil: estuvo acompañada de protestas en las calles que se desataron cuando las autoridades demoraron en dar respuesta a los incendios forestales que afectaron grandes áreas de la Amazonía boliviana. En condiciones así de adversas, el presidente necesitaba que le dieran una mano.
En la reunión entre Putin y Morales participó un hombre que tenía casi tanto que perder como el presidente boliviano en las elecciones de ese país: el director de Rosatom, Alexey Likhachev.
Después de nacionalizar la economía en sus primeros mandatos, Morales le dio la bienvenida a las empresas rusas al mercado boliviano. Así, Rosatom tiene un contrato con Bolivia para la construcción de un centro nuclear por valor de $300 millones en El Alto. El gigante energético estatal ruso Gazprom comenzó a participar en proyectos de producción de gas, y Helicópteros Rusos (parte de la empresa estatal Rostech) tiene un plan para vender helicópteros al ejército boliviano.
Si Morales perdía las elecciones, el destino de estos contratos “quedaría en duda”, porque el nuevo gobierno siempre podía cambiar la política “por presiones de los americanos” y privar a Rusia de estos convenios, dijo a The Project una fuente cercana a la administración de la empresa. Y había razones para temer una derrota de Morales: durante toda la campaña las encuestas mostraron que no iba a obtener votos suficientes para ganar en la primera ronda.
Así, la empresa nuclear estatal rusa decidió apoyar a Morales, dijeron a The Project la fuente cercana a la administración de Rosatom, y un consultor político cercano al Kremlin, con la condición de que se mantuviera su anonimato. Según una de estas fuentes, no era la primera vez que Rosatom contrataba asesores políticos para ayudar con sus proyectos en el extranjero. Sin esto, dijo, los contratos “se rompían una y otra vez”.
“Cuando Rosatom aparecía en el territorio de cualquier país, enseguida le seguían ambientalistas, chinos, franceses, americanos, y comenzaban a gritar que era imposible construir (instalaciones nucleares — The Project) aquí”. El último escándalo de alto perfil en que se vio involucrada Rosatom fue en febrero de 2018, en Sudáfrica: la oposición y los medios acusaron al entonces presidente sudafricano, Jacob Zuma, de haber recibido dinero de Rusia para firmar un contrato para la construcción de una central nuclear. El resultado fue que Zuma perdió el poder y Rosatom el contrato. Ahora la empresa —dice la fuente— envía estrategas políticos a todas partes del mundo donde tiene intereses para crear un “campo de información favorable”.
En los últimos años, las capacidades políticas de Rosatom se han extendido todavía más. En 2016, el director de la empresa, Sergey Kiriyenko, pasó a ocupar el puesto de primer subjefe de la administración presidencial. En este cargo es responsable de toda la política interior de Rusia e interactúa activamente con estrategas políticos. Al mismo tiempo, mantuvo su influencia en Rosatom, donde asumió el cargo de presidente de la junta de supervisión.
Fue el personal de Kiriyenko en el Kremlin el que coordinó la selección de los especialistas que se enviarían a Bolivia, de acuerdo con dos fuentes cercanas a la administración presidencial. Sin embargo, el funcionario federal que habló con la condición de que se mantuviese su anonimato, insiste en que el Kremlin “solo estaba al tanto” de este trabajo. El director del departamento regional de Rosatom, Andrey Polosin, fue el responsable de enviar la misión a Bolivia. Rosatom no contestó a las solicitudes de declaraciones hechas por The Project.
El primer grupo de rusos que se enviaría a Bolivia comenzó a conformarse en enero, dijo un estratega político que domina detalles organizativos de la misión. Rosatom primero contrató a personas con experiencia en campañas electorales regionales en Rusia, y luego reclutó especialistas con conocimiento de español para asistir a los asesores políticos, según otra fuente. Los asesores bromeaban diciendo que iban a luchar por el mercado de la cocaína —dijo un amigo de los analistas políticos—, pero Moscú les encomendaría un objetivo diferente.
“Las redes sociales son como las alcantarillas”, dijo el presidente Morales durante su campaña. Y de hecho, las redes sociales le dieron muchísimos dolores de cabeza al líder boliviano. Cuando en el verano se hizo evidente que las autoridades habían demorado en contrarrestar los enormes incendios del Amazonas y la situación comenzó a causar disturbios, Morales apareció de repente en televisión vestido de bombero.
En redes sociales los usuarios ripostaron con memes que mostraban a Morales disparando una pistola de agua. Los especialistas rusos tendrían que que trabajar dentro de esta “alcantarilla”. Todas las fuentes consultadas por The Project para esta historia afirmaron que el principal propósito del grupo era el trabajo en internet. En especial se ocuparon de propagar publicaciones en redes sociales que mencionaban las tesis del programa “Bolivia para todos” de Morales, y participaron en “campañas de propaganda negra” contra los críticos de Morales, dijo el consultor político que conoce bien los detalles de la misión.
Los estrategas políticos rusos habían estado en La Paz desde al menos el 4 de junio. Ese día uno de ellos, Vladimir Ryabinin, publicó en su Facebook la primera foto desde la ciudad. Y después de eso continuó publicando fotos desde Bolivia hasta el 25 de septiembre.
Ryabinin estuvo en el grupo de unos 10 estrategas de Rusia que terminaron yendo a trabajar en Bolivia. Este estimado fue proporcionado por un estratega político que conoce los detalles de la misión. El resto son en su mayoría consultores que en diferentes momentos han ayudado a las autoridades rusas con las elecciones en las ciudades de Samara y Ekaterimburgo. El grupo incluye, entre otros, a Alexander Sheremetev, un asesor político que ayudó al candidato del partido Rusia Unida en Ekaterimburgo a ganar las elecciones más recientes en la Duma Estatal.
Otro de los consultores que trabajó en Bolivia es Valery Solovyov, el fundador de la “Agencia de Agitación en Internet”, la entidad que en el pasado ha interactuado en numerosas ocasiones con el Kremlin. Entre otras cosas, la agencia de agitación trabajó en la reciente campaña electoral que le dio la victoria a Alexander Beglov como Gobernador de San Petersburgo, incluyendo el uso de perfiles falsos en redes sociales, como informamos anteriormente en The Project.
En Bolivia, Solovyov también estuvo a cargo del uso del sistema “El Prisma”, según la persona que es su amigo. “El Prisma” ha sido usado por funcionarios del Kremlin desde inicios de la década de 2010, cuando se dieron cuenta de la necesidad de monitorear la blogosfera. Este programa, producido por la empresa Medialogia “analiza el interés de la blogosfera en ciertos problemas y advierte sobre posibles riesgos reputacionales, ” según la descripción que aparece en el sitio web de Medialogia. Una fuente cercana a la administración de Medialogia dijo haber escuchado de negociaciones con Bolivia para suministrarle el sistema a ese país. Un vocero de la empresa le dijo a The Project que “El Prisma” tiene una versión en español, pero se negó a responder a una pregunta sobre el trabajo en Bolivia.
Los principales estrategas políticos del grupo regresaron a Moscú en octubre, sin esperar el día de las elecciones. En conversaciones con conocidos, se quejaron de que el trabajo fue difícil por desacuerdos entre el personal de Morales. Los estrategas políticos elaboraron un informe sobre los resultados de la misión. “Dijeron que el informe se entregaría a la administración presidencial”, dijo uno de sus colegas cercanos.
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Nota de los autores
Los esfuerzos de los consultores rusos no ayudaron a Morales a conseguir una victoria aplastante. El conteo de los votos de las elecciones del domingo 20 de octubre no había concluido en la madrugada del miércoles 23, en medio de protestas populares.
Está estrictamente prohibido divulgar información sobre esta misión, se considera muy importante y secreta, explicó el funcionario federal a The Project. Una fuente cercana a la administración de Rosatom cree que los involucrados en la misión temen ser objeto de sanciones internacionales por participar en elecciones extranjeras.
Todos los participantes en la misión contactados por The Project se negaron rotundamente a dar declaraciones sobre su viaje a Bolivia o lo explicaron con otras razones. Solovyov dijo que había ido a trabajar allí con un cliente corporativo. Ryabinin dijo que había viajado a América Latina de vacaciones: “Y el año pasado estuve en Vietnam. ¿Por qué no me preguntan sobre mi visita a ese país?”
(Traducido en colaboración con Proyecto Inventario, una publicación cubana de periodismo de datos).
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Este reportaje se publicó originalmente el 23 de octubre de 2019 en The Project, medio independiente de Rusia, y contó con la participación de Julia Apukhtina y Daniil Kotnikova. Se reproduce con autorización de los autores.
Durante los años 2012 y 2015, la empresa de camiones Kamaz lideró los registros de envíos desde Rusia a Venezuela. Chasis, motores y diversos repuestos ingresaban continuamente al país a través del intermediario local J.C International 2004, C.A, empresa en la que sus más recientes socios se dedican también al negocio de la distribución de carnes. Durante años, el gobierno venezolano y Kamaz han prometido la construcción de una ensambladora en el país pero esta sólo ha quedado en planes, así como también la idea de llenar las carreteras de Venezuela con vehículos de esta marca.
El miembro del gabinete estadounidense, Wilbur Ross, es uno de los dueños de una compañía que provee servicios de transporte marítimo a Pdvsa, un cliente que en 2015 le aportó más de 11 por ciento de las ganancias a su naviera. Aunque para ocupar su cargo el funcionario debió deshacerse de sus propiedades mercantiles, conservó una participación en esa línea de negocios a través de una compleja estructura offshore en las Islas Caimán. Así no sólo comerció con la Venezuela chavista, sino también con un asociado del presidente ruso, Vladimir Putin. Sobre ambos países pesan sanciones económicas de Washington.
Todo comenzó con unos lirios en un centro de mesa. Se dice que en una oportunidad el presidente Hugo Chávez llegó a una reunión con su homólogo ruso, Vladimir Putin, y quedó cautivado con unas flores que bien podrían haber sido venezolanas. Allí surgió la idea de exportar tallos a Europa oriental, un sueño que se desvaneció junto a 42 millones de dólares.
Una anónima empresa china de ingeniería civil salió a relucir en las noticias internacionales de febrero pasado. Se trataba de Camc, beneficiada con importantes contratos del Gobierno boliviano mientras la exnovia del presidente Evo Morales actuó como su gerente local. Pero ya para entonces tenía tiempo operando en Venezuela. Desde 2003 ha obtenido del régimen chavista proyectos por más de 3.000 millones de dólares. A pesar de un desempeño plagado de irregularidades técnicas y administrativas, acaba de recibir un jugoso trofeo: la certificación de yacimientos en el Arco Minero del Orinoco.
El presidente de Ecuador hace esfuerzos para proyectarse como líder regional. Acaba de estrenarse en casa como anfitrión de Unasur pero, desde mucho antes, su gobierno gasta más de 420.000 dólares por año para mejorar su imagen en el “imperio”. Y lo hace a través de la misma agencia de relaciones públicas que endulza en Estados Unidos la imagen del propio Nicolás Maduro y de hombres duros como Vladimir Putin.
Hace poco un consorcio de empresas rusas dedicadas al negocio de los hidrocarburos recibió concesión para explotar campos petrolíferos venezolanos. Muchas de esas empresas tienen un extraño carácter mixto en una propiedad compartida no entre Estado y Capital Privado, sino entre una camarilla política, por un lado, y los amigos del hombre fuerte de Rusia, Vladimir Putin, por el otro. Ningún caso ilustra mejor este complejo entramado que el del gigante mundial del gas, Gazprom. El siguiente texto (publicado por primera vez en diciembre pasado), donde se identifican los nombres de 13 allegados del primer ministro ruso que se entremezclan en el crucigrama de negocios de Gazprom, forma parte de una serie de investigación desarrollada por el periódico moscovita “Novaya Gazeta” con el apoyo del fondo danés Scoop.
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