Primero estuvo en 26 millones de dólares, y ahora tiene un precio de promoción de 20 millones, pagaderos en criptomonedas. Entre corredores de Florida y, luego, en las redes sociales, la puesta a la venta de una quinta espectacular en la capital venezolana causó conmoción. ¿Tanto así se arregló el país?, provocaba preguntar, y en medio del delirio de cifras, más parecidas a los ‘asking prices’ de mercados calientes del ladrillo como Miami o las Baleares, quedó claro que la debacle chavista ha dejado intactos algunos rincones de opulencia.
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Aviso clasificado: “La opulencia le espera en Quinta Warairarepano, una propiedad ubicada en la ladera de una montaña situada en Venezuela. Quinta Warairarepano tiene todas las características de lujo imaginables”. Debe ser así, aceptará el sorprendido lector, pues la propiedad se ofrece en 20 millones de dólares, ubicada en un bucólico enclave de Caracas, cierto, pero también en medio de un mercado depauperado tras una década de crisis socioeconómica y humanitaria.
El aviso, que circuló a manera de un video promocional por redes sociales, dio un espaldarazo, quizás involuntario, a la especie de que “Venezuela se arregló”. Si así se ofrece la propiedad, todavía debe haber quien pueda comprarla. En la capital del país con la hiperinflación más alta del hemisferio y que ha expatriado a al menos siete millones de sus ciudadanos -entre ellos, miles de venezolanos de clases alta y media que han dejado atrás, a menudo vacíos, sus inmuebles-, aún persisten rincones para la ostentación y el lujo.
Con aires de modernismo moldeados en piedra y mármol, la gran casa familiar que pertenece a Manuel José Escotet Rodríguez desde hace 22 años, muestra líneas rectas que le otorgan un carácter de dios petrificado en un entorno de denso verdor. Se trata de un sector natural del sureste del valle de Caracas al que, desde 1980, ampara la categoría de Zona Protectora bajo custodia del entonces recién creado Ministerio de Ambiente (hoy Ministerio de Ecosocialismo).
La voz indígena que nombra al cerro El Ávila, Warairarepano, también identifica a la propiedad, a pesar de que la montaña homónima en realidad flanquea a Caracas por el punto cardinal opuesto, el norte. La casa se ubica en las montañas que sirven de cinturón vegetal a la capital venezolana, pero desde el sur. Fue construida en la amplitud del cerro El Volcán, el pico más alto del municipio El Hatillo, un suburbio de Caracas en el estado Miranda, en un discreto sector que cuenta con permiso para habitar.
Sobre los 1.000 metros de altura, el empresario hispano-venezolano, hermano del banquero Juan Carlos Escotet Rodríguez, levantó ese bastión desde el que presenció el tránsito del chavismo hacia el poder absoluto. De hecho, la obra se inició apenas dos años después de la llegada de Hugo Chávez a la Presidencia de la República.
Ahora, desde finales del mes de junio de 2022, un mismo video publicitando la millonaria propiedad fue lanzado casi en simultáneo por distintas agencias de ventas de inmuebles. Se ofreció como una especie de villa unifamiliar y autosuficiente, un refugio para preppers acaudalados que deseen vivir cerca de la onda expansiva de miseria y decadencia que llega desde el valle más abajo, pero a la vez busquen aislarse de ella.
El diseño de la casa y su orientación parecen sincronizados con el paso del sol para generar un llamativo efecto óptico. Al atardecer, sus rayos se reflejan como destellos anaranjados en los amplios ventanales del segundo piso de la vivienda y rebotan de manera tenue sobre los carros que transitan por los linderos entre los municipios El Hatillo y Baruta, en el sureste de la capital.
Pocos la notan, pero quienes lo hacen advierten en la ladera “una caja de zapatos” construida con vidrios y que se queda en la memoria como una postal incógnita, sin nombre ni ubicación. Para el espectador surte un efecto parecido al de la casa de los González Gorrondona, agazapada esta en las laderas de la Silla de Caracas, a la altura dela urbanización Altamira. Pero a la de El Volcán se añade una pátina de misterio: “Dicen que es de Escotet”, susurran los vecinos.
Aunque con el apellido busquen aludir a Juan Carlos Escotet Rodríguez, el presidente de Banesco, en realidad el dueño es Manuel José, su hermano, según los registros catastrales. También hispano-venezolano, se dedicó a soluciones tecnológicas asociadas a seguridad electrónica, así como de sistemas de información y comunicaciones. Además tuvo negocios vinculados a la administración y remodelación de infraestructuras comerciales. En una época de fortunas súbitas y suspicacias afiladas, no sobra la aclaratoria: “Todo lo tiene en regla y su casa cumple con lo que señala la ley”, explica una fuente consultada por Armando.info.
Manuel Escotet, economista y contador público, hombre de negocios acostumbrado a los viajes, no volvió ni al país ni a la casa desde 2018, coinciden en relatar sus vecinos. De ese mismo año data el primer intento de venta de la propiedad. Entonces se ofreció por 26 millones de dólares, según publicó el portal Realtor. La transacción se procuró a través de corredores de bienes raíces, al menos, una docena de ellos en Miami. Uno de ellos comentó a Armando.info que “tienen acceso a la propiedad” para mostrarla a posibles compradores, “pero no al vendedor”.
A través de las al menos 90 fotos publicadas en los portales inmobiliarios puede verse que la mansión cuenta con los recursos posibles para vivir en el aislamiento de un búnker pero con la comodidad de un hotel cinco estrellas. Posee desde canchas deportivas hasta su propia capilla religiosa, todo entre caminerías bordeadas de palmeras, chaguaramos y helechos.
Distintas gamas de verdes, grises y colores tierra caracterizan el espacio exterior. Las inmobiliarias ofrecen un tour virtual, a la par que publican una extensa galería de fotos de todos los espacios disponibles: 14 dormitorios y sus vestidores, 20 baños, bar, ascensor, chimenea, múltiples comedores, cine, gimnasio, peluquería, sala de masaje, piscina, cancha de tenis, área de juego, terraza descubierta y un estacionamiento para 12 vehículos.
Desde una pequeña biblioteca se observan los vitrales decorados con paisajes que evocan las mismas postales que inspiraron al pintor hispano-venezolano Manuel Cabré, cuyo ícono recurrente en las artes plásticas fue el cerro Ávila.
Armando.info intentó registrarse sin éxito en las páginas inmobiliarias para realizar la visita. No se recibió respuesta. Apuntarse al tour no era permitido con números locales venezolanos; el sistema los restringía automáticamente.
Vista en cenital sobre un mapa, la casa millonaria es un punto en la Zona Protectora que sirve de pulmón vegetal a los municipios Baruta y El Hatillo. Se trata de unos 15.000 metros cuadrados de terreno -el decreto de tenencia de tierras permite parcelas de hasta 25.000 metros cuadrados- pero el dato no lo confirmaron las agencias inmobiliarias ni fue posible certificarlo a través de la dirección de ingeniería municipal. Sin embargo, un testigo de la evolución arquitectónica de la zona aclaró que “es la parcela más grande del lugar”.
En el decreto del año 1980 -publicado en Gaceta Oficial- se especifican los sectores donde pueden llevarse a cabo determinadas construcciones. Algunos son intocables por su fragilidad ambiental y otros, como el terreno sobre el que se construyó la propiedad, están clasificados como lotes para granjerías, unas grandes casonas que poseen tierras con vocación agrícola, como se pensaba entonces. Las construcciones más cercanas a la casa, según puede verse a través de Google Earth, permanecen medio ocultas entre árboles tupidos de copas altas que dejan entrever techos rojos a dos aguas y que recuerdan a la zona del Country Club, uno de los barrios más ricos y antiguos del este de la ciudad.
Aunque el urbanismo de granjerías no se le identifica con un nombre particular, se trata de una privilegiada urbanización rodeada de otras de igual estatus. Desde ya hace unas décadas, un sector empresarial de Caracas apuntó a la privacidad y seguridad mientras desistía de los condominios residenciales. Así, empezó a construir y refugiarse en estas zonas.
El mercado inmobiliario se revalorizó con propiedades más modernas y sin duda con menos historia. Hasta 2011 la inversión en bienes raíces en Venezuela brindó protección contra la inflación y devaluación, de acuerdo con estudios del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA). Pero desde 2013 y hasta 2019, los cálculos de la Cámara Inmobiliaria venezolana indicaron una reducción de 95%, con precios por debajo de su valor real y hasta de sus costos.
Esto implicó que en la Venezuela de 2022 también haya remates de mansiones debido a la contracción del mercado y a familias que prefirieron no mirar atrás cuando optaron por el exilio. Si el lujo se paga caro, no fue el destino de icónicas villas en el Country Club, por ejemplo, diseñadas por arquitectos de renombre que ahora se venden en tres millones de dólares o menos.
En una búsqueda realizada en los principales portales inmobiliarios de Venezuela, como Remax, Century 21, Rent-A-House, Con La Llave y Tu Inmueble, se identificaron propiedades costosas en urbanizaciones de la capital como Las Mercedes, El Rosal, Colinas de Tamanaco, Valle Arriba y la Lagunita Country Club. Al menos en los últimos seis meses de 2022 los rangos de precios de las casas en venta variaron de tres a ocho millones de dólares, incluyendo la sede de la Embajada de Irán en Venezuela.
Precisando el costo por metro cuadrado de las casas en oferta este año, el monto varía de 850 dólares hasta 1.600 dólares. Para la mansión de la familia Escotet, el promedio fue 1.333 dólares. Sin embargo, la lotería de los altos precios se la lleva la urbanización Las Mercedes, hoy ocupada por grandes torres inteligentes en contraste con unas pocas edificaciones viejas que aún quedan en pie y una selva de locales de moda. En esa pequeña zona rosa de la capital se cotiza el metro cuadrado hasta en 2.500 dólares, según estimaciones de las mismas páginas inmobiliarias.
Si resulta curioso el astronómico costo de una propiedad en la Caracas de hoy -donde se transan apartamentos clase media que en otros tiempos costaban 300.000 dólares en 50.000, por ejemplo-, la cuestión sobre cómo negociar una compra por 20 millones de dólares salta a la vista. En el anuncio oficial de la casa millonaria, se ofrece la posibilidad de que la operación se haga en criptomonedas.
Durante una conversación con Armando.info, el consultor inmobiliario Pedro Centeno Díaz, experto en negociaciones con criptomonedas, aseveró que la llamada zona rosa de Caracas se percibe como “la más costosa del país si se considera el metro cuadrado”. Sin embargo, todo tiene sus excepciones y la volatilidad de la moneda ha minado el mercado inmobiliario: “Es relativo, consigues una propiedad en 20.000 dólares y tres cuadras más allá está en el triple”.
Centeno Díaz, creador de la iniciativa InmuebleCoin y asesor de clientes que intentan adentrarse en la economía digital, explicó que cuando se trata de manejo en criptomonedas “lo común son negociaciones de inmuebles por montos menores de 50.000 dólares y quienes las realizan, en su mayoría, son jóvenes con mayor conocimiento de la industria”. El experto advierte sobre las estafas y los grises legislativos, aunque las regulaciones de la Superintendencia de Criptoactivos pusieron algún orden desde 2018, cuando se creó el marco legal venezolano sobre el tema.
El consultor inmobiliario confesó que “no hay estadísticas sobre el volumen de las transacciones de inmuebles en criptomonedas, tampoco la ley es explícita en las formas y medios de pago de la propiedad, al final son las mismas personas quienes acuerdan un precio”, en dinero y en bienes como un yate o carro. “Son malabarismos”, comentó.
“Hay dificultad en el tema de bienes raíces en Venezuela impactado por la sobreoferta, los bloqueos y la gasolina”, explicó el promotor de InmuebleCoin. Aun así, con todas esas rémoras, las propiedades en Caracas suelen tener mayor costo que las del resto del país, por su supuesto mejor acceso a servicios públicos.
Rafael Klemprer y Daniel Forsythe Ríos-Vale, directores de la sociedad privada Trinalta C.A., una importante empresa de bienes raíces de la ciudad y promotores de desarrollos inmobiliarios de la zona sureste de Caracas, reconocen el valor urbanístico del área donde se ubica la gran casa de Escotet. Los representantes de la constructora explicaron que el decreto de la Zona Protectora se ha respetado en casi toda su extensión.
Aún así, no escondieron el asombro al escuchar la cifra de 20 millones de dólares. “La más cara de Venezuela”, reaccionó Klemprer sin ambages, “aunque todos tienen derecho a hacer la inversión que consideren con su dinero”, apuntó Forsythe Ríos-Vale.
Aunque las inconsistencias empiezan a notarse. A menos de un kilómetro de la casa, el contraste supera el asombro: un parque ecológico en las faldas de la montaña fue invadido para prácticas religiosas sin control de las autoridades. Durante más de una década los vecinos han denunciado la inacción del gobierno municipal.
Pero para conveniencia de sus dueños, el anuncio de venta circuló en una red de páginas web inmobiliarias. El sistema de recomendación del portal de la agencia Compass señala mansiones en Florida con un precio similar. Una propiedad en Fort Lauderdale de 16.500 metros cuadrados se cotizó a principios de año en 24,5 millones de dólares y otra en Coral Gables en 17,5 millones de dólares. Algo más al norte, en Wellington, una propiedad de 10.100 metros cuadrados está valorada en 15,9 millones de dólares.
Las comparaciones pueden llegar a ser alucinantes. La Villa Costanera del cantante Marc Anthony, ubicada en Islands of Cocoplum, uno de los más lujosos destinos en Coral Gables en Miami, fue vendida hace unos años en 20 millones de dólares. Hace dos años, la estrella del rock Bon Jovi puso en venta por eso monto una propiedad en Navesink River Road, un exclusivo lugar que está a solo una hora de la ciudad de Nueva York. La casa construida en 1999 simula un castillo francés con muelle privado y 1.672 metros cuadrados de detalles, con su propio estudio de música. En julio de 2022, la actriz colombiana Sofía Vergara ofertó su mansión en Beverly Hills de 2.428 metros cuadrados por el mismo precio.
Pero si el destino es Europa, el abanico se abre. En Marbella, España, está en venta una mansión griega de 1.478 metros cuadrados por 20 millones de euros, “precio digno de los dioses”, mencionó la nota que describe la propiedad.
Las comparaciones, que siempre son odiosas, en este caso dan pie para hacerse la pregunta: ¿Cuánto costaría la Warairarepano del cerro El Volcán si se ofreciera en un mercado inmobiliario más sano o normal que el caraqueño actual?
El empresario barinés, uno de los más prósperos de la era chavista, atraviesa una mala racha desde 2019, tras el colapso de dos de sus bancos en el Caribe. Enfrentado a los reclamos de sus acreedores y con las autoridades pisándole los talones, preserva la propiedad de una suntuosa villa por la que pagó millones de dólares durante dos años y que adquirió en República Dominicana, a través de un elaborado esquema jurídico, de otro magnate venezolano, Gustavo Cisneros.
Entre 2011 y 2016, Nayshar Flores conquistó Brickell, el distrito financiero de Miami. Entonces llevó adelante una intensa campaña de compra de inmuebles en una de las zonas más exclusivas de la ciudad, financiada por su buena estrella como contratista de los militares venezolanos. Aunque su apellido podía tener resonancias políticas en el régimen de Caracas y venía de ser socio del yerno de Diosdado Cabello, nada de eso impidió que cayera en una mala racha judicial en Estados Unidos.
El abogado venezolano Gustavo Mirabal Castro, señalado por distintas versiones como presunto testaferro del extesorero nacional, Alejandro Andrade, se apresuró a mudarse a Dubai desde Madrid apenas se enteró de la disposición del también exmilitar a someterse a las autoridades de Estados Unidos. Para esa peregrinación, Mirabal debió soltar lastre, así que hizo cambiar de manos un superyate que en 2016 se había comprado a través de una offshore, y pasó su residencia en el suntuoso barrio de La Moraleja al crack del Real Madrid.
A finales del año pasado el Estado venezolano se deshizo de la que fuera sede de la embajada del país ante el Reino de los Países Bajos, una casa señorial y centenaria que había terminado como archivo de documentos, a la que durante años no se le hizo mantenimiento y terminó vendiéndose a un precio poco competitivo que supo aprovechar una empresa de bienes raíces con todas las características de una ‘shell company’. Esta, en menos de un mes, revendió la propiedad por más de la mitad del precio original.
China no tenía remilgos en pedir. Y Hugo Chávez tampoco los tenía para complacer a su poderoso aliado. Así que cuando Beijing solicitó en 2010 la habilitación de una oficina en Caracas para que sus ejecutivos supervisaran los múltiples proyectos conjuntos en los que se embarcaron ambos gobiernos, los bolivarianos destinaron -al menos sobre el papel- la bicoca de 164 millones de dólares para remodelar un espacio de un edificio del centro de Caracas. Una década más tarde, la oficina sigue en funcionamiento. Armando.info encontró escasa actividad en ella, y, lejos del lujo asiático que se esperaría tras semejante inversión, pudo comprobar que el lugar es como una cápsula del tiempo que guarda una muestra desgastada del estilo burocrático de los años 80.
El informático venezolano Marcos Machado Requena es accionista de Ex-Cle, la compañía de origen argentino que goza de contratos multimillonarios del CNE. Su complicidad en esa operación le expuso a las sanciones de Washington. Así que se sigue esforzando en mantener su perfil bajo aún en el otro ramo al que se dedica, donde dejarse ver es clave: la gestión de lugares de rumba y café que son tendencia en Caracas.
Una producción al estilo de la serie ‘CSI’ fue preparada por el oficialismo para hacer un simulacro de revisión pericial de las actas de votación, con un desenlace previsto en el guion: la ratificación judicial del dudoso triunfo de Nicolás Maduro en las elecciones del 28J. Contó con un grupo de extras disfrazados de investigadores de una escena del crimen donde las víctimas eran la verdad y la democracia. Pero, en realidad, se trataba de funcionarios del CNE, cercanos al rector Carlos Quintero y, muchos de ellos, miembros también del PSUV.
Las autoridades de la Universidad Arturo Michelena se infiltraron en grupos de WhatsApp de sus estudiantes. Allí detectaron a aquellos que se pronunciaban contra el fraude electoral del 28J y criticaban el respaldo abierto del rector al oficialismo. A los descubiertos les ofrecieron la “oportunidad” de escoger sus propios castigos: o arrepentimiento y suspensión hasta por dos semestres en el campus o, ya a merced de la ley de la calle, expulsión permanente y denuncia ante la Fiscalía por delitos de odio. La universidad prolongaba así su historial de cruce con prácticas y cuerpos de represión.
Desde sus tribunales antiterrorismo en Caracas, cuatro jueces improvisados se han dedicado a, precisamente, sembrar el terror. Actúan de manera expedita e implacable, en medio de arbitrariedades y sin detenerse en formalidades, no solo concertados con el gobierno de Nicolás Maduro, sino teledirigidos desde la Sala Penal del Tribunal Supremo de Justicia y del Circuito Penal de Caracas. Su propósito: propinar castigos ejemplarizantes a quienes se manifiesten en desacuerdo con el fraude electoral.
Sobre el sistema electoral venezolano, “el mejor del mundo”, ahora en la mira tras los cuestionados cómputos oficiales de los comicios del 28 de julio, al final hay un solo ojo: el de la compañía argentina Ex-Cle. Y sobre Ex-Cle, con domicilio desierto en Buenos Aires y un búnker en Caracas, solo mandan los hermanos Jorge y Delcy Rodríguez y el rector del CNE, Carlos Quintero, junto al empresario Guillermo San Agustín. Un embudo por el que pasan negocios, influencias políticas y ‘big data’, en perjuicio de la democracia.
Desde que se conocieron los dudosos resultados del CNE que daban el triunfo a Nicolás Maduro en las recientes elecciones presidenciales, estalló una ola de protestas que ahora los cuerpos de seguridad del régimen intentan sofocar no solo con la represión, sino con un nuevo elemento disuasivo: videos de escarmiento en redes sociales. A fin de analizarlas, Armando.info recopiló una veintena de estas piezas, editadas con elementos de filmes de terror y de incitación al odio y hostigamiento contra la disidencia.
Economista y banquero venezolano. Fundador del banco venezolano Banesco y presidente de Banesco Internacional con presencia en más de 10 países.
Economista y contador, empresario hispano-venezolano. Se dedicó a soluciones tecnológicas asociadas a seguridad electrónica, así como de sistemas de información y comunicaciones.
Mansión ubicada en el estado Miranda, propiedad de Manuel José Escotet Rodríguez y que se encuentra en venta por 20 millones de dólares.