Colombia prohibió la pesca y comercialización de tiburones en 2021. Apenas un año más tarde, un cargamento con algo más de 3.400 aletas de tiburón, con destino a Hong Kong, fue interceptado en el aeropuerto de Bogotá. Los miembros de estos escualos iban camuflados con vejigas natatorias de pescado que provendrían del Lago de Maracaibo, todas exquisiteces apreciadas por los gourmets chinos. Esta investigación sigue el rastro de parte del cargamento desde la Guajira venezolana hasta la capital colombiana y revela quién es el propietario de tan inusitado contrabando.
Ya alcanzaron Estados Unidos los forajidos que, siguiendo la ola migratoria venezolana, cometen fechorías en una docena de países. A todo tren esta megabanda se ha convertido en la que el general de policía Óscar Naranjo llama la organización criminal “más disruptiva” de Latinoamérica, una que le ha ganado escaramuzas hasta a la guerrilla colombiana. Ahora la Patrulla Fronteriza norteamericana reporta intentos de infiltrar la franquicia al norte del río Bravo.
Impulsados por la necesidad de producir coca fuera de la región andina y abrir franquicias más rentables, los narcotraficantes están reinventando el viejo negocio del contrabando de drogas hasta hacerlo más global: por ejemplo, los cultivos se mueven a Centroamérica mientras, en Holanda, España, Australia y Senegal, aparecen laboratorios para procesar cocaína, algunos con ‘cocineros’ colombianos. Pero no solo eso: las organizaciones criminales también innovan en el transporte de la droga que ahora camuflan de las maneras más disímiles.
Las propiedades inmobiliarias de lujo en el mercado francés han atraído durante mucho tiempo fondos ilícitos de todo el mundo. Un proyecto multinacional con bases de datos permitió rastrear en París y la isla caribeña de San Bartolomé inmuebles millonarios a nombre de la familia política del cuestionado diputado y exministro Haiman El Troudi, y del operador financiero Luis Oberto, respectivamente, como muestras de ese propósito de blanqueo de capitales con ‘savoir faire’.
Pedro Luis Martín Olivares, exdirectivo de la policía política venezolana, buscado en Estados Unidos por presunto narcotráfico vinculado al Cártel de los Soles, tiene un perfil público deliberadamente bajo. Aunque no conserva el mismo poder del que gozó con Hugo Chávez, se las ha arreglado no solo para seguir impune frente a quienes intentan denunciar su doble vida entre los servicios secretos y las actividades ilícitas -de la extorsión al tráfico de influencias-, sino además para levantar un emporio empresarial mientras sus parientes acumulaban un valioso patrimonio inmobiliario.
El alicate global que se aplica a Rusia para presionar el fin de la invasión a Ucrania pasa por el congelamiento de los activos de los “oligarcas” rusos que apoyan al régimen de Vladimir Putin en varios frentes, desde el económico hasta el comunicacional. Una alianza de 25 medios ha elaborado una base de datos que ha detectado y rastreado los activos de este poderoso grupo, considerado la piedra angular del poder político del Kremlin