Que la OFAC estadounidense le aplicara sanciones no fue impedimento para que López siguiera haciendo negocios con el Estado venezolano. Por el contrario: hasta pudo servirle de aval para que Pdvsa le otorgara, al menos, un nuevo contrato para gestionar un campo petrolero, vínculo que todavía en 2022 negaba. Este y otros hallazgos se encontraron al revisar archivos filtrados de Oryx Resources, una de las tantas empresas del -según Washington- presunto testaferro del hoy caído en desgracia ex VP de la República, exgobernador y exministro.
Esta recaudación debía desembocar en una plataforma de apoyo a los cómicos venezolanos, pero terminó por ser, según se vea, ganancia o tribulación para uno solo: Roberto Cardoso -el nombre civil del antiguo standupero- quien, con dos socios, inició en noviembre de 2021 la colecta para “el primer y único club de comedia” del país, que establecía como membresía la compra de un activo digital coleccionable con ilustraciones de “monstruos”. Si ya la oferta sonaba como un chiste, ahora el epílogo es de terror: el equivalente a millones de dólares con destino dudoso y un retorno que pocos ven.
Las sanciones contra el gobierno de Nicolás Maduro pusieron en aprietos a todo tipo de instituciones venezolanas para recibir recursos y mantener su funcionamiento, entre ellas las de actividades deportivas. El Comité Olímpico Venezolano abrió una empresa en Florida para capear este temporal pero hasta el día de hoy siguen las contradicciones sobre su funcionamiento, su utilidad y su futuro. Todavía la vieja directiva del COV tiene el control de esta.