La incursión del crimen organizado en zonas selváticas y escasamente habitadas del río Puré-Puruê, que corre por ambas naciones, no hace más que azuzar la fiebre minera y la devastación que esta trae. Los tributos que la guerrilla exige y las mordidas para las autoridades estatales, pagaderas en gramos de oro, disparan una demanda de metal precioso que solo se puede satisfacer con volúmenes cada vez mayores extraídos mediante dragas de escala industrial.
Armando.info logra conversar con líderes de los mineros informales brasileños tras el asesinato de cuatro de ellos y un venezolano en el sur del estado Amazonas, justo en el nacimiento del principal río del país. Los relatos de la zona permiten corroborar lo que voceros indígenas y organizaciones ambientales vienen denunciando: los garimpeiros están de vuelta en Venezuela y esta nueva oleada entra y sale a su antojo. La soberanía se ha vuelto una quimera en la frontera más septentrional.