Pasadas las 12 de la medianoche de la jornada electoral para elegir al nuevo Presidente de la República, el presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE), Elvis Amoroso, anunció el triunfo de Nicolás Maduro sin mostrar, hasta el sol de hoy, una sola prueba. Para apuntalar el fraude anunciado esa hora, acompañado por la rectora “de oposición” Aimée Nogal, la autodenominada “Revolución Bolivariana” desató una ola de persecución política echando mano de todo el poder a su alcance: desde la cacería de opositores a través de redes sociales -que pasó por instituciones públicas y casas de estudio como la Universidad Arturo Michelena- hasta el procesamiento de 2.000 presos políticos a través de “tribunales de terrorismo” integrados por jueces y defensores plegados al relato oficial. En la serie Venezuela post 28J revelamos las piezas de esa maquinaria de represión, así como el control político sobre la empresa Ex-Clé, encargada de la recepción y cómputo electoral, por parte del rector Carlos Quintero y los hermanos Delcy y Jorge Rodríguez. También mostramos cómo empleados del CNE fueron los “peritos” del Tribunal Supremo de Justicia para avalar el fraude, el último gran teatro del insostenible triunfo de Maduro.