Frente al telón del colapso en 2014 del mayor grupo financiero de Portugal, el caraqueño José Trinidad Márquez ofreció la actuación cumbre de toda una carrera de estafador. Después de timar a la alta gerencia del banco, está fugitivo presumiblemente en algún lugar de España, donde la prensa lo bautizó como ‘el intermediario de oro’ o ‘el hombre de las mil caras’. Con su rutina del experto petrolero que se ofrece para arreglar negocios con Pdvsa, perfeccionada a lo largo de más de dos décadas, se ha ganado millones de dólares, así como acusaciones penales en varios países.
Un importante ‘cold case’ de las altas finanzas bajo el chavismo al fin puede resolverse gracias a las revelaciones surgidas de la reciente intervención en Curazao del Banco del Orinoco N.V., una de las joyas del imperio financiero del magnate barinés: se trata de la compra frustrada en 2015 de Televén, uno de los principales canales privados de TV. De esa riesgosa aventura Vargas salió debiendo dinero a un poco recomendable acreedor. Después de dilaciones y presiones, para salir del apremio el banquero tuvo que echar mano a la facturación de sus empresas petroleras.
En la histórica filtración de los Panama Papers aparece como un celaje el nombre de Matthias Krull, arrestado la semana pasada en Florida en relación con la red de lavado de dinero de la petrolera estatal Pdvsa que investigan las autoridades federales. Aunque alemán de nacimiento y residente en Panamá, Krull, casado con una venezolana, se hizo uno más entre la comunidad de nuevos empresarios criollos y aprovechaba esas conexiones para reclutar clientes acaudalados para el banco suizo Julius Baer. Era una dedicación de larga data. En los archivos de Mossack Fonseca figura en la gestión en 2009 de una cuenta para los dueños originales del Banco Confederado.
La paradisíaca isla turística del Caribe venezolano se convirtió, poco después de la muerte del presidente Hugo Chávez, en el lugar de una trama vinculada a los paraísos fiscales. Hasta allí viajaron un dirigente de la coalición de extrema izquierda Syriza y hoy poderoso ministro del Gobierno griego, junto a un abogado chipriota especialista en negocios offshore que apareció en los Panama Papers. No sé sabe con quién se reunieron, pero sí cómo completaron su misteriosa odisea: a bordo de un jet privado de Majed Khalil, un empresario vinculado al régimen de Caracas.
El ex edecán del comandante revolucionario era cliente desde 2013 de Mossack Fonseca, que había registrado en su nombre una empresa en el paraíso fiscal de Seychelles para manejar una cuenta bancaria del militar venezolano en Suiza. Pero en 2016, luego de las revelaciones de Panama Papers, esa relación se volvió indeseable para el bufete, que intentó deslindarse a toda costa de la cuenta. Ahora el mayor retirado y su esposa, ex tesorera de la Nación, esperan en Madrid su posible extradición a Venezuela.
En menos de cuatro meses los creadores rusos de la criptomoneda venezolana reniegan de su invento y uno de ellos asegura que se dio cuenta de que “no tenía futuro” poco después de su pomposo lanzamiento en el Palacio de Miraflores. Se trata de Fedor Bogorodskiy y Denis Druzhkov, dos personajes vinculados a los protagonistas del quiebre de bancos y lavado de dinero en Rusia y Letonia y con su propia historia de registro de empresas en el paraíso fiscal de Malta .