Como Mark Felt o Daniel Ellsberg, está destinado a pasar a la historia de los grandes delatores que cambiaron el periodismo para siempre. En su caso, fue quien filtró los millones de documentos procedentes del bufete Mossack Fonseca que no solo dieron al traste con este proveedor panameño, sino que ofrecieron una radiografía inédita del mundo offshore. Pero permanece anónimo, condición que no cree que abandone hasta su muerte. Ahora vuelve a buscar a los dos reporteros que recibieron la filtración para hacer una advertencia: el planeta atraviesa una situación de grave inestabilidad.
Los documentos internos del despacho de abogados revelan que Glencore, una empresa comercial de petróleo, minerales y cereales, llevó a cabo transacciones secretas y prestó millones de dólares a un socio de negocios de alto riesgo.