Hasta su colapso en 2014, segundo grupo financiero en importancia y volumen de negocios en Portugal, y el más antiguo del país. En 2009, acuciada por una falta de liquidez creada por manejos irregulares y la crisis financiera global, la alta gerencia del banco creó una red para captar depósitos de diversas instituciones estatales venezolanas, para la que dispuso de sobornos que sirvieran como incentivos a funcionarios públicos del gobierno de Hugo Chávez. El salvavidas tuvo efecto por unos cinco años, hasta que no pudo compensar más el hueco de insolvencia en el banco y sus múltiples filiales, y el castillo de naipes se vino abajo.