¿Offshore? Dame dos

Las inversiones de venezolanos en paraísos fiscales han estado en crecimiento, a pesar de que ya en 2007 las empresas que gestionan el registro offshore sospechaban que la tendencia podía estar encubriendo el flujo de dinero de la subversión colombiana hacia Estados Unidos. Políticos, funcionarios del Estado, empresarios y simples ciudadanos acuden a través de intermediarios para proteger su patrimonio o esconder operaciones financieras nada “kosher”.
Venezuela
ha sido señalada como uno de los países de América Latina que más dinero ha
enviado a paraísos fiscales: de 1970 a 2010, se calcula que los venezolanos
exportaron a esos cotos el equivalente a cuatro años de ingresos petroleros
actuales. Tras el halo de misterio que ronda el tema de territorios utilizados
para esconder nombres y fortunas, así como para obtener mejores beneficios en
los negocios a través de una reducción en el pago de impuestos; algunos de los
nombres e historias que emergen de estos lugares han salido a la luz.
El
paraíso fiscal a la venezolana aloja relatos de grandes estafas así como el uso
de estos territorios para el mundo de los negocios y de ciudadanos de manera
independiente.
Una
filtración realizada al Consorcio
Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ por sus siglas en
inglés)
hace ahora posible conocer algunas de las historias sobre personajes y empresas
en el mundo, que hacen vida en el terreno offshore.
Arman-do.info
junto a ICIJ
ha revisado las historias correspondientes al capítulo Venezuela, en el que -al
igual que en la data de muchos países del mundo- figuran beneficiarios, accionistas,
directores y “protectores” de fideicomisos (trusts) y compañías offshore.
Muchos
de estos casos están centrados en estructuras diseñadas para ocultar a los
verdaderos dueños de las empresas y el control de los bienes colocados en el
exterior. Los accionistas de estas empresas tienen perfiles diversos que van
desde empresarios, políticos y militares, hasta artistas y ciudadanos sin
ninguna actividad económica detallada. Entre los inversionistas del mundo
empresarial, al menos 56 tienen también empresas registradas en Venezuela, entre
ellas 36 que figuran en el Registro Nacional de Contratistas, como contratistas
del Estado venezolano, lo que significa que en algún momento trabajaron en algún
proyecto con el Estado.
Para
la serie que se publica sobre Venezuela, los nombres e historias que se
desprenden de esta data fueron seleccionados –considerando el interés público
–por la naturaleza de los personajes o porque guardan relación con casos que han
sido de alto impacto para la sociedad
venezolana.
De Venezuela con amor
En
los listados de organizaciones que promueven la transparencia y que han seguido
el tema de los paraísos fiscales alrededor del mundo como la Red
de Justicia Fiscal
y Global
Finance Integrity,
Venezuela es uno de los países de América Latina que más actividad ha tenido en
los últimos años en territorios offshore.
Por
ejemplo, la organización no gubernamental Global Finance Integrity indicó
en un informe
que entre 2001 y 2010 desde Venezuela se habían fugado 3.791 millones de dólares
de manera ilícita y que el país ocupaba el puesto número 19 en el ranking
mundial de países con mayor fuga ilícita de dinero.
“En
América Latina y El Caribe, los FFI –flujos financieros ilícitos- hacia los
paraísos fiscales entre 1970 y 2010 se estiman en unos 2 billones de dólares. La
lista de países que sufren este saqueo está encabezada por Brasil (520 mil
millones de dólares); México (417 mil millones); Venezuela (406 mil millones); y
Argentina (399 mil millones)”, reporta la Red de Justicia Fiscal de América
Latina y el Caribe en
una nota.
Por
su parte, la Red de Justicia Fiscal, con sede en el Reino Unido, documenta que
ya en los años noventa el mundo de la banca había hecho inversiones en paraísos
fiscales. “Los banqueros venezolanos usaron alrededor de 3.500 corporaciones offshore en Aruba, Curazao y otros
lugares para saquear los bancos en Venezuela, resultando en el colapso de la
mitad de los bancos en ese país y en un desastre mayor para las personas, sus
ahorros, inversiones y pensiones”, relata la organización en un reporte sobre la
historia y cultura de la evasión de impuestos.
Sin
embargo, el control cambiario en Venezuela desde el año 2003 y la existencia de
un mercado permuta entre los años 2003 y 2010 para acceder a los dólares,
propiciaron, según indican expertos, un incremento en la creación de empresas offshore por parte de los venezolanos
para lograr el acceso a las divisas. Ya en
una entrevista
que le realizaron en 2008 a Luis Rivases, entonces vicepresidente de Prevención
y Control de Legitimación de Capitales de la casa de bolsa Econoinvest, se
explicaba este fenómeno.
“La
permuta está desarrollada entre dos actores: una casa de bolsa y un shell bank. Este es el problema, que
están involucrados shell banks o
compañías de offshore de puro papel”,
indicaba Rivases. Esas compañías podían pertenecer a las mismas casas de bolsa
venezolanas, que habían creado esas empresas en paraísos
fiscales.
Tirofijo en la mira
A
las firmas encargadas de facilitar la constitución y registro de compañías a
venezolanos, también les ha originado preocupación el contexto del país, además
de la participación del narcotráfico en este mercado. En un documento de marzo
de 2007 elaborado por Portcullis Trustnet sobre asuntos a tomar en cuenta por la
junta directiva de la compañía, se hacía referencia directa a estas
inquietudes.
Portcullis
Trustnet
se define como el grupo independiente de compañías trust más grande de Asia para
la administración de la riqueza global. “Con oficinas y/o contactos en todas las
principales jurisdicciones offshore y
centros financieros clave, el grupo TrustNetGroup es un servicio de una parada
que es seguro, rentable, confidencial e internacionalmente compatible”, promete
la firma en su página web.
La
compañía reportó ese año un incremento de solicitudes de venezolanos para
registrar compañías en paraísos fiscales al tiempo que expresó preocupación por
el formato de los pasaportes de los venezolanos –muchos escritos a mano en ese
momento-, el idioma en el que se presentaba la documentación original, el
español; así como el flujo de dinero de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia (Farc) hacia los Estados Unidos, que podía tomar a Venezuela como
estación intermedia.
“Comprendo
la situación política en Venezuela y el posible éxodo de capitalistas, pero creo
que el país es un alto riesgo… Idealmente me gustaría rechazar aceptar algún
pasaporte venezolano, pero creo que al menos garantizar que está impreso y tiene
un MRZ –pasaportes que puedan ser leídos por una máquina- ayudaría”, se indicaba
en el informe.
Más
adelante abordaba las inquietudes relacionadas con los vínculos entre las Farc y
Venezuela, considerando el asunto “caliente” y recomendando a la junta directiva
de Portcullis Trustnet tener en cuenta las consecuencias adversas de aceptar
registrar compañías del país:
“Las
ganancias del tráfico de narcóticos obtenidas por las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia, también conocidas como FARC-EP, siguen entrando al
sistema financiero de Estados Unidos a través de Venezuela como dólares y siendo
depositadas en los bancos de Estados Unidos a través de una red de testaferros.
Los bancos que cooperan en Venezuela, algunos de ellos propiedad o controlados
por poderosas personas políticamente expuestas (PEPs), son instrumentales al
aceptar y facilitar el flujo de este dinero sucio”.
Aparte
de la inquietud expresada por Portcullis Trustnet, en procesos judiciales de
casos de estafa han aparecido nombres de venezolanos vinculados a empresas
radicadas en paraísos fiscales. En el proceso que lleva la justicia de Estados
Unidos contra el venezolano Francisco Illarramendi por el caso del esquema Ponzi
o de pirámide aplicado, que terminó afectando, entre otros, a los pensionados de
Petróleos de Venezuela (Pdvsa), figuran varias compañías creadas en estos
territorios que facilitaron el flujo de dinero que produjo la
estafa.
Otro
nombre asociado con una estafa venezolana y que viene acompañado con la creación
de una firma offshore es el del ya
fallecido Samuel Maya. Él fue uno de los brokers o corredores imputados por el
caso La Vuelta, en el que, bajo un esquema de pirámide, se vieron afectados más
de 500 inversionistas en Maracaibo, estado Zulia.
Entre
los venezolanos que también han usado el mecanismo de registro de empresas offshore como parte de sus negocios,
según los documentos revisados, se encuentran algunos vinculados al caso del
Maletín incautado en Argentina en 2007 a Guido Antonini Wilson, como Moisés
Maionica, Franklin Durán y Carlos Kauffmann.
Intermediarios
Para
llegar a registrar las empresas, los venezolanos han acudido a abogados o
intermediarios para hacer el trámite en el que se contactan a compañías como la
ya mencionada Portcullis Trustnet o Commonwealth Trust Limited (CTL), que
terminan realizando el registro de la firma en el paraíso
fiscal.
CTL,
con sede en las Islas Vírgenes Británicas, fue investigada por la Comisión de
Servicios Financieros del lugar entre 2003 y 2008. La Comisión encontró que la
compañía había violado repetidamente las leyes contra el lavado de dinero de las
Islas Vírgenes y, después de una inspección realizada en 2006, concluyó que CTL
le había dado información “falsa y engañosa” en reportes de progreso. Entre su
lista de clientes se encontraban personajes como Arcadi Gaydamak, un ruso
israelí señalado por tráfico de armas, evasión de impuestos y lavado de
dinero.
En
2009, CTL pasó a manos de Equity Trust, una compañía holandesa, que a través de
un comunicado de prensa indicó a ICIJ
que desde que se hicieron cargo han trabajado por reestructurar las operaciones
de CTL, que en ese momento tenían incumplimientos regulatorios, para así
alcanzar los más altos estándares de cumplimiento y gobernanza. Esto implicó,
según la firma, cambiar al equipo de gerencia y desechar aproximadamente 50% de
sus clientes.
En
el caso del proceso de intermediación de abogados para facilitar el acceso a
grupos como CTL y Portcullis Trustnet, una dirección de referencia que se repite
con frecuencia en los registros de las compañías de muchos inversionistas
venezolanos, termina llevando a una oficina en el Centro Ciudad Comercial
Tamanaco (CCCT) de Chuao, Caracas. La oficina no muestra identificación alguna y
una puerta negra impide la visión al interior. El espacio pertenece a un abogado
de libre ejercicio, según dejaba ver una calcomanía de inspección del Sumat
(oficina municipal de impuestos) colocada junto a la puerta al momento de la
visita realizada a ese espacio en 2012.
Así
como este lugar, aparecen también nombres de venezolanos que han trabajado como
gestores para realizar estas operaciones de registro y ayudar a otros a crear
sus empresas en paraísos fiscales. Gloria Araujo, quien tuvo oficinas en el
estado de Florida, Estados Unidos, es una de estas personas. Los datos de
contacto que figuran en los documentos revisados ya no corresponden a la
venezolana. Al llamar al número de teléfono con código de área de Miami (305)
asociado con su nombre, una operadora indica que el número o código es
incorrecto.
Araujo
tenía sus propias firmas en paraísos fiscales y había apoyado al menos a 50
compañías relacionadas con venezolanos –de
la data obtenida por ICIJ-
a lograr un registro de empresas en territorios offshore. En Venezuela su nombre
figura ante la Comisión
Nacional de Valores (CNV)
como directora principal y presidenta del “Everest Financial Group, Asesores de
Inversión, C.A.”, el mismo nombre que dio de referencia en 2007 para sus
oficinas en Florida. Actualmente la firma en Venezuela tiene el estatus de
suspendida ante la CNV y la página web suministrada ante la Comisión, al momento
de su inscripción en 2006, está inactiva.
Además
de ocultar fortunas en el caso de políticos, las motivaciones para registrar
empresas en paraísos fiscales en el caso de empresarios tienen que ver con la
obtención de mayores ganancias para los negocios.
“No
me imagino la existencia de grandes grupos económicos, radicados en EE.UU. u
otro país y cotizados en New York, Londres o Frankfurt, que no hagan gran parte
de sus negocios offshore”, escribió
a ICIJ
el empresario Moris Beracha.
Así
pasa también con los socios internacionales de compañías venezolanas como Pdvsa.
Según información del Registro Mercantil, firmas como CNPC Venezuela B.C.
(China) y Eni Venezuela B.V. (Italia), con las que se crearon empresas mixtas
como Petrozumano y Petrolera Güiria, con la con la Corporación Venezolana del
Petróleo (CVP) como contraparte, utilizaron el nombre de compañías registradas
en los Países Bajos como representantes de sus acciones.
*Con
informaciones del Consorcio
Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ por sus siglas en
inglés)