En Nicaragua se pagan y dan el vuelto con dinero venezolano

El siguiente reportaje de la “Confidencial”, desde Managua, radiografía un mecanismo por el que un operador financiero del sandinismo, Francisco López Centeno, hace circular fondos de la cooperación venezolana, a través de un oscuro intermediario ruso, para alimentar las arcas de sus propias empresas privadas.
El
ingeniero Francisco López Centeno, conocido como Chico López, funcionario
público y empresario nicaragüense, paga y da el vuelto a sus familiares, pero
con dinero venezolano.
López,
tesorero oficial del gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN),
es tenido como el gestor de negocios de Daniel Ortega.
En
el frente público, López es presidente de la petrolera estatal Petronic. Pero, a
la vez, se desempeña como vicepresidente de ALBA de Nicaragua S.A. (Albanisa),
la empresa mixta venezolana nicaragüense a través de la cual el presidente Hugo
Chávez envía su remesa petrolera a Ortega.
Constituida
en julio de 2007, Albanisa administra el acuerdo entre países en el que
Nicaragua se compromete a pagar en 90 días los suministros petroleros
venezolanos, mientras el restante 50% de la factura se convierte en créditos
blandos destinados, en principio, a fondos para proyectos sociales, entre ellos,
la construcción de calles y casas para la población. Las condiciones de esos
préstamos establecen que el sector público nicaragüense debe honrar su
compromiso en 23 años y pagando una tasa de interés de 2% anual.
Al
mismo tiempo, López, ingeniero de profesión, es empresario privado. En el
esquema de bicicleta financiera del que López es cadena de transmisión, una de
las empresas inscritas a nombre de sus familiares, Tecnologías y Sistemas S.A.
(Tecnosa), aparece como receptora final de los fondos. El esquema lo completan
otra empresa privada, Tectasa, fruto de una sociedad entre Tecnosa y un fondo de
Tartaria, Rusia; y Caja Rural Nacional RL, Caruna, una cooperativa prevista para
servir de canal de distribución de los fondos de la cooperación venezolana
dirigidos para el desarrollo de proyectos sociales, pero de la que en los
últimos años se han reportado importantes desembolsos para negocios relacionados
con el presidente Ortega y su entorno.(http://www.confidencial.com.ni/articulo/3388/las-cuentas-secretas-de-albanisa)
Como
todo esquema de triangulación financiera, es complicado. Pero en manos de
Octavio Enríquez y Wilfredo Miranda, redactores de la revista Confidencial de Managua, está una pieza
que permite descifrarlo: la copia de un contrato por el cual Tectasa recibe de
Caruna una cantidad equivalente a casi un millón de dólares.
Las
autoridades de la financiera Caruna argumentaron que la empresa de los
familiares de López estaba construyendo las llamadas calles para el pueblo, uno
de los proyectos insignia de Ortega y, basados en ese interés social, entregaron
el fondo para que se los guardara en depósito, dejando abierta la posibilidad de
que la empresa pueda presentar un cobro si quiere, pues se lo permite el código
civil nicaragüense.
A
la vez, Confidencial tiene en su
poder la copia del cheque por la mitad del monto del contrato, un desembolso
equivalente a 484.099,50 dólares (algo más de once millones de córdobas, la
moneda nacional), proveniente de la cooperación venezolana, que el propio
ingeniero López Centeno autorizó para que Tecnosa (su propia empresa, y
poseedora de 51% de las acciones de Tectasa) lo tuviera en calidad de depósito.
El compromiso es regresarlo seis meses después de la firma del contrato, el 23
febrero de 2013.
Danza de millones
Por
contrato, Tectasa recibiría 968.199 dólares de parte de Caruna, a través de una
filial, Alba Infraestructura, en concepto de “depósito”, aduciendo que tenía
contratos con distintas municipalidades del programa Calles para el Pueblo. Por
otro lado, se tiene constancia de que López autorizó desde Caruna, donde es
firma libradora, el depósito de fondos equivalentes a la mitad de ese monto,
procedentes de la cooperación venezolana.
Confidencial
llamó al ingeniero Edward Centeno, expresidente ejecutivo del Instituto de
Fomento Municipal (Inifom), para conocer acerca de la participación de la
empresa vinculada al Vicepresidente de Albanisa en la ejecución del programa.
Sin embargo, el ahora alcalde oficialista de Ocotal (Departamento de Nueva
Segovia, al norte de Nicaragua) dijo que se dirigía hacia Managua y que no
contaba con la documentación para ofrecer una explicación.
El
mecanismo de financiamiento conocido como “contrato de depósito”, se rige por el
Código Civil. Mediante este procedimiento, Caruna, creadora y participante
de otra empresa, Alba Infraestructura, cede el 23 de agosto de 2012 fondos para
que Tectasa (participada por Tecnosa) los custodie con la misma diligencia con
que lo haría “un buen padre de familia”, se lee en el compromiso.
Según
el artículo 3451 del Código Civil nicaragüense, por lo general “el depósito es
por su naturaleza gratuito, pero el depositario puede, sin embargo, estipular
alguna gratificación”.
La
mitad del dinero acordado en el contrato de depósito fue requerido por la
empresa el 8 de septiembre de 2012 cuando Oscar Manuel Silva, en su
carácter de gerente de Tectasa, envió la solicitud a Alba Infraestructura.
El
contrato oficial aparece suscribiéndolo Tecnologías y Sistemas de Tatarstan S.A
(Tectasa), una compañía creada en el 2009 de la que Tecnosa posee el 51% de las
acciones y el 49% restante es propiedad de una agencia de cooperación del estado
ruso de Tartastán.
“En
el marco de ejecución de Proyecto Mejoramiento Vial de Calles para el Pueblo y
en base a testimonio de escritura pública número 73- Contrato depósito suscrito
con su representada, por este medio le solicitamos el 50% de su valor,
equivalente a la suma de 484, 099.50 dólares”, escribió Silva a Gustavo Sáenz
Macías, gerente general de Alba Infraestructura.
El
documento interno muestra además el sello de “Recibido” de Alba Infraestructura,
y también el de “Cancelado” el 22 de noviembre de 2012.
Confidencial
solicitó una explicación al ingeniero López Centeno, sobre la emisión de un
cheque millonario a su propia empresa familiar, pero su asistente indicó que no
podía atender a los periodistas. “Él está fuera de la oficina, en cuanto me
llame, o regrese, yo le doy su recado”, prometió. Sin embargo, nunca hubo
una respuesta a lo largo de toda la semana.
Tártaros en su propia salsa
Tecnologías
y Sistemas de Tatarstan S.A (Tectasa) -la empresa de la que Tecnosa es
accionista mayoritaria- fue inscrita el 20 de marzo de 2009 en el Registro
Mercantil de Managua. A Tecnosa se le ha señalado desde 2007 de recibir
múltiples contratos del Estado, préstamos del Seguro Social y de aprovechar
empréstitos de la cooperación venezolana, sobre todo en el proyecto conocido
como Casas para el Pueblo, ubicado en el viejo centro de Managua.
Tecnosa
es propiedad de dos hermanas del vicepresidente de Albanisa: Milagros y Yolanda
López Centeno, secretaria y tesorera de la junta directiva de la compañía.
Tectasa
quedó constituida nueve meses antes de que Caruna crease Alba
infraestructura. Su capital inicial fue de 100.000 córdobas (cerca de 4.500
dólares). El objeto social de Tectasa es la construcción de obras civiles, pero
también puede realizar actividades comerciales e industriales para la
exportación, comercialización, distribución, transporte de bienes y servicios de
consumo humano.
Otro
hermano del ingeniero Francisco López Centeno, Nester Horacio López Centeno,
ocupa el puesto de secretario de la junta directiva de
Tectasa.
Tatarstán
o Tartaria es un Estado rico en petróleo ubicado en el distrito federal del
Volga, a 800 kilómetros al este de Moscú; desde aquel sitio vino al país un ruso
para firmar el acta constitutiva de Tectasa ante los oficios notariales de José
Vladimir Soto, de acuerdo a la escritura número 8 autorizada a las siete de la
noche del 20 de marzo de 2009. El ciudadano ruso se llama –transliterando su
nombre de la inscripción en caracteres cirílicos- Rischat Ajmetsafovichol
Mujameriadov, y ocupa el cargo de vicepresidente de Tectasa, según versa la
escritura.
En
la constitución de Tectasa también firmó, a nombre de Tecnosa, Oscar Manuel
Silva Ruiz, actual gerente. Silva recibió el nombramiento de gerente en una
reunión de accionistas de Tecnosa, celebrada a las cinco de la tarde del 16 de
marzo de 2009, es decir cuatro días antes de la conformación oficial de la
sociedad anónima Tectasa.
Silva
atendió a Confidencial cuando se le inquirió sobre su participación en Tectasa.
Sin embargo, no quiso dar respuesta a las preguntas y las derivó a Adrián
Pichardo, gerente general de Tecnosa –la empresa familiar de Francisco López
Centeno. Pichardo resultó imposible de ubicar.
Tectasa por dentro
Las
instalaciones de Tectasa están ubicadas en el mismo local donde operó Tecnosa, a
una cuadra al norte de la Plaza de la Revolución de Managua. El inmueble aún
está en obras. Las oficinas lucen recién pintadas, pero no cuentan con rótulo
que las identifiquen, como no sea una raída bandera sandinista asida a un árbol,
frente a la construcción. Un aire de provisionalidad y misterio la rodean.
Igual
de infructuosa resulta la búsqueda del socio ruso que compareció en la escritura
de constitución de Tectasa. Según ese documento, el extranjero presentó su
acreditación como representante de la República de Tatarstan tres horas antes de
que se creara Tectasa.
Rischat
Ajmetsafovichol Mujameriadov es identificado como mayor de edad, casado,
ingeniero mecánico y con domicilio en la ciudad de Kazán, República de
Tartastán. Ingresó a Nicaragua portando el pasaporte ordinario 628097152 de la
Federación Rusa. El ruso presentó la autorización de la Agencia para el
Desarrollo y Cooperación Internacional (Adci), adjunta al gabinete de ministros
de la República de Tatarstan, que fue otorgada dos semanas antes de la
conformación de Tectasa.
La
Adci fue fundada en 1993 por el presidente de la República de Tatarstan. Según
su website (http://www.adci-tat.com/en/about.html),
mantiene oficinas en Cuba, Venezuela y Nicaragua.
La
agencia ofrece como servicios, según la misma fuente, “la experiencia de
muchos años” en “neumáticos de diferentes fábricas rusas, transporte pesado
y buses que trabajan en diésel y en gas (metano), helicópteros de destinación
civil, instalaciones energéticos y de bombeo de gas, compresores, automática
industrial de petróleo, armadura de tubería y cerradura”.
Cuando
se acude a la dirección que corresponde a la oficina de Adci en Managua
-residencial Las Colinas, Avenida del Campo, número 118- nadie abre la puerta
y solo se escuchan ladridos detrás de su portón rojo. Cuando se hace una
llamada telefónica al número que anuncia la agencia, la respuesta es igualmente
desoladora. Responde una voz masculina de alguien que prefiere no identificarse
y remata, antes de cortar la comunicación. “Yo no sé nada de eso, ¿me entiende?
Agencia es una cosa, pero esta es una casa privada. Yo vivo en la casa 118, yo
quiero explicar que no sé nada sobre lo que usted me dice y no le puedo ayudar”.
Desde
2007, cuando Nicaragua se sumó al Alba, la asistencia financiera de
Venezuela suma U$2,252 millones hasta junio del 2012, según datos del Banco
Central de Nicaragua.