La eterna expansión de Atahualpa Fernández

En los negocios son destacables los empresarios que han amasado fortunas al ritmo de la esquizofrénica economía chavista. Un ciudadano peruano-español ha erigido un auténtico emporio en los últimos 13 años. Alguna vez señalado como el posible canal financiero entre el gobierno de Venezuela y el partido Podemos de España, lo verificable es que trabaja hombro a hombro con los militares y cada día incorpora nuevos negocios a su emporio. Atahualpa Fernández continúa ganando terreno entre los emprendedores amparados por el oficialismo.
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En
las operaciones financieras, Atahualpa Fernández Arbulu es un experto en la
multiplicación de negocios. Dentro de la decadente economía venezolana dos de
sus nuevos emprendimientos, Tosta’o Coffee Market y Kenco Estudio Creativo,
florecen contra cualquier pronóstico, por pésimo que sea. Son empresas nacidas
en los peores años de la crisis de Venezuela y con una inesperada expansión en
marcha. Su coartada son las estrechas alianzas con el chavismo.
Ninguno
de sus proyectos ha mermado en la autoproclamada revolución bolivariana. En
contra de la cafetería, localizada en el este de Caracas, hay una reciente
denuncia de plagio del concepto impuesta por la famosa cadena de comida Tostao’
Café & Pan, perteneciente al grupo BBI International y oriunda de Colombia.
Pero Fernández está despreocupado. Él sabe que su versión, ya operativa e
inaugurada en septiembre por el Ministerio de Turismo de Venezuela –dirigido por
Marleny Contreras, esposa de Diosdado Cabello, el poderoso número dos del chavismo que se desempeña
como diputado de la Asamblea Constituyente oficialista–, apenas comienza su
crecimiento en alianza comercial con la institución estatal Venezolana de
Turismo (Venetur). “Todo el mundo ha ganado más que nunca con este proceso
revolucionario. Eso sí, con leyes”, se destapó Fernández en una entrevista al
principal canal del Estado, Venezolana
de Televisión, en marzo, durante la celebración de la Expo Potencia 2017,
una feria diseñada para publicitar las relaciones del gobierno de Nicolás Maduro
con el sector privado.

Coffee Market, una tienda inaugurada por Atahualpa Fernández y Venetur, fue demanda por plagio por una prestigiosa cadena en Colombia. Crédito: Mintur
Lo
de Fernández no es una idílica racha de suerte. Sus pujantes compañías han
tenido el respaldo del gobierno chavista después de 2004. Fue ese año cuando
comenzó a experimentar una transformación de modesto comerciante a un referente
corporativo en el país sudamericano. Había registrado, entonces, junto a su
actual esposa, Darin Wahbeh Saroukhan, el Grupo Atahualpa.
El
músculo de sus actividades comerciales ha sido el militar. En Fuerte Tiuna, la
principal instalación militar del país, en el suroeste de Caracas, ha
desarrollado el Complejo Industrial Tiuna I. Ahí, en el corazón del cuartel que
sirve de sede al Ministerio de Defensa, opera su planta embotelladora de agua
potable y su fábrica de textiles; ambas conforman el Grupo Atahualpa en una
ubicación insólita.
Entre
otras de sus compañías en Venezuela destacan Representaciones y Servicios ADWD,
Distribuidora Todo Sur, Texticentro II, Servicios Industriales El Gran País,
Productos Serigráficos Atahualpa. Sus clientes predilectos, en cambio, son el
Banco de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, Petróleos de Venezuela, el
Consejo Nacional Electoral (CNE), Sidor (Siderúrgica del Orinoco “Alfredo
Maneiro”), la Compañia Anónima Nacional Teléfonos de Venezuela (Cantv),
Movilnet, Gobierno del Distrito Capital, Corporación Venezolana de la Juventud
Productora, Ministerio de Comunas, Instituto Venezolano de los Seguros Sociales
(IVSS), entre otros organismos dependientes del Estado.

Atahualpa Fernández se ha apoyado en alianzas con la cúpula militar para expandir sus negocios
Su
marca destacó en la campaña presidencial de 2013. Ese año sus mochilas,
diseñadas por el Grupo Atahualpa con los omnipresentes ojos de Hugo Chávez como
logo o motivo, fueron distribuidos entre miles de ciudadanos para promocionar al
sucesor del líder de la revolución, Nicolás Maduro. Dos años después, el
empresario se retrató junto a altos mandos de la Fuerza Armada Nacional
Bolivariana para promocionar botellas de agua mineral que, en alianza con la
Compañía Anónima de Industrias Militares (Cavim), surtirían el mercado
venezolano. Había sido el punto de corte para que Fernández ya no fuese la
figura detrás de sus productos, sino una marca en sí del proceso chavista.
Fuera
del closet empresarial, Fernández insiste en mostrar un rostro fresco. Exhibe a
un grupo de hombres uniformados que ha ganado, en octubre, y por novena ocasión
un torneo de softbol celebrado en República Dominicana. Se trata del equipo
“Bandidos de un solo Brazo” de Venezuela, patrocinado por su empresa Complejo
Industrial Tiuna I, que ha doblegado a sus adversarios. El deporte es una de las
incontables aficiones que comparte con el expresidente Chávez. Lo demás son sus
doctrinas de izquierda, su pasión por lo militar y una pretensión por resaltar
lo social. Así es su discurso delante de las cámaras de televisión y de la
prensa escrita. Sus comentarios se centran en aplaudir la obra del socialismo
venezolano en casi todas sus entrevistas.
El aliado consentido
Así,
como Tosta’o Coffee Market, la agencia de diseño Kenco también ha mostrado un
emergente potencial publicitario. Su directora y cofundadora, Karen Cortés,
sobrina del ministro para la Comunicación e Información, Ernesto Villegas
Poljak, ha inaugurado en septiembre una nueva sucursal en La Castellana, en el
este de Caracas, donde prestan servicios que van desde imprimir planos hasta
estampar telas.
Fernández
se ha dedicado a fundar compañías junto a su esposa. Las razones sociales son
variopintas: producción textil, servicio de comidas, fabricación de bebidas,
diseño y asesoría creativa. Unas empresas y propiedades están establecidas en
Venezuela, otras en tierras extrajeras como República Dominicana, Perú, Estados
Unidos y España. Los tinos de este empresario han sido productivos aun en
tiempos de revolución; se había insertado en una casta surgida en el gobierno de
Chávez que, por más de diez años, lo convirtió en un beneficiario de los
apetecidos dólares preferenciales concedidos por Cencoex (Centro Nacional de
Comercio Exterior), antiguo Cadivi (Comisión de Administración de Divisas), una
institución investigada ahora por la Fiscalía por haber desembolsado millones de
dólares a empresas fantasmas o que, simplemente, incurrieron en delitos
cambiarios entre 2011 y 2014.

Atahualpa Fernández
El
destino de los dólares que otorgó el órgano rector de divisas a Fernández –más
de 7,5 millones en la década de los años 2004 y 2014– también ha sido un asunto
a investigar en las filas de la oposición venezolana. En 2015, Julio Montoya,
diputado de la Asamblea Nacional, señaló al empresario y su socio Luis Eduardo
Álvarez, pariente del exvicepresidente y actual canciller Jorge Arreaza -yerno
del comandante Chávez-, de ser el puente financiero en Venezuela del partido
Podemos de España. “Si revisan sus registros hallarán los nexos con Podemos”,
dijo en una entrevista concedida al diario ABC de Madrid. “Las empresas de maletín
de Atahualpa mantienen contactos activos en España, en donde posee empresas en
asociación con José María Rubio Hermoso de Mendoza, quien es administrador de la
Fórmula Cuatro Televisión y Medios SL, y donde además es socio de la Real
Federación Española de Automovilismo y Fórmula 4 Ibérica
SL”.
Fernández
está residenciado en Madrid con Wahbeh Saroukhan y sus dos hijos. En España, él
y su esposa regentan varios negocios. Antes de su frenética expansión económica
había estado entre sombras. Su padre, Senen Fernández Delgado, un español y
fundador del Partido Comunista de Bolivia, había migrado con su esposa peruana,
Rosa Alburú, y sus cinco hijos a Venezuela, en octubre de 1983. La familia
sorteaba la crisis económica de Perú, teniendo unos inicios flemáticos en
Caracas.
Atahualpa,
criado en un hogar de clase media, se dedicó a la industria textil. Fue cortador
de telas, en un principio, en el centro de la capital de Venezuela. “A los 16 me
convertí en mecánico de máquinas de coser, llegué a dominar el oficio siendo
consecuente. Pasé necesidad pero he tenido la fortuna de encontrarme con gente
buena en el camino que me tendió la mano”, dijo en una reseña publicada en
agosto en su blog, “Atahualpa Fernández
Arbulu”.