La radio venezolana se quedó sin cafeína

Cinco años después del llamado Radiocidio, la libertad es una especie en extinción en las ondas hertzianas de la República Bolivariana. Conatel cerró más de 30 emisoras el 1 de agosto de 2009 y suavizó esos espacios con aliados o contenidos asépticos y hasta religiosos. Esta es la segunda pieza que el Instituto Prensa y Sociedad de Venezuela (Ipys Venezuela) publica como parte de una investigación que presenta como “Propietarios de la censura en Venezuela”.
“La carta de Conatel,
en la que se exigía el corte de la transmisión, la recibió un técnico a las 6 de
la mañana el sábado 1 de agosto de 2009. Era como para ponerse a llorar...Nunca
pensamos que sería así”, recuerda con tristeza el presidente del Circuito
Nacional Belfort (CNB), Nelson Belfort, mientras recorre los pasillos y estudios
de lo que fue la sede de 102.3 FM, una de las emisoras más populares de la
región capital, en la urbanización La Carlota del este de Caracas.
Un espacio que fue
diseñado exclusivamente para el funcionamiento de esa radio, se reduce ahora a
un par de muebles viejos, máquinas de escribir, televisores sin funcionamiento y
una consola en desuso. En sus paredes se encuentran aún colgados los premios que
alguna vez recibieron, las carteleras que alguna vez usaron y un papel que reza:
“Tenemos tanto miedo que…¡Seguiremos informando!”.
En julio de 2009, el
aquel entonces ministro de Obras Públicas y Vivienda (Mopvi) y director de la
Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel), Diosdado Cabello –hoy
presidente de la Asamblea Nacional y primer vicepresidente del oficialista
Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV)–, bajo la consigna de
“democratizar el espectro radioeléctrico”, abrió procedimientos
administrativos para recuperar las concesiones de 86 emisoras AM, 154
emisoras FM y de 45 televisoras (10 VHF y 35 UHF) .
El 1 de agosto de 2009,
las amenazas de cierre que recibieron se hicieron realidad para solo 32 emisoras
y dos televisoras ubicadas en distintos rincones del país. De estas emisoras,
siete transmitían en el Distrito Capital, y cinco formaban parte, en distintas
zonas del país, del circuito CNB: 102.3FM Caracas, 101.1FM Valencia, 94.5FM
Táchira, 96.1FM Punto Fijo y 102.1FM Maracaibo.
El circuito radial que
creó el programa Aló Ciudadano, conducido por Leopoldo Castillo originalmente y
retransmitido luego en formato televisivo por Globovisión, fue el gran perdedor
de la jornada. “Éramos un grupo a nivel nacional de diez emisoras de radio.
Sin la emisora matriz y otras importantes, el circuito se vio muy comprometido.
De manera directa quedaron sin trabajo 240 empleados, sin contar los talentos
indirectos que dependían de nosotros,” explica Belfort.
Después de la masacre, cierres selectivos
A más de cinco años de
esa razzia, no hay ningún caso en el que hayan procedido ni los amparos
constitucionales ni las medidas cautelares presentadas ante el Tribunal Supremo
de Justicia (TSJ), para solicitar protección al derecho al trabajo. Tampoco
tuvieron efecto las denuncias hechas por Belfort ante organismos internacionales
como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
En la actualidad, el
antiguo dial de CNB Caracas está ocupado por la radio de la Asamblea Nacional,
que tomó la frecuencia apenas una semana después del cierre de la emisora
comercial. Otras cuatro emisoras pertenecen ahora a YVKE mundial (Mérida
106.3FM, Nueva Esparta 92.9FM, CNB Táchira 94.5FM y CNB Zulia 102.1FM), de
propiedad estatal. Y Sucre 103.3FM es el canal juvenil de Radio Nacional de
Venezuela (RNV), también del Estado.
Dos de las frecuencias
desocupadas, ambas del estado Amazonas (1130AM y 107.5FM), no han sido tomadas a
la fecha, ni tan solo por radios comunitarias.

Bajo la consigna de “democratizar el espectro radioeléctrico”, Diosdado Cabello abrió eb 2009 procedimientos administrativos contra 240 emisoras de radio y 45 televisoras. Foto:Wikimedia Commons.
Otros diales fueron
tomados por emisoras comerciales. Tales son los casos de Bolívar 96.9F, ahora
Radio Nikra; Carabobo 100.1FM, actualmente radio Wama; y Zulia 105.1FM que se
conoce hoy como la Radio del Pop.
Vargas 106.9 FM fue
tomada por una radio cristiana. Y Carabobo 98.3FM es conocida como Extrema
"la emisora popular de Libertador", según su lema. Sin embargo, esta última no
aparece en el directorio de emisoras comunitarias oficiales proporcionado por
Conatel.
El único dial que se
mantiene como emisora CNB es 95.3FM en Mérida, ya que la concesión estaba a
nombre de Nelson Belfort, y no de su padre. Las estaciones que no fueron
cerradas, pertenecientes al circuito, se mantienen al aire pero con otro nombre.
Los programas de opinión disminuyeron y confiesan que tienen extremo cuidado al
cumplir con la ley de contenido: “Hay que evitar problemas con el regulador para
que no haya excusa para decir ‘pusiste una coma donde no era’ y me vayan a
cerrar por un tecnicismo”, explica Belfort.
Sobre la lista con los
nombres de los 251 medios restantes que en julio de 2009 aparecían como
sancionables no se supo más. Tampoco hubo otra jornada comparable a la de ese 1
de agosto, que pasó a ser conocido en la opinión pública como el Radiocidio.
Desde entonces Conatel ha venido cerrando radios de manera silenciosa y
paulatina en el interior del país.
Curarse en salud o el precio de la autocensura
Ya en enero de 2012 el
diario El Universal de Caracas
publicaba que durante el año anterior Conatel había procedido al cierre de 27
emisoras de radio alrededor del país.
Una de las emisoras
mencionadas en aquel entonces era Cosmopolitan 107.9 FM, en el estado Carabobo.
Se habló que su salida del aire se debía a la aplicación de un proceso
administrativo por parte del ente regulador. Sin embargo, la institución negó
las acusaciones y explicó, a través de su entonces Gerente General de
Operaciones, Enrique Quintana, que se trataba de una simple inspección “como
cientos que se realizan trimestralmente por denuncias de interesados que operan
el espectro radioeléctrico”.

El llamado Radiocidio desató manifestaciones en 2009 contra el cierre de más de 30 emisoras de radio en todo el país. Foto: Flickr/Nayari Rossi Romero.
En la actualidad ya no
existe Cosmopolitan. Su frecuencia pertenece a la emisora Frenesí. Su dueño,
Ezequiel Zamora, asegura que cuando comenzaron a tener problemas administrativos
con Conatel en 2011, decidió darle fin la relación con los socios de
Cosmopolitan y crear –en la misma frecuencia– este nuevo medio. Pero no solo
cambió de nombre y de socios. La programación pasó de tener una clara tendencia
opositora a la completa asepsia política.
Mareline Sánchez, quien
trabaja en Frenesí, aseguró que aunque en su programa Punto en Boca da lectura a
los diferentes titulares y noticias diarias, evita caer en temas políticos.
Durante el 2011, en el
mismo estado, Conatel también cerró temporalmente la emisora Carabobo Stereo
102.3 FM bajo el argumento de que actuaba de manera clandestina. Bajo el mismo
alegato, en noviembre de ese año, funcionarios de la institución y efectivos de
la Guardia Nacional incautaron los equipos de nueve emisoras, dos en el estado
Falcón, tres en el estado Zulia y cuatro en Monagas.
La Caicareña 100.5 FM y
VIP 93.1 FM del estado Monagas fueron sacadas del aire durante el año 2012. En
la actualidad operan en la misma frecuencia una radio comercial y una radio
cristiana, respectivamente. Los programas de opinión son escasos en ellas, así
como en las demás emisoras que siguen funcionando en el estado.
La locutora de XL
106.7FM, Silvia Sánchez, opina que más de 95% de las emisoras del estado Monagas
están plegadas a los intereses del gobierno nacional o tienden a la autocensura.
En la radio en la que trabaja es la conductora del único programa de opinión.
“Hay libertad de opinión dependiendo del dueño de las emisoras y sus intereses”,
dijo Sánchez.
El conductor de El
Humor y el interés en Tu Preferida 104.5FM, Antonio Marcano, también del estado
Monagas, coincide con Sánchez y subraya: “La autocensura es muy marcada. Los
dueños de las radios no quieren provocar la ira del gobierno”. Asegura que es el
único mecanismo de defensa que tienen para sobrevivir.

La salida del aire de la emisora La Caicareña 100.5 FM -propiedad del entonces goberndor José "El Gato" Briceño- provocó enfrentamientos entre vecinos de la zona y efectivos militares. Foto: Gobernación de Monagas.
Otra emisora que ha
dado de qué hablar en Monagas es Líder 100.7FM. Fue sacada del aire por Conatel
en marzo de 2012, pero volvió al aire a los pocos días, una vez que el exalcalde
de Maturín, José Vicente Maicavares, hizo distancia del ex gobernador José
Gregorio Briceño, un disidente del PSUV que fue expulsado de las filas
oficialistas.
La radio se ha visto
afectada también en el estado Barinas, tierra natal del difunto presidente Hugo
Chávez y baluarte político del oficialismo. El 2 de mayo de 2012, productores
independientes de la emisora Sensacional 94.7 FM de Barinas, denunciaron que
Conatel puso condiciones para renovar la concesión que permite operar legalmente
a la radio. Los tres años anteriores a este hecho, periodistas de la emisora
habían estado denunciando que recibían amenazas y mensajes intimidatorios por
realizar su trabajo. Finalmente el 19 de agosto de 2014, se ordenó su
salida del aire.
En septiembre de 2013,
cuatro emisoras salieron del aire y sus equipos fueron decomisados al sur del
país, en el estado Amazonas: Voz del Orinoco 98.5 FM, Impacto 97.5 FM, La
Deportiva 99.9 FM y Shamanika 101.1 FM. El ministro de Turismo, Andrés
Izarra, declaró sobre el hecho a los medios: “No hay más radio fascista en
este estado. Se acabó. Conatel sigue monitoreando, metiendo el ojo”,
refiriéndose a la Voz del Orinoco.
Los problemas en
Shamanika 101.1 FM comenzaron debido a unos comentarios emitidos al aire por
Jackson Márquez, diputado del Consejo Legislativo del estado: “Márquez hizo
señalamientos personales en su programa sobre dos generales de guarnición, Jesús
Zambrano y el general Pinto Gutiérrez. Zambrano me llamó dos veces y Pinto
Gutiérrez una”, explicó el director del medio, Augusto España. Pinto Gutiérrez,
excomandante del Comando Regional número 9 (Core 9) en Amazonas, figura entre
2003 y 2006 como accionista de la empresa Romana International Holdings Ltd,
registrada en las Islas Vírgenes Británicas, según los documentos publicados por
Consorcio Internacional de Periodistas de
Investigación (ICIJ por sus siglas en inglés) con los nombres de personas
vinculadas a empresas en paraísos fiscales.
Shamanika 101.1 FM
recibió una multa de 25.000 unidades tributarias por operar sin habilitación y
con el cierre quedaron 60 personas sin empleo.
En el caso de la Voz
del Orinoco, unos 30 empleados fueron cesados de sus cargos. Adriana González,
alcaldesa del municipio Atures, estaba dentro de la emisora cuando Conatel
ordenó el cierre. “Fue un día negro para la libertad de expresión. La radio
estuvo tomada desde las 10:00 am hasta las 8:00 pm y nosotros prácticamente
secuestrados adentro. Fuera de la emisora se reunió gente del PSUV. No podía ni
entrar ni salir nadie”, recordó. Los problemas con la Voz del Orinoco
surgieron luego de la cobertura que este medio realizó durante la toma del Hotel
Amazonas, en julio de 2013, un centro turístico que le fue despojado a la
gobernación local –opositora- para asignarlo al ministerio de Turismo.

La censura es una denuncia constante desde que varios venezolanos salieron a las calles el 1 de agosto de 2009 contra el cierre de una treintena de emisoras de radio. Foto:Flickr/Nayari Rossi Romero.
Privados, pero de independencia
De 12 emisoras radiales
en Amazonas, la mitad está asociada directamente al gobierno nacional. El resto
son emisoras de música cristiana o de corte comercial. Las emisoras privadas que
quedan en el aire decidieron ser más cuidadosas con las opiniones que se emiten
al aire.
Simeón Rojas, director
de Marawaka 103.1 FM, reconoció haber bajado el tono de la programación en los
últimos meses: “Siempre hemos sido cuidadosos del contenido, pero después de
septiembre comprendimos que debemos tener mayor responsabilidad y cuidado en el
ejercicio de la libertad de expresión. En la radio no se puede decir todo lo que
te dé la gana… Por algo mal dicho puede haber consecuencias”.
El gobernador de
Amazonas, Liborio Guarulla, trasladó el programa de radio Sábados con Liborio de
la Voz del Orinoco para Marawaka. “Si uno no quiere que terminen de cerrar todas
las emisoras y que no quede ninguna ventana para dar información hay que ser
inteligente al emitir opiniones. Indudablemente me estoy autocensurando. Estamos
en un régimen con mucha represión y limitaciones”, afirmó Guarulla.
Según la memoria y
cuenta del Ministerio para la Comunicación e Información (Minci) para el
año 2011 en Venezuela operaban 938 radios y televisoras autorizadas. De ese
número, 660 eran privadas; 235, comunitarias; y 43 públicas. De esa
proporción se ha valido tradicionalmente el Gobierno para decir que aún la
empresa privada, potencialmente opositora al proceso revolucionario, es mayoría
en el espacio radioeléctrico.
Sin embargo, la fórmula
no contempla las modificaciones y ajustes que en mucho de esos medios privados
se han hecho para no irritar a las autoridades, sin contar con aquellas
radioemisoras que son propiedad de partidarios abiertos del Gobierno.
Las cifras tampoco
toman en cuenta el número de emisoras ilegales que siguen operando en el país.
Los entrevistados coinciden que cada vez más diales son tomados por ilegales,
que existen muchas concesiones vencidas y que las autoridades no hacen nada al
respecto: “Todos en el país siguen funcionando con la concesión vencida. No la
cierran porque no consiguen el punto político para hacerlo. Aunque desde que
falleció el presidente Chávez pareciera que la moda no es cerrar, sino comprar.
Si te pones duro, te cierro… Si accedes, te compro”, expone
Belfort.