Un enchufe que la UNE con Cuba le sacó luz y dinero a Venezuela

La Unión Eléctrica de Cuba (UNE), una empresa del Estado antillano, replicó en el sector de energía la relación que en otros ámbitos establecieron, bajo el nombre de cooperación bilateral, las revoluciones castrista y chavista: Venezuela ponía la plata y Cuba los productos y servicios de los que con frecuencia solo era intermediario en vez de productor. Pero en este caso el trato incluía que Caracas también financiara la compra de productos y servicios que hacían falta en la isla para reconstruir su propio y devastado sistema eléctrico. Más de 3.000 asesores cubanos desembarcaron para intervenir el suministro de electricidad desde obras que hoy no producen ni un vatio, como Planta Centro, o instalar grupos electrógenos que debían aportar ocho por ciento de la luz en Venezuela, mientras enriquecían a proveedores de otros países como Eslovaquia.
Cuando
en 2004 el presidente Hugo Chávez firmó los acuerdos-marco de cooperación
energética con su par de La Habana, Fidel Castro, se abrió para la isla caribeña
un frente de negocios en el que la Unión Nacional Eléctrica (UNE, por sus
siglas, corporación estatal adscrita al Ministerio de Energía y Minas de Cuba)
se convirtió en un socio forzoso en la provisión de equipos y know-how
para el servicio eléctrico de Venezuela, hoy entre los más ruinosos del
hemisferio occidental.
Desde
consultorías especializadas hasta la compra de tecnología, la UNE fue el gran
intermediario con empresas de otros países que dejaban en el camino cientos de
miles de dólares en las arcas cubanas con las contrataciones de obras, productos
y servicios ofrecidos a Venezuela. La UNE incluyó, a través de su entramado de
empresas filiales, la más costosa asesoría para recomendar a proveedores en lo
que terminó siendo el fracaso de la expansión de la industria eléctrica nacional
prometida por la revolución.
Paradójicamente
ese mismo año de 2004 la isla había sido azotada por los huracanes, lo que
dejó en el mínimo su escasa estructura eléctrica y también condicionó muchos de
los negocios que le propuso a Venezuela. De allí en adelante, lo que necesitaba
Cuba para la recuperación de su entramado eléctrico también terminaba
comprándolo Venezuela.
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En
la práctica, el operador privilegiado de esta trama de negocios fue
Energoimport, una de las quince empresas que se agrupan en el holding de
UNE. Energoimport está a cargo de
la compra en mercados internacionales de los llamados “grupos electrógenos”
-grandes generadores eléctricos por motores de combustión interna-, que no se
producen en la isla pero constituyen la columna vertebral de su sistema de
producción de energía. En cambio, en Venezuela, cuyo sistema descansa en las
producciones termoeléctrica y, sobre todo, hidroeléctrica, se trataba de algo
más o menos exótico. Sin embargo, durante los últimos 20 años, Energoimport
compró grupos electrógenos a pedido de su principal cliente, Venezuela.
La
misma Venezuela que contaba con uno de los más poderosos complejos
hidroeléctricos del continente americano terminó comprando desde la estatal
Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec), y a través de la filial de la cubana
UNE, generadores eléctricos a fabricantes europeos como Scania (Suecia), MTU
(Alemania), Guascor (España); SDMO (Francia), Volvo (Suecia) y CYMASA (España),
por casi ocho millones de dólares solo
entre 2003 y 2014, según el último informe de la Comisión Mixta para el
Estudio de la Crisis Eléctrica de la Asamblea Nacional, dominada por la
oposición desde enero de 2016.
Todo
a través de intermediación cubana y para, según la promesa también de los
cubanos, generar 1.500 megavatios en toda Venezuela (alrededor de ocho por
ciento de la generación eléctrica nacional), equivalente a lo que solían
consumir las grandes empresas básicas productoras de hierro y aluminio al sur
del país, y más de lo que instaló entre 2008 y 2011 la cuestionada empresa
privada Derwick, la de los llamados bolichicos, que debía aportar cerca
de seis por ciento de la producción.
Pero
eso es solo un abrebocas, porque los cubanos no solo se limitaron a vender
fierros. En el marco de asesorías técnicas, los asesores cubanos recomendaban lo
que era bueno para Venezuela a pesar de que, con frecuencia, ello contrariaba lo
que los ingenieros venezolanos de la industria eléctrica nacional opinaban. Todo
se ejecutó como un programa paralelo de generación distribuida que no
estaba incluido en el Plan de Desarrollo Eléctrico Nacional
2005-2024.

Capacidad instalada de generación distribuida en el Sistema Eléctrico Nacional (SEN), año: 2007. Fuente: Corpoelec
A más contratos, menos energía
Cerca de 3.000 profesionales cubanos trabajaron en áreas estratégicas de Corpoelec y recorrieron el país para la formación y asesoría de servicios eléctricos, según documenta la organización no gubernamental Transparencia Venezuela en su informe del sector.
La
UNE cubana aparece inscrita en el Registro Nacional de Contratistas (RNC) de
Venezuela, aunque su ficha está vacía en lo referente a obras y servicios
prestados o proveedores contratados. Su dirección fiscal es un domicilio
residencial que permanece cerrado en Bello Campo, un barrio comercial y de clase
media en el este de Caracas. Es una empresa extranjera y como tal está reseñada.
Sin embargo, una búsqueda exhaustiva en el RNC arroja otras pistas que permiten
decir que UNE, la del expediente vacío, se convirtió en una campeona de la
subcontratación.
Así,
en el mismo RNC, se pueden encontrar los expedientes de 98 empresas, entre
nacionales, extranjeras, asociaciones cooperativas y personas naturales, que de
2009 a 2014, por ejemplo, aparecen realizando hasta 334 obras a nombre de UNE,
que las subcontrató.
Solo
en el estado Carabobo, una región industrial del centro del país, 19 empresas
comerciales y 21 cooperativas generaron 175 reportes de servicios para UNE. Un
análisis en detalle comprueba que los trabajos se hicieron en su mayoría en la
Central Termoeléctrica Planta Centro, cerca de la localidad de Morón, una de las
principales plantas eléctricas del país, y cuya ampliación se había contratado a
la china CMEC.
La
revisión muestra además que la UNE contrató a proveedores no solo de Carabobo,
sino también de otras provincias como Falcón, Miranda, Yaracuy y Anzoátegui,
para hacer trabajos en Planta Centro. Estos iban desde el mantenimiento y
reparaciones hasta suministro de gases industriales y aislamiento térmico. Todas
las unidades de la gran termoeléctrica venezolana fueron intervenidas y el
contratante fue la UNE. Pero el resultado es que hoy Planta Centro -que fue
pasto de un gran incendio en 2009- está paralizada.
Otros
trabajos contratados por la empresa cubana están relacionados con la
mudanza de la Planta Térmica Carora, en el estado Lara, a la Planta Táchira;
compra de materiales eléctricos para transformadores (talleres de Lara y
Anzoátegui); construcción e instalación de unidades de generación solar (Zulia);
proyecto de instalación de sistemas híbridos eólicos-fotovoltaicos-diesel en
comunidades aisladas; servicios de poda de la línea de 400 kilovatios en
Uribante (Táchira) hasta el transporte y montaje de transformadores de Puerto
Cabello hasta la subestación La Horqueta (Aragua) o a La Arenosa (Carabobo).
Estas dos últimas fueron protagonistas de un gran apagón a finales de 2018,
afectadas por incendios.
Según
los mismos registros, la UNE dispuso de recursos para pagar traslados y
hospedajes a personal de la Misión Revolución Energética -la misión que dio
inicio a los acuerdos de cooperación energética entre Cuba y Venezuela- durante
sus múltiples visitas a los diferentes estados y alcanzó para pagar vacaciones
en Bolívar, a finales de 2012, para el personal cubano destinado a la Misión
Saber y Trabajo.
El cortocircuito eslovaco
El RNC no refleja, en cambio, que para la misma fecha en que se ejecutaban estos trabajos y servicios, las empresas eslovacas Energo Control y PPA Control realizaban obras de modernización en la misma Planta Centro y también bajo contrato con la UNE cubana.
Energo
Control, especializada en ingeniería y suministro en el área de automatización
de procesos tecnológicos, fue la encargada del instalar para la unidad 5 de
Planta Centro un sistema computarizado de control de plantas eléctricas Yokogawa
Centum VP ProSafe en el año 2010.
Llamativamente, ese mismo año se instaló un sistema similar en la estación termoeléctrica Nuevitas, en Cuba.
UNE firmó también contrato con la eslovaca PPA Control, quien colaboraba directamente con la empresa cubana Energoimport en la rehabilitación de la unidad 5 de Planta Centro en Venezuela, donde ya operaba su paisana Energo Control.
A su
vez, entre 2012 y 2013, PPA Control contrató a Energo Control para instalar otra
vez un sistema Yokogawa Centum en la misma unidad de Planta Centro y con
idénticas especificaciones.
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Emilia
Tomasovicova, quien representa los intereses de la empresa eslovaca PPA Control
en Colombia, se comunicó con Armando.Info y ratificó que la firma del contrato
fue con la UNE. En el mismo se especificaban los suministradores de las partes
operativas: PPA Control, a cargo de la parte eléctrica y las que faltaban en la
sala de caldera; Energo Control, la parte automática y de control; las checas
Invelt, sala de turbina y SES Bohemia, tratamiento químico del agua. “Es por esa
razón que PPA Control firmó contrato con Energo Control, Invelt y SES Bohemia.
La parte eléctrica, la de control y la automática son diferentes e
independientes”, dijo.
A su
juicio “nadie contrató, ni facturó, ni hizo un trabajo dos o más
veces”.
La
licitación no se realizó sino hasta 2011 y es allí “cuando los cubanos a través
de la UNE invitaron a los eslovacos para preparar el contrato de suministro”,
explicó.
En
el caso de la participación de los eslovacos en la rehabilitación del sistema
eléctrico nacional y su vinculación con Cuba, la vocera señala que “firmaron
contrato de suministro y asesoría técnica con la UNE y este contrato lo
cumplieron en su totalidad hasta el año 2013”. Concluye indicando que “la unidad
5 de Planta Centro no arrancó por el fallo en el generador, el cual no
suministraron los eslovacos ni los checos”.
El
director del proyecto fue Pavel Svolik, ingeniero de nacionalidad eslovaca,
quien trabajó en la empresa eslovaca, con sucursal en Cuba, SES Energo Caribe
hasta 2009 y luego en Energo Control hasta 2014. Entre 2015 y 2017 su hoja de
vida señala que fue director técnico para PSEnergía S.R.O. de la que posee la
mitad de las acciones y figura, además, como vicepresidente en los registros de
la compañía.
Esta
última compañía tiene sucursal en Venezuela, específicamente en el estado Lara,
y tuvo como cliente a la Corporación Eléctrica Venezolana (Corpoelec) a quien le
hizo un servicio de fabricación de bombas para la Central Termoeléctrica Planta
Centro, en 2015, como consta en la ficha del RNC. Es miembro del holding PSE
Global, conformado por PSEnergía EPC a.s. y la empresa local PSEnergía de
Venezuela, C.A., también registrada en Lara y constituida en
2013.
En
las mismas fichas del RNC, de 2017, aparece que PSEnergía de Venezuela tuvo como
cliente a PSEnergía S.R.O. para realizar mantenimiento eléctrico en el
país.
De
acuerdo con la información publicada en su página web, el holding comercial
tiene sede en la República Eslovaca y Venezuela y que dos de sus proyectos están
relacionados con Planta Centro.
Su
currículo en los últimos dos años señala que participó en la preparación de la
propuesta técnica del proyecto de Planta Centro U2, U3, U4 y U5, así como de la
Planta Tacoa U9. También realizó estudios de factibilidad en la Planta de coque
en Anzoátegui (en 2010, Pdvsa firmó carta de intención con la rusa Inter Rao
Ues) y la fábrica de Pellets Orinoco. Su socia eslovaca, Tomasovicova, insiste
en afirmar que nunca hizo ni un estudio de factibilidad y solo hacía propuestas
técnicas.
Por
otro lado pero en simultáneo, la también eslovaca Energo Control manejó entre
2006 y 2010 el proyecto de la rehabilitación de la Refinería de Cienfuegos de
Cuba, cuyo cliente fue la estatal venezolana PDVSA en conjunto con la cubana
CUPET.
Millones electrocutados
La
declaración conjunta entre Cuba y Venezuela, firmada en 2004 y que estableció el
financiamiento de proyectos productivos y de infraestructura, obtuvo solo en
2005 un presupuesto de 834 millones de dólares, según lo informado en la VI
Reunión de la Comisión Mixta en Caracas. Este dinero sería destinado a 209
proyectos en esferas claves de desarrollo económico y bilateral.

Hugo Chávez y Fidel Castro firmando los acuerdos marcos de cooperación energética que abrió un frente de negocios para la Unión Eléctrica de Cuba.
En
2008, los proyectos habían disminuido a 173 y el monto de la inversión, sin
embargo, se incrementó hasta 2.000 millones de dólares. Una década más tarde, en
la firma del Plan Anual de Cooperación Cuba-Venezuela, los proyectos fueron
apenas 22, correspondientes a servicios sanitarios, suministros de medicamentes,
fomento agroalimentario y soporte eléctrico.
En
total, según el informe de Transparencia Venezuela, solo la llamada Misión
Revolución Energética le costó al Estado venezolano 6.323 millones de dólares
entre 2006 y 2015. Los recursos llegaban por distintas vías y los órganos
ejecutores eran también distintos, según fuera la naturaleza del
proyecto.
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En
los casos de los servicios de consultoría, formación de personal para el uso
eficiente de la energía eléctrica, creación de plantas de ensamblaje de
microcontadores eléctricos (para llevar el conteo residencial de consumo de
kilovatios), migración a plataformas libres y proyectos de instalación de
sistemas híbridos, el dinero provenía del Fondo de Desarrollo Nacional (Fonden)
y el Ministerio de Energía Eléctrica.
Cuando
se trató de rehabilitaciones de centrales eléctricas, soporte en subestaciones y
líneas de transmisión, así como la exportación e importación de grupos
electrógenos, los recursos provenían de Fonden como del Banco de Desarrollo
Social (Bandes).
Venezuela,
que poseía a finales de los 90 un sistema eléctrico interconectado, se vio una
década después requiriendo de intervenciones y equipamientos para expandir el
Sistema Eléctrico Nacional (SEN). Pero de la mano de las revoluciones
bolivariana y cubana la industria fue estatizada y desguazada. Los asesores
cubanos diseminaron su influencia en todas las áreas de generación eléctrica
pero lo único que está a la orden del día hoy son los apagones, también como los
cubanos, en todo el territorio nacional.
Este reportaje fue actualizado el 21 de agosto de
2019. Los cambios incorporados se hicieron en el capítulo denominado “El
cortocircuito eslovaco”.