La muerte fingida de Daka

El propio presidente de Venezuela se empeñó hace tres años en exponer estas tiendas de electrodomésticos como una muestra de la usura capitalista y pidió entrar a saco en ellas para “que no quede nada en sus anaqueles”. El llamado ‘Dakazo’ llevó a la extinción a todo un sector del comercio. Lo curioso es que el pecador original no solo sobrevivió a su competencia, sino hasta a los organismos que entonces lo sancionaron. El propio Estado que lo trataba con desprecio, ha seguido recompensando al grupo empresarial detrás de Daka con el acceso a divisas preferenciales.
Detrás
del negocio de electrodomésticos en Venezuela hay un apellido que se repite:
Dagga. Identifica al grupo empresarial de origen palestino que creció como la
espuma durante el boom petrolero y el control de cambio instrumentado por el
chavismo en más de una década. Ni siquiera el episodio del
llamado Dakazo, del que se cumplen tres años en noviembre próximo,
ha frenado su expansión. Porque, sí, Dagga es el apellido detrás de la cadena de
tiendas Daka, famosa en Venezuela, más que por sus propios esfuerzos
publicitarios, por la orden de vaciarla que lanzó el presidente Nicolás Maduro
en 2013. Entonces el primer mandatario nacional la acusó de usura y
especulación. Esa orden de ocupación y confiscamiento, que prácticamente arrasó
en pocas semanas con el detal de artículos electrodomésticos en el país y acaso
influyó en los resultados de los comicios municipales un mes más, curiosamente,
no solo dejó indemne a los Dagga. Hoy su emporio incluye, además de Daka, otras
empresas.
Nasar
Ramadan Dagga Mujamad y Manzur Ramadan Dagga Mujamad están vinculados con los
orígenes de Daka de Venezuela C.A. El primero también está relacionado con
Consorcio Lux y las tiendas CLX –surgidas en 2013 y con “licencia exclusiva”
para la “representación y distribución” de la marca surcoreana Samsung-,
mientras que el segundo lo está con Bullpro Maracay C.A, registrada en 2016 y
dedicada a la comercialización de equipos de sonido de la marca norteamericana
Boss. Hay más: Yaser Arafat Dagga Muhd, también socio fundador de las tiendas
CLX, es el único propietario de Cyberlux de Venezuela C.A, que se promociona
como la “ensambladora de electrodomésticos más grande de Venezuela” y estuvo
ligada a Daka de Venezuela C.A. Conexiones similares a las ya mencionadas, entre
el origen del negocio de Daka y otras compañías, se repiten en varias de las
sociedades que los empresarios y más familiares tienen registradas en
Panamá.
Pese
a ello en el entorno del grupo insisten en que “el único vínculo que existe es
familiar” y que se trata de “información muy delicada”. Algo está claro: los
negocios marchan bien, incluso el de Daka, en lo que parece una trama poco
conocida luego de tres años de que el Gobierno señalara a ese nombre como el
símbolo de la especulación y de la “burguesía parasitaria”.
chevron_leftDesliza la imagen para ver máschevron_right
zoom_inHaz click sobre cada imagen para ampliar
“Ya
abrimos”, decía el aviso que el 20 de octubre colgaba en la fachada de la
sucursal de Daka en Maracay, capital del estado Aragua, en el centro de
Venezuela. El sigilo del evento y el estruendo de otra noticia salida ese mismo
día de Aragua, cuando un tribunal penal aceptó anular el proceso que conduciría
a la celebración del referendo revocatorio contra el presidente de la República,
opacaron la inauguración del sexto local de Daka. Aún así, la señal resultó
clara: la tormenta desatada en 2013 es cosa del pasado.
“He
ordenado inmediatamente la ocupación de esa red y sacar los productos a la venta
del pueblo a precios justos, todos los productos, que no quede nada en los
anaqueles, que no quede nada en los almacenes, ya basta”, bramó Maduro por las
pantallas de televisión el viernes 8 de noviembre de 2013. A la palabra le
siguió el caos: la sucursal de Daka en Valencia –en 2011 consumida por un
incendio- fue saqueada al día siguiente. Le siguieron varias semanas de
inspecciones de las autoridades a comercios de todo el país, a cuyos dueños se
les obligó a rebajar los precios de la mercancía. Muchas de esas inspecciones se
transmitieron por cadena nacional, con lo que no solo se remataba el inventario
de los comerciantes, sino a la vez sus reputaciones. Algunos no abrieron sus
negocios nunca más. Hubo rebatiñas. La popularidad del Gobierno mejoró,
suficiente para ganar las elecciones municipales del 8 de diciembre de 2013, y
nació la palabra Dakazo para referirse a ese intento de frenar
la inflación por mandato.
“A
esta red comercializadora se le dan los dólares de Cadivi y del Sicad para que
lo que no consigue aquí lo complemente con importaciones. ¿Ustedes saben cuál es
el porcentaje que conseguimos de sobreprecio de neveras, aires acondicionados,
televisores, lavadoras, electrodomésticos de consumo y de uso en la familia
venezolana? Bueno, les puedo decir: el promedio de sobrefacturación, de robo,
llega a 1.000% de los precios de los productos”, argumentó quien apenas tenía
siete meses como sucesor de Hugo Chávez.
El
jefe del Órgano Superior para la Defensa de la Economía y ministro de Transporte
Acuático y Aéreo, Hebert García Plaza, calificó a Daka como “enemigo” del
pueblo. “Nosotros hemos denunciado ante el Ministerio Público la presunta
comisión de un delito de usura a los dueños de Daka, tanto de Boleíta como de
Bello Monte, para que se tomen las acciones pertinentes apegadas a la Ley (…)
Decirle al pueblo venezolano cuál es el verdadero enemigo de ellos: aquí tenemos
uno, en Bello Monte tenemos otro, usted ya lo dijo en Punto Fijo (localidad de
otra tienda), en Punto Fijo es la aberración más grande que nosotros podemos
informarle al pueblo venezolano”, expresó uno de los protagonistas de aquellos
días y hoy tildado como un “traidor” en las filas revolucionarias, acusado de
corrupción y hasta de planificar un golpe de Estado contra el
Gobierno.
Las
instituciones encargadas de las fiscalizaciones de aquellos días, como el Órgano
Superior para la Defensa de la Economía, la Superintendencia Nacional de Costos
y Precios (Sundecop) o el Instituto para la Defensa de las Personas en el Acceso
a los Bienes (Indepabis), tampoco existen ahora, 36 meses más tarde. A todas las
ha sobrevivido Daka.
Genealogía simple, corporación laberíntica
La
ficha de Daka de Venezuela C.A del Registro Nacional de Contratistas (RNC)
revela que los directivos que constituyeron la empresa el 26 de enero de 2004 en
el registro mercantil tercero del estado Carabobo son: Dagga Mujamad Nasar
Ramadan, Daggak Mujamad Nacer, Dagga Mujamad Manzur y Daggak Mujamad Fauci
Mahmoud. Tiempo después de fundada, Daka de Venezuela pasó a ser Cyberlux de
Venezuela C.A, hoy en manos de Yaser Arafat Dagga. De esto se percató el
Gobierno en 2013.
“Nosotros
venimos haciendo un seguimiento de los dólares que se entregan, los Certificados
de No Producción (CNP) que se aprueban y lo que entra por la aduana. A nosotros
nos coincide en los registros oficiales con que contamos, nos coindicen los
nombres de esta empresa con los dueños de la empresa Daka, nos coincide el
nombre, aquí los empleados refieren que no, que hay una disolución desde el
punto de vista de empresa, que no hay una relación comercial, bueno los CNP que
han sido introducidos hasta el año pasado y lo que corresponde a algunos
registros coinciden esos nombres”, aseguró en una inspección a Cyberlux, en
pleno Dakazo, Ricardo Menéndez, entonces ministro de Industrias y
actual Vicepresidente de Planificación.
Hay
todavía más caras y personas jurídicas detrás del negocio de Daka. “Grupo Daka
se inició en la avenida Bolívar de Punto Fijo, en el año 1999 con la
denominación comercial de Mundo Daka, C.A, y después en el 2006 se apertura con
el nombre social DKZL, C.A, mudándose a una tienda más amplia en exhibición
ubicada en la zona libre de Inversión Turística y Comercial de Paraguaná”, dice
la sentencia 226 de la sala de casación penal del Tribunal Supremo de Justicia
(TSJ), de fecha 16 de junio de 2016 y firmada por el magistrado Maikel Moreno,
en la que exhorta al Ministerio Público a presentar a la “brevedad posible el
acto conclusivo” de la investigación y a “acumular” en un juzgado de Caracas las
causas abiertas en tribunales de Carabobo y Falcón contra los dueños de
Daka.
Ese
documento y los expedientes judiciales sólo señalan como responsables de “usura
agravada continuada” y “asociación para delinquir” a Mahmoud Daggak Falles
Ramadan Daggak Mujamad y su cónyuge Hasan Abdilhadi Amal, accionistas de
compañías como Mundo Daka C.A, DKZL C.A, persona jurídica para la sucursal de la
Zona Libre de Paraguaná, o DK Valencia, figura jurídica de la tienda de
Valencia, o DK Caracas C.A para el local de Bello Monte, en la capital
venezolana.
Fue
contra esas empresas que el Ministerio de Comercio dictó la medida de “ocupación
temporal” el 25 de noviembre de 2013, publicada en la Gaceta Oficial 40.301. “Se
ordena al Instituto para la Defensa de las Personas en el Acceso a los Bienes y
Servicios dictar medida preventiva de ocupación y operatividad temporal a las
empresas que se nombran a continuación: DKZL, DK Lara, DK Caracas, DK Boleita y
DKVAL”. El coronel Hermes Josues Carreño Escobar, hermano del militar y actual
diputado del Psuv, Pedro Carreño Escobar, en su condición de director del
Servicio Desconcentrado de Bienes y Servicios de la Fuerza Armada Nacional
Bolivariana, fue comisionado para administrar Daka “mientras dure la medida de
ocupación y operatividad temporal”.
El
baile de identidades y empresas confundió a las propias autoridades hace tres
años. Eduardo Samán, ex presidente del Instituto para la Defensa de las Personas
en el Acceso a los Bienes (Indepabis), declaró que “las tiendas Daka no reciben
dólares de la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi) y compran sus
productos a distribuidores locales”, según reseñó el diario
oficialista Correo del Orinoco el 8 de noviembre de 2013. En
cambio, el mayor general y a la sazón ministro de Interior y Justicia, Miguel
Rodríguez Torres, desanudó la madeja de Daka.
“Ellos
crean una cantidad de empresas con otros nombres y son las que piden las divisas
ante Cadivi, importan los artefactos y luego se las vende a Daka (…) No son
realmente una empresa, sino es un nombre, un maletín que importa, Daka le compra
a ellos bajo otro nombre a precios exorbitantes y con eso justifican el precio
de los electrodomésticos”, denunció Rodríguez Torres el 10 de noviembre de 2013,
de acuerdo a los medios de comunicación.

El maletín que camina por Cadivi y Cencoex
Aclarado
el laberinto empresarial detrás del sello Daka, se confirma que el grupo recibió
una cantidad de dólares preferenciales superior a lo que se dijo y creyó cuando
la furia del Gobierno cayó sobre las tiendas. El listado correspondiente a la
liquidación de dólares entre 2004 y 2012 de la extinta Comisión de
Administración de Divisas (Cadivi) comprueba que los dólares baratos fueron
combustible para las actividades de Daka.
Sólo
Daka de Venezuela, que después pasó a ser Cyberlux de Venezuela y heredó su
Registro de Información Fiscal (RIF), recibió pagos equivalentes a 407,8
millones de dólares. “Vemos que en los últimos años esta empresa ha venido
creciendo, se ha venido dinamizando en función de su aparato productivo y eso
tiene que implicar una función de responsabilidad, cada vez que alguien tiene el
acceso a una divisa del pueblo, a una parte del patrimonio de todos los
venezolanos, que es la divisa que se genera a partir de la renta petrolera,
implica una responsabilidad”, se quejó en noviembre de 2013 el ministro de
Industrias, Ricardo Menéndez. Pero ahí no terminó el
reparto.
DKZL
C.A percibió otros 162,5 millones de dólares, mientras que Mundo Daka C.A
adquirió 76,3 millones de dólares en el lapso de 2004 a 2012. En conjunto, las
tres compañías suman casi 647 millones de dólares, un monto 2,5 veces superior a
los 274 millones de dólares que recibió Alimentos Polar, el mayor fabricante de
alimentos del país, o apenas por debajo de los 693 millones liquidados en ese
periodo para Cervecería Polar, la división de cerveza y malta del grupo
presidido por Lorenzo Mendoza.
Los
millones para Daka vía Cadivi también superan ampliamente lo que ese organismo
autorizó a empresas tradicionales del sector de electrodomésticos, como Sony de
Venezuela, que recibió 139,2 millones de dólares, Panasonic de Venezuela con
81,1 millones de dólares, JVG con 182,8 millones de dólares, o Pablo Electrónica
-una popular tienda de la parroquia La Candelaria, en el centro de Caracas- con
37 millones de dólares. Aunque se intentó contactar a los responsables del
grupo, ninguna de sus marcas quiso referirse al tema.
La
extinción de Cadivi y el nacimiento del Centro Nacional de Comercio Exterior
(Cencoex) fue una de las consecuencias directas del Dakazo. El
Gobierno, argumentó en su momento, quería adecentar el reparto de los dólares y
superar el “cadivismo”, como dio en llamar desde entonces el presidente Maduro a
los ardides con los que empresarios y funcionarios se confabularon para sacar
provecho del acceso a divisas baratas. Casi como una ironía, ese correctivo no
pareció afectar a la postre ni a las empresas conectadas a las operaciones de
Daka ni a las demás del grupo de los Dagga, en lo que a acceso a dólares
preferenciales se refiere.
chevron_leftDesliza la imagen para ver máschevron_right
zoom_inHaz click sobre cada imagen para ampliar
Mundo
Daka C.A y DKZL C.A, dos de las compañías relacionadas con la investigación del
Ministerio Público a raíz del Dakazo, volvieron a ser adjudicadas
con divisas preferenciales en julio de 2014 –sólo siete meses después de ser
señalados- en la subasta 18 del Sistema Complementario de Administración de
Divisas (Sicad), uno de los primeros mecanismos creados por la administración de
Maduro para intentar contener el dólar paralelo. En esa oportunidad Mundo Daka
salió favorecida con 18,6 millones de dólares, mientras que DKZL recibió 4,6
millones de dólares. Quizás la inyección de dólares llegó antes en la subasta
dos o la nueve del Sicad, a la que fueron convocadas empresas de
electrodomésticos, pero el Cencoex nunca divulgó los
resultados.
Otras
empresas de los Dagga obtuvieron más dólares en esa subasta 18 del Sicad,
adjudicada en julio de 2014. Consorcio Lux, compañía que funciona como una
especie de paraguas de las tiendas CLX –los distribuidores exclusivos de la
marca Samsung- percibió 5,1 millones de dólares. CLX Maracay, figura jurídica
para la sucursal de la compañía en la capital de Aragua, también fue beneficiada
en esa subasta, según consta en la documentación de la empresa en el Registro
Mercantil. “Se encuentra en el proceso de liquidación por la adjudicación de la
subasta de divisas preferenciales para el sector económico de electrodomésticos,
distinguida con el número 18-2014, realizada en fecha 17/07/2014 por la
Corporación Venezolana de Comercio Exterior”, refieren los
documentos.
Cyberlux
de Venezuela obtuvo en esa oportunidad 8,7 millones de dólares. La compañía
también corrió con suerte en la subasta 26 del Sicad, adjudicada el 3 de
noviembre de 2014. En esa ocasión la asignación para la compañía fue de 3,4
millones de dólares. Para esta época la empresa colaboraba con la entrega de
electrodomésticos para el “Plan de Desarme” que adelantaba la entonces ministra
de Interior y Justicia, Carmen Meléndez. “Porque tiene que haber un engrane
entre el Gobierno nacional y las empresas privadas”, expresó a los medios Yaser
Arafat Dagga, según publicó la estatal Agencia Venezolana de Noticias (AVN) el 4
de diciembre de 2014.
En
2015 la compañía recibió liquidaciones equivalentes a 24,5 millones de dólares,
de acuerdo a un listado extraoficial del Cencoex al que se tuvo acceso para este
reportaje, siendo la única firma del área de electrodomésticos favorecida ese
año con divisas a la tasa de 6,30 bolívares por dólar. A mediados de ese año, el
mismo Yaser Arafat Dagga estuvo acompañado por el entonces ministro de Industria
y Comercio, José David Cabello -hermano del número dos del
chavismo, el diputado Diosdado Cabello-, en un acto organizado por Cyberlux con
el nombre de “I Encuentro Empresarial Hecho en Venezuela” en el Hotel
Eurobuilding de Caracas. “Llegó el momento de entender que la Venezuela
importadora debe acabarse, no debemos importar lo que podemos producir en
nuestra tierra”, dijo Cabello en el encuentro que sirvió a Cyberlux para acordar
una alianza con la empresa estatal Coveplast para el desarrollo y suministro de
piezas.
Me acompañan los Viceministros Carlos Faría,José Luis Martínez Bravo y el Gral. Antonio Nuñez,pdte. Coveplast... pic.twitter.com/PaHzIHnKMt
— José David Cabello R (@jdavidcabello) 3 de junio de 2015
El
evento sorprendió a otros empresarios del sector de electrodomésticos que desde
comienzos de 2015 trabajaban con el ministerio de Industrias en una propuesta
para reactivar al sector y pensar en posibilidades de exportación. “Fue una
movida magistral de Cyberlux, ya que a partir de ese evento pudieron obtener
liquidaciones de divisas para comprar materia prima y ensamblar en el país, en
un año donde prácticamente el resto de empresas no logró acceder a divisas”,
opina un empresario, que prefiere reservar su identidad.
A
finales de 2015 las tiendas Daka exhibían productos importados por DK Boleíta y
DK Caracas, las dos figuras jurídicas para las tiendas de Caracas, comprados con
dólares del Sistema Marginal de Divisas (Simadi), otro de los mecanismos creados
por Maduro como mecanismo alternativo para la compra de divisas y la contención
del dólar paralelo. Aún hoy se ve en las sucursales de Caracas y la recién
inaugurada sucursal de Maracay mercancía que fue importada a la tasa Simadi por
Mundo Daka C.A y DKZL, así como productos importados con la paridad del sistema
de Divisas Complementario (Dicom), que reemplazó a Simadi, por la empresa
Importadora Las 3G, en pequeñas etiquetas colocadas en las cajas de productos
como televisores, licuadoras, aires acondicionados, impresoras o ventiladores,
entre otros.
Sobre
las asignaciones de divisas en esos esquemas las autoridades nunca han revelado
ni los montos, ni el listado de empresas favorecidas, opacidad cuestionada por
organizaciones empresariales del país.
“Este
es un sector altamente dependiente de las divisas para importar, sin divisas no
se puede traer productos y para abrir tiendas en este momento hay que tener
inventarios”, afirma un directivo del sector a propósito de la inauguración de
la sexta sucursal de Daka, así como de las seis tiendas de CLX y la de Bullpro
Maracay C.A.
La
posibilidad de obtener dólares a alguna de las tasas preferenciales concede,
además, la ventaja de fijar mejores precios de venta con respecto a las
compañías que sobreviven con divisas compradas en el mercado paralelo, que
duplica el tipo de cambio del Dicom. “Esos comercios (Daka y CLX) tienen precios
bastante por debajo de los que no reciben dólares Dicom. La única explicación
para la diferencia de precios en el mercado es que unos reciben Dicom y otros
no”, insiste la fuente.
chevron_leftDesliza la imagen para ver máschevron_right
zoom_inHaz click sobre cada imagen para ampliar
Las
cifras de la Asociación Nacional de Fabricantes y Distribuidores de
Electrodomésticos (Anafade), a la que no pertenece Daka, ni las empresas de los
Dagga, indican que la deuda por importaciones no liquidadas ronda los 270
millones de dólares y que el desabastecimiento por la imposibilidad de importar
oscila el 70%.
Las noticias de su muerte fueron exageradas
Tras
el Dakazo, la sucursal de Daka en Maracay es la primera tienda que
se abre bajo el sello y confirma una especie de resurrección de la cadena.
“Tiendas Daka continúa con su plan de expansión en el país, al abrir el sexto
establecimiento en la ciudad de Maracay para ofrecer a propios y extraños los
más modernos electrodomésticos y equipos electrónicos”, comunicó la compañía en
una nota de prensa. Adelantó, además, que “para el primer trimestre de 2017
estarán abriendo la séptima tienda en Lecherías, estado Anzoátegui y para el
segundo semestre abrirán en Maracaibo”. En las tiendas también se siente el
resurgir. “No es lo mismo que hace unos años, pero siempre nos está llegando
mercancía, esta semana empieza a llegar mercancía”, dijo un empleado en la sede
de Daka en Boleíta, mientras preparaban los estantes de la amplia sala de
exhibición para los productos por llegar.
No
obstante, aún se percibe cierto recelo y desconfianza. “No le puede tomar fotos
a los productos, no damos presupuesto”, advierten los encargados de la sucursal
de Daka en Bello Monte, Caracas. En una de las columnas le reiteran la
advertencia a los clientes desprevenidos: “Por políticas de seguridad, evite el
uso del teléfono dentro de nuestras tiendas”, se lee en un
cartel.
CLX
no se queda atrás. Entre 2013 y lo que va de año han abierto seis tiendas en
todo el país para distribuir los productos marca Samsung. “Venezuela nos
necesita, mis padres llegaron a este país producto de muchos conflictos bélicos,
yo nací en esta tierra, toda mi familia vive acá, entonces es momento de
invertir, soy consciente que hay crisis, este país ha hecho a muchísimos
empresarios exitosos y ante esta situación no podemos irnos (…) Este es el
momento de invertir y aprovecho la oportunidad para invitar a los que creen en
Venezuela, que inviertan, no existe otro país en el mundo mejor que este”,
declaró en agosto pasado Nasar Dagga, presidente de CLX, en la inauguración de
la tienda del Centro Comercial Sambil de Valencia, capital del estado de
Carabobo, a 200 kilómetros al oeste de Caracas. Tanto CLX como Cyberlux
mantienen pautas publicitarias en canales comerciales de
televisión.
chevron_leftDesliza la imagen para ver máschevron_right
zoom_inHaz click sobre cada imagen para ampliar
Pocas
semanas después, Dagga aparecía en el Centro Comercial Sambil de Caracas para
abrir la sexta tienda del grupo y confirmar su poderío, en un mall en el que los
rastros que dejó el tsunami del Dakazo todavía se dejan ver.
Tiendas emblemáticas como la de Sony y la de JVG cerraron sus puertas en esa
superficie y los comercios de electrodomésticos que aún sobreviven apenas
exhiben productos. CLX, en cambio, ya alcanza una participación en el mercado
local en la distribución de la marca Samsung de 60% y un 17% en la cuota de
“electrodomésticos y artículos electrónicos en general”, de acuerdo a
información de la compañía. De la posible instalación de una planta “mixta”
entre el Gobierno y Samsung, prometida por el Ejecutivo nacional en 2014, aún no
hay ni rastro.
Cyberlux
tampoco parece detenerse con la crisis y a tres años del Dakazo sigue creciendo.
Sus datos indican que tiene capacidad para ensamblar 3,6 millones de equipos
anualmente entre las marcas Cyberlux y Frigilux. Recientemente la compañía firmó
un contrato para tener la licencia de la marca Hyundai. “El gigante surcoreano
Hyundai, junto a Cyberlux de Venezuela -la ensambladora de electrodomésticos más
grande del país- establecieron alianzas comerciales con el objetivo de iniciar
el ensamblaje de productos de línea blanca y marrón en Venezuela”, se lee en la
web de la empresa y se detalla que el Vicepresidente del Área Económica, Carlos
Faría, estuvo presente en la firma del acuerdo.
En
el sector, en cambio, se hacen muchas preguntas sobre la potencia de un grupo
que no parece tener límites a tres años de un cataclismo bautizado por la
opinión pública, precisamente, como
el Dakazo.