Cristal Montañez o la Alicia Machado republicana

Reina de belleza en 1977, puede pasar por la anti- Machado: apoya a Trump, los controles contra inmigrantes y toda la agenda de la derecha chauvinista norteamericana. El Centro Bush de Dallas la eligió como lideresa de su ‘Freedom Collection’. Pero en un punto coincide con su colega, opuesta y, a la vez, casi sosias: aborrece el régimen de Caracas. Y en ese aspecto ha sido más militante. Desde Texas se hace sentir como una de las voces más tenaces del antichavismo en las redes sociales, y por una década lideró algunas organizaciones del exilio, no sin polémicas.
En
cuanto a sus aspiraciones en la vida pública, la joven Cristal Montañez pasaba
del defecto al exceso con facilidad.
En
1977, durante la transmisión del certamen Miss Universo, que ese año tuvo lugar
en República Dominicana, el sempiterno animador de la velada, Bob Barker, le
preguntó qué quería hacer en el futuro. Entonces la chiquilla de 17 años de edad
-que llegaría a figurar solo entre las doce semifinalistas, un resultado magro
para el extenso palmarés de títulos de belleza que Venezuela detenta- ensayó un
mohín de traviesa antes de responder: “Muchas cosas, muchas cosas… ¿Qué quiere
que le diga?.
Pero
apenas dos años más tarde, recién desincorporada de la campaña perdedora de Luis
Piñerúa Ordaz, candidato presidencial en las elecciones de diciembre de 1978 por
el partido Acción Democrática (AD, socialdemócrata), en una entrevista de prensa
le preguntaron algo similar. Dijo que quería ser
presidenta.
A
la larga, Cristal Montañez parece haber conseguido su destino en un promedio
entre ambos extremos. Vive en Texas, en medio de un sosiego que tal vez provenga
más de las secuelas de un arrollamiento que sufrió en 2014, que de la propia
madurez. Ello, sin embargo, no se traduce en una agenda en blanco. Si bien hasta
hace nada participaba activamente en las iniciativas de la comunidad venezolana
en el exilio, forma parte todavía de la Freedom Collection del Centro George W,
Bush de la ciudad de Dallas, una suerte de salón de la fama de
esos freedom fighters que tanto entusiasmaban al expresidente
republicano. Llevaba adelante campañas de apoyo a los refugiados, y ahora
destina buena parte de su energía a evitar que la “izquierda radical”, a la que
ya vio engullir su Venezuela natal, conquiste Estados Unidos. ¿Cómo? Aupando a
Donald Trump.
A
fines de octubre pasado, apenas se abrió la votación temprana en Texas, Cristal
Montañéz, escribía en inglés en Facebook: “No quiero que los EE.UU. se
conviertan en otra #Venezuela. Unámonos por la #libertad y la #democracia”. El
lunes de esta semana, nada más, mientras el presidente Trump daba su primer
discurso ante el Congreso de Estados Unidos, tuiteó con alborozo: “Extraordinary
speech by @realDonaldTrump @POTUS #Jointaddress”.
Extraordinary speech by @realDonaldTrump @POTUS #JointAddress
— Cristal Montanez (@CristalMontanez) 1 de marzo de 2017
Este
entusiasmo con el nuevo inquilino de la Casa Blanca la convierte en la
anti-Alicia Machado, la ex Miss Venezuela y Miss Universo que se convirtió en
símbolo de la campaña de la candidata demócrata, la ex secretaria de Estado
Hillary Clinton, por su doble condición de mujer e inmigrante -enemigos
declarados de Trump- y por una tercera: cuando fue Miss Universo, en 1996, la
franquicia del concurso pertenecía a Trump. Entonces debió enfrentar un
verdadero calvario de humillaciones públicas a las que el magnate la sometió,
por sus problemas para mantener el peso. Ciudadana estadounidense desde el año
pasado, Machado sigue dando la cara como una militante de la resistencia contra
Trump.
No
era la primera vez, por cierto, en que Cristal Montañez hacía contraste con una
popular reina de belleza venezolana. Cuando, en mayo de 1977, ganó la corona de
Miss Venezuela, en vivo y directo desde el Teatro París de Caracas, derrotó a la
candidata a la que abiertamente apoyaba la anterior reina de belleza venezolana
y reciente primera finalista de Miss Universo, Judith Castillo. La rival de
Montañez era Vilma Góliz, una morena que representaba al estado de Falcón (costa
noroeste de Venezuela). Cuando se supo el veredicto final, con el triunfo de
Montañez, Góliz se negó a reconocerlo y tiró su banda de identificación al piso,
en señal de protesta. Judith Castillo, a regañadientes, salió a coronar a su
sucesora, una adolescente rubia con cierto aire a la entonces tan de moda actriz
estadounidense Farrah Fawcett. No llegaría a ser Miss Universo, pero alcanzó un
logro que ni Judith Castillo ni Alicia Machado tendrían en sus haberes: que
Simón Díaz, la figura fundamental de la canción popular venezolana, le dedicara
unos versos.
“Cristal,
bonita como el turpial/ que canta en el morichal de sus cabellos”, la pintó el
gran artista.
Contacto en Paquistán
A
cuatro décadas de su irrupción en los medios, Montañez encontró una nueva causa
en el antichavismo, como ocurrió con otras figuras de la farándula. Está, por
ejemplo, el caso de Fabiola Colmenarez, ex reina de belleza y actriz de
telenovelas, quien, tras probar suerte como candidata de oposición a la alcaldía
de La Guaira, en el estado de Vargas (la misma circunscripción en el litoral
central del país que Montañez representó en el Miss Venezuela de 1977), acaba de
llegar a Houston, para sumarse a la colonia de compatriotas que ya residen en el
principal puerto petrolero de Texas, que ya debe superar por mucho los 8.000
miembros que el Censo de 2010 detectó.
En
la misma Houston. Montañez atiende a la prensa en una de las salas de
conferencia del edificio de alquiler con conserje 24 horas en el que vive. De un
modo casi sutil empieza a hacer gala de sus conexiones internacionales. Obsequia
como cortesía un frasco de miel elaborado por mujeres que participaron en el
proyecto Plan Bee de la Fundación
Hashoo,
brazo filantrópico de la familia Hashwani de Paquistán, de la que se desempeña
como directora ejecutiva en Estados Unidos desde el 2006.
A
través del programa se buscó empoderar a refugiadas de Nepal y Birmania en
Houston. La iniciativa arrancó en Paquistán, donde fue creada la fundación, como
una forma de otorgarles un modo de vida sostenible a las
mujeres.
La
familia Hashwani es “una familia muy prominente en Paquistán, muy respetada, muy
conocida, un imperio muy poderoso”, destaca la ex Miss, ataviada con una camisa
azul pastel y accesorios del mismo tono. Pasa por alto, eso sí, que el clan
apareció mencionado entre aquellos paquistaníes -que incluían a parientes
políticos del premier Nawaz Sheriff- que usaron el bufete panameño Mossack
Fonseca para abrir firmas de conveniencia en diversos paraísos fiscales, como lo
reveló la filtración conocida como Panama
Papers.
chevron_leftDesliza la imagen para ver máschevron_right
zoom_inHaz click sobre cada imagen para ampliar
La
sedosa voz de Montañéz se alza cuando habla del recibimiento que le dieron los
Hashwani en Paquistán —“ en una casa donde el presidente (Pervez) Musharraf
llegaba para desayunar”-- y los meses que pasó en el país conociendo a familias
beneficiadas por el programa en zonas remotas.
Pero
no es solo esa fundación. Para organizaciones como Texas Executive Women o
Hispanic Women in Leadership, Montañez es un ejemplo de dedicación a la
comunidad y una mujer que inspira a otras.
“Ella
es una persona muy trabajadora, responsable, lo que se propone siempre lo lleva
adelante. Es muy tenaz”, señala Brenda Garrido, integrante de la Unidad en
Houston, quien conoce a Montañez desde hace años.
A
pesar de su vínculo con una nación de confesión predominantemente musulmana,
Montañez se niega a condenar el veto temporal a inmigrantes de siete países de
mayoría musulmana y la suspensión indefinida del programa de refugio para los
sirios, anunciados por Trump. Se excusa porque ha estado “muy ocupada” para
seguir las noticias. Pero de ningún modo elude la explicación de por qué apoya a
Trump: la “falta de liderazgo de Estados Unidos” en el
mundo.
Montañez
considera que los medios han “sacado de contexto” las declaraciones de Trump
sobre varias comunidades inmigrantes en el país.
“En
ningún momento Trump dijo ‘No quiero inmigrantes’”, señala, pues, según ella, lo
que Trump busca impedir es la llegada de inmigrantes ilegales. “Yo no creo que
los afganos quieran paquistaníes ilegales en Afganistán. Lo ha dicho el
presidente (Juan Manuel) Santos, ‘no quiero venezolanos ilegales en Colombia’”.
Montañez cree a pies juntillas que Obama “era un títere” del magnate liberal
George Soros.
De maniquí a activista
Antes
y después del Miss Venezuela, a Montañéz le gustaba modelar. Prestó su imagen
también para diversos comerciales: se le vio en la pantalla chica promocionando
los cigarrillos
Kent,
el Caprice
80 de Chevrolet o el
maquillaje Max
Factor.
Luego
de entregar la corona, Montañéz vivió un tiempo en México como modelo. Fue allí
que conoció a su primer esposo, Henry Van Joslin, galán de fotonovelas conocido
por el nombre artístico de Carlos Rivera, con quien protagonizó
varias campañas publicitarias.
En 1980 se casa en Houston con Van Joslin. Se establecen en un suburbio llamado
The Woodlands, una ciudad planificada de clase alta, en la que recientemente
circularon panfletos en los que se declaraba que “Trump es el regalo de Dios a
la nación blanca”, según informó The Houston Chronicle. Perfeccionó
su inglés y crio a dos hijos.
Después
de esa racha, su vida pública parecía lista para disiparse en la rutina de una
ama de casa acomodada.
Pero
entonces llegó a Venezuela la Revolución Bolivariana de
Chávez.
Tras
la tragedia de Vargas en diciembre de 1999 -un deslave masivo de la cordillera
que separa a Caracas de su litoral, tras varios días de lluvia, que afectó sobre
todo a la vertiente norte y mató entre 5.000 y 10.000 personas-, decide impulsar
Bear Hugs for Venezuela, una iniciativa para recoger en Houston y sus
alrededores 65,000 ositos de peluche para consolar a los menores
damnificados.
“Peluches
ayudan a curar almas infantiles”, titulaba por esos tiempos una nota del
diario El Universal de Caracas. La obra de acción social fue
reseñada en otros medios venezolanos, algunos de los cuales desaparecieron con
la represión posterior contra la prensa opositora. Las reseñas aparecían en las
secciones de Sociedad, Ciudad o Farándula, como ratificando que la inesperada
reaparición de la ex reina de belleza se desarrollaba en las áreas de interés
previstas para su perfil, vinculadas siempre con la niñez, la
ternura.
Nadie
pudo así prever el próximo paso que daría.
Cuenta
que alguien que no conocía y a quien asegura no recordar, la llamó y le pidió
que fuese vocera de la oposición en una protesta en frente del consulado de
Venezuela en Houston en abril del 2002. Corrían los días de la huelga general
que desembocaría en un golpe frustrado que apenas logró desplazar a Chávez del
poder durante 47 horas.
chevron_leftDesliza la imagen para ver máschevron_right
zoom_inHaz click sobre cada imagen para ampliar
Esos
eventos coincidieron con el divorcio de Montañez, cuyos hijos adolescentes se
encaminaban a la universidad.
“En
esos años cuando nosotros nos empezamos a organizar no había nadie, de ningún
partido, de nada”, recuerda Marisabel Olivares, una ingeniero que trabaja
organizando los procesos electorales con la oposición en Houston, al igual que
muchos exilados de la industria petrolera. “No estábamos preparados para
eso”.
En
medio del desierto, Montañez era la cara ante los medios por su carrera en
publicidad. “Ella hace súper bien ese trabajo con la prensa”, destaca Olivares.
“Las relaciones con otras personas a veces pueden ser dificultosas y con algunas
personas ella aquí tuvo problemas, y por eso pienso que tal vez se alejó del
trabajo que se siguió haciendo aquí”.
Por
esa época, la ex modelo empezó a trabajar con la organización Resistencia de
Venezolanos en el Exterior (Recivex), registrada en Nueva
York.
En
el 2003, la ex Miss lanza además su propio grupo con algunos integrantes de
Recivex: el International Venezuelan Council for Democracy (IVCD), formado tras
una conferencia en Washington D.C.
“Fueron
31 los venezolanos, venidos de todas partes del mundo, desde Guatemala hasta
Arabia Saudita, que atendieron el llamado. El llamado fue en Washington, muy
estratégicamente planificado”, dice Montañez.
El
objetivo era crear conciencia en el Congreso estadounidense del derecho que
tenían los venezolanos a un referéndum revocatorio. Entregaron firmas recogidas
por la organización Súmate.
Montañez
empezó a desempeñarse como coordinadora de Recivex y presidenta de IVCD sin que
apreciara algún conflicto de intereses. “Los objetivos estratégicos eran
diferentes”, dice. “Una era más institucional y la otra (Recivex) era más de
batalla, de activismo político en la calle”.
Una
de las principales actividades de Recivex e IVCD era “contrarrestar” la
propaganda del gobierno venezolano. Enviaban comunicados y cartas a organismos
como la Organización de Estados Americanos (OEA) o el Parlamento Europeo.
También recolectaban firmas para el referéndum, que finalmente tuvo lugar en
agosto de 2004. Lo ganó Chávez.
chevron_leftDesliza la imagen para ver máschevron_right
zoom_inHaz click sobre cada imagen para ampliar
“Para
combatir las películas del régimen teníamos que repartir los CDs”, recuerda.
“Tenía que escoger entre comprarme el vestido que yo quería tener o utilizar ese
dinero para el trabajo de resistencia. Con mucho sacrificio todos hemos
trabajado y puesto nuestro granito de arena en pro de nuestro
país”.
En
mayo del 2004, IVCD coordinó una campaña para enviar cartas a 75 congresistas
identificados por Patton Boggs, una de las agencias que el gobierno había
contratado para limpiar la imagen de Venezuela.
Ese
año, Montañez decide irse a Caracas a trabajar con la Coordinadora Democrática
-la alianza de los partidos de oposición- para representar ante ella a “los
venezolanos en el extranjero”.
Fue
también en 2004 cuando Montañéz se sumó a la lista de acusados de conspirar
contra el gobierno. Ismael García -hoy en la oposición, pero entonces
parlamentario oficialista- aseguró que la ex reina de belleza impulsaba una
campaña para desacreditar al gobierno y que a través de la Fundación Cristal
Montañez se reunía para conspirar con opositores en
Miami.
La
ex Miss dice que luego notó que la estaban persiguiendo en Caracas y optó por
dejar el país: “Empecé a quedarme en casa de amigas, pero recuerda que yo tenía
dos hijos en la universidad en Estados Unidos, yo no podía andar arriesgándome,
bastante que me arriesgué”, dice.
El descanso de la guerrera
“Ella
tiene una posición donde ha defendido siempre que las elecciones en Venezuela
han sido robadas y nosotros no compartimos ese pensamiento”, dice el hijo del ex
gobernador del estado de Zulia y ex candidato presidencial Manuel Rosales,
Hender, quien representa la franquicia paterna de Un Nuevo Tiempo (UNT) en
Houston.
La
admiración por Montañez no es unánime ni siquiera entre las agrupaciones de
oposición en el exterior. A esas opiniones divididas contribuye la deriva de
Montañez a posiciones de intransigencia, una deriva que empezó en 2008, cuando
dejó la coordinación de Recivex, en medio de una pelea con la directiva del
grupo.
“Cristal
es una bella persona, fue una bellísima Miss Venezuela, es una mujer
trabajadora”, dora la píldora María Teresa van der Ree, antes de lanzar el fuego
a discreción: “Pero ella se aprovecha de la demás gente para beneficio propio”,
Van der Ree atiende la llamada de la periodista desde Connecticut, donde reside
con su nuera y conserva toda la documentación de la
entidad.
“Nosotros
hacíamos el trabajo, ella le ponía su nombre, lo firmaba y luego aparecíamos
nosotros en segundo plano”, dice Mercedes Montero, expresidenta de Recivex y
otra náufraga de Pdvsa, desde el Reino Unido. “Ella quería ser la dueña de toda
la diáspora en el exterior y eso no es posible”.
Montañez
prefiere no ahondar en detalles que “no aportan”, pero muestra cartas en las que
aparece juntos los logos de ambas organizaciones y las respectivas firmas.
Asegura que pasó la página y que renunció al grupo por un incidente que atentaba
contra sus “valores y principios”.
“Yo
era la persona visible de la organización y a alguna gente le gusta eso y a
alguna gente no le gusta. Las oportunidades, la mayoría de las entrevistas, eran
conmigo”, dice. “Yo era la presidenta, pero no era la presidenta de palabra. Era
la presidenta que se fajaba a trabajar 24 horas al día, Pero hay la gente que
quiere llegar y no llega, y la gente que no está de acuerdo con lo que está
haciendo la otra. Y todo es perfectamente aceptable y todo es perfectamente
respetable porque cada quien tiene su punto de vista”.
chevron_leftDesliza la imagen para ver máschevron_right
zoom_inHaz click sobre cada imagen para ampliar
“Eso de que haya una sola persona que
lucha eso es mentira, en el exterior todo el mundo lucha, lo que pasa es que hay
gente que se sabe hacer propaganda”, le replica Montero.
En
2008, Montañez dejó la presidencia de IVCD y nadie la quiso suceder. Por esa
época contrajo nuevas nupcias, esta vez con un estadounidense, George
Baylor.
En
2012, fue incorporada a la Freedom Collection del Centro Presidencial Bush en
Dallas, reservado para el reconocimiento de “líderes de movimientos de
liberación”.
“Seguí
trabajando a otro nivel, para mí, mucho más efectivo, sin tanto conflicto, cosas
personales y reconcomio de la gente”, dice.
Además,
luego de participar en una protesta en apoyo a los estudiantes que manifestaban
y fueron detenidos en febrero del 2014 durante las protestas callejeras que
asolaron varias ciudades de Venezuela, Montañez y su madre fueron atropelladas
por un autobús. Tras años de terapia, aún tiene secuelas de ese accidente que la
han llevado a controlar su ritmo de trabajo, asegura.
Ahora,
se reúne con otros integrantes de la colección de activistas de Bush, aconseja a
estudiantes sobre los principios del estratega de lucha no
violenta, Gene
Sharp,
en estaciones de la aplicación Zello e interviene en
situaciones en las que le piden ayuda, como la de los estudiantes venezolanos
deportados de Colombia en el 2014. “Yo fui quien asesoró la campaña No
más Farc a nivel mundial”, revela. “Seguimos trabajando Oscar Morales y
yo con el presidente Bush en su centro”.
Asegura
que en cada oportunidad que tiene a través de su trabajo con la Fundación Hashoo
habla de Venezuela con líderes o activistas, pero trata de enfocarse en lo
humanitario --la escasez de alimentos, medicinas y la criminalidad. En Houston,
“nos acompaña en las actividades que ella considera debe estar”, señala Garrido,
secretaria de la Unidad en esta ciudad del sur de Texas.