El autor al que Odebrecht pagó 377 mil dólares

La Autoridad Única del sur de los estados Monagas y Anzoátegui reconoce que recibió varias transferencias de la constructora brasileña, pero dice que por haber hecho un libro. Lo suyo, de cualquier modo, es una nota al pie de página en la lista de pagos sin factura que los brasileños mandaron. ¿Dónde están los peces gordos? En la República Bolivariana de Venezuela, el silencio también es un mensaje
No
sabe. Dice que no lo entiende; que no se explica cómo su nombre vino a aparecer
en las listas de Odebrecht. Al ingeniero venezolano Lucas Valera le sorprendió
verse colado en una retahíla de transferencias clandestinas, que el gigante de
la construcción brasileña repartió entre 2006 y 2008. Se trata de 377 mil
dólares de los que asegura que no se acuerda. “¿Yo qué voy a saber?”, pregunta.
“No sé…”.
La
suya es la quinta de una tabla de 18 transferencias que Odebrecht reconoció y
entregó ante la justicia peruana, como parte de un proceso de “colaboración
eficaz”. El fiscal Hamilton Castro presentó el pasado 9 de febrero ese papel. El
documento se ha convertido en uno de los más importantes en el proceso que
reclama la comparecencia del expresidente Alejandro Toledo y cuya copia –ahora
filtrada para este reportaje– señala a Valera como el único particular en una
maraña de empresas y transferencias que en Perú relacionan con el caso
Odebrecht.
chevron_leftDesliza la imagen para ver máschevron_right
zoom_inHaz click sobre cada imagen para ampliar
Los
pagos salieron desde cuatro compañías offshore, entre las que destaca Klienfeld
Services Limited, la ya célebre firma que sirvió a Odebrecht para inyectar
dinero fresco a la última campaña de reelección del expresidente Hugo Chávez,
según el testimonio que hace un año rindió el propio publicista brasileño, Joao
Santana, y su esposa Mónica Moura, a cambio de beneficios procesales en esa bola
de nieve que salió de Brasil con el nombre de Lava
Jato.
La
transferencia de Valera, al contrario de las otras 17, llegó a una cuenta
personal a su nombre y –por si a las dudas– remachado con la zona de su
domicilio en Caracas. Él, sin embargo, insiste en que nada tiene que ver con
esto. Que no conoce a Josef Maiman ni ninguno de los otros personajes que la
Fiscalía peruana ha apuntado como testaferros del ex presidente Toledo. Que no,
que debe haber un error. “Me dices Perú y me pones al Presidente enfrente y no
sé ni quién es”.
A
Valera el nombre de Odebrecht igual no le es ajeno. No en vano pasó más de cinco
años de su vida trabajando con ellos en la construcción del segundo puente sobre
el río Orinoco, como coordinador general del proyecto por la Corporación
Venezolana de Guayana. En el año 2003 incluso se le vio en cadena nacional de
radio y televisión al frente de la obra en un pase en vivo y directo, que lo
conectaba desde el sur de Venezuela, en el estado Bolívar, con el Palacio de
Miraflores. “Buenas tardes Presidente (…) Este es un puente carretero
ferroviario que nos permitirá enlazar los estados Bolívar, Anzoátegui y Monagas
a través de 166 kilómetros de vialidad”.
Un sueño hecho realidad
Odebrecht
entonces ya empezaba a vislumbrarse como el gigante brasileño más consentido de
toda Venezuela. Pero la carrera de Valera no comenzó allí, a la vera del
gobierno bolivariano ni de los brasileños: el 31 de enero de 1997 fue designado
por el gobierno de Rafael Caldera –en la Gaceta Oficial número
37.138– como Autoridad Única de Área al sur de los estados Anzoátegui y Monagas,
y escasos días después pasó a formar parte de la “Comisión de Licitación de la
Concesión para el proyecto, construcción y explotación, conservación y
mantenimiento del sistema vial conformado por el Puente Mixto sobre el río
Orinoco en Ciudad Guayana”.
Toda
una vida tras el sueño de conectar al oriente venezolano con el sur. Tal vez ese
fue uno de los motivos que lo acercaron al fallecido presidente Chávez, de quien
guarda fotos sentado en pupitres analizando los planos de ese portento de 3,15
kilómetros con cuatro canales de circulación y una vía férrea en el centro. “Se
enamoró del proyecto”, recuerda. “Yo lo admiré mucho porque era una persona muy
ejecutiva, tomaba decisiones, pero lamentablemente se murió y estamos en esta
situación”.
El
resto de esta historia es ya conocida: Odebrecht se instaló en Venezuela con más
de 32 obras como la postergada línea 5 del Metro de Caracas y la represa
hidroeléctrica de Tocoma que, a diferencia del escándalo en otros países, ni
siquiera está lista. Verbigracia, el caso del puente Cacique Nigale del Lago de
Maracaibo, en el que el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin)
detuvo hace dos semanas a cuatro profesionales –dos periodistas brasileños de la
televisora Rede Record, Leandro Stoliar y Gilzon Souza, y a los coordinadores
del capítulo zuliano de Transparencia Venezuela, Jesús Urbina y María José Túa–
mientras tomaban nota y fotos de otra de las obras del museo inconcluso de la
constructora brasileña en Venezuela.
Después
de todo, el segundo puente del río Orinoco, o puente Orinoquia, sí fue levantado
–junto a 160 kilómetros de vialidad– en cuestión de cinco años, a pesar de que
el puente Vasco da Gama de Lisboa, cinco veces más largo, estuvo listo en apenas
tres años a un costo similar: 1.166 millones de
dólares.
Escritor en ciernes
Aunque
el monto del proyecto original se multiplicó tres veces hasta más de 1.200
millones de dólares, el Orinoquia es una de las mejores tarjetas de presentación
de los brasileños en Venezuela. Eso insiste Valera. De hecho, admite que sí
recibió depósitos de la compañía, pero no por ninguna clase de sobornos, sino
por un libro.
–Ellos
me pagaron a mí una plata por haber hecho un libro que condensa todo el proceso
de construcción del puente.
–¿Un
libro por 377 mil dólares? Ni Vargas Llosa...
–Bueno,
es que era una ‘maraca’ de libro que ellos utilizaron para celebrar creo que los
10 o 15 años de Odebrecht en Venezuela y en este momento no me recuerdo el
monto, tengo que revisar a ver porque yo les iba pidiendo adelantos a cuenta de
lo que me iban a pagar por el libro.
–¿Entonces
fueron varios depósitos?
Captura de pantalla del informe de la Policía Federal de Brasil en la que aparece el nombre de Diosdado Cabello en las notas que Marcelo Odebrecht guardaba en su celular
–A
medida que iba avanzando el puente, yo les iba escribiendo para que me hicieran
varios pagos por el libro.
–¿Los
depósitos se hicieron en una cuenta de Luxemburgo?
–No
sé. Es que ellos abrieron esa cuenta, ellos pueden mover el dinero en esa
cuenta.
–¿Para
qué abrió en 2013 una empresa en Panamá junto a dos familiares que también han
trabajado en Odebrecht?
–Es
una empresa que no está operativa y en la que se hicieron unos estudios
económicos y que está prácticamente muerta después de la crisis
petrolera.
La
de Valera, sea como sea, es una nota al pie de página en la lista de pagos que
la brasileña llevó y trajo a Venezuela y el resto de América latina. Ya no es
solo Toledo, también el expresidente Ollanta Humala fue señalado en esta tercera
semana de febrero de 2017 en Perú. Igual los hijos del ex mandatario panameño
Ricardo Martinelli o funcionarios y campañas de los archirrivales colombianos,
Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos. Ni hablar del exmandatario brasileño Luiz
Inácio Lula da Silva, Odebrecht no discriminó en ideologías. En Venezuela, sin
embargo, no hay nombres: los peces gordos no aparecen, a pesar de que
repartieron al menos 98 millones de dólares en sobornos.
Algo
tuvo que pasar para que la central hidroeléctrica Manuel Piar de Tocoma, en el
estado Bolívar, destacara entre los apuntes que la Policía Federal de Brasil
encontró en el block de notas que el CEO de la constructora, Marcelo Odebrecht,
almacenaba en el celular que le decomisaron. Incluso con referencias textuales a
la “oposición (venezolana)” y al diputado Diosdado Cabello. “Diosdado estuvo en
Brasil con el embajador. Tendrá que tomar la caja?”, eso advertía en su
celular.
Peor
aún la confesión del publicista brasileño Joao Santana, considerado un gurú de
campañas en Argentina, El Salvador, República Dominicana y naturalmente
Venezuela, donde acuñó el eslogan de “Chávez, corazón de la patria”. “Se trataba
de pagos no contables para la campaña electoral de Venezuela, siendo el
responsable directo Fernando Migliaccio, ejecutivo de Odebrecht en Brasil”,
puntualizó la esposa del publicista, Mónica Moura, quien llevaba la parte
administrativa.
chevron_leftDesliza la imagen para ver máschevron_right
zoom_inHaz click sobre cada imagen para ampliar
El virrey de Caracas
Ahora
apenas saltan referencias de migajas, poco más que anécdotas. Valera dice que
puede asegurar que en el terreno de la construcción no hubo ningún tipo de
soborno ni sobreprecios. “Aquí no se pagó ni medio por el puente, es más, todo
se hacía a través del Ministerio de Finanzas”, insiste. “El que era amigo del
Presidente Chávez era el que estaba de director en Venezuela, Euzenando
(Azevedo). Él lo invitaba, allá hicimos cinco programas de Aló
presidente”.
No
en vano, Chávez dio una especial mención para el representante de Odebrecht en
Venezuela, el 13 de noviembre de 2006, durante la inauguración del segundo
puente sobre el río Orinoco. “Para Euzenando un abrazo muy especial y una
felicitación pero muy, muy especial, por su voluntad de acero, inquebrantable en
el impulso de la obra y de las distintas obras que estamos adelantando en
Venezuela. Grande amigo, pernambucano además”, dijo al pie del puente en
presencia de Lula y los dueños de la constructora, Emilio y Marcelo
Odebrecht.
Pero
prudente y discreto, el brasileño alto de pelo cano y buenas maneras, ha sabido
ser invisible en estos días, cuando buena parte de quienes ejercieron como
virreyes de Odebrecht en América latina han aceptado abrir la boca a cambio de
negociar su futuro. El 17 de diciembre del año pasado aterrizó en Caracas a
bordo del vuelo 223 de Panamá. Aunque hay quien lo hace bien lejos del país, esa
fue la última vez que se le vio por Venezuela llegando de chaqueta azul y camisa
blanca.
La
fiscal general de la República, Luisa Ortega Díaz, informó el 26 de enero, que
habían solicitado orden de aprehensión –con alerta en Interpol– contra una
persona vinculada a la empresa. No reveló su nombre, aunque se presume se trate
del mismo Euzenando Azevedo para el que Chávez no escatimaba buenas palabras.
Ese sí conoce los peces gordos.
(*)Este
reportaje se publica en alianza con los periodistas de la Red de Investigaciones
Periodísticas Estructuradas, que comprende a IDL-Reporteros, de Perú, La Prensa
de Panamá y Armando.info en Venezuela.