Ni millonarios europeos ni magnates asiáticos. La mayor cantidad de clientes del Credit Suisse, segundo banco más grande de Suiza, son ciudadanos nacidos o que declararon vivir en Venezuela. Esta es una de las revelaciones de Suisse Secrets, investigación colaborativa coordinada por OCCRP y el diario alemán Süddeutsche Zeitung, trabajada por 163 periodistas de 48 medios aliados de todo el mundo, entre ellos Armando.info...
La mayor filtración de archivos de paraísos fiscales. Eso es Pandora Papers, una investigación periodística coordinada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), centrada en más de 11,9 millones de registros financieros que contienen 2,94 terabytes de información confidencial, procedentes de 14 proveedores de servicios financieros offshore, empresas que crean y gestionan sociedades ficticias y fideicomisos en paraísos fiscales de todo el mundo...
Más allá de los nombres de figuras políticas y funcionarios del Estado involucrados, la trama de corrupción desplegada por la constructora brasileña en Venezuela puso en circulación cantidades descomunales de dinero en pagos irregulares. En bancos suizos se ha detectado el tránsito de al menos 235 millones de dólares, en su mayoría de coimas vinculadas al proyecto hidroeléctrico Tocoma, que luego de nutrir las cuentas de intermediarios llegaron a destino. Por ahora las investigaciones determinan que la capilaridad por la que fluyeron los fondos conducía a mercaderes de arte, patriarcas de dinastías de la ingeniería civil y hasta gerentes deportivos.
Como virus en un entorno hostil, la red de empresas que los dos colombianos crearon para importar alimentos y productos de primera necesidad para el programa CLAP de Nicolás Maduro, cambia de aspecto y se adapta a la presión de las sanciones estadounidenses. Nuevas marcas y empresas que aparecen en los combos que reciben los hogares venezolanos pertenecen en realidad al mismo entramado. Es el caso de 4PL, una empresa que opera desde Cartagena pero que, a pesar de su súbita aparición, ya estaba en la mira de los anticuerpos de los organismos internacionales contra la corrupción.
Con la cantidad invertida en 13 años en el Lago de Valencia, en el centro norte de Venezuela, el régimen chavista pudo haber construido 18 hospitales nuevos como el Cardiológico Infantil Latinoamericano de Caracas, o una vía de navegación como el canal de Panamá. Pero a contracorriente de los 385 millones de dólares echados al agua, la cuenca se ha convertido en el pozo séptico más grande de América Latina. Se trata de uno de los problemas ambientales más graves de la región, no solo por la contaminación sino por el costo social de 8.000 familias que están en riesgo de perder su casa y hasta de morir ahogados en aguas negras. Antes que atender esta situación, el régimen de Nicolás Maduro prefiere auxiliar a los damnificados de los huracanes Harvey e Irma, y dejar abandonados a los vecinos a la eterna improvisación venezolana.
Si el papel clave de los empresarios colombianos Alex Saab Morán y Álvaro Pulido Vargas en la trama de importaciones para el programa del Gobierno de Nicolás Maduro ha salido a relucir, casi nada lo ha hecho la participación de los comerciantes que desde México le sirven como proveedores. Se trata de grupos económicos que, aún antes de hacer negocios con Venezuela, tampoco eran ajenos a la controversia pública.
El potencial caso de evasión de impuestos en la compra de obras de arte por 27 millones de dólares por parte de Isaac Sultán Cohén, empresario que hizo fortuna al controlar los almacenes de los principales puertos venezolanos en la primera década del chavismo, no desembocó en una acusación contra el magnate criollo. Por el contrario, su testimonio es la base para una demanda del Estado de Nueva York contra la famosa casa de subastas Sotheby´s, que también expone la actuación presuntamente irregular de una especialista venezolana en el mercado artístico.
Más nombrables que imputables o al menos visibles, Luis Alfonso e Ignacio Enrique han construido su propia leyenda aparte del historial mantuano de su familia. Si hablaran, serían piezas claves para conocer cómo se manejó el mercado financiero venezolano durante el control cambiario y por qué este dio lugar a nuevas e inmensas fortunas. Pero su reticencia a mostrarse en medios quedó provisionalmente rota por una disputa por un yate en Miami y documentos de sus offshore.
Bancamiga ha tenido un crecimiento que se puede calificar de ‘explosivo’ en el, eso sí, minúsculo sector financiero venezolano. Buena parte de su expansión ha tenido lugar después de las sanciones emitidas por Washington contra Samark López, un punto de inflexión por el que dos allegados del cuestionado empresario, José Chacín Bello y Ariel Martínez fueron a dar -aunque en momentos distintos- a ese banco, uno como gran accionista, el otro como alta autoridad ejecutiva. Contra lo que eso pueda insinuar, el banco y el propio López niegan que existan vínculos entre ellos.
Con cámaras de TV y redes de delatores, se ha impuesto una política de espionaje a los controladores que ordenan el tránsito de los aviones que aterrizan y despegan del principal aeropuerto del país. Algunos secretos e irregularidades están en resguardo en medio de un clima permanente de cacería de brujas. Dos empleados ya han sido sometidos a un juicio interminable y cuestionable como demostración de la suerte que aguarda a quien no desee someterse a un sistema que, más que la seguridad aérea, procura el silencio.
A partir de la oleada de sanciones que recibieron altos jerarcas rusos tras la toma de Crimea en 2014, los banqueros más ricos e importantes de Rusia tomaron medidas para salvaguardar cientos de millones de dólares en paraísos fiscales detrás de complejas tramas que se revelan en una nueva entrega de los Papeles de Pandora. La previsión se mostró utilísima con las nuevas sanciones impuestas por Occidente tras la invasión de Ucrania.
Sin querer, queriendo, se dio a conocer recientemente desde la cumbre del tepuy Kusari, en el parque nacional Canaima. Era la fecha de su cumpleaños y la inusual locación del festejo hizo las delicias del ‘jet set’ bolivariano tanto como alimentó la indignación y el resentimiento en las redes. Solo entonces se supo que el operador turístico modélico de la Revolución llevaba años escalando posiciones, desde su natal isla de Margarita, en una parábola expansiva de carisma e influencia donde los límites entre lo público y lo privado a menudo se esfuman.
La mayor investigación trasnacional realizada hasta ahora sobre el mundo de los territorios que sirven como paraísos fiscales tuvo fuerte resonancia en Venezuela...