Las brigadas que se preparan para el apocalipsis en Venezuela

Preppers, la paranoia estadounidense del Fin del Mundo gana adeptos en Venezuela en medio de la crisis política y económica. En varias partes del país, algunos policías y militares retirados enseñan a sus familias medidas de supervivencia. Aunque la escasez y el desabastecimiento ha obrado en contra de la acumulación de provisiones, están convencidos de que una guerra civil no los tomaría por sorpresa.

17 abril 2016
Getting your Trinity Audio player ready...

El fondo musical sugiere terror y suspenso: “Estas cuatro familias se están preparando para una época, no muy lejana, en la que creen que escasearán el agua, la comida y el combustible”, introduce el narrador, mientras la pantalla muestra a un hombre recolectando leña, otro cruzando un campo de nieve, y luego un par de niños con arcos y flechas. Son las postales estadounidenses del apocalipsis. Unos prevén el colapso natural del mundo, otros una guerra nuclear y los más radicales, incluso, un ataque zombi. Su gran objetivo: sobrevivir. Una filosofía de supervivencia extrema replicada –a partir de este programa televisivo– en Venezuela, donde otras cuatro familias coquetean más de cerca con el apocalipsis.

En aquel episodio, de 45 minutos, el narrador agrega: “Temen que llegue un mundo en que el dinero no tenga valor y no rijan las leyes. Todos aguardan un desastre inminente que destruirá al mundo tal y como lo conocemos, y han tomado medidas extremas para estar preparados para sobrevivir –la locución se torna más fúnebre– cuando llegue el fin del mundo”. El programa se llama “Doomsday Preppers” –o preparados para el Día del Juicio Final–, grabado en Estados Unidos por el canal National Geographic (NatGeo) en forma de realityshow.

--Cuando se interrumpa el suministro eléctrico, ésta puede ser nuestra fuente de comida—dice ante la cámara uno de los personajes, mientras se lleva una masa verdosa a la boca.

--Tenemos tres fuentes de agua distintas—dice otro, en un nuevo escenario-- Sin agua de calidad no se puede sobrevivir mucho tiempo--.

Después, aparece un hombre disparando un arma larga, varias veces. Estas personas pertenecen a las familias McClung, Beford, Kobler y Larson, retratadas por el canal norteamericano como casos excepcionales de una extraña convivencia enfocada en la autogestión y subsistencia. La exposición mediática de sus vidas atrajo tanto burlas como adeptos: a miles de kilómetros al sur, sus versiones venezolanas se preparan para sus propias catástrofes, desde un gran terremoto –por la propensión sísmica del territorio– hasta una guerra civil por hambruna debido a la crisis económica y alimentaria del país. Lejos de las cámaras, las familias González, Salazar, Herrera y Delgado sienten que el momento de los “preppers venezolanos”, como se autodenominan, ya comenzó.

Reservas disminuidas

“Lisa Bedfort y su marido tienen una hija, un hijo, un gato y un perro. Son la típica familia de las afueras de Phoenix, pero...”. El narrador se detiene y es la propia Lisa –una señora de piel blanca y robusta, cabello corto, ojos claros– la que devela ante la pantalla de NatGeo su peculiaridad: “Temo que nuestro país se enfrente a una grave hiperinflación”. Su método ha consistido, principalmente, en almacenar la mayor cantidad de alimentos posible.

Una publicación especializada en el tema repasa la escasez a partir de la óptica de los llamados preppers: "Venezuela no tiene comida: Aquí lo que es un colapso económico de verdad", Foto: The Organic Preppers.

El resguardo alimentario es la práctica de los preppers por excelencia y Moisés González –caraqueño, 49 años, ex policía– aun intenta cumplirla. Vive en la parroquia San Agustín del municipio Libertador de la capital venezolana, pero sus provisiones nunca llegaron a alcanzar los grandes estantes, repletos de latas y granos, de la señora del suburbio estadounidense. Hace dos años tenía tres cavas selladas de 56 litros con pasta, arroz, sal, azúcar, atún, sardina. “Como se hizo difícil conseguir los productos, tuve que irlo gastando para darle a mis hijos”, dice González. Hoy sólo le queda una cava, con ocho latas de sardina, diez de atún, tres kilos de pasta y otros pocos insumos. Administra el grupo de Facebook “Preppers Gran Caracas” para difundir formas de supervivencia extrema.

La crisis de abastecimiento alimentario en Venezuela –que ha alcanzado 70% de escasez, según datos publicados por instituciones privadas ante la ausencia de cifras oficiales– es uno de los momentos para el que se preparan Lisa y otros preppers de NatGeo, cuyos mayores temores apuntan a un colapso económico. El portal digital The Organic Preppers publicó a principios de este año dos artículos titulados “This Is What a Real-Life Economic Collapse Looks Like” y “Venezuela Is Out of Food: Here’s What an Economic Collapse Really Looks Like”, como referencia de caos.

La línea discursiva radical del mundo prepper lleva a la autora –blogguera, de una granja orgánica en el norte de California, EEUU– a sugerir una cuenta regresiva para la hambruna en el país petrolero. “Hay una gran cantidad de paralelismos desagradables que se puede extraer entre la situación financiera de Estados Unidos y el desastre en Venezuela, y una cosa es clara: la autosuficiencia es la única manera de proteger a la familia”, sentencia en el texto.

No sólo la falta de comida impide a los preppers venezolanos prepararse como lo hacen sus mentores estadounidenses de la televisión. A González le gustaría contar con las armas de caza y defensa de calidad que Lisa y sus hijos usan en el programa. Cada vez son menos las tiendas –por la restricción de importaciones– donde pudiera adquirirlos en el país, y más altos los precios. “Hace dos años un pedernal costaba 10 bolívares. Ahora está en 300, si se consigue”.

Una obsesión

Dennis y Danielle McClung también viven en la ciudad de Phoenix, en el estado de Arizona, al suroeste de EEUU; tienen dos hijos y son otros protagonistas de Doomsday Preppers. “Se puede decir que estoy obsesionado con el estudio del fin del mundo. La tierra será bombardeada por una eyección de masa coronal [onda de radiación solar] y el bombardeo destruirá la red eléctrica de nuestro barrio y de todo el mundo”, asegura Dennis en el programa. Es la cabeza de la familia y se ha encargado de que todos los miembros de su hogar estén listos para lo peor: practican simulacros de desalojo y de 72 horas de supervivencia en la naturaleza, para casos de desastres nucleares.

Al norte de América del Sur, José Salazar, de 19 años, residente de la ciudad de Maturín, capital del estado Monagas, al noreste de Venezuela, también tiene a la mano su “mochila de 72 horas”, y practica simulacros de evacuación con toda su familia –16 personas– una y hasta dos veces al mes. Aunque conoció la cultura preppers a través del programa de NatGeo, no teme una guerra nuclear. “Desde hace año y medio empecé a ver cómo iba la situación del país y entonces pensé que esto era necesario. Busqué información sobre el tema, me documenté más”, cuenta, en un contexto-país de inflación anual de tres dígitos y desabastecimiento de productos básicos, atribuidos por el Gobierno nacional a una “guerra económica” basada en acaparamiento y especulación, mientras que el sector empresarial alude a las fallas en la entrega de los dólares necesarios para importar –agudizada por la caída de los ingresos petroleros y el desfalco de la antigua Comisión de Administración de Divisas (Cadivi) por más de 20 mil millones de dólares–.

Una de las actividades que los "preppers" venezolanos muestran en sus redes sociales. Foto: Facebook/Cursos de Superviviencia Extrema (Preppers Venezuela).

Por eso, creó la página de Facebook “Preppers Maturín” y su grupo ya cuenta con dos paramédicos. Casi 100 personas, de varios grupos familiares de la ciudad, se han sumado a la iniciativa. Las mochilas de supervivencia contienen comidas, bebidas, bolsas para dormir, carpas, implementos de primeros auxilios, cuchillos o navajas multiusos, artículos de higiene, pastillas para potabilizar el agua, entre otros. Salazar además domina métodos naturales de filtrado de agua y fuentes alternativas a la electricidad, en tiempos de recurrentes fallas de ambos servicios públicos en todo el país. Su predicción es desalentadora: “El colapso de estos sistemas está cerca y hay que prepararse para evitar caer en la crisis, que puede terminar en saqueos”.

Defenderse ante todo

David Kobler defenderá a muerte lo que ha construido para su familia en California Sur, oeste de EEUU, cuando llegue el momento decisivo. “Matar o que te maten”, dice sin tapujos en el programa. Ha preparado su granja para un colapso del sistema financiero y sus posibles consecuencias, como incremento de la delincuencia, aumento del hambre y falta absoluta de ley y orden. Además de sus reservas de comida, bombas hidráulicas y fuentes alternativas de combustible, cuenta con habilidades tácticas por su experiencia militar. “Si no tienes armas de fuego, alguien podría quitarte la comida. Hay que mantener un equilibrio entre armas de fuego y comida”, sugiere.

La defensa es un punto de honor para los que están decididos a sobrevivir a toda costa. Por eso, Rey Herrera, también ex militar, es de los pocos en reconocer y defender, con el mismo ímpetu de Kobler, el uso de armas de fuego en el mundo prepper venezolano. “Algunos preppers de aquí son funcionarios de seguridad y pueden tener armas y practicar tiro. El prepper aprende a defenderse para casos como una guerra civil, un golpe de Estado”, explica, sin tampoco escatimar en detalles sobre, por ejemplo, elaboración de granadas caseras como forma de protección.

El derecho sobre porte de armas en EEUU, como herencia histórica de las Trece Colonias inglesas de la época colonial, dista de las restricciones venezolanas que condenan vinculaciones con la fabricación casera de armas explosivas. El Gobierno nacional precisó delitos de este tipo en 2014 para deslegitimar y criminalizar protestas de calle en su contra. El porte y comercialización de armas de fuego, por otra parte, está regulado y monopolizado por la Compañía Anónima Venezolana de Industrias Militares (Cavim).

La familia Herrera –con domicilio en el estado Miranda, en el centro-norte del país–, sin embargo, sortea las limitaciones en pro de su preparación. Rey ha buscado la manera de extender a sus hijos y nietos sus habilidades de supervivencia en mar, montaña y zonas urbanas, así como distintas formas de defensa personal, con armas caseras y manufacturadas. “Si empieza una guerra civil por hambre en el país, sabremos qué hacer”.

Un contenedor bajo tierra

El episodio culmina con la historia de Peter Larson –de Salt Lake City, en el estado de Utah, al oeste de EEUU–, quien construyó un búnker a una hora y veinte minutos de su casa, en una cabaña bajo tierra. En el estado Táchira, al oeste de Venezuela, en la frontera con Colombia, algunos –que reservan su identidad– también han preparado dos refugios dentro de propiedades privadas, y tienen un tercero en desarrollo. Cada uno es del tamaño de un contenedor y está bajo tierra, con almacenamiento de agua y comida. Su ubicación –como la del refugio Larson– se mantiene en estricta confidencialidad.

Germán Delgado es el representante de los preppers en ese estado. Son quince personas, que trabajan en unidades de rescate y servicios de emergencia. “No lo tomamos como hobbie, es una forma de vida”, enfatiza Delgado, militar retirado. Su rutina incluye salir periódicamente con su hija de 13 años a pescar y a practicar con el arco. “Hay que saber improvisar, saber adaptarse. No te puedes quedar en el aparato”, dice sobre la crisis nacional reconocida en el Decreto de Emergencia Económica emanado por el Ejecutivo nacional, que refiere, entre otros, a problemas de acceso a alimentos y medicinas, que son los que principalmente afectan a los venezolanos junto a las fallas de los servicios de agua y electricidad, hoy sometidos a racionamiento por parte del Estado.

Desde los estudios de EEUU de NatGeo, el narrador cierra el programa con un toque de escepticismo: “La mayoría de los científicos, economistas y líderes militares creen que en el futuro inmediato los cataclismos descritos en este programa son altamente improbables. Sin embargo, actualmente el Gobierno recomienda ser más conscientes y estar más preparados para enfrentarse a desastres y sucesos imprevistos”, se despide, hasta una próxima entrega de Doomsday Preppers.

¡Hola! Gracias por leer nuestro artículo.


A diferencia de muchos medios de comunicación digital, Armandoinfo no ha adoptado el modelo de subscripción para acceder a nuestro contenido. Nuestra misión es hacer periodismo de investigación sobre la situación en Venezuela y sacar a la luz lo que los poderosos no quieren que sepas. Por eso nos hemos ganado importantes premios como el Pulitzer por nuestros trabajos con los Papeles de Panamá y el premio Maria Moors Cabot otorgado por la Universidad de Columbia. 

Para poder continuar con esa misión, te pedimos que consideres hacer un aporte. El dinero servirá para financiar el trabajo investigativo de nuestros periodistas y mantener el sitio para que la verdad salga al aire.

ETIQUETAS:               

Artículos Relacionados

Los ‘garimpeiros’ de la sal

Centenares de habitantes de Araya, la península occidental del estado Sucre, combaten la pobreza extrema sacando el único recurso que apenas pueden rasguñar de la tierra: la sal. El contrabando del mineral, que hace un par de años se hacía con algún recato, hoy se practica a plena luz y bajo la complicidad de las autoridades de la zona, que lo permiten a cambio de dinero y a sabiendas de que la empresa estatal encargada de esa explotación, administrada por el Gobierno regional, está destartalada e inoperante.

12-01-20
Sin prevención ni defensa, la sífilis recorre las salas de parto venezolanas

Es barato curarla y aún más fácil prevenirla, pero la sífilis congénita comienza a hacer estragos en la nueva generación de recién nacidos del país. Puede producir condiciones aún más severas que el VIH, pero en 2019 el Estado venezolano importó 0,4% de la penicilina que compraba hace diez años, uno de los antibióticos más baratos y comunes en el mercado y principal tratamiento de esta infección, por lo que los médicos se preguntan cómo podrán curar en la Venezuela de hoy a una enfermedad que parece un mal chiste del siglo pasado.

Los arroceros que nunca se fueron de la fiesta revolucionaria

Gracias a la afinidad entre los gobiernos de Uruguay y Venezuela de los últimos años, la exportación de arroz desde el país austral no ha cesado a pesar de las dificultades que representan las sanciones financieras contra el régimen de Caracas, su propia debacle económica y la desaparición de un intermediario clave vinculado al movimiento Tupamaros. Un 'trader' en particular porfía en este negocio en el que el precio del cereal puede duplicar su precio y superar los marcadores del mercado internacional antes de llegar a puertos venezolanos.

08-12-19
Un matadero a cielo abierto y del tamaño de un país

Ni las reses se salvan de la violencia en la Venezuela bolivariana. Si solían contar con el beneficio del sacrificio industrial para servir al mercado de la carne, desde hace cuatro años están a merced de bandas de maleantes que, armados con cuchillos y machetes, se meten a las fincas y a veces en el mismo sitio les dan muerte para llevarse sus mejores partes. El abigeato se vuelve un descuartizamiento primitivo. Además, el cuatrero tradicional comparte ahora el campo con indígenas, miembros del crimen organizado y funcionarios corruptos que han llevado el fenómeno más allá de la frontera. 

Un megaproyecto entre Argentina y Venezuela drenó millones y no hizo ni pío

De aquella época de fraternidad inquebrantable entre Hugo Chávez y el matrimonio Kirchner, el gobierno “revolucionario” firmó contratos con la empresa argentina Granja Tres Arroyos por 82 millones de dólares para construir un polo avícola en Venezuela. Fue en el año 2009 y hoy, diez años después de aquellos anuncios que prometían la soberanía alimentaria para Venezuela, queda un pequeño galpón de cría de pollos olvidado en el Parque Nacional de Uverito en el Estado Monagas. Una millonaria estafa al pueblo venezolano que también ocasionó el desplome de la economía de una ciudad argentina que hoy se recupera de una burbuja que reventó muy pronto

30-06-19
El gol de oro de un amigo de Maradona en Venezuela

Recomendado por el siempre irreverente exfutbolista argentino e hincha incondicional de la revolución bolivariana, un empresario italiano, Valerio Antonini, emerge como el principal comercializador de materia prima agrícola para el Gobierno de Nicolás Maduro. En apenas dos años obtuvo una veintena de contratos para la venta de cereales y el manejo de los silos del principal puerto venezolano. El negocio hasta ahora podría superar los mil millones de dólares y para pagarlo Caracas envió una tonelada de oro a Italia.

1 2 3 10

Otras historias

21-04-24
El dinero voló, los helicópteros no

El Ministerio de la Defensa contrató en 2014 el ‘overhaul’ de tres helicópteros del Ejército con un proveedor de Florida. Transportados por un avión Antonov, fueron a dar a Suiza. Una década y 17 millones de dólares después, las aeronaves no han regresado. En la fallida operación se combinan incumplimientos del contratista y omisiones de altos oficiales venezolanos.

14-04-24
El talentoso míster López exprimió su nombre y terminó en la cárcel

Especializado en el oficio de prestanombres como secuaz de Tareck El Aissami, con quien fue arrestado esta semana por lavado de dinero y demás cargos, el empresario Samark López ofreció una asistencia similar a otro amigo en aprietos. Según la fiscalía lusa, López abrió a su nombre una empresa en Islas Vírgenes solo para canalizar sobornos del Banco Espirito Santo de Portugal a Rafael Reiter, entonces gerente de seguridad de Pdvsa y mano derecha de Rafael Ramírez.

07-04-24
Así quiso el chavismo acabar con la ‘tiradera’ por el legado de Canserbero

Un grupo de raperos afines al gobierno lleva casi un lustro buscando hacerse de los derechos de la música de su ilustre colega, fallecido en 2015 y calificado como el rapero más influyente de Hispanoamérica. Mientras voceros del oficialismo se suman al litigio, atacando al productor fonográfico de la obra de Canserbero, sus canciones, con letras de protesta contra el poder, se escuchan hasta en Miraflores.

31-03-24
Las alarmas de humo no suenan para Mundo Factory

La retención en Buenos Aires de un avión de carga de una aerolínea filial de Conviasa, así como su decomiso final, pusieron en la palestra las relaciones de la comercializadora venezolana Mundo Factory con empresas del Grupo Cartes, un conglomerado que ha sido señalado de inundar el mercado latinoamericano de tabaco ilegal y es propiedad de un expresidente paraguayo, sobre quien pesan sanciones de Washington. Tras esta maraña de relaciones, se asoma la familia de la primera dama, Cilia Flores.

Gradúame pa’que te ayude 

Una disputa familiar por el control de la Universidad Arturo Michelena, en el estado Carabobo, está en el origen de una profusa madeja de corrupción educativa. Desde que se hizo del rectorado, Giovanni Nani Lozada, uno de los herederos, ha entregado decenas de títulos de diversos grados a amigos y relacionados que no habrían cumplido con los requisitos para obtenerlos. A cambio, el Rector ha ganado acceso a funcionarios públicos, jefes de cuerpos de seguridad y otras figuras de poder.

17-03-24
Los operadores (no tan) ocultos bajo el manto del último glaciar

La participación de ProBiodiversa, una poco conocida organización ambientalista, fue una de las sorpresas en la operación de rescate del agonizante glaciar del pico Humboldt en Mérida, con la que Nicolás Maduro se apunta en la lucha contra el cambio climático. La relación de ese ente privado con las instituciones del Estado luce inusual, en tanto aparece, en vez del gobierno, como comprador en España del manto geotextil con el que se intenta, quizás inútilmente, detener el deshielo.

Sitio espejo
usermagnifierchevron-down linkedin facebook pinterest youtube rss twitter instagram facebook-blank rss-blank linkedin-blank pinterest youtube twitter instagram