Ni el cautiverio en Cabo Verde detuvo los negocios del 'trader' colombiano. Para asegurarse de que así fuera, tejió una red de compañías fantasmales en distintas partes del mundo que, como en un juego de seudónimos, parecían nombrar a distintas personalidades que al final eran la misma gente: el propio Saab y dos cómplices, el mexicano Joaquín Leal y el italiano Alessandro Bazzoni. El esquema les permitió seguir comerciando en todo el planeta con millones de barriles de crudo de Pdvsa frente a las narices del Departamento del Tesoro y sus sanciones. En México, por ejemplo, trataron de hacer negocios con la estatal Pemex, amparados tras empresas de maletín con nombres rimbombantes y cartas de recomendación forjadas.
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Contrario a lo que se creyó, la detención de Alex Saab Morán hace siete meses en Cabo Verde y la casi simultánea sanción del Departamento del Tesoro estadounidense contra la empresa mexicana Libre Abordo, vinculada a Saab y que desde mediados de 2019 comercializaba parte del crudo producido por Venezuela mediante un supuesto “intercambio humanitario”, no desbarató el circuito clandestino de exportaciones petroleras venezolanas, diseñado para evadir las sanciones impuestas por Washington contra la estatal Pdvsa a comienzos de 2019.
Nueva documentación obtenida y revisada en conjunto por Armando.info y el diario El País permite comprobar que, en realidad, los nombres de Saab y Libre Abordo constituían apenas la punta del iceberg en ese esquema. Conectada con ambos cabos se desplegaba una sofisticada red, bajo el mando de Saab y de los empresarios Joaquín Leal -mexicano- y Alessandro Bazzoni -italiano-, que a través de compañías fantasmales registradas para la oportunidad en jurisdicciones como México, Rusia o Emiratos Árabes Unidos, mercadean despachos de millones de barriles de crudo de Pdvsa, a precios millonarios en euros.
El nombre de Leal, un ejecutivo de apenas 28 años de edad, ya había salido a relucir a mediados de 2020 con el destape del andamiaje construido en México con Libre Abordo y la empresa Schlager Business Group, sometidas ambas a sanciones de Estados Unidos.
Bazzoni tampoco es un desconocido. Cabeza gerencial de la comercializadora Swissoil Trading S.A., figura además en Elemento Ltd, una compañía socia de Pdvsa en la empresa mixta Petrodelta para explotar yacimientos en la faja petrolífera del Orinoco. Esa trama de negocios, que también incluía al finado Oswaldo Cisneros y a Francisco D'Agostino, fue expuesta por la filtración de los llamados Paradise Papers de 2017. Pero es apenas ahora que se comprueba con nitidez la importancia de Bazzoni en la operación multimillonaria por la que, junto a Saab y Leal, crearon un virtual departamento de comercialización paralelo en outsourcing informal para Pdvsa.
Turquía, Malasia, Singapur y hasta los territorios administrados por la Autoridad Nacional Palestina estuvieron entre los destinos, a menudo exóticos, de los cargamentos petroleros que esta red manejó.
Los papeles revelan además que los mismos actores intentaron, primero, revender el petróleo venezolano a Petróleos Mexicanos (Pemex), y que luego falsificaron documentos para comprar a la estatal mexicana gasolina y combustóleo, un combustible pesado que se utiliza para barcos y generación eléctrica.
Queda claro también que, en su esfuerzo por esquivar las sanciones y la supervisión internacionales, Pdvsa y sus intermediarios están reproduciendo fórmulas ya utilizadas con éxito para la compra e importación de insumos para los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap). No en vano, fue desde México que Saab y su primer socio, el también colombiano Álvaro Pulido Vargas, empezaron a extender su imperio comercial, alimentado con los petrodólares del gobierno de Nicolás Maduro.
Como se verifica en los papeles obtenidos por Armando.info y El País, el pasado 11 de agosto de 2020 llegó un correo electrónico al departamento de “administración de contrato” de Pdvsa. Desde un usuario con dominio en Rusia (.ru) se pedía un “estado de cuenta al 31 de julio” para las empresas del “consorcio” integrado por: Proton, Delta, Schlager, Loran, Xiamen, Novosi Solution, Zervekas y Shamrium, todas desconocidas en el mercado petrolero internacional, registradas en Rusia, pero ahora compradoras del crudo venezolano.
El email resulta revelador. No sólo porque fue enviado un mes después de que el Departamento del Tesoro incluyera a Joaquín Leal en la denominada Lista Clinton de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (Ofac) por considerarlo el “conducto fundamental” entre Libre Abordo y Schlager Business Group para evadir las sanciones estadounidenses contra el régimen chavista, sino porque descubre que un mismo grupo controlaba numerosas compañías para la misma operación de compra y reventa del petróleo venezolano.
Aunque las cifras de exportaciones petroleras venezolanas de 2020 fueron las más bajas en décadas, las más recientes permiten inferir que el engranaje alterno está funcionando. En noviembre pasado, por ejemplo, 24 cargamentos de petróleo salieron de Venezuela con 639.000 barriles diarios de crudo y productos refinados. Esos volúmenes suponen casi el doble con respecto a los del mes precedente, octubre de 2020, según reseñó Reuters, pese a que ya estaban en vigencia las sanciones contra Pdvsa y diversas navieras que registran tanqueros con ruta a puertos venezolanos.
Previamente, el Departamento del Tesoro había calculado que hasta abril del año pasado la mexicana Libre Abordo, integrante de la red de Saab y Leal, se había llevado de Venezuela unos 30 millones de barriles y que, antes de la sanción, la empresa estaba concentrando 40% de las exportaciones de crudo de Pdvsa.
Reuters atribuyó el salto de noviembre, precisamente, a las exportaciones vía “compradores fantasmas en Rusia”. Varias de esas desconocidas empresas coinciden con las listadas en el correo enviado a Pdvsa y, de acuerdo a Reuters, fueron registradas en Moscú por OGX Trading, fundada en marzo por Sergei Basov, un nombre que también termina conduciendo hasta Alex Saab.
Basov es un empresario ruso que tiene relaciones comerciales con Betsy Desireé Mata Pereda, una venezolana que, tal y como en su oportunidad reveló Armando.Info, forma parte de la estructura corporativa que levantó Saab para el manejo de las llamadas Tiendas CLAP, la cadena de mercados al detal levantada en Venezuela a partir del esqueleto de los antiguos Abastos Bicentenarios. Mata Pereda figura al frente de la sociedad turca Mulberry Proje Yatirim, que sustituyó a la firma registrada en Hong Kong con la que Saab y Pulido Vargas manejaron al menos dos contratos millonarios para el suministro de los Clap y otros para el suministro de medicinas desde la India.
Hace poco la agencia de noticias también reportó la aparición de empresas registradas en Emiratos Árabes Unidos como nuevos compradores fantasmas del petróleo venezolano. En los documentos vistos por Armando.Info y El País, una firma registrada en esa jurisdicción figura como la responsable de exportar petróleo a Palestina, en una operación triangular marcada por el secretismo en la estatal venezolana. “El personal de la embajada de Palestina solicitó no utilizar correos electrónicos con la empresa POGC Petroleum and Energy debido a las limitaciones causadas por las sanciones a Pdvsa. Hasta los momentos todo ha sido de manera personal o vía telefónica, tanto con el embajador como con la encargada de negocios”, se lee en un correo electrónico del 12 de agosto de 2020 enviado desde la Vicepresidencia de Comercio y Suministro de Pdvsa.
De acuerdo al contrato, Pdvsa debió despachar entre julio y agosto del año pasado 1,8 millones de barriles de crudo, de las variedades Merey 16 y Boscán. El pago de la empresa POGC Petroleum and Energy FZ-LLC a la estatal venezolana se efectuaría en dirhams, la moneda oficial de los Emiratos Árabes Unidos.
Tanto con las mexicanas Libre Abordo y Schlager Business, así como con las empresas rusas o de los Emiratos Árabes, el esquema ha sido siempre el mismo desde mediados de 2019. Las compañías consiguen el petróleo de Venezuela, a veces a crédito o con descuentos. Swissoil Trading, la vendedora de commodities representada por Alessandro Bazzoni, lo transporta a puertos asiáticos (principalmente Singapur), de acuerdo a numerosos manifiestos de carga vistos por Armando.Info y El País. Aunque la empresa negó a Reuters su participación en la comercialización de crudo venezolano, Bazzoni también ha usado en esa operación a Elemento Ltd, la compañía aliada de Pdvsa en Petrodelta y en la que comparte sociedad con Franciso D’Agostino, cuñado del diputado opositor Henry Ramos Allup, y el recientemente fallecido Oswaldo Cisneros.
Un antecedente de esas intenciones de Bazzoni se consigue en marzo de 2018. El empresario, conocido también por su afición al juego de polo, en representación de Elemento Ltd, envió una carta a Asdrúbal Chávez, primo de Hugo Chávez y entonces presidente de Citgo, el brazo de Pdvsa en Estados Unidos. Allí expresó sus ganas de “participar como comprador en la oferta de productos y como suplidor en sus requerimientos de crudo”. Todavía Citgo no había pasado a control del Gobierno interino de Juan Guaidó.
Los papeles y comunicaciones muestran que, en la mayoría de los casos, los buques a cargo de las operaciones de transporte, tanto con las compañías mexicanas como con las rusas, fueron los tanqueros Lion King, Delta Kanaris, Delta Harmony, A Melody, Perfect, Azimouth, Nichioh, Commodore, Euroforce y Athens Voyager.
Cuando las compras del petróleo venezolano todavía corrían por cuenta de Libre Abordo, era el propio Joaquín Leal quien mantenía esa comunicación directa con Pdvsa. “Estimado equipo Libre Abordo S.A de CV. Pdvsa espera por la presentación de su oferta de crudo Merey 16, la cual estamos interesados en evaluar”, se lee en un correo electrónico enviado el 28 de agosto de 2019 por el Departamento de Mercadeo Internacional a Leal. Son numerosas las comunicaciones, como esta, entre la petrolera estatal venezolana y el joven empresario mexicano, que se encuentran en los documentos a los que tuvieron acceso Armando.Info y El País.
La respuesta de Libre Abordo llegaba en forma de una carta con la confirmación del interés para adquirir el petróleo. A partir de allí comenzaban las comunicaciones para hacer las pruebas de calidad al producto y coordinar el barco que se llevaría el crudo en los puertos venezolanos, o bien bajo la modalidad de barco a barco. En ese momento entraba en acción Swissoil Trading, la compañía suiza de commodities encabezada por Bazzoni.
Entre mediados de agosto y octubre de 2019, Libre Abordo tomó casi 20 millones de barriles de mezclas de crudo venezolano como Merey 16, Hamaca Blend, Boscán y Special Hamaca Blend, así como fuel oil, según los papeles vistos para esta investigación. En junio del año pasado, mes en que Alex Saab fue detenido y Joaquín Leal sancionado por el Departamento del Tesoro, entre Delta y Protón se llevaron, al menos, unos 15 millones de barriles de puertos venezolanos, en su mayoría del crudo Merey 16.
Los documentos revelan que los descuentos de Pdvsa oscilaban entre 10% y 15%, dependiendo del destino y las condiciones del mercado. Las facturas de Pdvsa, por su parte, descubren que la mexicana Libre Abordo debía pagar a la estatal venezolana en euros con transferencias a cuentas bancarias de bancos rusos como Evrofinance y Gazprombank. De acuerdo a esas facturas, el 19 de junio de 2020, apenas un día después de que el Departamento del Tesoro sancionara a Joaquín Leal y sus compañías mexicanas, Pdvsa facturó a Libre Abordo casi 33 millones de euros por un buque con poco más de un millón de barriles de crudo Special Hamaca Blend, y otra carga de un poco más de un millón de barriles del mismo tipo de crudo por casi 29 millones de euros. Ese mismo día, Pdvsa facturó a Libre Abordo otros 47 millones de euros por algo más de 1,8 millones de barriles de crudo Merey 16.
No queda claro si finalmente Libre Abordo pagó todo el petróleo venezolano que recibió de parte de Pdvsa, ya que cuando se hizo público que las autoridades norteamericanas le seguían el rastro, la empresa se declaró en “bancarrota” y reportó una pérdida de 90 millones de dólares. Sí es claro, en cambio, que el valor del petróleo recibido desde mediados de 2019 supera ampliamente el supuesto “intercambio humanitario” con el que empezó su negocio con Caracas y que la obligaba a entregar 1.000 camiones cisternas y 200.000 toneladas de maíz, valorados en 139 millones de euros y 53.193.900 euros, respectivamente. “Esto no se corresponde con la cantidad de petróleo entregada por Pdvsa, que fue revendido por Libre Abordo y Schlager Business Group, valorado en más de 300 millones de dólares”, alertó en junio de 2019 el Departamento del Tesoro.
El volumen de petróleo venezolano que acumularon Alex Saab, Joaquín Leal y Alessandro Bazzoni les animó a ofrecerlo a Pemex, empresa petrolera del Estado mexicano y un jugador relevante en el mercado global de los hidrocarburos. El 18 de noviembre de 2019, Libre Abordo envió un correo a Pemex ofreciendo dos cargamentos de un millón de barriles cada uno del crudo Special Hamaca Blend de los buques Delta Harmony y Delta Kanaris.
“Tenemos los siguientes dos cargamentos disponibles para la venta, los cuales están totalmente libres de cualquier lien, injunction, attachment order, o cualquier orden similar resultado de algún arbitraje. Le envío un recap borrador para abrir discusión al respecto y proponer una llamada para discutir detalles”, refiere el email enviado por Alexander Rodríguez, a nombre de Libre Abordo, a los ejecutivos de comercialización de Pemex.
Ese no fue el único intento de negocios con Pemex. A través de otras dos compañías mexicanas, sin experiencia en el mercado petrolero, pero que confirman la alianza de Joaquín Leal con Alessandro Bazzoni y Swissoil Trading iniciada alrededor del comercio de petróleo venezolano, intentaron comprar gasolina y otros combustibles a Pemex. Swissoil Trading no respondió a la solicitud de entrevista enviada vía email.
En mayo de 2020, la empresa Promotores del Fomento, dedicada inicialmente a la seguridad privada bajo el nombre de Servicios Integrales de Seguridad Privada, ofreció comprar a Pemex cinco millones de barriles de petróleo, dos millones de barriles de gasolina y otros tantos de combustóleo por mes.
Durante la enmienda de la razón jurídica de la compañía se cuidó que el nombre de Joaquín Leal no apareciera en las actas, pero eso cambió nueve días antes de llevar sus papeles a Pemex. Leal aparece como el dueño del 50% de las acciones y Alessandro Bazzoni, el trader italiano vinculado a Elemento y Swissoil Trading, como propietario de la mitad restante.
En la solicitud ante Pemex también se muestra Philipp Apikian como director de la compañía mexicana. Apikian es el dueño de Swissoil Trading, la empresa que ha transportado buena parte del crudo de Pdvsa para sortear las sanciones norteamericanas.
El estadounidense Richard Rothenberg, que funge como director de Elemento en la isla de Malta -un paraíso fiscal en el Mediterráneo oriental-, es el jefe de finanzas de Promotores del Fomento en México. También están mencionados el chileno Joaquín García, como jefe de operaciones, y el ruso Slava Aleksandridi, como director comercial. Todos ostentan sus cargos, según Leal, por lo menos desde hace tres años, es decir, desde antes de que existiera formalmente su empresa.
Swissoil Trading hasta llegó a extender una referencia comercial para que su compañía hermana lograra el trato con la petrolera estatal mexicana. “Los negocios entre ambas empresas se concentran en transacciones de petróleo de alta densidad, así como en envíos marítimos a Asia y Oriente Próximo”, se lee en el documento, en el que se asegura que ambas firmas comercian más de 100 millones de dólares cada trimestre. La carta está firmada por Philipp Apikian, director de Swissoil y al mismo tiempo de Promotores del Fomento.
No es el único punto que llama la atención de los papeles presentados por Promotores del Fomento. Para avalar su oferta ante Pemex, Leal la hizo llegar acompañada por una serie de cartas de recomendación y contratos celebrados con socios insólitos. Por ejemplo, se ve un acuerdo con Eastern Refining Limited, la única refinería que tiene Bangladesh Petroleum Corporation, la petrolera estatal de ese país asiático. También un contrato con Hellenic Petroleum, la mayor refinería de Grecia, perteneciente al gobierno de Atenas y a la multimillonaria familia Latsis.
Según esos convenios, la mexicana Promotores del Fomento aportaría el crudo y tanto Eastern Refining Limited como Hellenic Petroleum lo refinarían para su posterior reventa. En ambos acuerdos se dice que el petróleo vendría de “proveedores conocidos”, pero en el caso de Hellenic Petroleum hay un apartado de calidad que habla, con gran precisión, de que se deben cumplir los estándares de varias mezclas venezolanas como Boscán, Merey 16, Zuata, Mesa 30 y Santa Bárbara. La empresa de Leal, según el documento, debía entregar los cargamentos en el puerto de Hamriya, en los Emiratos Árabes Unidos. La propuesta de Leal era llevar el petróleo mexicano que eventualmente adquiriera a Pemex a clientes en Rusia, China e India.
“Desde enero de 2019, nuestra compañía ha estado trabajando con la división comercial de Promotores del Fomento en actividades de abastecimiento y distribución de productos petrolíferos en el mercado local griego”, se lee en una carta de recomendación con la papelería de otro socio en Grecia, Aegean Oil, una empresa ligada a Dimitris Melissanidis, ex presidente del club de fútbol AEK de Atenas. “Los negocios entre ambas compañías rondan los 32 millones de dólares al año”, se agrega.
Entre las credenciales bancarias que Promotores del Fomento presentó a Pemex hay tres cartas de recomendación que aparentan haber sido emitidas por dos bancos noruegos, Instabank y Sparebanken More, y uno sueco, Handelsbanken. “Es nuestra opinión que su gerencia ha tenido una amplia experiencia en actividades comerciales de petróleo y es confiable, y que Promotores del Fomento tiene una situación financiera suficiente para desarrollar estas actividades comerciales”, se lee en la carta con sello del Instabank.
Sin embargo, se trata de documentos apócrifos, de acuerdo a todos sus presuntos emisores.
“No estamos familiarizados con las cartas presentadas”, contestó el Handelsbanken, “son producto de una falsificación”. El banco sueco detalla que los sellos utilizados no son suyos y que quien firma no es empleado del banco. “Nuestra empresa no ha emitido ni otorgado ninguna de las cartas de recomendación adjuntas y por lo tanto se trata de una falsificación”, responde Aegean Oil, que asegura nunca haber tenido ni a Promotores del Fomento ni a Leal en su lista de clientes.
Hellenic Petroleum, la refinería griega, también afirma que el “contrato” es falso, así como el nombre de la refinería que se supone que es la contraparte y el empleado que lo firma, pero va un paso más allá: “Tenemos la intención de examinar el caso a profundidad y la posibilidad de ejercer acciones legales contra cualquiera que haya utilizado el nombre de nuestra compañía de mala fe”. Los bancos noruegos no respondieron a múltiples solicitudes de comentarios formuladas por Armando.Info y El País. En el caso de la refinería en Bangladesh, el firmante sí aparece como uno de sus empleados, pero sus voceros tampoco respondieron a los autores para aclarar la situación. En todas las misivas se dice que Promotores existía desde 2018, a pesar de que el registro mercantil de México señala que la empresa apareció casi dos años después.
Finalmente, Pemex rechazó el 27 de mayo de 2020 la solicitud de Promotores del Fomento para hacer negocios. La respuesta fue que la documentación estaba incompleta y que no contaba con infraestructura propia para garantizar el trato. La petrolera dictaminó que Promotores buscaba beneficiarse como un intermediario en el mercado, lo que chocaba con las políticas de PMI Trading, el brazo de Pemex para el comercio internacional, que busca tratos directos con las refinerías interesadas. La empresa insistió en el trámite, pero a la fecha no aparece en el padrón de compradores de la paraestatal mexicana.
En julio, semanas después de la inclusión de Leal en la lista negra de la Ofac en el Departamento del Tesoro estadounidense, ante Pemex apareció una solicitud de compra similar a la de Promotores del Fomento. Esta vez a nombre de Suministradora Bennu, una empresa mexicana especializada en el mercado eléctrico, donde Leal dio sus primeros pasos como accionista y asesor energético. El empresario era su asesor desde hace tres años, mientras que su hermana y empleados se encargaban también de la administración y el website de la compañía.
El nombre de Leal no aparece en las actas comerciales de Bennu, pero es una de las empresas mencionadas en el portafolio de negocios de The Mystic Universe Capital, un fondo de inversión creado por Leal en Canadá en 2019. The Mystic Universe Capital sólo ha invertido en empresas vinculadas a Leal, según su portal electrónico, hoy eliminado.
Bennu presentó a Pemex prácticamente las mismas credenciales que Promotores del Fomento para sustentar su solicitud, incluidas sendas cartas de recomendación de Instabank y Handelsbanken, y una referencia comercial de Aegean Oil, desechadas de igual forma como documentos apócrifos. En este caso la propuesta era comprar 20,8 millones de barriles de combustóleo en doce meses. Los primeros embarques empezarían con cargamentos de 700.000 barriles y continuarían con entregas masivas de 2,8 millones de barriles, con la intención de hacerlas llegar a mercados en Asia.
Enrique Woodhouse, el dueño de Bennu, reconoce que tuvo una relación comercial con Leal, pero asegura que no estaba al tanto de esa solicitud y que su empresa no tiene nada que ver con el mercado petrolero. Añade que rompió con su antiguo socio después de que se dieron a conocer las sanciones del Tesoro.
Pemex también rechazaría a la postre la solicitud de Bennu, argumentando que no tenía suficientes suministros para completar el pedido, según comentan fuentes gubernamentales mexicanas. A principios de junio, Promotores del Fomento fue liquidada, según consta en el registro comercial de México. El encargado de cerrar la empresa fue Adán Jimenez Alfaro, tío de Leal por el lado materno.
La idea de comprar gasolina -como la intentada con Pemex- estuvo en los planes de Alex Saab y Joaquín Leal desde el comienzo del negocio petrolero con Pdvsa a mediados de 2019. Esas intenciones se hicieron más explícitas cuando se agudizó la escasez de combustible en las estaciones de servicio venezolanas. Fue así como con otra identidad corporativa, la del Grupo Jomadi Logistics & Cargo, empresa mexicana relacionada a Libre Abordo y Schlager Business Group, plantearon un contrato de swap o intercambio con la estatal venezolana. El trato implicaba la permuta de millones de barriles de crudo venezolano Merey 16 por gasolina mexicana de 95 octanos.
El contrato de suministro se extendería desde el 25 de marzo hasta el 25 de julio de 2020. El petróleo venezolano debía transportarse a puertos de Turquía. Fuentes conocedoras de la operación aseguran que al final el contrato no se ejecutó y que, por eso, Alex Saab diseñó el esquema para importar gasolina desde Irán desde mediados del año pasado, algo que recientemente reconoció su abogado, el ex juez español Baltasar Garzón. “En abril de 2020, cuando la epidemia del Covid-19 causó estragos en la economía venezolana, también se le encomendó la adquisición de la muy necesaria gasolina de Irán. Poco después de la ampliación de su función, el enviado especial Saab viajó a Irán y negoció la entrega de once millones de galones de gasolina, que llegaron en mayo”, declaró Garzón al diario El Espectador de Bogotá.
Pero sería en una desafortunada escala en la isla de Sal del archipiélago de Cabo Verde, en junio de 2020, justo en medio de uno de esos periplos a Teherán para la compra de provisiones, que Saab fue capturado. Ahora espera su posible extradición a Estados Unidos, un destino del que quizás no lo salven los recursos intentados por su defensa, algunos tan imaginativos -por ejemplo, su designación extemporánea como Embajador de Venezuela ante la Unión Africana- como los esquemas comerciales y financieros y las personas jurídicas que el propio Saab concibió para seguir haciendo negocios con Maduro.
El contratista más favorecido por Nicolás Maduro recorre en ascenso su propia vía láctea, que le ha llevado de importar leche en polvo de mala calidad para las cajas Clap, a controlar una de las industrias con más tradición y marcas más conocidas del mercado venezolano. En marzo de 2019, poco más de un año antes de su arresto en Cabo Verde, el mercader colombiano compró Corporación Inlaca usando, para tratar de esconder su presencia, las fachadas que suele tener a disposición. Pero la detención de Saab y la desaparición del gerente delegado por él -un paisano de Barranquilla- precipitaron una crisis en la empresa, paralizada desde noviembre.
Joaquín Leal Jiménez, un veinteañero mexicano graduado en Boston, fue señalado por Washington como cabecilla de una operación que simulaba un intercambio humanitario de petróleo por mercancías para burlar las sanciones comerciales y financieras impuestas al régimen de Nicolás Maduro. Tras ser él mismo sancionado, sale a relucir su vínculo con un joven empresario de Venezuela, vástago de una familia de la alta sociedad caraqueña.
Fue una de las últimas fórmulas que el empresario colombiano y supuesto testaferro de Nicolás Maduro, ahora detenido en Cabo Verde, ensayó para burlar las sanciones internacionales contra el régimen chavista. Consistió en escenificar un “intercambio humanitario” de crudo de Pdvsa por camiones cisternas y maíz. Al final, hubo indicios de que la mercancía no llegó completa a Venezuela -aunque el Gobierno lo niega-, mientras los cómplices mexicanos del esquema terminaron en aparente bancarrota, bajo investigación de las autoridades antilavado de dinero de su país y medidas del Departamento del Tesoro estadounidense.
El cordón umbilical entre las revoluciones chavista y castrista, más que de ideología, está hecho de petróleo. Los generosos despachos venezolanos de hidrocarburos sumaron en los mejores tiempos una factura de 100.000 barriles diarios que La Habana, de pagarla, lo hacía en especies. El compromiso es tal que, en estos tiempos de sanciones internacionales y de penurias económicas en casa, Venezuela todavía se las arregla para enviar 50.000 barriles por día a Cuba. ¿Cómo? Un seguimiento a dos tanqueros que navegan en días recientes entre los dos países muestra las maniobras que los buques deben hacer para llegar a buen puerto.
Como si fueran pedazos de un espejo roto regados por varias islas del mundo, varias empresas off shore forman una red de negocios de trading de petróleo que revela la trayectoria de Alessandro Bazzoni y Francisco D’Agostino, quienes junto al magnate de las telecomunicaciones venezolano Oswaldo Cisneros, desembarcaron en 2016 en la Faja del Orinoco para ocupar la plaza vacante del socio original, Harvest Natural Resources
Hoy exhiben tímidos perfiles empresariales, pero en la investigación de la Fiscalía de Portugal sobre la caída del Banco Espírito Santo se detallan los movimientos de un antiguo lugarteniente de Hugo Chávez, el exministro Alcides Rondón Rivero y su abogado y asesor, Carlos Caripe Ruiz, quienes formaron parte de la red de funcionarios que apoyó el flujo de dinero venezolano al banco en apuros y, según el documento judicial, recibieron poco más de 800.000 dólares por los favores recibidos.
Desde hace una década, Julio César Sequera Rojas ha sido favorecido con negocios millonarios que le otorgaron altos oficiales de la Fuerza Armada, incluyendo recomendaciones del ministro Vladimir Padrino y del mayor general Alejandro José Guevara Hernández. A empresas relacionadas con este último han ido a parar algunos pagos tras contrataciones con errores formales y omisiones inexplicables, como la desaparición de dos helicópteros.
A Jorge Silva la suerte le sonríe desde hace más de una década, cuando el sargento de la GNB y funcionario del Seniat empezó su consagración como magnate de la agroindustria. Aún así, 2024 le está resultando especialmente dichoso: pidió la mano a una exMiss Venezuela, se casó con ella y espera su primer hijo. También siguió con el engorde de sus negocios, que ahora pastan en campos petroleros. Pero nada de esto habría sido posible sin conexiones privilegiadas, que incluyen a Diosdado Cabello y a la pareja del exministro Pedro Morejón.
De la abnegación e idealismo que se les supone a los defensores públicos ya quedaba poco; pero, después del 28 de julio, eso se extinguió. Entonces pasaron a ser parte de un tubo judicial al servicio del régimen de Nicolás Maduro. A fin de castigar a quienes protestaron el fraude electoral, no han tenido pudor alguno en llevar con desgano cómplice la representación, impuesta, de sus presuntos defendidos. También coaccionan para grabar videos de denuncia contra la oposición, no informan de sus acciones, cuando las hay, y hasta se inhiben de apelar las decisiones de los tribunales chavistas.
El coronel Elías Plasencia Mondragón marca varias casillas del funcionario ejemplar de la autodenominada Revolución Bolivariana: militar, dispuesto a llevar decenas de casos de presos políticos, y empresario tras bambalinas con vínculos privilegiados al poder. Uno de ellos es con Luis Daniel Ramírez, un exfuncionario del ente comicial, hoy contratista, que ha intentado borrar sus rastros en Internet pero que no consigue hacer lo mismo con los lazos que le unen al “cerebro técnico” y rector de esa institución, Carlos Quintero.
Pocas figuras ilustran mejor la reconfiguración del poder judicial chavista que la del juez Edward Miguel Briceño Cisneros. Hasta entonces un perfecto desconocido con una carrera gris como defensor público, y luego de que probara suerte en Chile, le bastó un chasquido de dedos desde el poder para convertirse, en abril reciente, en titular del Tribunal Primero Antiterrorismo. En su debut tuvo que retribuir los favores recibidos con la firma del auto de detención contra Edmundo González Urrutia.