Arrímate al comandante y tendrás fortuna

Esta vez se trata de otro comandante: Wilmar Castro Soteldo, el compañero de armas de Chávez el 4F y varias veces ministro, quien coqueteó hace dos años en público con la idea de conformar un empresariado a la medida de la revolución. Dos de sus colaboradores más cercanos sabían exactamente de qué hablaba. Yomana Koteich y Pedro Khalil pasaron de ser funcionarios públicos a prolíficos empresarios que han contratado con el Estado venezolano -solapando a veces una cosa con la otra- gracias a la cercanía, bendición e influencia del ex teniente coronel nacido en los Llanos... También como Chávez.

26 abril 2020
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Hace un par de años, cuando Wilmar Castro Soteldo citó al escritor venezolano Orlando Araujo en la edición 99 de su programa de TV Cultivando Patria, sorprendió a la audiencia con la idea de construir una “burguesía revolucionaria”. Proclive a la mezcla de conceptos contradictorios, como hacía constantemente el propio Hugo Chávez, el ministro vivió una epifanía tras leer el libro Venezuela violenta, escrito medio siglo atrás, y decidió apostar a la construcción y defensa de una élite económica al más puro estilo capitalista, pero perfumada de socialismo: “Una burguesía transformadora que alcance los estadios de liberación económica”.

Militar que alcanzó el grado de teniente coronel en la Fuerza Aérea y participante del intento de golpe de Estado protagonizado por Chávez el 4 de febrero de1992, Castro Soteldo fue desde la génesis revolucionaria uno de los hombres de confianza del comandante supremo.

Siempre cerca del poder y, todavía así, desde el bajo perfil, con el paso de los años Castro Soteldo ha ganado peso propio en su personal círculo de influencia, que comprende sobre todo las áreas del turismo y de los agronegocios. Ocupó diversos cargos, carteras ministeriales entre ellos, y sin mucha ostentación se consagró como uno de los mayorales de la autodenominada Revolución Bolivariana, no como un gran movilizador político -el carisma no es su fuerte, como ocurre con otros de los comandantes originarios de la logia chavista- pero sí como un operador económico.

“Diablos cazadores”, de derecha a izquierda: Coronel Francisco Visconti, Mayor Wilmar Castro y Capitán Dionisio Pérez (22 de mayo de 1989).

Ahora mismo bajo la administración de Nicolás Maduro, como ministro de Producción Agrícola y Tierras, evalúa y reparte las numerosas e ineficientes propiedades de todo lo que confiscó y nacionalizó durante años el chavismo.

Evidencia de su poder es que ya está en capacidad de ungir a sus patrocinados para que acaparen los contratos de una o varias categorías de negocios. Es el caso de dos figuras, ambas con apellidos árabes, que le flanquearon por algún tiempo como funcionarios de la administración pública y hoy alzan vuelo como empresarios de éxito.

Se trata de Yomana Koteich Khatib y Pedro José Khalil Pereira. Una dupla que ha acompañado a Castro Soteldo en los negocios y el poder y que conforma, ya por mérito propio, un talismán de prosperidad y buena fortuna, como una herradura.

Ministro Wilmar Castro Soteldo durante la edición 99 de su programa de TV Cultivando Patria

Una perla en el Caribe

La más versátil del tándem es Yomana Koteich, una arquitecta margariteña de origen árabe que con el tiempo ha diversificado notablemente sus empresas, funciones e intereses. Acompañó a Castro Soteldo con cargos oficiales durante sus administraciones en los ministerios de Turismo, Agricultura y Banca Pública. Pero, en el interín, conseguía que compañías de las que formaba parte, como socia y fundadora, contrataran con el Estado en la distribución de alimentos y la construcción. En el periplo gubernamental ocupó la silla ministerial de la cartera de Comercio Exterior -con responsabilidad directa en las políticas de importación y exportación- y en las reuniones de alto nivel con delegaciones de China, Rusia y Turquía que sostuvo la administración de Nicolás Maduro en un intento por lograr nuevos socios para el desgastado chavismo.

La estampa de Yomana Koteich es la de una mujer recia detrás de decisiones estratégicas. Una de las pocas figuras femeninas que destacaron en el gabinete de Nicolás Maduro, con autoridad suficiente para concretar temas de cooperación internacional e influir en la política comercial en los peores tiempos de sanciones económicas. A mediados de 2019 fue sustituida de improviso: fusionaron el ministerio que presidía y le fue arrebatada toda responsabilidad pública. A tiempo para que asumiera en pleno su perfil de empresaria desde el más absoluto anonimato.

Con la llegada del fallecido Alexis Navarro a la Gobernación del estado Nueva Esparta por el oficialista Movimiento Quinta República, MVR, en el año 2000, la idea de hacer de la isla de Margarita un corredor turístico-industrial se adueñó de Hugo Chávez. Apremiada por ese requerimiento, la gestión regional nombró a Yomana Koteich como presidenta de la Corporación de Turismo de la isla. Fue la primera vez que se escuchó públicamente su nombre. Ya no pasaría inadvertida, tanto para el público como para la jerarquía oficialista, con sus notables rasgos árabes y un carisma que, según quienes la conocen, la ayuda a persuadir a sus audiencias.

En octubre del año 2004, se transmitió desde la playa de El Tirano, en Margarita,  la edición número 208 del maratónico programa dominical de Chávez, Aló, Presidente. Allí coincidieron Navarro y su excompañero en la Asamblea Nacional Constituyente, Wilmar Castro Soteldo, entonces ministro de Producción y Comercio, así como presidente de la nueva línea aérea bandera de Venezuela, Conviasa. En el gabinete ya lo acompañaba Khalil como director general de Comercio Exterior.

Wilmar Castro Soteldo fue el primer ministro de Turismo, cuando se creó la institución en 2005. No tuvo éxito ni con Conviasa ni con Venetur.

Unos meses después de aquel evento, a principios de 2005, Castro Soteldo asumió las competencias del sector turístico nacional e internacional, que hasta entonces dependían de un solo viceministerio a su cargo. Cuando Chávez creó un ministerio para concentrar los proyectos y obras para la promoción del país, su colega militar aprovechó la oportunidad para armar un equipo y cargarse con nuevas responsabilidades, pero incluida de nuevo la línea aérea Conviasa.

La propuesta de Castro Soteldo era ambiciosa. Quería recorrer por cielo los cinco continentes y abrir el abanico de las posibilidades de una Venezuela multidestino. En 2005 designa como presidenta encargada de Venezolana de Turismo (Venetur) a Yomana Koteich, la arquitecta que daría forma a la reestructuración de la mayor cadena hotelera del país, siguiendo el antiguo modelo de Conahotu (la Corporación Nacional de Hoteles y Turismo). Además, ese mismo año fue nombrada viceministra de Comercialización de Productos Turísticos y, junto a ella, se sumaría Pedro Khalil como viceministro de Gestión del Desarrollo, entre su personal de confianza.

La sola presencia de Koteich representaba una buena elección porque ya había acumulado experiencia en un cargo similar en su natal Margarita y no desperdició tiempo para organizar la primera Feria Internacional de Turismo de Caracas (Fitcar), que le permitió suscribir contratos hasta por 2.000 millones de bolívares (800.000 dólares para el momento), según anunció. Su gestión en el Ministerio de Turismo se prolongaría por tres años, bajo el cobijo de Castro Soteldo.

De frente con los negocios

Castro Soteldo dejó el despacho en enero de 2007. Había quedado en déficit en la consecución de varios de los objetivos autoimpuestos. Venezuela siguió siendo el secreto mejor guardado del Caribe y tanto Conviasa como Venetur continuaron por un camino empedrado de malas administraciones que las ha llevado a la pérdida casi total de la infraestructura, con su recuperación dependiendo de un acuerdo poco transparente del Estado con inversionistas privados para la explotación de un turismo de lujo. Aunque no fue en la gestión de Castro Soteldo, se calcó a la perfección aquella idea de la “alianza perfecta” que construye una nueva burguesía, la revolucionaria.

Koteich y Khalil, junto a Castro Soteldo, constituyeron en el estado Miranda, centro de Venezuela, su primera empresa conjunta en febrero de 2007, bajo el nombre de Equus Proyectos y Soluciones. Su salida del ministerio les animó a incursionar en los negocios privados. Pero, según consta en una de las actualizaciones del Registro Nacional de Contratistas (RNC), para finales de 2007, apenas unos meses después de la incorporación de la compañía, Castro Soteldo había dejado su participación de 17% en manos de su hija, Rebeca Castro Díaz.

En febrero de 2008, nació Espacio Comercial del Sur (Ecosur), la segunda empresa de la herradura poderosa y en la que Wilmar Castro Soteldo firmó una participación accionaria equitativa. El objeto principal de la empresa es la importación, exportación y distribución de productos alimenticios, granos y derivados de la leche, entre otros. De esta empresa es poco lo que se conoce. No culminó el registro en el sistema de contrataciones del Estado y posee la misma dirección fiscal que su primera empresa, siempre en el estado Miranda.

Para esa fecha ninguno tenía cargos públicos. Fuera del ruedo gubernamental tras las funciones que desempeñaron en las oficinas de Turismo, para el dúo Koteich-Khalil comenzó un ascenso empresarial que se extendió por casi una década, eso sí, muy cerca de la figura de Castro Soteldo o de los hijos del comandante, hasta que regresaron formalmente a funciones dentro del Estado. Los Castro intercambiaron indistintamente su rol de clientes de la dupla con el de socios o simples referencias útiles para conectar con otras empresas de distintos sectores productivos.

Antes de que Castro Soteldo volviera a asumir alguna responsabilidad en la nomenklatura oficialista, sus antiguos socios constituyeron dos empresas más, pero en las que el comandante ya no aparece como accionista: Arenera y Constructora Gil, en el estado Portuguesa, coto político y comercial de Castro Soteldo, en 2007; y Dúo Espacio Comercial, en 2008, en la misma dirección de Equus Proyectos y Soluciones, pero encargada del negocio de alimentos, electrodomésticos y vehículos.

Cuando a Castro le dieron sabana

En 2008 el oficialismo, renovado bajo el paraguas del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), postuló a Wilmar Castro Soteldo como candidato a la gobernación del estado Portuguesa, en el llano occidental del país, verdadera despensa de granos de Venezuela. Poco le costó ganarse en las urnas el título de sucesor de Antonia Muñoz, La Negra, quien hasta entonces parecía convertirse en una fija del chavismo en esa entidad, y hoy es parte de la facción disidente enfrentada a Nicolás Maduro. Luego repetiría para un segundo período, en 2012.

Oriundo de aquellos campos, volvería a reencontrarse con una estampa que le era familiar en su estado natal. Aunque no viste con sombrero y botas, ni es devoto de la Virgen de Coromoto -patrona espiritual de Venezuela, con templo y advocación originarios de Portuguesa- es más bien nacionalista. En sus apariciones públicas usa camisa y jeans, la corbata la deja para reuniones estratégicas y, de un tiempo para acá, los lentes delatan que no tiene la visión perfecta del aviador que solía ser.

Mientras tanto, de 2007 a 2014, Koteich y Khalil aparecen como socios en al menos otras ocho compañías anónimas venezolanas, según lo que se constata en el Registro Nacional de Contratistas. En la mayoría, Koteich preside la junta directiva y Khalil es el vicepresidente. 

El proyecto de Playa El Agua fue ejecutado por Yomana Koteich con la empresa Equus Proyectos y Soluciones, en 2014. Se prometía para el 2019.

Varias de estas compañías tuvieron clientes gubernamentales y diversas unidades de negocios, también en distintos estados. Organizaron ferias de navidad para la Fundación Teatro Teresa Carreño y el Ministerio de Industrias Ligeras y Comercio; sirvieron de apoyo logístico para Pdval (la división de la estatal petrolera que distribuyó alimentos); diseñaron campañas publicitarias para Movilnet; reestructuraron la fachada y rehabilitaron el Correo de Carmelitas contratados por el Gobierno de Distrito Capital, y ganaron la propuesta ante el Ministerio de Turismo para hacer el macroproyecto turístico de Playa El Agua, el balneario más importante de Margarita, en 2014. En este último participó con su empresa Equus Proyectos y Soluciones, diseñando las bases de intervención y vialidad del proyecto turístico de la zona.

Koteich había prometido la culminación de la obra de Playa El Agua desde Punta Cabo Blanco hasta Punta Cazonera para el 2019 y el Estado había aprobado en créditos de la cartera turística 51 millones de dólares, pero todo se paralizó.

Con Arenera y Constructora Gil fueron proveedores de suministro de material de obras para la Empresa Socialista de Infraestructura, Servicio y Redes del estado Portuguesa (Esinsep), durante la gestión de Castro Soteldo. Además, brindaron apoyo a otras compañías privadas de la región que, a su vez, eran contratistas de la gobernación.

En 2009 y 2011, crearon las empresas Duok Proyectos y Corporación Tratevenca, respectivamente. Estas dos comparten la misma dirección en Valencia, estado Carabobo, y tienen por actividad principal la venta, distribución de pinturas y traslado de material. En el 2014, crean Consorcio Arquinodo y Grupo Equus.

Hasta ahora es poco lo que se sabe de estas empresas: no están inscritas en el Registro Nacional de Contratistas, no tienen página web, han cambiado de dirección, unas son clientes de otras de ellos mismos, aunque mantienen los mismos socios. Lo que sí está registrado es que entre los años 2007 y 2014, seis de estas empresas tuvieron actividad comercial, al menos cuatro fueron con organismos del estado y una, Arenera y Constructora Gil, fue constituida en la capital del estado Portuguesa.

Yomana Koteich dio pasos en solitario fuera de la herradura. Una breve mención en la base de datos del sistema de contrataciones del Estado la relaciona a ella con la junta directiva de Vencerámica, propiedad del empresario paraguayo-venezolano Carlos Gill Ramírez. El Grupo Corimón, también de Gill Ramírez, le sirvió de “fiadora solidaria y principal pagadora” a Equus Proyectos y Soluciones en el año 2014, y la Corporación Tratevenca de Koteich-Khalil le hizo servicios de transporte de mercancía a Corimón Pinturas en 2012.

Regreso a la nómina oficial

En 2016 tanto Castro Soteldo como Koteich y Khalil regresaron a las filas del gobierno revolucionario, esta vez como parte de un Ejecutivo presidido por Nicolás Maduro.

El militar asumió el Ministerio de Producción Agrícola y Tierras, cargo que aún ejerce y desde el que con frecuencia se dice dispuesto a transformar el modelo económico a través de la agricultura. Su búsqueda, asegura nuevamente con una cita del escritor trujillano, Orlando Araujo, es alcanzar la autarquía.

Desde ese cargo nombró a Pedro Khalil como presidente de la nacionalizada Agroisleña, la gran distribuidora de insumos para la actividad agrícola, que la revolución bautizó como Agropatria. Khalil asumió también responsabilidades en la Corporación Venezolana del Café cuando fue lanzado el plan de desarrollo del rubro de 2016-2019. Fue miembro de las directivas de Café Venezuela y Café Fama de América, ambas marcas privadas de gran tradición que fueron expropiadas por el Estado venezolano.

Por su parte, Yomana Koteich incursionó en el mundo financiero del Estado. En marzo de 2016 fue nombrada presidenta del Banco Agrícola de Venezuela. También ejerció como miembro del directorio del Instituto Nacional de Salud Agrícola Integral (Insai), que otorga los permisos de traslados para toda la mercancía que llega a puertos y aeropuertos para ser distribuida en el territorio. A finales de julio fue sumada al Comando para el Abastecimiento Soberano, estructura creada para enfrentar la grave escasez de alimentos del país y que dependía del Ministerio de Defensa. Su responsabilidad era financiera y en la conformación de un nuevo sistema de determinación de costos y precios justos. En 2017, fue miembro principal de la Junta Directiva de la Corporación de Desarrollo Agrícola.

Yomana Koteich ocupó la presidencia del Banco Agrícola de Venezuela.

Con encanto y talento se apropió de otros espacios. En enero de 2018, Koteich fue nombrada viceministra de Finanzas y, en mayo de ese año, su rostro volvió a adquirir protagonismo en los medios de comunicación cuando se anunció que sería la presidenta de la intervención temporal de Banesco, el mayor banco privado del país, en medio de una investigación del Ejecutivo por presuntos ilícitos cambiarios.

Durante el proceso de intervención, once ejecutivos del banco fueron llevados a declarar a la sede de la División General de Contrainteligencia Militar (DGCIM), donde quedaron arrestados. Esta situación obligó al presidente de Banesco, Juan Carlos Escotet, a atender personalmente el caso y dos días después de la aprehensión de los directivos retornó a Venezuela. 

Los ejecutivos permanecieron detenidos dos meses en Caracas, bajo la presunción de favorecer una “red de transacciones cambiaria ilegales en la frontera con Colombia”, según explicó la Fiscalía General de la República en su momento. Durante esos días iniciales de la intervención, sin los principales directivos y con Escotet aún fuera del país, Yomana Koteich llegó a la entidad bancaria y actúo de hecho como su máxima autoridad. 

La intervención temporal de Banesco estuvo liderada por Yomana Koteich. Durante ese lapso también fue designada ministra de Comercio Exterior e Inversión Internacional.

Los 90 días establecidos en la ley para completar la investigación se transformaron en diez meses. Sin menoscabo de esa función, Koteich fue designada durante ese período como ministra de Comercio Exterior e Inversión Internacional, además de presidenta del Banco de Comercio Exterior (Bancoex), en junio de 2018. Dos meses después, regía el Centro de Comercio Exterior (Cencoex). Estos nombramientos coincidieron con el momento en que Castro Soteldo asumió la Vicepresidencia Sectorial de Economía, sin dejar sus responsabilidades en el ministerio.

Los diversos frentes que Koteich debió atender en simultáneo debieron suponer una gran exigencia y, por lo tanto, la necesidad de contar con un respaldo de confianza, Ese terminó siendo William Cañas, otro pupilo ungido de Castro Soteldo, quien se convirtió en la cara pública de la intervención de Banesco, mientras Koteich gestionaba detrás del anaquel.

En febrero de 2016, Cañas fue director del Banco Central de Venezuela (BCV). Un mes después, compartió con Koteich en el Banco Agrícola, y en agosto fue nombrado director suplente del Banco de Desarrollo Económico y Social (Bandes). Pero después de ostentar tan importantes cargos públicos en el área financiera, pareció esfumarse. Una publicación en un medio boliviano lo menciona en la directiva del banco boliviano Prodem (Fondo Financiero Privado con capital de Bandes) que fue sancionado y que estaría vinculado con Carlos Gill, según la denuncia de legisladores de ese país del altiplano.

William Cañas acompañó a Koteich en la intervención temporal de Banesco.

Las responsabilidades que asumió Koteich y que le forjaron un perfil destacado dentro del régimen de Maduro, levantan muchas preguntas sobre su súbita desaparición. Sus últimas presentaciones públicas ocurrieron en ocasión de las reuniones de alto nivel que mantuvo Maduro con China, Rusia y Turquía para estrechar nuevas alianzas en el sector minero, agrícola y manufacturero. A varias de ellas asistió Castro Soteldo, a mediados de 2019, un poco antes de que Koteich saliera del cargo y de la escena pública.

Así como Castro Soteldo fue un padrino para Yomana Koteich, ella parece haber servido de mentora de los hijos del ministro. No siempre han aparecido en escena, pero los ha impulsado. Cuando era presidenta de Venetur, contrató a la empresa Editorial Instinto, de Rebeca y Alexis Castro para que hicieran una revista. La incluye luego en la sociedad Equus Proyectos y Soluciones con un 20% de las acciones. Y en fecha más reciente, en julio de 2018, cuando fue ministra de Comercio Exterior, nombró a Alexis Daniel Castro Díaz como viceministro de Inversión Internacional.

Las últimas presentaciones públicas de Yomana Koteich ocurrieron en ocasión de las reuniones de alto nivel que mantuvo Maduro con China, Rusia y Turquía para estrechar nuevas alianzas en el sector minero, agrícola y manufacturero.

El tercero en concordia

Pedro Khalil también tuvo una salida abrupta de la mirada pública. En 2016, antes de su paso por Agropatria, ex trabajadores le solicitaban atender la situación de “total abandono” de la empresa Tratevenca, de la que figuraba como dueño, según los comentarios dejados en la misma página oficial que anunciaba su nuevo cargo. Luego de su salida de la institución, fueron las asociaciones productoras y consejos campesinos quienes relataron que solo dejó “ofertas y planteamientos” sin solucionar la dotación de los insumos para la siembra. 

Ex trabajadores de Tratevenca le exigían a Pedro Khalil que se responsabilizara por el “total abandono” de la empresa.

En septiembre de 2018 volvió a aparecer reciclado como presidente de la planta Andino Pneus de Venezuela (antiguamente Pirelli), que había sido negociada y comprada por el Consorcio Sommers Internacional, presidido -de nuevo- por Carlos Gill Ramírez, de acuerdo a una nota de prensa publicada en su página web. Los trabajadores no supieron de la venta hasta unos días después, cuando les presentaron a su nuevo jefe.

Cuando Castro Soteldo hablaba de la burguesía revolucionaria, lo hacía desde un matadero de Quíbor, estado Lara. Aunque sus propios camaradas han criticado las interpretaciones que hizo el comandante de los fragmentos del libro Venezuela violenta, la noción de liberación económica fue un camino que recorrieron sus colaboradores más cercanos, inspirados en la ilusión de conformar una nueva burguesía revolucionaria.

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