Las buenas secretarias saben guardar secretos

Maritza Bastidas era empleada de la gobernación del estado Zulia y, según testimonios de sus enemigos políticos, secretaria del exgobernador Manuel Rosales. Lo cierto es que entre 2007 y 2008 Bastidas vivió una era de oro. En esa época compró dos propiedades en Estados Unidos por un millón de dólares y constituyó una empresa que terminó siendo de uno de los hijos de Rosales. Poco antes, la antigua funcionaria había registrado dos compañías en las Islas Vírgenes.
Maritza Bastidas es una venezolana de 52 años de edad y, al
parecer, con buen conocimiento acerca de aspectos sofisticados de las finanzas
como la inversión en paraísos fiscales. En 2007 registró dos compañías en las
Islas Vírgenes Británicas. Todo ello a pesar de que, hasta entonces, se había
desempeñado como una simple funcionaria de la gobernación del estado Zulia, o no
tan simple, pues según versiones de oponentes políticos, era la secretaria del
gobernador regional y candidato presidencial en 2006, Manuel Rosales, quien
ahora vive en el exilio (oficialmente Perú, aunque según fuentes su brújula,
sobre todo desde que Ollanta Humala asumió el gobierno en Lima, apunta hacia
otro destino fuera de Venezuela, presumiblemente en América
Central).
El nombre de Maritza Bastidas ya salió a
relucir durante las sesiones de la Comisión de Contraloría de la Asamblea
Nacional en 2008. Entonces, en medio del fuego cruzado de la política
venezolana, se investigaban diversos señalamientos de corrupción contra Rosales
como gobernador del Zulia, la rica provincia petrolera y agropecuaria al
occidente del país. La Asamblea Nacional estaba controlada por el oficialismo, y
probablemente lo que la motivó a investigar a Rosales era el deseo de cobrarle
al dirigente de Un Nuevo Tiempo (UNT) su enfrentamiento electoral contra el
presidente Chávez. En cualquier caso, Rosales acudió al llamado a declarar ante
la comisión parlamentaria. Esta nota da a conocer por primera vez algunos
pasajes del interrogatorio que, de acuerdo a su transcripción, alcanzó por
momentos una gran tensión debida, sobre todo, a la presión ejercida por el
diputado chavista Mario Isea, también zuliano y promotor de las
denuncias.
“Lo primero que tengo que decir es que yo no soy hipócrita,
desde que tenía 15 años voy para Estados Unidos y me gustan muchísimo Orlando y
Mickey Mouse y todas esas cosas”, dijo Rosales el 28 de noviembre de 2008 frente
a la Comisión de Contraloría de la Asamblea Nacional, cuando era consultado por
sus vínculos con Maritza Bastidas. Entonces los parlamentarios solo parecían
manejar el dato de una serie de viviendas adquiridas por Bastidas en el estado
de Florida, Estados Unidos, operaciones que habían puesto toda la atención de
los investigadores en esa empleada de la gobernación. En la sospecha
generalizada flotaba la convicción de que Bastidas había servido de tapadera
para inversiones de Rosales.
Rosales, de 60 años, un avezado político procedente de las
filas del anteriormente hegemónico partido socialdemócrata Acción Democrática,
como exitoso alcalde de Maracaibo en dos períodos (1996-2000 y 2008-2009) y
gobernador desde 2000 a 2008, hizo del Zulia un verdadero baluarte electoral. El
Zulia es la principal región del país por su número de votantes y, a la postre,
en 2006, bajo el paraguas de su propio partido, Rosales consiguió representar a
la oposición en las elecciones nacionales que en diciembre de 2006 ganó Chávez,
quien entonces buscaba su reelección. Apoyado por una endeble coalición de 43
partidos y movimientos, Rosales obtuvo el respaldo de casi 37% del
electorado.
Esta foja de éxitos, sin embargo, no le protegió en el ocaso.
En 2009, antes de comprobar si recibiría una sanción por las acusaciones de las
que era objeto y también antes de averiguar qué tipo de retaliación sufriría,
Rosales se marchó a Perú, donde solicitó y obtuvo asilo. Su esposa, Eveling
Trejo de Rosales, permaneció en Venezuela y es la actual alcaldesa de
Maracaibo.
De empleada a empresaria
Bastidas siguió en el norte, según registros, en Orlando,
Florida. Allá compró dos propiedades que, juntas, representarían una transacción
por más de un millón de dólares. Bastidas también fue socia de una empresa de un
hijo de Rosales, residenciado en Estados Unidos.
De todo eso tenían información los parlamentarios que en 2008
cercaban a Rosales con sus preguntas, recogidas en un documento al que se tuvo
acceso para este reporte. La novedad –gracias a los documentos filtrados
al Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación
(ICIJ por sus siglas en inglés)- estriba en el conocimiento de la
apertura por parte de Bastidas de dos compañías offshore en 2007.
El 23 de febrero del año 2007 fue incorporada al registro de
las Islas Vírgenes Británicas la firma Inversiones 2000 Universal Ltd. en la que
Maritza Bastidas figuraba entonces como accionista y directora. Para el registro
colocó como dirección de oficina una residencia en Maracaibo, estado Zulia. En
esa misma fecha, fue registrada también a su nombre la compañía Moritz
Investments Worldwide Inc. Para este proceso, presentó también su pasaporte, una
referencia bancaria y la misma dirección. Ambas compañías se encuentran
inactivas en la actualidad.
El camino a las Islas Vírgenes, que le permitió completar el
proceso de inscripción en el que es preciso suministrar una serie de documentos
que pasan por un proceso de verificación, lo logró recorrer gracias al apoyo
desde Miami de otra venezolana, la ubicua Gloria Araujo, quien hizo las veces de
intermediaria.
Araujo contactó a la firma Portcullis Trustnet y así gestionó la creación de
ambas compañías en el paraíso fiscal. En intercambios de correos con Trustnet
para lograr el registro, se indicaba que una vez completado el proceso, los
documentos del kit de la compañía debían ser enviados a Araujo a la dirección de
“Everest Group”, su empresa de entonces en Florida. En ambos casos con la
siguiente especificación: “No enviar una factura”.
Los números telefónicos asociados en esa fecha con Araujo
tanto en Venezuela como en Estados Unidos ya no funcionan o corresponden a otras
compañías.
El año de la bonanza
Un año después de la creación de las compañías en las Islas
Vírgenes Británicas, Bastidas realizó grandes inversiones en Estados Unidos.
Según registros públicos del estado de Florida, el 30 de abril del año 2008,
Maritza Bastidas compró por 799.000 dólares una propiedad en Atherton, Orlando,
Florida, vivienda que en la actualidad se mantiene a su nombre. Ese mismo año,
en el que también culminaba el segundo período de Rosales como gobernador del
Zulia, pero el 14 de febrero –día de San Valentín-, Bastidas había comprado otra
casa en Miami, Florida, por una suma de 306.000 dólares. O lo que es lo mismo:
en menos de un año desembolsó un millón 105.000 dólares para la compra de las
dos residencias.
La casa de Miami, Florida, no la conservó por mucho tiempo.
Un año después de que comenzaron las denuncias en contra de Manuel Rosales y su
propio nombre salió a la luz, en noviembre de 2009, Bastidas la vendió por 140
mil dólares la propiedad, menos de la mitad del monto por la que la había
comprado (la crisis financiera ya afectaba el mercado inmobiliario de la
península).
“En cuanto a eso de las propiedades, yo no sé si es que está
prohibido que alguien compre algo, lo que tienen es que investigar por qué lo
compraron, y cómo lo compraron y yo qué tengo que ver con eso”, se zafó Manuel
Rosales de las acusaciones en la comparecencia que hizo el año 2008 ante los
diputados. La línea argumental de su defensa se limitó a sostener que él solo
daba cuenta de sus propiedades y no de las de sus allegados, en referencia a
Bastidas: “Entonces, si se van miles y miles de personas del Zulia que tienen
propiedades en Estados Unidos, ¿yo tengo que ver con eso? No, yo respondo por
Manuel Rosales, cédula de identidad 4.328.767”.
En Florida, Estados Unidos, la funcionaria de la gobernación
del Zulia, Maritza Bastidas, también tuvo participación en una compañía con uno
de los hijos de Manuel Rosales. En septiembre de 2007 –siete meses después de la
creación de las compañías en las Islas Vírgenes Británicas- fue registrada ante
la División de Corporaciones del Estado de Florida la compañía Agropecuaria La
Milagrosa Inc. Los documentos de registro muestran que como presidente,
vicepresidente y director figuraba entonces Manuel Rosales, y como directores
aparecían también Maritza Bastidas y Fernando Tata, este último, según Rosales,
un agente de registro.
“Uno se pregunta cuál es el salario de esta funcionaria en la
gobernación del Estado”, ironizó durante la audiencia el diputado por el estado
Zulia, Mario Isea, del gubernamental Partido Socialista Unido de Venezuela
(PSUV).
Impertérrito, Rosales se aferró a su postura: “Maritza tendrá
su actividad, pero yo no tengo por qué explicar ni responder por la actividad,
por lo que haga Maritza Bastidas, quien es amiga de los hijos míos, de algunos
de ellos, entre ellos Manuel Alejandro y entre otras cosas hicieron esa sociedad
financiera que se registró con 100 dólares”.
En efecto, en 2008, los nombres de Maritza Bastidas y
Fernando Tata fueron eliminados del directorio y, según el documento de
registro, sustituidos por el de Manuel Alejandro Rosales, hijo del político
zuliano. La empresa actualmente se encuentra inactiva.
“Así es que esas tales sociedades financieras, como las he
explicado, como las he detallado, son sociedades que no tienen propiedades y que
este señor, Fernando Tata, aparece ahí es porque es propio de su actividad, y
Maritza Bastidas que es funcionaria y amiga de mi hijo, (…) Manuel Alejandro
tiene algún tiempo en Estados Unidos, en Florida, Miami”, insistió
Rosales.
Inhabilitado y Exiliado
Curiosamente, Maritza Bastidas aparece cotizando todavía en
el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS) como funcionaria de la
gobernación del estado Zulia. Sin embargo, al llamar a las oficinas de la
entidad, quienes hoy trabajan ahí dicen no conocerla y, quienes la recuerdan,
dicen que ella no es parte de la plantilla actual de empleados de la
gobernación, ahora a cargo de Francisco Arias Cárdenas.
Aparte de las propiedades de Bastidas, a Rosales lo
vincularon también con otras propiedades y empresas a nombre de terceros.
“Bueno, yo me dediqué a preguntarle a algunas de ellas por esta denuncia que
están haciendo, bueno, a propósito de la actividad que cada quien desarrolla
tienen créditos bancarios en Estados Unidos y cada quien demostrará su crédito y
cómo adquirió eso, si es que lo ha adquirido, porque lo que dieron fue la cuota
inicial, entiendo yo”. También indicó en ese momento que todas sus propiedades
se encontraban en Venezuela.
La Contraloría General de la República en Venezuela, a cargo
entonces del fallecido Clodosbaldo Russián, llegó a inhabilitar por un año a
Manuel Rosales en 2010 para ejercer cualquier cargo público. El veredicto aducía
el incumplimiento por parte de Rosales de la normativa de las declaraciones
juradas de patrimonio obligatorias para los funcionarios públicos por la Ley
Contra la Corrupción. En la resolución, publicada en la Gaceta Oficial el 24 de mayo
de 2010, se indicaba que Rosales no había entregado las declaraciones
del cese de sus funciones como gobernador del estado Zulia y de ingreso y cese
en el ejercicio de su cargo como alcalde del municipio Maracaibo.
“Igualmente, la Contraloría General de la República, mediante
decisión de fecha 27-07-07, contenida en el expediente de verificación
patrimonial N° 08-02-2005-4.328.767, determinó: un incremento patrimonial
desproporcionado; fondos aplicados no justificados; y omisión de información en
su declaración jurada de patrimonio consignada el 2 de julio de 2003, por lo que
se declaró la no veracidad de la declaración jurada de patrimonio en cuestión, y
en consecuencia, su no admisión”, reportaba.
Además, fue imputado en diciembre de 2008 por el delito de
enriquecimiento ilícito y en 2009 le fue dictada medida privativa de libertad a
solicitud del Ministerio Público. Para Rosales todo se trató de un juicio
político.
Katherine Pennacchio y
Óscar Libón contribuyeron con esta historia.