Los 'bolichicos' abrieron su caja de valores en Luxemburgo
Cuatro empresas en el Gran Ducado sirvieron para que Alejandro Betancourt y sus asociados blindaran activos importantes, incluyendo ingresos por sus negocios petroleros en Venezuela con contrapartes rusas. El hallazgo, obtenido en el marco del proyecto periodístico transfronterizo OpenLux, puede representar el eslabón perdido para las investigaciones que desde hace tiempo autoridades de Estados Unidos y España adelantan, por presunta estafa a Pdvsa y lavado de dinero, contra los jóvenes magnates que hicieron fortuna gracias a la adjudicación de contratos eléctricos durante el gobierno de Hugo Chávez.
Mientras
Venezuela se hundía en la crisis, Alejandro Betancourt López recorría Europa en
su jet privado, efectuando inversiones de alto nivel en una empresa española de
lentes de sol y en un banco de Senegal. Pero ese estilo de vida, propio de una
celebridad, podría estar próximo a aterrizar.
Los nombres de
Betancourt y de sus socios, bautizados por la prensa como los bolichicos, son desde hace casi una
década una fija en reportajes, columnas de chismes y cuentas antichavistas
de denuncias por Internet. La racha de contratos concedidos por el Estado, de la
que disfrutaron durante la emergencia eléctrica que el presidente Hugo Chávez
decretó en 2010, los convirtió en el primer caso de corrupción que se instaló en
la conversación y el imaginario públicos de los venezolanos. A pesar de ello,
hasta ahora Betancourt ha logrado esquivar cargos penales que ya han golpeado a
sus socios. Pero fuentes en Estados Unidos y en España afirman que investigan a
este empresario venezolano con excelentes conexiones
personales.
Ahora, un
grupo de periodistas descubrió una red de empresas en Luxemburgo conectadas a
varias compañías que están en el centro de una investigación mundial sobre
corrupción en Venezuela.
Francisco
Convit fue uno de los colaboradores más cercanos de Betancourt. Ahora es prófugo
de la justicia de Estados Unidos. Lo buscan por su presunta participación en una
conspiración para blanquear 1.200 millones de dólares desviados de la compañía
petrolera estatal venezolana Pdvsa. Ese esquema fue develado tras una
operación, conocida con el nombre de Money Flight, que la oficina de Homeland Security
Investigations (Investigaciones de Seguridad Nacional) en Miami, Florida, llevó
a cabo por dos años. Pero Convit creó empresas en varios países que movieron
dinero de diferentes tramas de corrupción, incluida una en la que el gobierno
supuestamente pagó a él y a Betancourt sobreprecios de 2.900 millones de dólares
para construir centrales eléctricas.

Alejandro Betancourt ha hecho de España su centro de negocios, desde donde ha hecho inversiones incluso en el sector bancario. Foto: El Mundo
Las
autoridades de Estados Unidos ya conocían muchas de estas empresas y sus
jurisdicciones. Empezaron a investigar a Convit por supuestamente lavar dinero
del petróleo en Miami en bancos estadounidenses. Y sabían que parte de los
fondos ilícitos que giraron de Venezuela a Europa terminaron en Luxemburgo.
Sin embargo,
hasta ahora no han logrado vincular a Convit o a Betancourt con este dinero,
indicó una fuente cercana a la investigación al Miami Herald, que colaboró con el
Proyecto de Reportería del Crimen y Organizado y la Corrupción (OCCRP, por sus
siglas en inglés) y el diario Le
Monde de París en esta historia.
Pero ahora,
como parte del proyecto OpenLux, periodistas descubrieron cuatro compañías de
Luxemburgo controladas por Betancourt.
OpenLux es un
proyecto colaborativo transfronterizo de investigación periodística que nació
cuando el equipo del diario Le Monde
de París logró extraer 3,3 millones de entradas del website del Registro
Mercantil de Luxemburgo. El Gran Ducado, un enclave financiero en el corazón de
Europa, por mucho tiempo hizo las veces de un paraíso fiscal. Pero, bajo intensa
presión de la Unión Europea para cumplir las normas comunitarias, que obligan a
identificar a quienes controlan las empresas, el diminuto país accedió en 2019 a
publicar una base de datos parcial de los beneficiarios reales (beneficiary owners, en la jerga
bancaria) de las personas jurídicas allí constituidas.

OpenLux es un proyecto colaborativo de investigación periodística con acceso a 3,3 millones de entradas del website del Registro Mercantil de Luxemburgo. Ilustración: Svetlana Tiourina.
Como el que
hace la ley hace la trampa, Luxemburgo limitó seriamente el registro que, aunque
de acceso público, solo permitía búsquedas de empresas por nombre o número de
identidad, pero nunca por nombre de personas. De allí la importancia de la
extracción de datos por Le Monde:
permitió estructurar una base consultable con la que investigadores de todo el
mundo por fin consiguieron conocer su contenido al detalle.
Fue así que,
por primera vez, resultó posible identificar las cuatro empresas, incorporadas
legalmente, que Betancourt controla en el Gran Ducado.
Una de las
firmas fue creada por una compañía neerlandesa dirigida por Convit. Todas las
cuatro están conectadas con entidades en otros países que los dos hombres
controlan y que están bajo investigación por lavado de
dinero.
Al menos tres
de estas compañías luxemburguesas tuvieron transacciones financieras con
empresas bajo investigación en Estados Unidos, dejando abierta la pregunta de si
hacían parte de la misma red.
Consultado
para este reportaje, Alejandro Rebolledo, abogado venezolano y experto en la
lucha contra el lavado de dinero, ex magistrado del Tribunal Supremo nombrado
por la Asamblea Nacional opositora y ahora en el exilio. dijo que Luxemburgo es
un lugar ideal para que personas como Convit y Betancourt oculten dinero
ilícito. Indicó que usaron ese país, junto a otras jurisdicciones opacas, para
crear empresas y mover fondos entre ellas.
"Se trata de
un entramado de empresas para crear capas para pasar el dinero con el fin de
diversificarlo y ocultarlo", dijo Rebolledo.

El Gran Ducado, un enclave financiero en el corazón de Europa, por mucho tiempo hizo las veces de un paraíso fiscal. Foto: Pexels.com
De la mantuanidad al Gran Ducado
Refractario a
los señalamientos que cíclicamente se le hacen desde la prensa, Betancourt
atribuye su ascenso en el mundo de los negocios al "espíritu emprendedor". Esa
declaración se puede leer en su website.
Betancourt
López, como sus principales socios, incluyendo a Convit y su primo Pedro Trebbau
López, vienen de familias mantuanas con orígenes que se remontan hasta figuras
claves de la historia venezolana. Todos se conocieron en las aulas del exclusivo Instituto Cumbres de Caracas, un colegio regentado por la orden mexicana de los Legionarios
de Cristo.
Sin embargo,
Betancourt, en particular, se mueve en otro nivel desde hace una década. En 2012
asaltó las páginas de la prensa del corazón -y de la inmobiliaria- en España, al
adquirir por una suma cercana a los 23 millones de euros un codiciado cortijo de
1.600 hectáreas cerca de Toledo, El
Alamín. El joven magnate contrata a los mejores asesores de imagen, gestores
de crisis y cabilderos: entre estos últimos estuvo el ex alcalde de Nueva York y
abogado de Donald Trump, Rudy Giuliani, a quien habría confiado la tarea de
disuadir cualquier misión investigadora por parte de las autoridades
estadounidenses.
Para el
ascenso de una a otra división de la aristocracia global, el trampolín que
Betancourt usó, más que sus habilidades empresariales, fue la ayuda que le
prestó el gobierno revolucionario de Hugo Chávez.
No tenía
siquiera 30 años cuando cofundó Derwick Associates, una empresa que Convit
dirigía y que recibió contratos para construir centrales eléctricas de empresas
gubernamentales sin pasar por una licitación y sin que se le conociera
experiencia en el ramo. Según un informe de Transparencia Venezuela, capítulo
local de Transparencia Internacional, el gobierno pagó sobrecostos por 2.900
millones de dólares a la empresa de los dos bolichicos.
Derwick
Associates, así como empresas hermanas en sitios como Panamá y el estado de
Delaware -un virtual paraíso fiscal en la costa este de Estados Unidos- que han
sido señaladas de corrupción, están en el corazón del imperio empresarial
transnacional de los bolichicos. En una serie de cuestionables maniobras
financieras, los beneficios obtenidos de negocios de electricidad y petróleo se
canalizaron a cuentas bancarias suizas y a empresas conectadas en Barbados,
Panamá y Luxemburgo.
El registro
empresarial de Luxemburgo revela cuatro personas jurídicas propiedad de
Betancourt que tienen vínculos con compañías de Derwick. Una empresa clave es
Latin American Ventures, que hace cinco años recibió activos de una empresa de
Derwick en Barbados. El traspaso se hizo a través de una “aportación en
especie”, que describe una ampliación de capital que no se realiza en
efectivo.
En 2011,
apenas un año después de que Betancourt y sus socios entraran en el negocio de
la electricidad, él y Convit aparecieron como directores de una nueva empresa,
Derwick Oil & Gas Corporation, registrada en Barbados. A través de esta
empresa, obtuvieron de manera silenciosa una porción de los derechos sobre siete
bloques concedidos a Petrozamora en el estado Zulia, la más tradicional cuenca
petrolera de Venezuela. La operación era inicialmente un joint-venture con Gazprombank, una
institución financiera rusa.
Una parte de
los beneficios petroleros de Petrozamora se transfirieron luego a Latin American
Ventures, incorporada en 2015 en Luxemburgo con un capital de 100.000 dólares. A
finales de ese año, grandes sumas se habían transferido desde Derwick Oil &
Gas y el balance de Latin American Ventures mostraba activos por más de 253
millones de dólares.
Sobre el
papel, Latin American Ventures es propiedad de una fundación neerlandesa llamada
Stichting Administratiekantoor DOG. El director de la fundación era Convit hasta
septiembre de 2018, apenas dos semanas después de que Estados Unidos lo acusara
de conspiración para cometer lavado de dinero.
En los Países
Bajos lo reemplazó Orlando José Alvarado Moreno, una pieza clave en el imperio
empresarial de los bolichicos. Alvarado ha sido director de Derwick en Caracas y
aparece como directivo en tres de las empresas luxemburguesas de
Betancourt.
Jon A. Sale y
Frank Wohl, abogados de Betancourt, le dijeron al Miami Herald que “los activos y las
fuentes de dinero del señor Betancourt son perfectamente legales. No están
escondidos. De hecho, su interés por Luxemburgo ha sido divulgado públicamente
para que el mundo lo vea. Es un empresario legítimo y muy exitoso que no ha
infringido ninguna ley".
En la mira de EEUU y España
Latin American
Ventures también hizo transacciones con una empresa llamada Vencon Holdings
Investments Inc, que apareció en el elenco de la operación Money Flight como receptora de fondos
desviados desde Pdvsa.
La operación
Money Flight, como la bautizaron las
autoridades estadounidenses, develó varios esquemas por los cuales petrodólares
de Pdvsa, gracias a connivencias entre hombres de negocios y ejecutivos de la
estatal, estos incentivados por sobornos, pasaban a formar parte del lucrativo mercado
negro de divisas en Venezuela.
En 2016, Latin
American Ventures movió 5,5 millones de dólares a Vencon, una empresa de las
Islas Vírgenes Británicas. En la denuncia penal, las autoridades estadounidenses
relacionan Vencon con Convit y con una persona que solo reseñan como Conspirador 2. En noviembre de 2019, el
Miami Herald informó que ese nombre
en código de Conspirador 2
correspondía a Alejandro Betancourt.
Mientras
Betancourt suena en causas judiciales en Florida, fuentes judiciales españolas
le indicaron a OCCRP que ese país
también tiene interés en el magnate venezolano. Testigos han señalado a
Betancourt como co-conspirador en un esquema de malversación de fondos de la
empresa estatal Pdvsa.
"Hay personas
investigadas tanto en España como en Estados Unidos que, en sus respectivas
declaraciones a las autoridades, están implicando a Betancourt en la estafa a
Pdvsa", dijo una fuente, añadiendo que Betancourt está bajo investigación por
malversar "cientos de millones de dólares".

Betancourt pudiera estar involucrado en la malversación de fondos de la estatal Petróleos de Venezuela. Foto: Luis Robayo / AFP
Estados Unidos
también tiene la atención puesta sobre varios individuos que se aprovecharon del
complejo sistema de control de divisas que funcionó en Venezuela entre 2003 y
2019. En el marco de esa investigación, agencias estadounidenses solicitaron a
Suiza registros bancarios de varias empresas, que incluyen a Vencon y a IPC
Investments Corp, una compañía de Barbados vinculada a
Betancourt.
Las empresas
le pidieron a la justicia helvética bloquear la solicitud, pero al final el
Tribunal Federal Suizo ordenó entregar los registros bancarios. En su sentencia,
indicó que estas compañías eran parte de una operación en la que "gracias a
pagos corruptos hechos a funcionarios venezolanos (...) se permitió la
malversación de más de 4.500 millones de dólares americanos que habrían sido
desviados principalmente a través de cuentas abiertas en
Suiza".
Aunque el
tribunal no nombró ni a IPC Investments Corp ni a las demás empresas de los
bolichicos, estas quedaron posteriormente delatadas por el website suizo de
investigación financiera Gotham
City.
Los balances
de la luxemburguesa Latin American Ventures muestran que transfirió 16 millones
de euros a IPC Investments Corp, presentándolos como el reembolso de un
préstamo.
Betancourt ha
usado IPC Investments Corp como vehículo para invertir en la empresa petrolera
canadiense Frontera Energy Corporation, así como en BDK Financial Group, un
banco luxemburgués que hace negocios en África Occidental. IPC Investments Corp
también ha transferido dinero a otra de las empresas de Betancourt registradas
en Luxemburgo: Gainsboro Developments.
En Gainsboro
figura Alvarado, el socio caraqueño de Betancourt, como miembro del consejo de
administración. La empresa ha sido usada como intermediaria para mover dinero
entre las empresas offshore de los bolichicos.
Otra empresa
registrada en Luxemburgo, Ming International, recibió un préstamo de 53 millones
de euros de IPC Investments Corp. También tomó un préstamo del Centro Tecnológico de Turbinas
(CTT), una
empresa venezolana vinculada al sector eléctrico y a Derwick
Associates.
Viajero frecuente con lentes oscuros
A través de
Ming, Betancourt gestiona 65% de las acciones de una empresa llamada Saldum
Ventures S.L. Entre otras inversiones, Saldum es dueña de Hawkers, una exitosa
empresa española que vende lentes de sol de diseño pero a precios asequibles, y
que desarrolló una línea en colaboración con la estrella del fútbol Lionel
Messi.
Betancourt es
presidente y presidente del consejo de administración de Hawkers, que cuenta
como inversor a O'Hara Administration, con sede en Panamá.
La fuente
cercana a la investigación estadounidense Money Flight le dijo al Miami Herald que estaba al tanto de las
inversiones de Gainsboro y Ming en Andorra, España y Suiza, pero las
indagaciones no habían conectado directamente esas empresas con Luxemburgo. Dijo
que los investigadores no sabían nada ni de Latin American Ventures ni de O'Hara
Financial S.A.
A través de
O'Hara Financial S.A., Betancourt es dueño de un Dassault Falcon 2000, un jet
privado de fabricación francesa con la matrícula N717FM. Según ADSB-Exchange,
una base de datos cooperativa de seguimiento de vuelos, el Falcon ha volado con
frecuencia en los últimos dos años.
A principios
de 2020, antes de que la pandemia de Covid-19 paralizara la mayor parte de los
viajes aéreos, el avión registró dos docenas de vuelos por Europa. En 2019, el
Falcon realizó más de 70 viajes a ciudades europeas, incluida Moscú. Los
inversionistas rusos tienen vínculos comerciales estrechos con los venezolanos,
incluso con Betancourt y Convit, a través del contrato que tenían en Petrozamora
con Gazprombank.

Recursos de Petrozamora fueron transferidos a cuentas de Latin American Ventures, empresa incorporada en 2015 en Luxemburgo. Foto: minpet.gob.ve
A finales de ese año, el 3 de noviembre, el Miami Herald publicó el primer artículo que revelaba que Betancourt era el Conspirador 2 en la causa de Money Flight. El 12 de noviembre, Altea Services, la sociedad que administraba las cuentas de tres de las cuatro empresas vinculadas a Betancourt, renunció a su “acuerdo de domiciliación”. Y al día siguiente, el avión de Betancourt voló a Luxemburgo.
Altea no
respondió por qué tomó esa decisión, pero la ley luxemburguesa señala que los
administradores deben saber exactamente quién está detrás de una empresa. Si la
ley que regula las sociedades mercantiles se incumple de algún modo, se
recomienda a los administradores que rescindan el acuerdo de domiciliación,
según el bufete de abogados Martin Avocats, con sede en
Luxemburgo.
Muchos de los
vuelos eran, con toda probabilidad, viajes de negocios, pero algunos parecían de
placer. El Falcon ha volado a ciudades europeas como Ámsterdam, Atenas y Roma, y
ha aterrizado en las Azores, un pintoresco grupo de islas portuguesas y destino
turístico en el norte del Atlántico.
Rebolledo, el
experto venezolano en lavado de dinero, dio la bienvenida a cualquier sanción o
acusación de corrupción contra los bolichicos, añadiendo que sus estilos de vida
son particularmente llamativos teniendo en cuenta el estado calamitoso de su
país.
"Esos
supuestos empresarios deberían estar en una lista que no les permita seguir
pavoneándose con sus extravagancias mientras nuestro pueblo se muere de
pobreza", dijo.