DolarToday: la venganza más célebre de tres venezolanos exiliados

La identidad de los propietarios del sitio web más denostado por el gobierno del presidente Nicolás Maduro es uno de los misterios más fascinantes de la Venezuela del control de cambio. Entre los opositores hay un pacto para no revelar quiénes están detrás del portal, porque existe un fundado temor a las represalias contra los familiares. Pero el secreto no está guardado bajo siete llaves como parece y está a punto de revelarse.
El pasado 19 de julio
el sitio de noticias El Estímulo publicó una entrevista con la
supuesta community manager de DolarToday. Se identificó con el
seudónimo de Vicky. Decía atenderlos desde Miami, en el estado
norteamericano de Florida, y alegaba “razones de seguridad” para esquivar las
respuestas a las preguntas que todos se hacen en Venezuela: la verdadera
identidad de los dueños o encargados, la ubicación de la oficina, el presupuesto
o la razón por la cual ese website se ha convertido en una suerte de Banco
Central en la sombra, en el marcador de referencia para las operaciones de
compra y venta de dólares con bolívares, y en el precio que toman en cuenta los
comerciantes de este país al momento de establecer los costos de reposición de
sus productos.
Poco importa ya para el
desarrollo de esta historia el contenido de sus respuestas, sino que en esa
entrevista se repitió el plan diseñado desde hace algunos meses por los
verdaderos dueños del portal –que se ubica en el puesto 230 en el ranking de los
sitios más visitados en Venezuela según la herramienta Alexa y es consultada por
unas cuatro millones de personas al mes– para evitar ser descubiertos por el
gobierno venezolano, que los considera uno de los arietes de la llamada guerra
económica y ha ordenado bloquearlos. En febrero de 2014, por ejemplo, se
presentaron ante un periodista de la BBC como “un grupo de 12 jóvenes
venezolanos”, que a través del sitio ejecutan “una forma de protesta ante un
régimen dictatorial empeñado cada vez más en silenciar e intimidar a los medios
de comunicación en Venezuela”. Dijeron entonces que eran expertos en Economía y
Computación, dos ciencias cruciales para entender el éxito de esta página web
entre los venezolanos.
Pero, de vuelta por
ahora a las palabras de Vicky: De ellas se infiere que DolarToday es una
empresa en ascenso, con capacidad para emplear a 20 personas –ocho más que en
enero de 2014–, que mantiene una estrecha relación con un reconocido periódico
en Miami, que a su vez maneja las redes sociales y su página web, y que trabaja
las 24 horas del día publicando información y la cotización del dólar. Aunque
hay muchos medios latinos en esa ciudad solo dos de ellos, Diario de las
Américas y El Nuevo Herald, son realmente conocidos. Uno de los
propietarios del Diario de las Américas es el exbanquero venezolano
Nelson Mezerhane, célebre enemigo de la nomenklatura chavista. O quizás
se refiera al también exbanquero Eligio Cedeño, quien tuvo un canal de
televisión, Soi TV, que transmitía desde esa ciudad y es también uno de los
rivales jurados del gobierno desde que escapó del país en diciembre de 2010.
A juzgar por la
reacción del gobierno, la estrategia de sugerir a terceros como dueños ha dado
resultado. Tan reciente como el 15 de abril, en un acto público, el presidente
de Venezuela, Nicolás Maduro, afirmó: “Yo lo he jurado: más temprano que tarde
vamos a tener tras las rejas a los bandidos de DolarToday, que hacen la guerra
económica contra Venezuela desde Miami”. El portal respondió con un trino
provocador: “Qué presos nada, cabrón. Primero vas preso tú”. Casi tres meses
después, el 13 de julio, el entonces ministro para las Comunas, Elías Jaua,
declaró en televisión que el gobierno nacional “tramitaría la extradición de los
dueños de DolarToday”, a quienes identificó como “banqueros prófugos”, sin
llegar a decir nombres.
¿Quiénes serían esos
extraditables? Mezerhane, Cedeño, o quizás Oscar García Mendoza, el expresidente
del Banco Venezolano de Crédito (BVC), otro de los empresarios enfrentados con
los sucesores de Hugo Chávez, quien se encuentra fuera del país. García Mendoza
ha sido mencionado por miembros del gubernamental Partido Socialista Unido de
Venezuela (PSUV) como responsable de DolarToday. Al ser consultado sobre su
presunta relación con el portal, expuso: “No sé quiénes son los dueños de esa
página, pero me parece que hacen un buen trabajo. El chavismo siempre busca
culpables”. Mezerhane, a quien se le envió un correo, no respondió directamente
a la consulta. Sin embargo, en su nombre, la abogada Gilda Pabón llamó desde
Miami para informar que el banquero no tiene ninguna relación con el sitio.
Cedeño afirmó que no tiene ninguna relación con DolarToday aunque considera que
el sitio es una maravilla y tiene una gran pegada editorial por la cantidad de
seguidores y retweets.
El
chavismo también ha dicho que quiere extraditar a las personas que registraron,
en junio de 2014, la firma DolarToday Inc ante la División de Corporaciones del
estado de Florida. Los nombres allí mencionados fueron denunciados por la
directiva nacional del partido Patria Para Todos (PPT) ante la Fiscal General de
la República, Luisa Ortega Díaz, el defensor del Pueblo, Tarek William Saab, la
Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional y el Consejo Federal de Gobierno.
Hasta ahora no hay indicios públicos de una investigación contra esas personas o
una orden judicial para que la policía las detenga. Esa posibilidad llevaría a
un gran equívoco.
Los supuestos responsables
A
finales de mayo de este año, PPT, miembro de la coalición oficialista Gran Polo
Patriótico, fundó el Frente Nacional en Defensa del Bolívar. “Si cobras en
bolívares, cada vez que DolarToday devalúa deberías sentir tristeza, porque te
está robando el dinero del bolsillo”, afirma el secretario general de esa
organización política, Rafael Uzcátegui, como colofón a una exposición de 20
minutos en la que desglosa la responsabilidad de los propietarios de las casas
de cambio en Cúcuta, Norte de Santander, Colombia, y en la fronteriza población
venezolana de San Antonio del Táchira, “de los políticos y empresarios
colombianos partidarios del presidente Juan Manuel Santos y de su antecesor,
Álvaro Uribe Vélez”, y “de los conspiradores venezolanos” en la cada vez más
acentuada depreciación del bolívar.
La
primera acción pública del frente fue denunciar ante la Fiscalía General de la
República a quienes, de acuerdo con la investigación de la organización, son los
administradores de DolarToday. Juan Carlos Guevara, miembro de la organización,
expresó entonces: “Estamos en presencia de un delito contra la patria (…) por
jugar con los intereses de la Nación, con el salario de los trabajadores y de
todos los venezolanos”. En esa ocasión el PPT identificó a dos personas como los
administradores del portal: Ernesto Vasconcelos, como presidente, y Humberto
Gil, como registrador. En el documento entregado a Ortega Díaz el 21 de mayo, se
suma un nombre más: Oliver Becerra, quien sería el webmaster de la
página.
En
los registros de Florida, Vasconcelos apareció como el único accionista de la
firma DolarToday Inc desde el 23 de junio de 2014 hasta el 3 de julio de
este año. En septiembre del año pasado, además, inscribió a DolarToday en
Venezuela ante el Servicio Autónomo de Propiedad Intelectual (Sapi), una
situación muy extraña para un portal que se encuentra bloqueado por la Comisión
Nacional de Telecomunicaciones (Conatel).
De
acuerdo con el sitio www.poderopedia.org/ve, la única persona que aparece
identificada con ese nombre y apellido en el Registro Electoral (RE) venezolano
sufraga en Palo Negro, estado de Aragua (centro de Venezuela). En Facebook solo
se encuentra un Ernesto Vasconcelos venezolano, quien dice ser egresado de la
Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV) y trabajador de la Alcaldía
Socialista de Guacara, en el estado de Carabobo. Vasconcelos colocó “Me Gusta”
en un texto posteado por el gobernador chavista del estado de Aragua, Tareck El
Aissami, ex ministro del Interior, el 14 de febrero de 2014. A través de esta
red social se le envió un mensaje que no respondió. La última actualización de
su perfil de Facebook data del pasado 6 de julio.
Humberto
Gil, el registrador de DolarToday Inc y desde el 3 de julio presidente de la
firma, vive en Florida, pero no se tienen mayores detalles de su paradero. En
tanto Oliver Becerra, en el sitio es.forios.net, se presenta como el registrador
de la aplicación de DolarToday.
Uzcátegui
afirma que en una reunión privada con el Defensor del Pueblo, Tarek William Saab
–exconstituyente y exgobernador del estado de Anzoátegui por el chavismo–, su
partido solicitó que se congelaran los bienes de Vasconcelos, Becerra y Gil, se
anulen sus pasaportes y se les incluya en la lista de delincuentes solicitados
por Interpol. Pero hasta ahora nada de eso ha ocurrido. “Si yo no estuviera
seguro de que ellos son los administradores de DolarToday deberían demandarme
por infundio”, resalta el secretario general del PPT.

La
información disponible sobre Ernesto Vasconcelos no parece sugerir que la suya
sea la mente macabra detrás de la guerra económica denunciada por el Gobierno de
Venezuela. Una hipótesis mucho más creíble sugiere que él y sus socios
registraron la empresa DolarToday Inc en Florida para demandar en Estados Unidos
a quienes, desde ese país, manejan el website con mayor credibilidad para
determinar el precio de la moneda estadounidense en el mercado negro venezolano.
Los auténticos creadores del portal advirtieron esta maniobra y viajaron hasta
el estado de Delaware, un paraíso fiscal dentro de Estados Unidos, donde comenzó
otra parte de esta historia.
El voto de silencio
DolarToday
nació en marzo de 2010. Faltaban dos meses para que el presidente Hugo Chávez
ilegalizara las transacciones con el dólar paralelo a través de las casas de
bolsa. En medio del rígido control de cambio establecido por el gobierno en
febrero de 2003, empresarios y particulares acudían al mercado bursátil
venezolano para adquirir los dólares que no recibían de la Comisión de
Administración de Divisas (Cadivi), ente encargado de manejar el régimen de
control de cambio. Las casas de bolsa ofrecían bonos al portador denominados en
dólares que se podían cancelar con bolívares, y que luego eran negociados en los
mercados financieros. De esta transacción surgía un tipo de cambio implícito que
se deriva de dividir todos los bolívares gastados (que incluye el precio del
bono, más comisiones y otros gastos financieros) y los dólares obtenidos en la
venta.
Por
sugerencia del entonces ministro de Planificación, Jorge Giordani, se ilegalizó
ese mercado. El gobierno iniciaba entonces el largo viaje que ha culminado en el
establecimiento del precio de venta justo. Se aprobó una Ley de Ilícitos
Cambiarios que prohibía divulgar la cotización de la moneda estadounidense a
través de los medios de comunicación y castigaba a quien lo hiciera con pena de
hasta siete años de cárcel. Al dólar se le llamaba en clave El
innombrable. Las páginas como DolarToday se convirtieron entonces en la
única referencia para informarse de esa cotización y establecieron su propia
fórmula para calcularlo: toman el precio que se obtiene por un dólar en la
frontera de Colombia con Venezuela y lo dividen entre los pesos colombianos que
se reciben a cambio de un bolívar. Al resultado se le suma una comisión por el
tipo de operación (transferencia o en efectivo).
Muchas
de las páginas que competían con DolarToday fueron bloqueadas por el gobierno y
nunca más salieron al aire, pero este website porfió en buscar la forma de
burlar la censura que intenta imponer la Comisión Nacional de Telecomunicaciones
(Conatel). Y lo logró. Se apuntaron en las redes sociales y abrieron perfiles en
las compañías más conocidas, donde colocan el enlace no bloqueado por el
gobierno. Quizás sea esa persistencia lo que los haya llevado a convertirse en
una marca reconocida.
Desde
2010 Conatel ha buscado la forma de impedir que la información del portal llegue
a Venezuela. Las empresas que ofrecen el servicio de internet en el país reciben
casi a diario instrucciones del organismo regulador para bloquear todas aquellas
páginas que el gobierno considera que transmiten contenido nocivo para sus
intereses. El pasado 30 de julio en la tarde, por ejemplo, ordenaron a estas
compañías sacar unos ocho dominios, aunque ninguno de ellos estaba relacionado
con DolarToday. Una de las labores de los funcionarios de Conatel es buscar la
forma de impedir que se sepa cuánto vale el dólar no controlado por el gobierno.
Los
socios reservaron el nombre a través de la empresa registradora de dominios
Godaddy. DolarToday está alojado en el servidor de Amazon que le permite migrar
a otros servidores cada vez que son atacados desde Venezuela o cualquier parte
del mundo, o se les intenta bloquear. Es el gato jadeante persiguiendo a un
ratón escurridizo.

En
octubre de 2013 DolarToday contrató al actor venezolano Orlando Urdaneta como su
editor en jefe. El portal ya para entonces era el sitio predilecto para
consultar el precio del dólar paralelo. Los dueños querían que Urdaneta retomara
la idea del programa Titulares de mañana, que transmitió Globovisión entre 2001 y 2003 a las
diez de la noche. Una libre interpretación, casi un monólogo muy crítico, de las
noticias del día. “Sí, yo trabajé con ellos”, confirma el actor vía telefónica
desde Estados Unidos. “Pero meses después tuve que mudarme temporalmente de
Miami y la logística de DolarToday no permitió que siguiéramos haciendo el
programa”.
Un
allegado a la producción tiene otra versión. Urdaneta no preparaba con rigor sus
intervenciones, llegaba tarde a las grabaciones y el programa carecía del
atractivo que tuvo en su versión de televisión. Además, el actor, en ocasiones,
trataba de impedir que salieran en la página informaciones sobre venezolanos en
Miami identificados por su pasado chavista, como Gonzalo Morales, sobrino de la
diputada regional del Psuv en Miranda, Aurora Morales. Cada vez que una
información afectaba a este personaje, Urdaneta activaba sus recursos de
relaciones públicas para mitigar los daños. Con los meses, cansados de esta
situación, la directiva de DolarToday decidió entregar la oficina donde se
grababa el micro y vendió los equipos que había comprado.
La
diferencia surgida entre ambos, sin embargo, no es excusa para revelar la
identidad de sus antiguos socios. “Estamos en la misma lucha. Ellos y yo
combatimos a la casa matriz de la maldad, que tiene su sede en Caracas”, afirma
Urdaneta.
-¿Los
socios son Gustavo Díaz, Iván Lozada y Jesús Altuve? -se le interroga.
-No sé
de qué me estás hablando –responde Urdaneta.
-¿Podría ser Eligio Cedeño?
¿Tiene algún sentido?
-El mismo que si te dijera que el dueño es Pablo
Escobar Gaviria o Jesse Chacón.
Los verdaderos dueños
Los
dueños de DolarToday no son banqueros prófugos, sino tres acérrimos opositores
de la autodenominada Revolución Bolivariana sin relación con la banca, según ha
quedado establecido en documentos consultados en Estados Unidos y en varias
entrevistas con personas relacionadas con el portal. Todos vivieron en el país
hasta que consideraron que sus vidas estaban en riesgo por la actividad que
desarrollaban.
En
la oficina de Marcas y Patentes de Estados Unidos, una dependencia del
Departamento de Comercio, los verdaderos propietarios
de DolarToday LLC registraron el logo y el diseño
que identifica a la página en las redes sociales para evitar el despojo de los
usurpadores. A los interesados en proteger esa clase de creaciones se les
solicita que escriban la dirección donde reside el dueño de la compañía y el
estado o el país donde fue registrada. Los dueños colocaron la dirección de una
vivienda residencial en un estado del sur de Estados Unidos y afirmaron que la
compañía estaba registrada en Delaware, un paraíso fiscal de Estados Unidos,
para ocultar los datos.
La petición de reserva
de la creación fue firmada por Gustavo Díaz, quien se identificó como director
de DolarToday LLC. Las indagaciones permiten determinar que se trata de Gustavo
Alberto Díaz Vivas, egresado en el puesto 75 de la Academia Militar de Venezuela
como subteniente en julio de 1979. Un enemigo a ultranza del régimen chavista
desde sus inicios y un férreo opositor de todas las iniciativas que promovió su
líder, Hugo Chávez, en 1999 para asumir poderes plenos para cambiar la
Constitución de 1961.
Díaz Vivas fue
designado subjefe de la Casa Militar del gobierno de facto del empresario Pedro
Carmona Estanga, que tuvo una brevísima gestión tras desalojar a Chávez del
poder por solo 47 horas entre el 11 y el 13 de abril de 2002. Sus otros socios
en el portal son Iván Lozada Salas, un extrabajador de la telefónica venezolana
Cantv –privada, hasta que en 2006 Chávez la renacionalizó– y el primo de este,
Jesús Enrique Altuve Lozada, responsable de proteger el sitio de los ataques de
los piratas informáticos.
De Lozada Salas no se
conoce mucho. Antiguos compañeros de trabajo aseguran que Lozada Salas descubrió
el supuesto fraude cometido por el gobierno en el referendo revocatorio que
confirmó a Hugo Chávez como presidente de la República Bolivariana de Venezuela
en agosto de 2004, y que por esa razón tuvo que huir del país. De acuerdo con su
ficha del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS), Lozada Salas dejó
de prestar servicios en esa empresa, que para la fecha aún estaba controlada por
la estadounidense Verizon, el 3 de octubre de 2005. Esa versión del fraude
electrónico, ampliamente difundida por la oposición, jamás ha podido
comprobarse.
Jesús Enrique Altuve
Lozada, el tercer socio, trabajó como empleado por última vez en Venezuela con
la empresa Terra Networks, de la que se retiró a principios de 2003. Desde
entonces no cotiza en el seguro social. Hoy vive en la costa este de Estados
Unidos.
Díaz Vivas es el
militar que sale detrás del entonces presidente de Fedecámaras, el gremio de los
patronos en Venezuela, en la histórica foto del momento de la juramentación.
Muchos años después Díaz Vivas atribuyó su presencia como escudero del líder
empresarial a la improvisación y a las condiciones en las que se produjo el
golpe de Estado. Un oficial superior le había dado la orden de pararse ahí. En
su libro Mi testimonio ante la historia, Carmona Estanga asegura que
conoció a Díaz Vivas por intermedio del padre de éste, el contralmirante Manuel
Díaz Ugueto, quien durante el primer gobierno de Rafael Caldera (1969-1974) fue
el jefe de la escolta presidencial.
Después de unirse al
grupo de altos oficiales que tomó la plaza Altamira entre octubre de 2002 y
febrero de 2003, el fracasado movimiento de generales sin tropa que desconoció
al gobierno de Hugo Chávez, Díaz Vivas se vinculó a quienes dirigieron el paro
petrolero de finales de aquel 2002. Después trabajó para varias empresas
privadas hasta que el 17 de junio de 2005, mientras se desempeñaba en un cargo
gerencial de la automotriz Nissan en Valencia, en el centro de Venezuela, su
vehículo estalló en un estacionamiento cercano al edificio Las Fundaciones, en
la avenida Andrés Bello de Caracas, donde tenía su oficina. Un testigo vio un
sobre de manila humeante debajo de la carrocería. La policía científica
venezolana dijo entonces que el explosivo era de bajo poder.
Era el segundo
explosivo que detonaba aquel día. Con la explosión, que Díaz Vivas atribuyó a un
plan frustrado del Sebin, la policía política venezolana, para asesinarlo, Díaz
Vivas decidió emigrar a Estados Unidos, donde reside desde el 22 de junio de
2005. Sería la penúltima vez que su nombre saldría entre los titulares de la
prensa venezolana.
En diciembre de ese
año, consumado el retiro de la oposición de las elecciones parlamentarias, los
entonces diputados Nicolás Maduro y Cilia Flores –hoy, la pareja presidencial
venezolana– aseguraron que Díaz Vivas había llegado a Venezuela y permanecía en
la clandestinidad como parte de un complot para derrocar al gobierno de Hugo
Chávez. Por aquellos días Díaz Vivas no podía salir de Estados Unidos. El 6 de
octubre de 2005 había recibido el asilo político y tenía prohibido volver al
país donde atentaron en su contra. Dos meses después, el 1 de diciembre, había
sido empleado como operario de una máquina que fabricaba los marcos de las
puertas de vidrio. Trabajaba todo el día ganando solo lo necesario para cubrir
sus gastos. A los parlamentarios les respondió a través de un comunicado, que
circuló por las redes sociales, negando con esos hechos su presencia en el país.
Díaz Vivas es hoy
ciudadano estadounidense y está empleado a cambio de un sueldo de 12.86 dólares
por hora. Han sido años difíciles para él porque perdió su carrera militar por
sus actividades conspirativas –fue dado de baja en noviembre de 2003– y también
se separó de su primera esposa y se volvió a divorciar de su segunda mujer. Solo
la popularidad de DolarToday, una cuenta en Twitter que fundó en mayo de 2010
para informar del precio del dólar en Cúcuta, que luego se convirtió en 2012 en
un website dedicado a publicar, con poco o ningún rigor periodístico, toda
aquella información contraria al gobierno, le ha devuelto la alegría en el
destierro. Por fin después de varias derrotas parece ganarle una al Gobierno
venezolano, sin que hasta ahora fuera descubierto.