Arrímate al comandante y tendrás fortuna

Esta vez se trata de otro comandante: Wilmar Castro Soteldo, el compañero de armas de Chávez el 4F y varias veces ministro, quien coqueteó hace dos años en público con la idea de conformar un empresariado a la medida de la revolución. Dos de sus colaboradores más cercanos sabían exactamente de qué hablaba. Yomana Koteich y Pedro Khalil pasaron de ser funcionarios públicos a prolíficos empresarios que han contratado con el Estado venezolano -solapando a veces una cosa con la otra- gracias a la cercanía, bendición e influencia del ex teniente coronel nacido en los Llanos... También como Chávez.
Hace
un par de años, cuando Wilmar Castro Soteldo citó al escritor venezolano Orlando
Araujo en la edición 99 de su programa de TV Cultivando Patria, sorprendió a la
audiencia con la idea de construir una “burguesía revolucionaria”. Proclive a la
mezcla de conceptos contradictorios, como hacía constantemente el propio Hugo
Chávez, el ministro vivió una epifanía tras leer el libro Venezuela violenta, escrito medio siglo
atrás, y decidió apostar a la construcción y defensa de una élite económica al
más puro estilo capitalista, pero perfumada de socialismo: “Una burguesía
transformadora que alcance los estadios de liberación
económica”.
Militar
que alcanzó el grado de teniente coronel en la Fuerza Aérea y participante del
intento de golpe de Estado protagonizado por Chávez el 4 de febrero de1992, Castro Soteldo fue
desde la génesis revolucionaria uno de los hombres de confianza del
comandante supremo.
Siempre
cerca del poder y, todavía así, desde el bajo perfil, con el paso de los años
Castro Soteldo ha ganado peso propio en su personal círculo de influencia, que
comprende sobre todo las áreas del turismo y de los agronegocios. Ocupó diversos
cargos, carteras ministeriales entre ellos, y sin mucha ostentación se consagró
como uno de los mayorales de la autodenominada Revolución Bolivariana, no como
un gran movilizador político -el carisma no es su fuerte, como ocurre con otros
de los comandantes originarios de la logia chavista- pero sí como un operador
económico.

“Diablos cazadores”, de derecha a izquierda: Coronel Francisco Visconti, Mayor Wilmar Castro y Capitán Dionisio Pérez (22 de mayo de 1989).
Ahora
mismo bajo la administración de Nicolás Maduro, como ministro de Producción
Agrícola y Tierras, evalúa y reparte las numerosas e ineficientes propiedades de
todo lo que confiscó y nacionalizó durante años el chavismo.
Evidencia
de su poder es que ya está en capacidad de ungir a sus patrocinados para que
acaparen los contratos de una o varias categorías de negocios. Es el caso de dos
figuras, ambas con apellidos árabes, que le flanquearon por algún tiempo como
funcionarios de la administración pública y hoy alzan vuelo como empresarios de
éxito.
Se
trata de Yomana Koteich Khatib y Pedro José Khalil Pereira. Una dupla que ha
acompañado a Castro Soteldo en los negocios y el poder y que conforma, ya por
mérito propio, un talismán de prosperidad y buena fortuna, como una
herradura.

Ministro Wilmar Castro Soteldo durante la edición 99 de su programa de TV Cultivando Patria
Una perla en el Caribe
La
más versátil del tándem es Yomana Koteich, una arquitecta margariteña de origen
árabe que con el tiempo ha diversificado notablemente sus empresas, funciones e
intereses. Acompañó a Castro Soteldo con cargos oficiales durante sus
administraciones en los ministerios de Turismo, Agricultura y Banca Pública.
Pero, en el interín, conseguía que compañías de las que formaba parte, como
socia y fundadora, contrataran con el Estado en la distribución de alimentos y
la construcción. En el periplo gubernamental ocupó la silla ministerial de la
cartera de Comercio Exterior -con responsabilidad directa en las políticas de
importación y exportación- y en las reuniones de alto nivel con delegaciones de
China, Rusia y Turquía que sostuvo la administración de Nicolás Maduro en un
intento por lograr nuevos socios para el desgastado
chavismo.
La
estampa de Yomana Koteich es la de una mujer recia detrás de decisiones
estratégicas. Una de las pocas figuras femeninas que destacaron en el gabinete
de Nicolás Maduro, con autoridad suficiente para concretar temas de cooperación
internacional e influir en la política comercial en los peores tiempos de
sanciones económicas. A mediados de 2019 fue sustituida de improviso: fusionaron
el ministerio que presidía y le fue arrebatada toda responsabilidad pública. A
tiempo para que asumiera en pleno su perfil de empresaria desde el más absoluto
anonimato.
Con
la llegada del fallecido Alexis Navarro a la Gobernación del estado Nueva
Esparta por el oficialista Movimiento Quinta República, MVR, en el año 2000, la idea de
hacer de la isla de Margarita un corredor turístico-industrial se adueñó de Hugo
Chávez. Apremiada por ese requerimiento, la gestión regional nombró a Yomana
Koteich como presidenta de la Corporación de Turismo de la isla. Fue la primera
vez que se escuchó públicamente su nombre. Ya no pasaría inadvertida, tanto para
el público como para la jerarquía oficialista, con sus notables rasgos árabes y
un carisma que, según quienes la conocen, la ayuda a persuadir a sus
audiencias.
En
octubre del año 2004, se transmitió desde la playa de El Tirano, en
Margarita, la edición número 208
del maratónico programa dominical de Chávez, Aló, Presidente. Allí
coincidieron Navarro y su excompañero en la Asamblea Nacional Constituyente,
Wilmar Castro Soteldo, entonces ministro de Producción y Comercio, así como
presidente de la nueva línea aérea bandera de Venezuela, Conviasa. En el
gabinete ya lo acompañaba Khalil como director general de Comercio
Exterior.

Wilmar Castro Soteldo fue el primer ministro de Turismo, cuando se creó la institución en 2005. No tuvo éxito ni con Conviasa ni con Venetur.
Unos
meses después de aquel evento, a principios de 2005, Castro Soteldo asumió las
competencias del sector turístico nacional e internacional, que hasta entonces dependían de un
solo viceministerio a su cargo. Cuando Chávez creó un ministerio para concentrar
los proyectos y obras para la promoción del país, su colega militar aprovechó la
oportunidad para armar un equipo y cargarse con nuevas
responsabilidades, pero incluida de nuevo la línea aérea
Conviasa.
La
propuesta de Castro Soteldo era ambiciosa. Quería recorrer por cielo los cinco
continentes y abrir el abanico de las posibilidades de una Venezuela
multidestino. En 2005 designa como presidenta encargada de Venezolana de Turismo
(Venetur) a Yomana Koteich, la arquitecta que daría forma a la reestructuración
de la mayor cadena hotelera del país, siguiendo el antiguo modelo de
Conahotu (la Corporación Nacional de Hoteles y Turismo). Además, ese mismo año
fue nombrada viceministra de Comercialización de Productos Turísticos y, junto a
ella, se sumaría Pedro Khalil como viceministro de Gestión del Desarrollo, entre
su personal de confianza.
La
sola presencia de Koteich representaba una buena elección porque ya había
acumulado experiencia en un cargo similar en su natal Margarita y no desperdició
tiempo para organizar la primera Feria Internacional de Turismo de Caracas
(Fitcar), que le permitió suscribir contratos hasta por 2.000 millones de
bolívares (800.000 dólares para el momento), según anunció. Su gestión en el Ministerio de Turismo se prolongaría por tres años, bajo el cobijo de Castro
Soteldo.
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De frente con los negocios
Castro
Soteldo dejó el despacho en enero de 2007. Había quedado en
déficit en la consecución de varios de los objetivos autoimpuestos. Venezuela
siguió siendo el secreto mejor guardado del Caribe y tanto Conviasa como Venetur continuaron por un camino empedrado de malas administraciones que las ha llevado
a la pérdida casi total de la infraestructura, con su recuperación dependiendo
de un acuerdo poco transparente del Estado con inversionistas privados para la
explotación
de un turismo de lujo.
Aunque no fue en la gestión de Castro Soteldo, se calcó a la perfección aquella
idea de la “alianza perfecta” que construye una nueva burguesía, la
revolucionaria.
Koteich
y Khalil, junto a Castro Soteldo, constituyeron en el estado Miranda, centro de
Venezuela, su primera empresa conjunta en febrero de 2007, bajo el nombre de Equus
Proyectos y Soluciones. Su salida del ministerio les animó a incursionar en los
negocios privados. Pero, según consta en una de las actualizaciones del Registro
Nacional de Contratistas (RNC), para finales de 2007, apenas unos meses después
de la incorporación de la compañía, Castro Soteldo había dejado su participación
de 17% en manos de su hija, Rebeca Castro Díaz.
En
febrero de 2008, nació Espacio Comercial del Sur (Ecosur), la segunda empresa de
la herradura poderosa y en la que Wilmar Castro Soteldo firmó una participación
accionaria equitativa. El objeto principal de la empresa es la importación,
exportación y distribución de productos alimenticios, granos y derivados de la
leche, entre otros. De esta empresa es poco lo que se conoce. No culminó el
registro en el sistema de contrataciones del Estado y posee la misma dirección
fiscal que su primera empresa, siempre en el estado Miranda.
Para
esa fecha ninguno tenía cargos públicos. Fuera del ruedo gubernamental tras las
funciones que desempeñaron en las oficinas de Turismo, para el dúo
Koteich-Khalil comenzó un ascenso empresarial que se extendió por casi una
década, eso sí, muy cerca de la figura de Castro Soteldo o de los hijos del comandante, hasta
que regresaron formalmente a funciones dentro del Estado. Los Castro
intercambiaron indistintamente su rol de clientes de la dupla con el de socios o
simples referencias útiles para conectar con otras empresas de distintos
sectores productivos.
Antes
de que Castro Soteldo volviera a asumir alguna responsabilidad en la nomenklatura oficialista, sus antiguos
socios constituyeron dos empresas más, pero en las que el comandante ya no
aparece como accionista: Arenera y Constructora Gil, en el estado Portuguesa,
coto político y comercial de Castro Soteldo, en 2007; y Dúo Espacio Comercial,
en 2008, en la misma dirección de Equus Proyectos y Soluciones, pero encargada del negocio de alimentos,
electrodomésticos y vehículos.
Cuando a Castro le dieron sabana
En
2008 el oficialismo, renovado bajo el paraguas del Partido Socialista Unido de
Venezuela (Psuv), postuló a Wilmar Castro Soteldo como candidato a la gobernación del estado Portuguesa, en el llano occidental del país, verdadera
despensa de granos de Venezuela. Poco le costó ganarse en las urnas el título de sucesor de Antonia
Muñoz, La Negra, quien hasta entonces
parecía convertirse en una fija del chavismo en esa entidad, y hoy es parte de la facción disidente enfrentada a Nicolás Maduro. Luego repetiría
para un segundo período, en 2012.
Oriundo
de aquellos campos, volvería a reencontrarse con una estampa que le era familiar
en su estado natal. Aunque no viste con sombrero y botas, ni es devoto de la
Virgen de Coromoto -patrona espiritual de Venezuela, con templo y advocación
originarios de Portuguesa- es más bien nacionalista. En sus apariciones públicas
usa camisa y jeans, la corbata la deja para reuniones estratégicas y, de un
tiempo para acá, los lentes delatan que no tiene la visión perfecta del aviador
que solía ser.
Mientras tanto, de
2007 a 2014, Koteich y Khalil aparecen como socios en al menos otras ocho
compañías anónimas venezolanas, según lo que se constata en el
Registro Nacional de Contratistas. En la mayoría, Koteich preside la junta
directiva y Khalil es el vicepresidente.

El proyecto de Playa El Agua fue ejecutado por Yomana Koteich con la empresa Equus Proyectos y Soluciones, en 2014. Se prometía para el 2019.
Varias
de estas compañías tuvieron clientes gubernamentales y diversas unidades de
negocios, también en distintos estados. Organizaron ferias de navidad para la Fundación
Teatro Teresa Carreño y el Ministerio de Industrias Ligeras y Comercio;
sirvieron de apoyo logístico para Pdval (la división de la estatal petrolera que
distribuyó alimentos); diseñaron campañas publicitarias para Movilnet;
reestructuraron la fachada y rehabilitaron el Correo de Carmelitas contratados
por el Gobierno de Distrito Capital, y ganaron la propuesta ante el Ministerio
de Turismo para hacer el macroproyecto turístico de Playa El Agua, el balneario
más importante de Margarita, en 2014. En este último participó con su empresa
Equus Proyectos y Soluciones, diseñando las bases de intervención y vialidad del
proyecto turístico de la zona.
Koteich
había prometido la culminación de la obra de Playa El Agua desde Punta Cabo
Blanco hasta Punta Cazonera para el 2019 y el Estado había aprobado en créditos
de la cartera turística 51 millones de dólares, pero todo se
paralizó.
Cabillas oxidadas, tierra y piedras es lo que se observa del Paseo Peatonal (bulevar) de Playa El Agua (Margarita), prometido por el gob para 2019. Al proyecto se le aprobaron más de $70 millones, según lugareños que critican la paralización y la demolición de locales comerciales pic.twitter.com/ZmI3jvt1Zc
— Raylí Luján (@RayliLujan) July 14, 2018
Con
Arenera y Constructora Gil fueron proveedores de suministro de material de obras
para la Empresa Socialista de Infraestructura, Servicio y Redes del estado
Portuguesa (Esinsep), durante la gestión de Castro Soteldo. Además, brindaron
apoyo a otras compañías privadas de la región que, a su vez, eran contratistas
de la gobernación.
En
2009 y 2011, crearon las empresas Duok Proyectos y Corporación Tratevenca,
respectivamente. Estas dos comparten la misma dirección en Valencia, estado
Carabobo, y tienen por actividad principal la venta, distribución de pinturas y
traslado de material. En el 2014, crean Consorcio Arquinodo y Grupo Equus.
Hasta
ahora es poco lo que se sabe de estas empresas: no están inscritas en el
Registro Nacional de Contratistas, no tienen página web, han cambiado de
dirección, unas son clientes de otras de ellos mismos, aunque mantienen los
mismos socios. Lo que sí está registrado es que entre los años 2007 y 2014, seis
de estas empresas tuvieron actividad comercial, al menos cuatro fueron con
organismos del estado y una, Arenera y Constructora Gil, fue constituida en la
capital del estado Portuguesa.
Yomana
Koteich dio pasos en solitario fuera de la herradura. Una breve mención en la
base de datos del sistema de contrataciones del Estado la relaciona a ella con
la junta directiva de Vencerámica, propiedad del empresario paraguayo-venezolano
Carlos Gill Ramírez. El Grupo Corimón, también de Gill Ramírez, le sirvió de
“fiadora solidaria y principal pagadora” a Equus Proyectos y Soluciones
en
el año 2014, y
la Corporación Tratevenca de Koteich-Khalil le hizo servicios de transporte de
mercancía a Corimón Pinturas en 2012.
Regreso a la nómina oficial
En
2016 tanto Castro Soteldo como Koteich y Khalil regresaron a las filas del
gobierno revolucionario, esta vez como parte de un Ejecutivo presidido por
Nicolás Maduro.
El
militar asumió el Ministerio de Producción Agrícola y Tierras, cargo que aún
ejerce y desde el que con frecuencia se dice dispuesto a transformar el modelo
económico a través de la agricultura. Su búsqueda, asegura nuevamente con una
cita del escritor trujillano, Orlando Araujo, es alcanzar la
autarquía.
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Desde
ese cargo nombró a Pedro Khalil como presidente de la nacionalizada Agroisleña,
la gran distribuidora de insumos para la actividad agrícola, que la revolución
bautizó como Agropatria. Khalil asumió también responsabilidades en la
Corporación Venezolana del Café cuando fue lanzado el plan de desarrollo del
rubro de 2016-2019. Fue miembro de las directivas de Café Venezuela y Café Fama de
América, ambas marcas privadas de gran tradición que fueron expropiadas por el
Estado venezolano.
Por
su parte, Yomana Koteich incursionó en el mundo financiero del Estado. En marzo
de 2016 fue nombrada presidenta del Banco Agrícola de Venezuela. También ejerció
como miembro del directorio del Instituto Nacional de Salud Agrícola Integral
(Insai), que otorga los permisos de traslados para toda la mercancía que llega a
puertos y aeropuertos para ser distribuida en el territorio. A finales de
julio fue sumada al Comando para el Abastecimiento Soberano, estructura creada
para enfrentar la grave escasez de alimentos del país y que dependía del
Ministerio de Defensa. Su responsabilidad era financiera y en la conformación de
un nuevo sistema de determinación de costos y precios justos. En 2017, fue
miembro principal de la Junta Directiva de la Corporación de Desarrollo
Agrícola.

Yomana Koteich ocupó la presidencia del Banco Agrícola de Venezuela.
Con
encanto y talento se apropió de otros espacios. En enero de 2018, Koteich fue
nombrada viceministra de Finanzas y, en mayo de ese año, su rostro volvió a adquirir protagonismo en
los medios de comunicación cuando se
anunció que sería la presidenta de la intervención temporal de Banesco, el mayor
banco privado del país, en medio de una investigación del Ejecutivo por
presuntos ilícitos cambiarios.
Durante
el proceso de intervención, once ejecutivos del banco fueron llevados a declarar
a la sede de la División General de Contrainteligencia Militar (DGCIM), donde quedaron arrestados. Esta situación obligó al presidente de Banesco, Juan Carlos
Escotet, a atender personalmente el caso y dos días después de la aprehensión de
los directivos retornó a Venezuela.
Los
ejecutivos permanecieron detenidos dos meses en Caracas, bajo la presunción de favorecer una “red de transacciones cambiaria
ilegales en la frontera con Colombia”, según explicó la Fiscalía General de la
República en su momento. Durante esos días iniciales de la intervención, sin los
principales directivos y con Escotet aún fuera del país, Yomana Koteich llegó a
la entidad bancaria y actúo de hecho como su máxima autoridad.

La intervención temporal de Banesco estuvo liderada por Yomana Koteich. Durante ese lapso también fue designada ministra de Comercio Exterior e Inversión Internacional.
Los
90 días establecidos en la ley para completar la investigación se transformaron
en diez meses. Sin menoscabo de esa función, Koteich fue designada durante ese
período como ministra de Comercio Exterior e Inversión Internacional, además de
presidenta del Banco de Comercio Exterior (Bancoex), en junio de 2018. Dos meses
después, regía el Centro de Comercio Exterior (Cencoex). Estos nombramientos
coincidieron con el momento en que Castro Soteldo asumió la Vicepresidencia
Sectorial de Economía, sin dejar sus responsabilidades en el
ministerio.
Los
diversos frentes que Koteich debió atender en simultáneo debieron suponer una gran
exigencia y, por lo tanto, la necesidad de contar con un respaldo de confianza,
Ese terminó siendo William Cañas, otro pupilo ungido de Castro Soteldo, quien se
convirtió en la cara pública de la intervención de Banesco, mientras Koteich
gestionaba detrás del anaquel.
En
febrero de 2016, Cañas fue director del Banco Central de Venezuela (BCV). Un mes
después, compartió con Koteich en el Banco Agrícola, y en agosto fue nombrado
director suplente del Banco de Desarrollo Económico y Social (Bandes). Pero
después de ostentar tan importantes cargos públicos en el área financiera,
pareció esfumarse. Una publicación en un medio
boliviano lo
menciona en la directiva del banco boliviano Prodem (Fondo Financiero Privado
con capital de Bandes) que fue sancionado y que estaría vinculado
con Carlos Gill,
según la denuncia de legisladores de ese país del
altiplano.

William Cañas acompañó a Koteich en la intervención temporal de Banesco.
Las
responsabilidades que asumió Koteich y que le forjaron un perfil destacado
dentro del régimen de Maduro, levantan muchas preguntas sobre su súbita
desaparición. Sus últimas presentaciones públicas ocurrieron en ocasión de las
reuniones de alto nivel que mantuvo Maduro con China, Rusia y Turquía para
estrechar nuevas alianzas en el sector minero, agrícola y manufacturero. A
varias de ellas asistió Castro Soteldo, a mediados de 2019, un poco antes de que
Koteich saliera del cargo y de la escena pública.
Así
como Castro Soteldo fue un padrino para Yomana Koteich, ella parece haber
servido de mentora de los hijos del ministro. No siempre han aparecido en
escena, pero los ha impulsado. Cuando era presidenta de Venetur, contrató a la
empresa Editorial Instinto, de Rebeca y Alexis Castro para que hicieran una
revista. La incluye luego en la sociedad Equus Proyectos y Soluciones con un 20%
de las acciones. Y en fecha más reciente, en julio de 2018, cuando fue ministra
de Comercio Exterior, nombró a Alexis Daniel Castro Díaz como viceministro de
Inversión Internacional.

Las últimas presentaciones públicas de Yomana Koteich ocurrieron en ocasión de las reuniones de alto nivel que mantuvo Maduro con China, Rusia y Turquía para estrechar nuevas alianzas en el sector minero, agrícola y manufacturero.
El tercero en concordia
Pedro
Khalil también tuvo una salida abrupta de la mirada pública. En 2016, antes de
su paso por Agropatria, ex trabajadores le solicitaban atender la situación de
“total abandono” de la empresa Tratevenca, de la que figuraba como dueño, según
los comentarios
dejados en la misma página oficial que anunciaba su nuevo cargo. Luego de su
salida de la institución, fueron las asociaciones productoras y consejos
campesinos quienes relataron que solo dejó “ofertas
y planteamientos”
sin solucionar la dotación de los insumos para la siembra.

Ex trabajadores de Tratevenca le exigían a Pedro Khalil que se responsabilizara por el “total abandono” de la empresa.
En
septiembre de 2018 volvió a aparecer reciclado como presidente de la planta
Andino Pneus de Venezuela (antiguamente Pirelli), que había sido negociada y
comprada por el Consorcio Sommers Internacional, presidido -de nuevo- por Carlos
Gill Ramírez, de acuerdo a una nota de prensa publicada
en su página web.
Los trabajadores no supieron de la venta hasta unos días después, cuando les
presentaron a su nuevo jefe.
Cuando
Castro Soteldo hablaba de la burguesía revolucionaria, lo hacía desde un
matadero de Quíbor, estado Lara. Aunque sus propios camaradas han criticado las
interpretaciones que hizo el comandante de los fragmentos del libro Venezuela violenta, la noción de
liberación económica fue un camino que recorrieron sus colaboradores más
cercanos, inspirados en la ilusión de conformar una nueva burguesía
revolucionaria.