El monstruo que se tragó las importaciones venezolanas se llama Corpovex

Desde puertas hasta pollos, a través de la Corporación Venezolana de Comercio Exterior (Corpovex) el gobierno de Nicolás Maduro acaparó las importaciones a Venezuela bajo la clásica impronta “revolucionaria”: dándole poder casi absoluto a un militar que cosechó negocios con dinero del Estado, sin ningún tipo de control y fomentando una copiosa red de intermediarios. La sistematización de los registros de importaciones de Puerto Cabello muestra que esa estatal se convirtió en una enorme caja negra que defenestró la importación privada
La
Corporación Venezolana de Comercio Exterior (Corpovex) es el corazón de los
negocios del Gobierno de Nicolás Maduro. En sus oficinas -hasta tres sedes
distintas ha tenido el organismo desde su creación a finales de 2013- se ha
decidido casi todo lo relacionado con las importaciones públicas: qué se compra,
a qué precio y a quién. Se trata de operaciones cubiertas por un manto de
opacidad que hasta hace poco dependieron del mayor general Giuseppe Yoffreda Yorio
y que hoy están bajo sospecha de Estados Unidos por quizá haber beneficiado a
empresarios del entorno presidencial.
La
descarga y sistematización de casi 71.000 registros de importaciones de la
aduana de Puerto Cabello, el principal puerto venezolano, correspondientes al
período enero 2014 a enero de 2018 confirma las dimensiones del monstruo
estatal creado por Maduro y arroja pistas sobre la naturaleza de los
proveedores.
La
organización de la información en una base de datos desarrollada
por Armando.Info revela que Corpovex fue el segundo mayor receptor de
mercancías en ese lapso sólo por detrás de la también estatal Corporación de
Abastecimiento y Servicios Agrícolas (CASA), suplantada por la Corporación Única
de Servicios Productivos y Alimentarios (Cuspal).

Giuseppe Yoffreda
Mientras
la crisis económica se acentuaba y las importaciones se desplomaban año tras
año, Corpovex emergió como el gran centralizador de las compras al
exterior tras recibir más de 100.000 toneladas de mercancía de distinta
índole. A falta de datos oficiales, estimaciones de consultoras privadas indican
que entre 2012, el último año de la bonanza petrolera, y 2018 las importaciones
cayeron 80% al pasar de 50.000 a unos 10.000 millones de dólares. Ha sido un
deslave con una característica: mientras las compras en el exterior del sector
privado desaparecían, el Estado aumentaba su peso en ellas, llegando a
concentrar hasta siete de cada diez dólares. El destino de buena parte de esos
millones se decidió en Corpovex.
La
estatal, por ejemplo, recibió puertas de madera y metálicas, piezas sanitarias o
andamios comprados a la empresa china Catic Beijing, posiblemente para las obras
del programa estatal Misión Vivienda, el plan estatal de construcción; leche en
polvo enviada por la argentina Sancor Cooperativas Unidas, semillas de maíz
compradas a Monsanto Comercial S.A y carne de bovino a la nicaragüense
Novaterra S.A, entre otros productos y proveedores.
Para
Maduro la creación de Corpovex fue una urgencia para desligarse de la cuestionada Comisión de
Administración de Divisas (Cadivi) que dirigió la entrega de dólares para
importaciones desde 2003, año en que empezó a regir en Venezuela el férreo
control de cambios que 16 años después parece empezar a desmontarse. Sólo en
2012 desde Cadivi se desviaron hasta 20.000 millones de dólares para compañías
“fantasmas” o de “maletín”, según denunciaron funcionarios chavistas como Jorge
Giordani o Edmée Betancourt. Para Maduro, la solución sería Corpovex, un ente a
imagen y semejanza de las corporaciones estatales cubanas que han controlado el
comercio en la isla durante décadas.
chevron_leftDesliza la imagen para ver máschevron_right
zoom_inHaz click sobre cada imagen para ampliar
Control uniformado
Siete
meses después de asumir la presidencia de la República, Maduro emitió un decreto
que dio vida en simultáneo al Centro Nacional de Comercio Exterior (Cencoex) y a
la propia Corpovex. “Es indispensable planificar adecuadamente las importaciones
de la nación, a los fines de articular la política monetaria y cambiaria, con la
política de importaciones, y la política de exportaciones, con el propósito de
proteger a un nivel superior al pueblo venezolano y a la economía venezolana”,
refiere el documento publicado del 29 de noviembre de 2013. Los resultados en
nada se parecen a lo expresado en el papel.
Si
Cadivi fue la caja negra de la administración de Hugo Chávez, Corpovex fue lo
propio para Maduro. Giuseppe Yoffreda la presidió desde el 11 de marzo de 2014
hasta junio del año pasado sin prácticamente rendir cuentas. Al igual que Manuel
Barroso, el expresidente de Cadivi, Yoffreda también es un militar cercano a
Diosdado Cabello, el número dos del chavismo, y su hermano José David Cabello,
jefe del órgano tributario Seniat. Otra coincidencia con Barroso, hoy agregado
militar en Brasil, es que al dejar Corpovex, Yoffreda fue enviado a un cargo en
el exterior como embajador de Venezuela ante Catar. Pero mientras estuvo al
frente de la corporación la manejó a su antojo.

Giuseppe Yoffreda
La
primera sede oficial de Corpovex estuvo en la Vicepresidencia de la República
porque allí funcionaba Venezolana de Exportaciones e Importaciones (Veximca),
también presidida por Yoffreda y encargada de las compras militares. Luego se
trasladó al piso diez del Centro Empresarial Eurobuilding, un hotel cinco
estrellas en el este de Caracas, y finalmente se movió al Centro Comercial Mata de
Coco, en el municipio Chacao, donde están las oficinas del organismo recaudador venezolano (Seniat),
dirigido desde hace años por el hermano de Diosdado Cabello. Desde ese momento,
Corpovex solo empezó a crecer, tragándose todo a su paso bajo instrucción de
Maduro.
“Esto
tiene que funcionar como un ejército: ubicar las necesidades y garantizarle al
país los mejores mercados, el mejor precio y la garantía de que los productos
que necesitamos llegan al país y se distribuyen”, le pidió Maduro a Yoffreda en
enero de 2015 tras firmar un punto de cuenta en el que aprobó la absorción, por
parte de Corpovex, de empresas estatales como la propia Veximca, Suvinca, CVG
Internacional o Bariven, encargada de las compras industriales de Petróleos de
Venezuela (Pdvsa).
Maduro,
decía, no quería repetir los vicios de Cadivi. “Usted es responsable de eso,
confío en la gran capacidad que tiene, gerencial, de mando, confío en su gran
amor por nuestra patria, que lo conozco perfectamente”, le insistió el
mandatario en un acto en el palacio de Miraflores.
Pero
la firma de Yoffreda terminó en contratos que lejos de garantizar el “mejor
precio”, fueron negocios que terminaron beneficiando a grupos empresariales
cercanos al poder, algo que no ha escapado a la administración de Donald Trump,
cada vez más vigilante con los movimientos de la administración de Maduro.
Familias de negocios
En
septiembre de 2017, cuando desde Washington giraron instrucciones para aplicar
sanciones económicas contra el régimen venezolano, hubo una primera advertencia
por parte de la oficina de delitos financieros del Departamento del Tesoro
(Fincen, por sus siglas en inglés) sobre Corpovex. “Miembros del régimen y sus
aliados dirigen los contratos del Gobierno a sus compañías asociadas para
importar bienes y lograr la aprobación de Corpovex para compañías domiciliadas
en el extranjero, a menudo compañías fantasmas (offshore) para participar en la
actividad importadora”.
La
data organizada por Armando.info arroja ejemplos sobre la presencia de
intermediarios como AMW (HK) International, de Hong Kong, o Anis Services, de Panamá y
ligada a ex directivos franceses del expropiado Grupo Casino en Venezuela,
que sin mayores antecedentes comerciales aparecieron como proveedores de
detergentes y productos de aseo personal como pañales, papel higiénico, entre
otros, para Corpovex.
También
resalta Postar Intertrade
Limited, registrada en la isla de Barbados y propiedad de Samark López
Bello, a quien Estados Unidos acusa de ser el testaferro de Tarek El
Aissami, hoy Vicepresidente de asuntos económicos y Ministro de Industria.
Además de despachos para Pdvsa Industrial en 2014, esa compañía vendió a
Corpovex en 2017 miles de cajas con alimentos para el plan estatal de los Comité
Locales de Abastecimiento y Producción (Clap), oficializado en marzo de
2016.
El
rol de Corpovex ha sido central en ese negocio. Giuseppe Yoffreda selló los
contratos con Group Grand
Limited, registrada en Hong Kong y detrás de la cual se esconden los empresarios
colombianos Alex Saab Morán y Álvaro Pulido Vargas, así como otras
sociedades fantasmales en paraísos fiscales, tal y como ha revelado en varios
reportajes Armando.info.
chevron_leftDesliza la imagen para ver máschevron_right
zoom_inHaz click sobre cada imagen para ampliar
Sobre
esas operaciones ligadas a los Clap, la Fincen lanzó recientemente una nueva
advertencia al considerarlas susceptibles de corrupción y hasta lavado de
dinero. “Habiendo recibido el contrato sin licitación, las compañías contratadas
obtienen la autorización requerida de Corpovex para importar alimentos a
Venezuela. Con frecuencia, estas compañías reciben un pago por adelantado del
contrato a través de Corpovex o del Banco de Desarrollo Económico y Social
(Bandes)”, refiere el documento fechado el 3 de mayo de este
año.
La
de los Clap no es la única compra masiva de alimentos en la que ha estado
involucrada Corpovex. A Giuseppe Yoffreda se le vio en la comitiva venezolana
que en junio de 2015 viajó a Brasil para negociar con la familia Batista, dueña
de la empresa JBS, un contrato de 2.100 millones de dólares -según reseñó
Bloomberg- para el suministro de miles de toneladas de pollo y carne antes de
las elecciones de diputados que a la postre terminó perdiendo el chavismo.
Yoffreda acompañó a los hermanos Cabello y al entonces Ministro de Finanzas y
hoy Gobernador del estado Aragua, Rodolfo Marco Torres, todos ellos
militares.
“Dentro
del marco de la Corporación Venezolana de Comercio Exterior (Corpovex) nos
encontramos revisando la eliminación al máximo de los intermediarios que nos
afectan dentro de Venezuela, optimizando el uso de los recursos y las divisas
del pueblo venezolano para de esta manera garantizar al pueblo venezolano la
lucha efectiva contra la guerra económica, la optimización de los recursos del
pueblo venezolano y así lograr un abastecimiento seguro, un abastecimiento
eficaz”, declaró desde una de las instalaciones de JBS el propio
Yoffreda.
Esa
fue una de las pocas apariciones públicas que hizo como presidente de Corpovex
hasta que en junio del año pasado fuera removido por Maduro y relevado por
Xabier Fernando León Anchustegui, ex vicepresidente del Bandes y ex viceministro
de comercio, entre otros cargos. Xabier León es cercano a Tareck El Aissami,
Vicepresidente del Área Económica y Ministro de Industrias, y a Simón Zerpa,
Ministro de Finanzas, y parece repetir la estrategia del silencio. Sin embargo,
las operaciones de Corpovex ya están bajo sospecha.