La “precuela” de los Clap también fue negocio para Saab y Pulido
Detrás de una empresa panameña que recién creada vendió en 2015 materia prima a granel al Gobierno de Nicolás Maduro reaparece el tándem de empresarios que luego acapararía buena parte del negocio de importaciones para el principal programa social y de control social del régimen chavista. La compañía fue manejada por personas del entorno cercano al dueto, que lograron jugosas ganancias en contratos millonarios con la estatal Corpovex.
¿Cómo
llegaron los empresarios colombianos Alex Saab Morán y Álvaro Pulido Vargas, de
ser contratistas del régimen venezolano en áreas de construcción y petróleo, a
controlar buena parte de las importaciones de alimentos que abastecen al
programa de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap)? Se trata
de una conversión cuya historia habrá que reconstruir. Pero por ahora surge una
pista inédita: en 2015, antes de que entraran al negocio de los Clap, se
escondían detrás de una compañía panameña que vendió materia prima a granel al
Gobierno de Nicolás Maduro.
Se
trata de Global Foods Trading, una sociedad que pocos meses después de su fecha
de registro, el 21 de agosto de 2014, selló con el Gobierno de Caracas al menos
cuatro contratos por casi 125 millones de dólares para el suministro de maíz,
trigo, arroz y soya, insumos que ya escaseaban en el mercado de una economía con
claras señales de contracción, pero que para este grupo empresarial investigado
en varios países representó la oportunidad de negocios
millonarios.
En
los papeles de Global Foods Trading no aparece la mancuerna de Saab-Pulido, pero
no hay que excavar mucho para comprobar que abundan sus vínculos con Emmanuel
Rubio González, Amir Nassar Tayupe y Fernando Bermúdez Ramos, amigos entre sí, y
socios y directivos de la firma panameña.
Por
ejemplo, Emmanuel Rubio, nacido en Colombia y de apenas 30 años de edad, en
realidad es hijo de Álvaro Pulido, cuya identidad original es Germán Rubio y
cambió para desligarse de un
pasado marcado por vínculos con el narcotráfico.

Alex Saab, Álvaro Pulido y su hijo Emmanuel Rubio aparecen ahora ligados a una empresa panameña que vendió materia prima al Gobierno de Nicolás Maduro antes de que entraron de lleno al negocio de los CLAP.
Precisamente,
el 20 de febrero de 2015 llegó al despacho del mayor general Giuseppe Yoffreda
Yorio, entonces presidente de la Corporación Venezolana de Comercio Exterior
(Corpovex) -el holding estatal encargado de centralizar las importaciones
públicas- una “oferta comercial” para la venta de 90.000 toneladas de maíz
amarillo firmada por Emmanuel Rubio. El joven empresario, que en redes sociales
presume algunos lujos, reapareció en 2017 como apoderado
en México de Group Grand Limited,
sociedad registrada en Hong Kong con la que Alex Saab y Álvaro Pulido
concentraron buena parte de las ventas para los Clap desde finales de 2016 a
través de al menos dos
contratos por casi 800 millones de dólares otorgados
por las autoridades venezolanas.

Pero
el lazo paterno-filial no es el único vínculo entre la directiva de Global Foods
Trading y las actividades de la dupla Saab-Pulido. En los contratos suscritos
con Corpovex la compañía refirió como dirección en Caracas una oficina en el
Centro Galipán, una moderna torre en el noreste de la capital venezolana. Es la
misma que usó
la propia Group Grand Limited,
y que en realidad es la sede física de la cuestionada Fondo
Global de Construcción (FGC),
una compleja estructura corporativa con razón jurídica inicial en la isla de
Malta, presencia en varios países e investigada en su momento por la Fiscalía de
Ecuador. FGC fue el sombrero con el que Saab y Pulido debutaron en público en
2011 como contratistas del Estado venezolano. Entonces funcionaban como
proveedores de casas prefabricadas para proyectos de vivienda social. Luego esa
relación comercial evolucionaría hasta abarcar negocios con alimentos, petróleo
y hasta oro, como
recientemente reveló un reportaje de Armando.Info.
Otro
de los directivos de Global Foods Trading es el abogado Amir Nassar Tayupe. Es
un personaje con conexiones y gran influencia en el sistema judicial venezolano,
cooptado por el chavismo. Pero también es defensor de Alex Saab en una demanda
penal que interpuso en 2017 por difamación e injuria agravadas contra cuatro
periodistas de Armando.info, quienes debieron marchar al exilio a raíz de
esa acción judicial.
Álvaro
Pulido también fue su cliente hasta 2016, según admite el propio Nassar. Justo
en marzo de ese año Amir Nassar entró también a Global Foods Trading, de acuerdo
al registro público de Panamá.
Esa
relación pudo ser lo que lo llevó a formar parte de la compañía, o quizás fue
convocado a la sociedad por otro de sus integrantes, Fernando Bermúdez Ramos, un
empresario venezolano de 41 años. Nassar y Bermúdez mantienen una relación de
compadrazgo, ya que el abogado es padrino de una de las hijas del empresario
nacido en el estado Lara, una región agrícola e industrial en el centrooccidente
de Venezuela.
Fernando
Bermúdez, por su parte, reconoce la amistad con Alex Saab y Álvaro Pulido. En
respuestas ofrecidas para este reportaje por correo electrónico, aseguró que
Global Foods Trading hoy está “inactiva”, que hicieron “más de 40 ofertas
comerciales” al Estado venezolano, pero apenas obtuvieron dos contratos por unos
30 millones de dólares. Sin embargo, los documentos revelan un beneficio
mayor.
chevron_leftDesliza la imagen para ver máschevron_right
zoom_inHaz click sobre cada imagen para ampliar
Negocios al granel
De
acuerdo a la documentación disponible para este reportaje, Global Foods Trading
logró suscribir su primer contrato con Corpovex para el suministro de 90.000
toneladas de maíz amarillo, apenas 18 días después de que Emmanuel Rubio
presentara la oferta comercial. Por la compañía, el convenio lo suscribió
Roselys Teresa Riveros Colmenares, quien entre 2008 y 2014 ocupó cargos en
empresas estatales importadoras de alimentos como la extinta Corporación de
Abastecimiento y Servicios Agrícolas (Casa) o la Red de Abastos
Bicentenario.
El
contrato, logrado en un plazo perentorio, fue un sonado éxito para la
desconocida empresa de commodities. Global Foods Trading facturó
cada tonelada de maíz amarillo en 357 dólares para un total de 32,1 millones de
dólares. Ese precio fue 137 dólares más alto que los 220 dólares por tonelada
que pagaron a Ecosur, sociedad panameña perteneciente a Roberto Pocaterra, Tulio
Hinestrosa y Fabio Méndez, empresarios venezolanos propietarios de varias firmas
dedicadas a la venta de alimentos como Mercoamérica, en Venezuela, y otras más
en el istmo que en su momento afloraron
en la investigación de los llamados Panama Papers.
Global
Foods Trading pactó el 26 de mayo de 2015 con Ecosur la compra de 30,000
toneladas en 6,6 millones de dólares. Si las 60.000 toneladas restantes del
cargamento ofrecido a Corpovex las consiguió a ese mismo precio, pudo tener una
ganancia de hasta 12,3 millones de dólares con ese primer
contrato.
chevron_leftDesliza la imagen para ver máschevron_right
zoom_inHaz click sobre cada imagen para ampliar
Consultado
sobre la actividad de la empresa, Fernando Bermúdez no mencionó los negocios con
Ecosur, sino con otros intermediarios. Por su parte, Amir Nassar, también
mediante un correo electrónico, se limitó a aclarar que al momento de
convertirse en accionista “tuvo conocimiento de los negocios realizados”, que
“se realizó una auditoría legal y financiera” y que luego de su entrada no han
“concretado negocios, ni recibido pagos por contratos
anteriores”.
La
compañía de Emmanuel Rubio y Fernando Bermúdez, y a la que luego se sumó Amir
Nassar, también acordó con Corpovex el suministro de 60.000 toneladas de trigo.
El precio de venta acordado fue de 470 dólares por tonelada, para sumar 28,2
millones de dólares. Global Foods Trading terminó ganando 30 dólares por cada
tonelada, al menos en las 30.000 toneladas que también compró a
Ecosur.
Para
ese momento la escasez de harina de trigo en las panaderías venezolanas ya era
evidente y Maduro cargaba contra los comerciantes del sector, a quienes terminó
acusando de crear la “guerra del pan”. En esas condiciones y en un momento en el
que el flujo de caja menguaba, la estatal Corpovex, presidida por el mayor
general Yoffreda, ahora embajador de Venezuela en Catar, no parece haber hecho
un buen negocio.
Aunque
ineficiencias como los retrasos en los puertos o las demoras del propio Gobierno
encarecen la comercialización de los commodities para
Venezuela, la operación de Global Foods Trading levanta sospechas en el
sector.

La logia de los importadores
Global
Foods Trading selló, al menos, otros dos contratos con el Gobierno de Maduro
para la venta de 40.000 toneladas de aceite crudo de soya por 38,8 millones de
dólares, y otro para el suministro de 60.000 toneladas de arroz paddy por 23,9
millones de dólares. En el caso del aceite crudo de soya, la compañía volvió a
comprar a Ecosur: 15.000 toneladas a razón de 820 dólares cada una, con una
ganancia de 150 dólares por tonelada.
De
acuerdo a los documentos, el Gobierno venezolano debió enviar los pagos de
Global Foods Trading a un banco en Antigua y Barbuda, una minúscula nación
insular del Caribe con rango de paraíso fiscal. Hacia esa jurisdicción también
debieron ir los pagos a Group Grand Limited, la sociedad de Hong Kong con la que
Saab y Pulido manejan las importaciones para los Clap, según se estableció en
esos contratos. No por casualidad, en octubre del año pasado el primer ministro
de Antigua y Barbuda reconoció que Alex Saab era una suerte de “embajador” en
asuntos económicos de la isla, y que por lo tanto porta un pasaporte
diplomático.
Las
coincidencias no terminan allí. A Fernando Bermúdez también se le ha relacionado
con el suministro de alimentos para los Clap. Aunque el empresario lo niega,
varios indicios apuntan en esa dirección. Bermúdez es propietario en Venezuela
de la mitad de las acciones de la empresa FB Foods Llc, registrada en febrero de
2017. Un mes después fue inscrita en Panamá una sociedad con el mismo nombre en
la que el presidente es José Enrique Cachutt D´Sola, también venezolano y
propietario del restante 50% de FB Foods Llc en Caracas y amigo del propio
Fernando Bermúdez.
chevron_leftDesliza la imagen para ver máschevron_right
zoom_inHaz click sobre cada imagen para ampliar
A
la FB
Foods Llc panameña en julio de 2017 el Gobierno venezolano le efectuó pagos por
la venta de las cajas Clap a
una cuenta bancaria en el C.I.M Banque de Suiza, mientras fuentes
conocedoras del negocio indican que ha tenido intercambios con Group Grand
Limited. En su sitio web se define como encargada de “abarrotes al mayoreo” y
destaca un “servicio de entregas en la Ciudad de México, revolucionario en el
sector”. Precisamente, desde México ha salido buena parte de las 231 millones de
despensas Clap que ha distribuido el Gobierno entre 2016 y 2018, una operación
investigada por autoridades de ese país al sospechar sobreprecios en productos
de mala calidad y que apuntó directamente a la dupla de Saab y Pulido en octubre
del año pasado.
Pese
a todo, Fernando Bermúdez insiste en que no incursionó en la venta de las cajas
que finalmente el Gobierno de Maduro reparte entre los más pobres a precios
subsidiados. “Para el caso de Panamá no tengo relación de ningún tipo ni como
accionista, ni como operador. Para el caso de Venezuela, fui socio fundador,
donde solo tuvimos como objetivo el desarrollo de actividades comerciales
dirigidas al sector privado”, contestó por correo electrónico.
Quienes
los han conocido afirman que Fernando Bermúdez, José Enrique Cachutt y Amir
Nassar solían compartir en el Club los Cortijos, un centro social de larga
tradición en una zona industrial del este de Caracas. Ahora queda claro que a la
vez, pero con menos jolgorio, pasaban a conformar un círculo aún más exclusivo:
el de los importadores de alimentos para el Gobierno de Nicolás Maduro, de la
mano del tándem de Alex Saab Morán y Álvaro Pulido
Vargas.