Raúl Gorrín y Alejandro Andrade, hermanos del alma
Cuando el doctor Raúl Gorrín se presentó como el nuevo dueño de Globovisión, dejó muy en claro su estrecha relación con el extesorero de Venezuela. Esa cercanía, expresada delante de su plantilla de periodistas con la expresión que titula esta nota, ahora ha quedado explicada en una acusación penal que lleva una corte del sur del estado de Florida. Gorrín actuó como testaferro de Alejandro Andrade y logró blanquear el dinero que obtuvo adquiriendo bienes raíces. Hasta mediados de noviembre podía presumir que era vecino de uno de sus más reconocidos periodistas
Fue
un cross al mentón la dolorosa
derrota de Henrique Capriles Radonski en las sobrevenidas elecciones
presidenciales de 2013. Y un mes después de la pírrica victoria de Nicolás
Maduro llegó el gancho al hígado definitivo. Doblados, boqueando y casi sin
aire, los adversarios del chavismo recibieron la venta del combativo canal de
noticias Globovisión a un grupo de empresarios encabezado por el doctor Raúl Gorrín, por el también
doctor Gustavo Perdomo y Juan Domingo Cordero.
Lo
que ocurrió después entre ellos es otro asunto. Para los efectos de esta
historia basta saber que cuando se cerró el negocio la junta directiva saliente
convocó a la plantilla de periodistas para presentarles a los nuevos dueños y
dictar la nueva política editorial. Fue, recuerda Nitu Pérez Osuna, que entonces
conducía un programa de entrevistas llamado “Yo prometo”, el 13 de mayo de 2013.

Globovisión, canal de televisión privado venezolano
Pérez
Osuna se incorporó tarde a la asamblea de trabajadores. El comienzo de la cita
coincidía con el programa de radio que llevaba en Radio Caracas Radio, la última
emisora independiente que queda en Venezuela. Los nuevos dueños habían anunciado
un aumento del 30 por ciento de los salarios. Sonaban muchos candidatos para
dirigir al canal. Uno de ellos, Vladimir Villegas, había decidido no aceptar el
ofrecimiento, aunque después aparecería como presentador de un programa de
entrevistas en el horario de la una de la tarde. Fue el inicio de una relación
estrecha de la que ambos sacaron beneficios.
Pero
eso sería mucho después de aquel 13 de mayo de 2013. Ese día Nitu Pérez Osuna
escuchaba a sus compañeros. Poco antes de su llegada la periodista Diana
Carolina Ruiz había hecho la pregunta más incómoda de la velada a Gustavo
Perdomo -otro de los nuevos dueños del canal- de acuerdo con varios de los
asistentes. “Yo lo conocía desde que vivíamos en San Antonio de los Altos
(ciudad dormitorio cercana a Caracas)”, recuerda Ruiz. “Viví durante 25 años
allá. En aquel tiempo era costumbre vincularse con el grupo de amigos del
edificio y cada grupo recibía un nombre. Gustavo tenía su grupo y era de los más
populares. Tenía carro, pero no era millonario”.
Con
ese recuerdo muy presente, Diana Carolina Ruiz preguntó
-Gustavo,
¿cómo obtuviste el dinero para comprar el canal?
Perdomo
-retaco, regordete, y a quien vinculaban entonces con un poderoso cartel de
abogados apodado “La banda de los enanos”- respondió sin
inmutarse
-Por
mi trabajo honesto. Soy abogado y he tenido éxito en algunos
casos.
Aquella
respuesta animó otras intervenciones similares. Nitu Pérez Osuna pensó entonces
qué podía decir. Recordó que la unidad de investigación de Globovision preparaba
un programa especial sobre el teniente Alejandro Andrade. Dos años antes
Andrade, consentido lugarteniente del entonces presidente Hugo Chávez, había
dejado de ser el tesorero de Venezuela y comenzaba a despuntar como el
propietario de una cuadra ecuestre. Su hijo Enmanuel descollaba entonces como un
jinete sobre los lomos de los ejemplares comprados por su padre con dinero muy
cuestionado por su procedencia. Fue entonces cuando llegó su turno y le preguntó
al doctor
Gorrín
-Usted
ha dicho que Alejandro Andrade es como su hermano. En vista de eso, ¿este canal
va a transmitir el programa que prepara la unidad de
investigación…?
Gorrín
la interrumpió.
-Alejandro
no es solo un hermano. Es mi hermano del
alma.
El hombre que pagaba las cuentas
Esa
confesión ha encontrado una explicación cinco años después en una corte del Sur
del estado de Florida, en Estados Unidos. En todo ese tiempo el doctor Gorrín corrió a los periodistas
críticos, rebajó el perfil combativo de la planta hasta convertirla en una
franquicia de las oficinas de prensa del régimen chavista, impuso transmisiones
de beisbol y decadentes concursos de belleza liderados por personajes
estrafalarios.
También
hizo todo lo posible por construirse una reputación de self made man que, enriquecido y
poderoso, y quizá influenciado por las lecturas de Paulo Coelho, como atestigua
su biografía, nunca olvida sus orígenes humildes.
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Incluso
mucho antes de asumir el control de Globovisión el doctor Gorrín ya pagaba los gastos de
Andrade e invertía en bienes raíces en Estados Unidos con dinero aparentemente
mal habido, según la justicia de Estados Unidos. De acuerdo con una acusación
ventilada en una corte del sur de la Florida, el doctor Gorrín sobornó a Andrade para que
le permitiera tomar ventaja de las subastas de dólares subsidiados por el estado
venezolano, que mantiene vigente un control de cambios desde febrero de
2003.
El
mecanismo es bastante conocido: Gorrín, le entregaba bolívares a Andrade, quien,
a su vez, le depositaba dólares a precio preferencial; el doctor abastecía al mercado negro, donde
volvía a recuperar bolívares con los que compraba más dólares.
La
operación se repitió muchas veces durante muchos años y le dejó grandes riquezas
en muy poco tiempo, pero especialmente el afán de blanquearlo. Su biografía
oficial lo confirma. A finales de 2008, mientras Andrade manejaba la tesorería
de Venezuela, fue uno de los 10 accionistas convocados por el empresario Juan
Domingo Cordero para adquirir Seguros La Vitalicia. En 2011, ya con los
bolsillos repletos de dinero y en plena relación con la sucesora de Andrade,
Claudia Díaz Guillén, los socios decidieron “replantear el enfoque estratégico,
ampliar la gama de productos y servicios mediante un plan de expansión por toda
Venezuela”.
Las
autoridades estadounidenses, que lo acusan de conspirar para lavar dinero y
conspirar para violar la ley de prácticas corruptas en el extranjero, han
documentado que entre 2011 y 2017, el doctor Gorrín pagaba los gastos suntuarios
de Alejandro Andrade desde cuentas localizadas en Suiza.
Lo que EE.UU. dice del doct... by on Scribd
Aunque
en el documento no se menciona al extesorero, se hace una muy clara referencia.
Estados Unidos lo identifica como funcionario extranjero y dice que dirigió la
tesorería nacional entre 2007 y 2010, que coincide con los años de la gestión de
Andrade.
En
específico, las autoridades señalan en la acusación pagos que ascienden a
10.303.824 millones de dólares. “Gorrín intentó transportar, transmitir y
transferir fondos con la intención de sobornar a un funcionario y apropiarse
indebidamente, robar y malversar fondos públicos para el beneficio de un
funcionario entre noviembre de 2012 y junio de 2013”, se lee en el
documento.
Once apartamentos en un mismo edificio
También
incluyen una lista de 24 propiedades localizadas en Florida y Nueva York, que
han sido decomisadas por Estados Unidos. Aunque todavía no hay una sentencia
firme, solo basta con conspirar para violar la ley para que el estado las
incaute.
De
todas ellas destacan once apartamentos de un edificio localizado en el número
4100 de la calle Salzedo de Coral Gables. Este es uno de los sectores no solo
más acomodados del sur de la Florida, sino de mayor demanda. Un piso ahí está
muy bien ubicado, a medio camino de las playas de la costa atlántica, del centro
financiero y de los grandes centros comerciales de descuento. El doctor Gorrín
tenía la propiedad, a través de una empresa que mantenía con su esposa, de los
números 608, 804, 807, 809, 811 y 813, 903, 904, 909, 913 y
1010.
Entre
esos números que van del 804 al 813 también hay un apartamento a nombre de la
empresa Telemann
Investing of Florida. De acuerdo con el registro de corporaciones de Florida,
los dueños de esa compañía son Hely Vladimir Villegas y Egilda del Valle Gómez.
Armando.info intentó ubicar a Villegas en dos ocasiones para preguntarle por qué
había comprado un apartamento en el mismo edificio del dueño del canal para el
que trabaja y quién se lo había vendido. El periodista dijo que no atendería al
medio.
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El expediente de Ortega Díaz
Aunque
nunca lo hizo público, la ex fiscal general Luisa Ortega Díaz había elaborado un
informe sobre sus actividades: sospechaba, aunque sin aportar pruebas, que el
doctor Gorrín era testaferro de Cilia Flores y sus hijos, financista del
presidente del Tribunal Supremo De Justicia, Maikel Moreno. Sabían de su fortuna
súbita y la comparaban con sus comienzos en un modesto cargo de secretario en un
tribunal penal de Caracas.
Su
riqueza está relacionada con la oficina de la Tesorería Nacional, con la que, a
través de múltiples operaciones fraudulentas, autorizadas en principio por Hugo
Chavez y luego por Cilia Flores y su entorno, logró apoderarse de miles de
millones de dólares. Ya para entonces todos comenzaron a llamarlo doctor
Gorrín.