La comida llega a veces a la comunidad, el dinero siempre a los paraísos fiscales

El Gobierno venezolano ha recurrido a una miríada de intermediarios comerciales para proveer de mercancía importada a los Clap, su programa estelar de asistencia alimentaria. Con compras masivas en mercados internacionales amaina de manera imperfecta el hambre de los sectores populares, mientras alimenta, esta vez sí de forma segura, los flujos financieros que van a dar a cuentas bancarias en Hong Kong o Suiza.
El
negocio de los Comité Locales de Abastecimiento y Producción (Clap) tiene al
menos dos caras. La que todos ven es la de miles de ciudadanos esperando la
ansiada caja que reparte el Gobierno con alimentos a precios subsidiados. Al
reverso, en la cara oculta, se esconde el apetito de los intermediarios que
facturan millones de dólares por esa mercancía. Para unos, el acceso a las cajas
mismas y a la gama de productos que portan parece cuestión del azar y de la
condescendencia de los funcionarios. Para los otros, los traders, en
cambio, su fortuna está asegurada desde que salen las cajas en contenedores
desde puertos de otros países. Pero esa ruta de la prosperidad no termina para
los comerciantes en Venezuela, sino que se extiende a determinados paraísos
fiscales. La
recompensa es tan jugosa que desde mediados del año pasado, cuando el plan
estatal creado en 2016 terminó de cobrar cuerpo, aún en el marco de la que
quizás sea la mayor crisis económica en la historia de Venezuela, entraron en la
puja un sinfín de proveedores que sólo las autoridades venezolanas parecen
conocer. Apenas han trascendido al público un par de nombres, como los
de Postar Intertrade Limited y Group Grand Limited. Pero qué duda cabe de que
no son los únicos.
Million
Rise Industries Limited es, por ejemplo, uno de los desconocidos proveedores del
programa. Al igual que Group Grand Limited, célebre desde que en agosto pasado la fiscal destituida
Luisa Ortega Díaz la relacionara con el propio Maduro, la
empresa está registrada en Hong Kong, el paraíso fiscal más importante de Asia y
la cuarta jurisdicción en el Índice de Secreto Financiero elaborado por Tax
Justice Network. A esa compañía acudió el Gobierno venezolano para comprar
azúcar y mayonesa de Brasil o arroz blanco de Uruguay, en lo que resulta una
extraña intermediación ya que durante años empresas estatales de Venezuela
negociaron directamente con compañías de ambos países. La
puerta de entrada al negocio para Million Rise Industries Limited fue un
contrato con la Corporación Venezolana de Comercio Exterior (Corpovex), una
suerte de holding estatal que centraliza las importaciones públicas y está
presidido por el Mayor General de la Aviación, Giuseppe Yoffreda Yorio. Se trata
del contrato CPVX-CJ-CONT-0072-2017 y gracias al cual la sociedad registrada en
Hong Kong facturó en una semana de septiembre del año pasado, al menos, 668,10
toneladas métricas de arroz blanco uruguayo, despachadas desde Montevideo por la
empresa Damboriarena Escosteguy, así como otras 125 toneladas de azúcar y 72
toneladas de mayonesa brasileña, embarcadas desde el puerto de Santos por Tenda
Atacado Ltda, una red de supermercados.
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Sólo
para pagar el arroz y la mayonesa, los desembolsos de Corpovex a Million Rise
Industries Limited alcanzaron 1,3 millones de dólares en una triangulación, en
apariencia, incomprensible. Las facturas dejan clara la ruta del dinero y las
condiciones del pago: la estatal venezolana debió transferir la plata a una
cuenta del DBS Bank de Hong Kong, que tiene al Deutsche Bank de Frankfurt por
banco intermediario. Un cuarto del desembolso debió hacerse por “anticipado”,
otro 65% “contra documentos de embarque”, y el décimo restante “contra acta de
entrega”. La
cifra de 1,3 millones de dólares luce diminuta frente a los montos frecuentes en
estas transacciones. Pero esta sería solo una pequeña rebanada del pastel entero
si, como divulgó por Twitter la empresa Well Toughts Consultants, una consultora
dirigida por el Mayor General del Ejército Hebert García Plaza, quien fuera
ministro de Alimentación y de Transporte Acuático y Aéreo en los primeros años
de la administración de Maduro, a Million Rise se le ha asignado la provisión de
cinco millones de cajas Clap.. Estadísticas
de ImportGenius permiten rastrear parte de esos despachos.
De acuerdo a esa base de datos, a partir del 2 de septiembre de 2017 la sociedad
de Hong Kong inició los despachos de las cajas CLAP desde el puerto de Veracruz,
México, tras comprárselas a proveedores aztecas como La Cosmopolitana y
B-Eminent Inc y La Cosmopolitana.

Mayor General del Ejército Hebert García Plaza
Contacto en Hong Kong
Lo
curioso de esa asignación a Million Rise es que la propia empresa se presenta en
su página web como una textilera. “Million Rise fue fundada en 1990. Invertimos
en una fábrica en Ningbo –ciudad en China- y desarrollamos la colección Home
Textiles. Todos nuestros productos tienen la mejor calidad y el precio más
competitivo. Podemos ayudarlo a crear un hogar lujoso y confortable”, ofrece
el site en
el que está desplegado un catálogo de artículos para decorar cuartos, cocinas,
baños o mantas para bebé, entre
otros.
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Aunque
en Panamá existe una sociedad homónima, tanto la dirección como el teléfono de
contacto colocado en las facturas emitidas a Corpovex remiten a Hong Kong y
coinciden con los expuestos en el sitio electrónico. La compañía no contestó la
solicitud de entrevista para este reportaje. El
registro mercantil de Hong Kong revela que Million Rise Industries Limited fue
creada el 3 de octubre de 1995 y no en 1990, como asegura la
página web. En documentos de la sociedad aparecen los nombres de
Cheung Kwok Chuen Joseph y Ho Kin Din Danny, quienes también figuran como
directores de otra sociedad de Hong Kong llamada Mass Joy Industries Limited,
también proveedora del negocio de los Clap, de acuerdo al listado que publicó
Well Thought Consultants en su cuenta de Twitter. Estas dos personas parecen
actuar como “prestanombres”, una práctica común en los paraísos fiscales para
ocultar la identidad de los verdaderos
beneficiarios.
Pero
hay más. Kwok Cheung es director de una sociedad homónima a la de Hong Kong,
recién creada el 19 de enero de 2018 en Miami, Florida. En los documentos de
registro la dirección de la Million Rise norteamericana es la misma de las
facturas emitidas por la Million Rise de Hong Kong a Corpovex y la que está
publicada en la web de
la compañía.
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Que
los beneficiarios de Million Rise Industries abran una sociedad en Miami puede
interpretarse como una señal de que el suministro para los Clap marcha bien y
tiende a convertirse en una relación fija entre proveedor y cliente. Cifras
reveladas por el Ministro de Agricultura Urbana y jefe para los Clap, Freddy
Bernal, indican que el año pasado el Gobierno comercializó 91 millones de combos
Clap. De ese total, alrededor de 86 millones de cajas fueron importados, en su
mayoría de México, y a través de intermediarios. La cifra de Bernal asoma un
negocio que sólo el año pasado pudo representar entre 2.500 millones y 3.500
millones de dólares, si se toma en cuenta que lostraders cobran
entre 30 y 40 dólares por cada caja.
Aunque
de la magnitud del negocio no hay dudas, cada vez más opaco parece el desempeño
del programa. La calidad de los productos está en duda luego de
que un
análisis químico
De Miami a Suiza
Otro
de los intermediarios es J & B International Trading LLC. Aunque su sede
esté registrada en Miami, Florida, direcciona los pagos que recibe de Corpovex a
un paraíso fiscal, tal como hace Million Rise.
Esta
empresa suscribió el contrato CPVX-CJ-CONT-0091-2017 con la estatal venezolana
para el suministro de cajas Clap y, sólo el 10 de octubre de 2017, emitió al
menos dos facturas por casi 1,7 millones de dólares equivalentes al despacho de
52.858 “combos de alimentos por cajas”, esto es, 31,57 dólares por kit. Las
facturas muestran que el dinero debió girarse a una cuenta en el LGT Bank en
Suiza, país que encabeza el Índice de Secreto Financiero de la Tax Justice
Network y que el banco intermediario fue el LGT Bank de Liechtenstein, otra
jurisdicción que destaca por su secretismo financiero.
La
lista divulgada en las redes sociales por Well Tought Consultants le atribuye un
contrato por un millón de cajas, lo que supondría casi 32 millones de dólares al
precio de 31,57 dólares por caja. La base de datos de comercio
internacional ImportGenius arroja algunas pistas
sobre el volumen del negocio de J & B International Trading. Sólo entre
agosto y septiembre del año pasado, la compañía realizó al menos cinco embarques
desde el puerto de Veracruz, México, con toneladas de alimentos comprados a la
empresa Integradora de Productores del Estado de México. Se trata de otro
proveedor de ese país que se suma a
los contactados por Million Rise Industries Limited y a compañías como El
Sardinero o Deshidratados Alimenticios e Industriales (DAI), usados por otros de
los intermediarios desde finales de 2016.
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Según
el registro mercantil del estado de Florida, J & B International Trading fue
creada en 2008 y tiene como directores a los venezolanos José Antonio Achram
Lugo y Brigitt Tonelly Achram Lugo. El Instituto Venezolano de Seguros Sociales
(IVSS) indica que José Achram trabajó hasta octubre de 2015 para la compañía
Inversiones Jaba 2426, mientras que Brigitt laboró hasta el 31 de diciembre de
2017 en la Universidad Nueva Esparta (UNE), una institución privada. La compañía
posee una oficina en el Edificio Gerencial de Las Mercedes, un lujoso complejo
en el distrito comercial y financiero de mismo nombre al sureste de Caracas.
“Ahorita no estamos interesados en dar ninguna entrevista, muchísimas gracias”,
respondieron en esa oficina a la solicitud realizada para este
reportaje.
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Ninguna
autoridad ha explicado la naturaleza de las negociaciones, ni la razón por la
que ha recurrido a los intermediarios para comprar la comida que reclaman los
venezolanos en un momento en el que hasta 8,2 millones de venezolanos ingieren
dos o menos comidas al día, de acuerdo a la Encovi 2017. El Gobierno, como
los traders,
prefiere moverse en silencio.