El segundo aire de Luis Velázquez Alvaray

En cuatro años de exilio el exparlamentario y exmagistrado del Tribunal Supremo de Justicia ha participado como accionista en seis sociedades en Costa Rica, a donde fue a dar luego de que en Venezuela lo acusaran por el caso de la Ciudad Judicial Lebrún.
En
Venezuela pasó de aliado de la revolución bolivariana y paisano del presidente
Hugo Chávez –títulos ambos honrosos-, a ser señalado como corrupto por algunos
de sus compañeros del partido de gobierno y perseguido por la justicia. La
fiscalía lo investiga y tiene una orden de captura. Curioso, pues antes de toda
esa metamorfosis era alguien que debía impartir justicia. Mientras tanto, Luis
Velázquez Alvaray vive como refugiado en Costa Rica, donde se ha convertido en
un hombre de negocios.
Luis
Velázquez Alvaray se movió por muchos años en la izquierda política, hasta que
durante el gobierno de Hugo Chávez ocupó cargos importantes como diputado de la
Asamblea Nacional por el partido de gobierno, y magistrado del Tribunal Supremo
de Justicia, donde llegó a ser director de la Dirección Ejecutiva de la
Magistratura (DEM). En ese punto de su carrera fue donde se produjo el hecho que
lo transformó de justiciero a acusado.
Era el
año 2006. Entonces se dio a conocer la historia que produjo su salida de
Venezuela. Jesse Chacón, para el momento ministro del Interior y Justicia,
denunció irregularidades en la compra de un edificio para el proyecto de la
Ciudad Judicial Lebrún, promovida por Velázquez Alvaray desde la DEM. Las acusaciones llegaron al Consejo Moral
Republicano y a los dos meses, en mayo de 2006, sus integrantes, Clodosbaldo
Russián –contralor general de la República-, Isaías Rodríguez –fiscal general de
la República- y German Mundaraín –defensor del pueblo- se pronunciaron en contra
del abogado, hecho que genera la salida de Velázquez Alvaray de su cargo como
magistrado por orden de la Asamblea Nacional el 8 de junio de 2006.
Los
documentos de la empresa con la que la Dirección Ejecutiva de la Magistratura
realiza la compra-venta para la Ciudad Judicial, muestran que la compañía
oferente del inmueble no cumplía con las condiciones jurídicas y financieras
para firmar un contrato de esa escala, que implicaría en su propuesta inicial el
pago de 50 millardos de bolívares (23 millones 329.000 dólares, al cambio
oficial de la fecha) por parte del Estado venezolano.
Vuelo a San José
A un mes
del pronunciamiento del Consejo Moral Republicano, y 21 días después de que la
Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia declarase inadmisible su
defensa (por medio de un amparo constitucional), Luis Velázquez Alvaray tomó
otro rumbo. Así es como el 26 de junio
de 2006 aterriza en el aeropuerto Juan Santamaría de Costa Rica.
“Los
venezolanos sabemos históricamente que Costa Rica nos recibe cuando tenemos
dificultades políticas. Aquí conseguimos refugio y una forma de rehacer nuestras
vidas. Así ha sucedido siempre y se nos respeta, se nos ayuda y se nos auxilia.
Después de todos los procedimientos establecidos en las leyes costarricenses y
en los tratados internacionales se nos otorgó el refugio en libre condición para
permitirnos trabajar”, comenta Velázquez Alvaray sobre su nueva condición.
Llegó
alegando persecución política y riesgo físico, por lo que consigue que le den la
condición de refugiado. Al ser consultado sobre las amenazas que recibió en
Venezuela refirió que “cuando se desempeña correctamente el papel de juez, eres
víctima de amenazas e infamias y en este caso se trata precisamente de eso.
Combatí a narcotraficantes y ellos son muy poderosos”. Ya porta un carnet de refugiado, pero no por
ello refleja la imagen tradicional del desplazado. Vive bien, en un condominio
que aloja a costarricenses de altos ingresos en San José.
En cuatro
años ha desarrollado ya varios negocios. Ha invertido principalmente en el campo
educativo y en la ganadería.
Alianza venezolana-italiana
Uno de
sus principales aliados ha sido el italiano Sabatino Nino Pacifi. Con él y dos
costarricenses creó en septiembre de 2008 la empresa Italcon CR S.A., sociedad
patrimonial cuyo fin es el registro de bienes, que define sus actividades de
manera general como “el ejercicio del comercio en su forma más amplia”.
Apenas un
mes después de la constitución de Italcon, Velázquez Alvaray, dueño de 51 por
cierto de sus acciones, y Nino Pacifi, dueño del 49 por ciento restante,
adquirieron una propiedad valorada por 54.000 dólares para la compañía. Se trata
de un terreno de 2.431 metros cuadrados ubicado al sur de Cortés de Osa, en la
costa pacífica de Costa Rica.
Al poco
tiempo continuaron las inversiones con su aliado italiano, a quien retrata como
“una persona extraordinaria, honesta y trabajadora. Al señor Nino lo conocí por
un amigo. Fundó una pequeña finca de 44 hectáreas en Abangares, que yo adquirí
con la venta de una finca familiar en Venezuela, que forjé durante 30 años. Era
un modelo que lamentablemente tuve que vender”.
Luis
Velázquez Alvaray se refiere a su aparición en noviembre de 2008 como presidente
de la sociedad Hacienda Sierra Pacífico, que en 2004 había sido fundada por
Sabatino Nino y otro costarricense. Dos haciendas, una, de 342 mil 814 metros
cuadrados en Abangares y otra, de 94 mil 93 metros en Guanacaste, forman parte
de esta sociedad.
Para la
compañía registra ese mismo mes la marca Hacienda Sierra Pacífico en el mercado
ganadero. La sociedad además es dueña de un automóvil Toyota Hi Lux modelo 2008,
adquirido ese mismo año con una hipoteca.
La “excelencia académica” también es un negocio
Pero las
inversiones de Velázquez Alvaray no se detuvieron ahí. Además de adquirir la
sociedad Corporación André Internacional –cuyo único bien es un vehículo Hyundai
Elantra modelo 1993-, de la que es presidente, incursionó en el campo
educativo.
El 7 de
septiembre de 2009 creó la fundación Europa-Iberoamérica con el objetivo de
trabajar en proyectos educativos con la Universidad de Ciencias Empresariales
(Ucem) en la ciudad de Alajuela, Costa Rica, institución que después entrará en
su lista de inversiones, y el Real Instituto de Estudios Europeos. Esta sociedad
la constituye con el venezolano Juan Salvador Velázquez Castillo y actualmente
se encuentra inactiva.
Tres días
después, crea otra compañía asociada al mundo educativo y que en el presente
está inactiva: la sociedad anónima Centro de Desarrollo Empresarial. La firma
tuvo su sede en las instalaciones de la Ucem y estuvo integrada también por el
entonces dueño de esa universidad, Chester Zelaya. Al aportar 25.000 dólares,
Velázquez Alvaray se hizo propietario de 50 por ciento de la empresa.
Luego, la
cabeza de la Ucem le vende la institución, siendo él junto a otros venezolanos
dueño de esta universidad creada en 1997 y que tiene como visión “constituirse
en un centro de excelencia en las carreras de su especialidad con un fuerte
arraigo comunitario y plenamente identificada con las grandes metas del
desarrollo educativo, económico, social y cultural de la Provincia de
Alajuela”.
Alvaray
refiere que su bagaje en el mundo académico fue una de las bases de esta
inversión: “Esa experiencia nos llevó a trabajar para buscar terminar de
constituir un excelente centro académico, que es pequeño, pero que en toda su
historia se ha destacado por la excelencia académica”.
En su
historia universitaria se encuentran las profesiones de sociólogo, abogado y
licenciado en comunicación social de las universidades Central de Venezuela, de
los Andes (ULA) y Cecilio Acosta, así como estudios de cuarto nivel en la ULA en
Ciencias Políticas y un curso de postgrado en Derecho Comunitario de la
Universidad de Salamanca, España.
Inversiones en Venezuela
En el
país, además de su vida política, también estuvo involucrado con el mundo de los
negocios. En este caso, Luis Velázquez Alvaray, se constituyó en un hombre de
medios: los diarios Pico Bolívar y Frontera, de la ciudad de Mérida, y De
Frente, de Barinas, su ciudad de origen, estuvieron en su portafolio de
inversiones.
Sus
acciones en el diario De Frente las vendió a uno de los banqueros cuestionados
por la Superintendencia de Bancos: Ricardo Fernández Barrueco, zar por un tiempo
del aprovisionamiento de las redes alimentarias del gobierno, y hoy preso.
Velázquez
asegura que su relación con Fernández Barrueco tuvo que ver con la venta de su
parte en el periódico y nada más. Pero no es el único de los
banqueros-empresarios ahora en desgracia con el que se vinculó. En este caso,
quizás, de manera involuntaria y perjudicial: mantuvo con Arné Chacón, miembro
de las juntas directivas de los intervenidos Banco Real y Baninvest, y hermano
del entonces ministro Jesse Chacón, una sorda disputa que, según sostiene el
propio Velázquez, fue la que motivó las denuncias formuladas en su contra desde
el más alto gobierno.
En
diversos documentos el exmagistrado narra su negativa a entregar las cuentas de
la Dirección Ejecutiva de la Magistratura (DEM) al banco del hermano del
entonces ministro de relaciones interiores y justicia, y la señala como uno de
los detonantes de la denuncia de una situación irregular en el proyecto de la
Ciudad Judicial Lebrún que lo involucraba directamente a él.
Lo cierto
es que distintas modificaciones en el contrato realizado entre la DEM y la
empresa Inversiones AZ 2000, C.A., relacionadas con este plan, así como las
características de esta compañía levantaron algo más que dudas sobre el
cumplimiento cabal de las normas. Luis Velázquez Alvaray tiene expedientes
abiertos a cargo del fiscal 57 nacional, Luis Abelardo Velásquez. Uno
corresponde a investigaciones por su trabajo como magistrado del Tribunal
Supremo de Justicia y, el otro, al seguimiento del proyecto de la Ciudad
Judicial Lebrún. Por este último,
el tribunal 23 en funciones de control del Área Metropolitana emitió en enero de
2008 la orden de aprehensión en su contra para imputarle los delitos de evasión
de procesos licitatorios, concierto con contratista y peculado. Para esa fecha
el indiciado, sin embargo, ya se aprestaba a hacer las veces de emprendedor
sobre suelo costarricense.