El gran despegue de Turpial

Mientras el negocio de las aerolíneas caía en Venezuela, el coronel retirado de la Aviación Pedro Cestari Navarro, amigo del poderoso y también militar Giuseppe Yoffreda, fundó una línea aérea propia con vuelos nacionales e internacionales que no ha parado de crecer desde 2014. El apoderado de la filial panameña es también un militar, el general retirado Noel Santiago López Capriata. Con la compañía, el turpial pasó de ser el ave tradicional venezolana, al símbolo del vuelo de las elites castrenses en la economía del país caribeño.
Las posibilidades de fracasar eran elevadas. En 2014, las aerolíneas internacionales comenzaron un retiro progresivo de las pistas de Venezuela producto de las millonarias deudas en dólares gracias al control de cambio vigente desde el Gobierno de Hugo Chávez. Sin embargo, el coronel retirado de la Aviación Pedro del Valle Cestari Navarro y su hijo Pedro José Cestari Carmona fundaron Turpial Airlines con un presupuesto de 5 millones de bolívares –794 mil dólares, calculados en la tasa oficial de entonces– para operar en el territorio nacional.
El
negocio, contra cualquier pronóstico y en pleno auge de la crisis financiera del
país, se expandió. En 2017, la aerolínea registró una filial en Panamá con un
capital de 10 mil dólares y su apoderado es otro militar, el general retirado
Noel Santiago López Capriata. Ahora, Turpial Airlines en vuelo a contracorriente
planea abrir nuevas rutas a destinos internacionales como Bogotá (Colombia),
Quito (Ecuador) y Miami (Estados Unidos), además del que ya realiza entre la
ciudad de Valencia y la capital panameña con una frecuencia de cuatro días a la
semana.
Esa ruta internacional y otras tres nacionales representan hoy la actividad de la aerolínea, que cuenta con una flota de tres aviones Boeing 737-400 con capacidad para 158 pasajeros cada uno. En este asfixiante mercado, donde las ganancias son inciertas por la devaluación del bolívar y la estricta regulación de las tarifas por parte de las autoridades aeronáuticas, despunta Turpial Airlines entre otras once aerolíneas nacionales. Toda una hazaña si se toma en cuenta que la suerte de la aerolínea no la manejan empresarios comunes.
Cestari
Navarro fue gerente general de Transporte Aéreo del Instituto Nacional de
Aeronáutica Civil (INAC) hace 13 años. Ahí llegó de la mano del mayor general
Giuseppe Yoffreda Yorio, entonces presidente de ese ente y luego ministro de
Transporte Acuático y Aéreo (2014-2016). Antes, en la década del ochenta, ambos
militares ya habían consolidado su amistad como compañeros de formación en la
Aviación.
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Pero
la relación de este coronel con entes gubernamentales es amplia y no se limita a
su amistad con Yoffreda. En marzo de 2006, Cestari fue comisionado al Ministerio
de Turismo para cumplir funciones como gerente general del hotel estatal Prado
Río, en Mérida (Andes venezolanos). Su trabajo en la administración pública no
detuvo su crecimiento empresarial por lo que Cestari es propietario de la
corporación Cescar (Panamá) y de la empresa Viermeco (Venezuela). El
servicio de la aerolínea tiene sus altas y bajas. El equipo de béisbol Caribes
de Anzoátegui, representante de Venezuela en la Serie del Caribe 2018, acaba de
denunciar demoras en el vuelo que
los a la ciudad de Guadalajara, en México,para enfrentar a Cuba como primer
rival en el torneo. “A esta hora, 2:21 pm, de hoy (1 de febrero) aún nos
encontramos en el aeropuerto ‘La Chinita’ del estado Zulia por la
irresponsabilidad de Turpial Airlines debido al incumplimiento del itinerario
pautado de vuelo. ¡Exigimos responsabilidad y respeto!”, escribió Caribes de
Anzoátegui desde su cuenta de
Twitter.
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Grandes alas
La cercanía con el poder pudo influir en el ascenso de Turpial Airlines. En 2016, la aerolínea, que ya contaba con tres aviones (valorados entre 5 y 35 millones de dólares, dependiendo de la condición), había obtenido en pocos meses los permisos necesarios para despegar de las pistas del país. “Normalmente, a una empresa eso le puede durar de dos a tres años”, explica una fuente vinculada a la aeronáutica. Se trata de un trámite espinoso que, entre otras exigencias, requiere de la aprobación de manuales y la certificación de operador aéreo.
“Gracias a este tipo de aeronaves se podrá cumplir con nuestro propósito, trasladar a un número significativo de personas desde el centro del país al oriente y occidente, y acercar a los venezolanos a países hermanos”, celebro Cestari Navarro, de acuerdo a una nota de prensa de la compaña.
Sorteadas las diligencias, Turpial inició operaciones con viajes desde las ciudades venezolanas de Valencia hasta Maracaibo, Porlamar y Panamá, en abril de 2017. Cestari, en la inauguración de su empresa en el aeropuerto panameño de Tocumen, reconoció la disminución de las actividades de las aerolíneas en el país sudamericano.
Para
su empresa no ha habido muros de contención. Las relaciones con figuras del
chavismo siguen vigentes. Su hermano menor, el general William Eduardo Cestari
Navarro, también pertenece al alto mando de la Aviación de la Fuerza Armada;
mientras que Yoffreda, actual director de la Corporación Venezolana de Comercio
Exterior (Corpovex), empresa que centraliza las importaciones públicas, ahora es
uno de los hombres con mayor relevancia en el
Gobierno.
Pedro
Cestari Navarro, como dueño de Turpial, sería la fachada de Yoffreda en el
ámbito de los negocios, según fuentes de la aeronáutica y del mundo militar.
Armando.info intentó contactar a los gerentes de la aerolínea para conocer la
versión del coronel retirado, pero no fue posible. El
director de Corpovex ha estado en el centro de la polémica en diferentes
ocasiones. La Asamblea Nacional, dominada por la oposición, lo acusó a él y a
Carlos Osorio, ex ministro de Alimentación, de ser responsables políticos de la
crisis alimentaria en Venezuela, en diciembre de 2016. Meses antes habían sido
convocados para ser interpelados en el Parlamento, pero no acudieron. El
mayor general también es señalado de favorecer a algunas empresas en la
obtención de dólares
preferenciales.
El
director de Corpovex ha estado en el centro de la polémica en diferentes
ocasiones. La Asamblea Nacional, dominada por la oposición, lo acusó a él y a
Carlos Osorio, ex ministro de Alimentación, de ser responsables políticos de la
crisis alimentaria en Venezuela, en diciembre de 2016. Meses antes habían sido
convocados para ser interpelados en el Parlamento, pero no acudieron. El
mayor general también es señalado de favorecer a algunas empresas en la
obtención de dólares preferenciales. Con
Turpial Airlines la conexión más evidente está en la amistad con la junta
directiva. Yoffreda no solo es amigo de Cestari, sino que pudo coincidir con
López Capriata, el apoderado de la aerolínea en Panamá. Este último trabajó en
la compañía Servicios Puerto El Guamache entre 2010 y 2015, justo la esa época
en que Yoffreda era ministro de Transporte Acuático y Aéreo y, por ende, la
cabeza más visible de la administración de los puertos del
país.

IVSS- Lopez Capriata
No
es extraño que estos militares hayan coincidido en ese momento. López Capriata
fue piloto del helicóptero presidencial. En artículos de opinión del portal
chavista Aporrea se le acusa de supuestamente planificar una conspiración con
los generales retirados de la fuerza aérea Pablo Pérez Pérez y Clinio Rodríguez
y el coronel Héctor Díaz, exdirector del Hospital Militar de Maracay (Estado de
Aragua), para derrocar al gobierno de Hugo Chávez, en 2003. Esto solo quedó como
una denuncia anónima, pues a diferencia de Turpial, esta investigación nunca
agarró vuelo.