El ministro de Comercio de Trump hace negocios con la petrolera de Maduro

El miembro del gabinete estadounidense, Wilbur Ross, es uno de los dueños de una compañía que provee servicios de transporte marítimo a Pdvsa, un cliente que en 2015 le aportó más de 11 por ciento de las ganancias a su naviera. Aunque para ocupar su cargo el funcionario debió deshacerse de sus propiedades mercantiles, conservó una participación en esa línea de negocios a través de una compleja estructura offshore en las Islas Caimán. Así no sólo comerció con la Venezuela chavista, sino también con un asociado del presidente ruso, Vladimir Putin. Sobre ambos países pesan sanciones económicas de Washington.
A
pesar de las recientes sanciones impuestas por el gobierno del presidente Donald
Trump a altos funcionarios del régimen venezolano, y de haber prohibido al
sector financiero las transacciones con bonos del Estado venezolano, el
Secretario de Comercio (ministro) de Estados Unidos, Wilbur L. Ross Jr. tiene
una participación en una compañía naviera que recibe millones de dólares al año
en ganancias por prestar servicio de cabotaje a la estatal Petróleos de
Venezuela (Pdvsa).
Ross,
un millonario inversionista de capital privado, vendió la mayor parte de los
activos de su empresa antes de unirse al gabinete del presidente Donald Trump en
febrero, pero mantuvo una participación en la compañía naviera Navigator
Holdings Ltd., establecida en las Islas Marshall en el Pacífico Sur. Las
entidades offshore en las que Ross y otros inversionistas mantienen una
participación financiera controlaban el 31.5% de la compañía en
2016.
Según
el reporte anual de la empresa presentado ante la Comisión de Bolsa y Valores
estadounidense (SEC, por sus siglas en inglés) Pdvsa no es precisamente un
cliente menor de Navigator, pues contribuyó con 10,7 por ciento de sus ingresos
en el año fiscal de 2014, y con otro 11,7 por ciento en el 2015. Esto es un pago
neto de 33,7 y 36,9 millones de dólares respectivamente que la empresa recibió
al fletar tres de sus 29 tanqueros para el transporte de gas licuado de petróleo
(GLP) esos años.
La
prohibición de Washington a los bancos estadounidenses de participar en algún
tipo de financiamiento al gobierno venezolano, incluyendo Pdvsa, no afecta
directamente el negocio de Navigator con Venezuela pues las sanciones todavía no
ordenan suspender todo tipo de relación comercial con la autodenominada
Revolución Bolivariana. Sin embargo, en su reporte anual, la empresa reconoce
que “los riesgos geopolíticos asociados con fletar embarcaciones a corporaciones
estatales indonesias y venezolanas son significativos y pueden tener un impacto
negativo en nuestro negocio, nuestra condición financiera y resultados
operativos”.
Entre
esos riesgos destaca la posibilidad de expropiación o nacionalización de
propiedades, las dificultades para defender sus activos ante las cortes del país
y dificultades para mantener el nivel de ganancias debido a elementos como el
control de cambio, huelgas, cambios súbitos en las leyes, insurrecciones y hasta
guerras. “Si surge alguna disputa contractual sería difícil para nosotros hacer
valer nuestros derechos contra Pdvsa (…) No podemos predecir cómo las
políticas gubernamentales pueden cambiar en el presente o futuro bajo la
administración de Venezuela o Indonesia (…) Dependemos en buena medida de
terceras personas para ofrecer servicio técnico a nuestra
flota”.
A
pesar de estas advertencias, hasta abril de este año Navigator ofrecía servicios
de transporte marítimo a PDVSA por lo menos con dos de sus tanqueros: Navigator Taurus y Navigator Virgo, que suelen cubrir rutas
entre Venezuela y las islas del Caribe.
Otro socio incómodo
Si
algo distingue el olfato para los negocios de Ross es justamente su inclinación
a los riesgos, incluso políticos pues otro de los principales clientes de
Navigator, con una contribución de más de 68 millones de dólares en ingresos
desde 2014, se encuentra la compañía gasera y petroquímica con sede en Moscú,
Sibur.
Dos
de sus principales propietarios son Kirill Shamalov, quien está casado con la
hija menor del presidente ruso Vladimir Putin, y Gennady Timchenko, el oligarca
sancionado cuyas actividades en el sector de la energía estaban "directamente
vinculadas a Putin", según el Departamento del Tesoro. Otro poderoso
propietario es el mayor accionista de Sibur, Leonid Mikhelson, quién controla
una compañía energética que también fue sancionada por el Departamento del
Tesoro por apoyar el gobierno de Putin.
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Como
secretario de Comercio, Ross tiene una autoridad directa sobre las políticas de
comercio y manufactura y es una voz influyente en el gobierno sobre
prácticamente cualquier aspecto de la relación económica de Estados Unidos con
otros países, incluida Rusia. En los últimos años, las tensiones entre Estados
Unidos y Rusia se han intensificado, y Estados Unidos ha impuesto sanciones
contra Rusia después de la invasión de Crimea en 2014 y su interferencia en la
elección presidencial de 2016.
Después
de la elección, las investigaciones realizadas por el congreso y el Departamento
de Justicia de Estados Unidos han explorado posibles relaciones comerciales
entre Rusia y los miembros de la administración del presidente Trump. Aunque
varios asociados de negocios y de la campaña de Trump han sido investigados,
hasta ahora no se han reportado conexiones empresariales entre altos
funcionarios de la administración Trump y miembros de la familia de Putin o su
círculo de allegados.
Durante
su proceso de confirmación, a Ross se le preguntó en repetidas ocasiones acerca
de sus relaciones comerciales con Rusia y sobre sus tenencias en la industria
naviera y si éstas podrían plantear un conflicto de intereses con sus deberes
como secretario de Comercio.
La
misma pregunta le fue formulada en un cuestionario enviado por el Consorcio
Internacional de Periodistas Investigativos (ICIJ, por sus siglas en inglés), en
el marco del proyecto de Paradise Papers y respondida de este modo por el
portavoz del secretario de Comercio, James Rockas: “El Secretario Ross se
desvincula personalmente de cualquier asunto enfocado en buques de carga
transoceánica, pero en general ha apoyado las sanciones de la
administración aplicadas a entidades rusas y venezolanas. El secretario Ross
nunca ha tenido que buscar o ha recibido alguna exoneración ética y trabaja
estrechamente con funcionarios del Departamento de Comercio para asegurar los
más elevados estándares éticos”.
Aún
así, en Estados Unidos se cuestiona la relación de Ross con el íntimo círculo de
Putin. Sibur es "una empresa con conexiones clientelistas", dijo Daniel Fried,
un experto en Rusia que ocupó altos cargos del Departamento de Estado tanto en
administraciones republicanas como demócratas. "¿Por qué algún funcionario del
gobierno de Estados Unidos tiene alguna relación con un compinche de
Putin?".
La
conexión comercial indirecta del secretario de Comercio con el yerno de Putin y
los aliados oligarcas surge a partir de un examen de los registros públicos y
una fuga de millones de documentos financieros offshore del bufete Appleby en
las Bermudas obtenidos por el diario Süddeutsche Zeitung de Munich, Alemania,
y compartidos con el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación y
su red global de socios mediáticos. Muestran el funcionamiento interno de
Appleby desde la década de 1950 hasta 2016. Los archivos incluyen documentos de
la división de servicios corporativos de Appleby, que se convirtió en
independiente en 2016 bajo el nombre de Estera.
Los
archivos filtrados muestran una cadena de empresas y asociaciones en las Islas
Caimán a través de las cuales Ross ha conservado su participación financiera en
Navigator.
El
hecho de que las compañías de Ross en las Islas Caimán se beneficien de una
empresa controlada por intermediarios de Putin plantea graves conflictos de
intereses potenciales, dicen los expertos. Como secretario de Comercio, Ross
tiene el poder para influir en el comercio, sanciones y otras medidas de Estados
Unidos que podrían afectar a los propietarios de Sibur. Asimismo, los
propietarios de Sibur, y a través de ellos, el propio Putin, podrían tener la
capacidad de aumentar o disminuir el negocio de Sibur con Navigator según Ross
ayude, o no, a orientar la política de Estados Unidos.
De
2014 a 2015, los ingresos de la naviera procedentes de Sibur se dispararon del
5.3% (16.2 millones de dólares) al 9.1% (28.7 millones de dólares) de los
ingresos totales, haciendo de la empresa uno de los cinco mejores clientes de
Navigator, según las presentaciones ante la Comisión de Valores y Bolsa de
Estados Unidos, antes de bajar al 7.9% (23.2 millones de dólares) en ingresos el
año pasado. Este año, Navigator duplicó la flota dedicada a las exportaciones de
Sibur, adquiriendo dos nuevos buques y fletándoselos a la compañía rusa de
energía. Los buques fueron nombrados Navigator Luga y Navigator Yauza, ambos nombres de ríos
rusos.

Buque Navigator Luga
Los
números no pintan igual cuando se trata de Pdvsa, un cliente que aportó mayores
ganancias para Navigator entre 2014 y 2015 que Sibur, pero que desde el año
pasado acusa retrasos en el pago de todos los servicios que contrata y por eso
tuvo que prescindir de contratar uno de los tres tanqueros que fletaba a la
empresa de Ross.
Un hombre de negocios
Antes
de unirse al gabinete de Trump, Ross, de 79 años de edad, era un titán en el
mundo del capital privado, y reunía a inversionistas de todo el mundo para
invertir dinero en empresas en dificultades, con la intención de volverlas
rentables. Cuando todo iba bien, él y su empresa no sólo ganaban dinero de sus
inversiones y honorarios de gestión, sino también de un sistema de compensación
que les permite a los socios generales, que administran los fondos de capital
privado, ganar el 20% de todos los beneficios que exceden determinado
nivel.
Muchos
de los fondos de capital privado involucrados en estas inversiones fueron
creados y administrados por Appleby, el bufete de abogados offshore con sede en
Bermuda. Los archivos filtrados ofrecen un vistazo hacia cómo Appleby ayudó a su
empresa, WL Ross & Co, LLC, a cosechar los beneficios de paraísos offshore,
como las Islas Caimán, un territorio británico que permite niveles
extraordinarios de secreto bancario y deja operar allí a empresas de papel
dirigidas desde Nueva York sin cargas de impuestos. En 2015, las Islas Caimán
ocupaba el quinto lugar en las clasificaciones mundiales del Índice de Secreto
Financiero.
Crear
fondos offshore organizados como sociedades anónimas puede ser un gran atractivo
para algunos inversionistas, al permitirles crear organizaciones exentas de
impuestos de Estados Unidos –incluyendo enormes fondos de pensión y
universidades muy ricas– para esquivar una regla el Servicio de Impuestos
Internos que les obliga a pagar impuestos sobre los ingresos obtenidos con
dinero prestado. También ayudan a atraer a los inversionistas no estadounidenses
porque sus nombres no se les revelan a las autoridades fiscales en Estados
Unidos.
Los
socios generales en un fondo de capital privado offshore disfrutan de generosas
exenciones de impuestos en Estados Unidos, incluyendo la posibilidad de contar
la mayor proporción de sus ingresos provenientes del fondo como ganancias de
capital a largo plazo, en lugar de ingresos ordinarios. Esto les permite a los
gestores de fondos más ricos reducir sus impuestos sobre esos ingresos de la
tasa impositiva máxima en Estados Unidos, del 39.6%, al
20%.
Cuando
fue nombrado secretario de comercio, Ross presentó un acuerdo con la Oficina de
Ética Gubernamental federal que decía que tenía la intención de desprenderse de
80 empresas y asociaciones, pero mantendría una participación en otras nueve que
tenían activos en "la financiación inmobiliaria y el crédito hipotecario" y "el
embarque transoceánico". Los activos no se especificaron. Aunque había vendido
WL Ross & Co. a Invesco en 2006, permaneció activo como presidente y
director general hasta renunciar para unirse al gabinete.

Secretario de comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross (1 de marzo de 2017)
Su
formulario de divulgación de información financiera, también presentado ante la
Oficina de Ética Gubernamental, tiene 57 páginas e incluye una larga lista bajo
el epígrafe "Activos de empleo y Cuentas de ingresos y jubilación". Esta lista
se divide en secciones que listan activos que parecen ser propiedad de cada una
de las compañías de Ross, detallando hasta siete capas de entidades entre Ross y
los activos que posee.
Enterradas
en una multitud de subsecciones aparecen cuatro entidades de las Islas Caimán
nombradas crípticamente que se encuentran entre las que dijo mantener: WLR
Recovery Associates IV DSS AIV, GP; WLR Recovery Associates IV DSS AIV, LP; WLR
Recovery Associates V DSS AIV, GP y WLR Recovery Associates V DSS AIV, LP. Las
cuatro compañías son administradas por el bufete de abogados Appleby. "Navigator
Holdings" figura entre los activos que poseen estas
empresas.
La
complejidad de las estructuras offshore agrega una distancia legal y de
reputación y oscurece el alcance total de las relaciones comerciales de Ross
incluso cuando le permiten sacar provecho de ellas, de acuerdo con expertos en
impuestos y ética consultados por ICIJ.
La
divulgación de Ross valora su participación actual combinada en las entidades
offshore que poseen acciones de Navigator entre 2.05 millones y 10.1 millones de
dólares. Pero no queda claro cuáles son sus tenencias totales porque no listó un
valor para una de las cuatro entidades que retuvo. No es evidente por qué
o si realmente se omitió un valor. Su participación representa una fracción de
la participación total del 31.5% de las entidades en Navigator, que, basado en
el precio de mercado de la firma al 30 de octubre de 2017, vale aproximadamente
179 millones de dólares.
(*)
Esta es la primera entrega en Armando.info del proyecto Paradise Papers. En este
proyecto se analizaron 13,4 millones de documentos procedentes de dos
proveedores de servicios offshore, Appleby (Bermudas) y Asiaciti Trust (Hong
Kong), y de registros mercantiles de 19 paraísos fiscales, obtenidos por el
diario alemán Süddeutsche Zeitung a través de una filtración que compartió, por
medio del Consorcio Internacional de Periodistas Investigativos (ICIJ,
Washington), con 382 periodistas de 96 medios en 67 países. En Venezuela, el
socio del proyecto es Armando.info, que hizo una alianza para su publicación con
el diario El Nacional de Caracas.