El más sospechoso contratista de Pdvsa se vincula al ex alcalde de Bogotá

La empresa de servicios petroleros Trenaco, registrada en Colombia y Suiza, apareció de la nada en 2015 para alzarse con el más apetecido proyecto de la petrolera estatal venezolana, por 4.500 millones de dólares. Cuando el contrato se cayó, sin embargo, Trenaco desapareció casi como vino. Aunque se desconoce cómo pudo una compañía inexperta y desconocida conquistar una asignación tan colosal como especializada, se supone que estaba bien relacionada. Algunas de esas relaciones se dejan entrever en los llamados Panama Papers.
Aunque
mencionada desde hace tiempo con sigilo en los corrillos del periodismo
especializado, Trenaco, una empresa colombiana de servicios del sector
petrolero, fue una desconocida total para el público de Venezuela hasta la
semana que acaba de terminar, cuando un reportaje de investigación de la agencia
Reuters la puso bajo los reflectores.
La
pieza, firmada por los reporteros Alexandra Ulmer y Girish Gupta, sigue la
estela visible de un presumible tráfico de influencias, por el que la petrolera
estatal venezolana Pdvsa pudo haber otorgado en agosto de 2015 un contrato por
4.500 millones de dólares para la activación de 600 pozos en campos de la Faja
Petrolífera del Orinoco a una empresa bisoña, opaca pero, en apariencia, bien
relacionada, la colombiana Trenaco.
Algunas
petroleras internacionales y las grandes firmas de ingeniería pusieron el grito
en el cielo al conocer el resultado de la licitación. Para ellas representaba un
riesgo asociarse en un proyecto de alta tecnología con una contraparte de la que
no tenían referencias. Fuera por estas quejas u otro tipo de presiones, a
comienzos de 2016 el contrato se deshizo y Trenaco, tal como había aparecido de
la nada, se desvaneció en la nada y cesó sus operaciones.
Parecía
casi como que Trenaco había sido creada para capturar ese proyecto. En medio de
la aguda crisis socioeconómica venezolana, con una industria petrolera cada vez
más comprometida por sus deudas y caída en sus capacidades productivas, este
tenía todo el aspecto de ser el último contrato jugoso que Pdvsa asignaría en
mucho tiempo. Si ya llamaba la atención que el negocio fuera adjudicado a un
recién llegado, las curiosidades serían azuzadas todavía más por los
trascendidos que dejaron saber los nombres de quienes estarían detrás de la
sorprendente empresa: Álvaro Pulido Vargas y Alex Saab.

Sitio web www.trenaco.com
Debuta el elenco de la trama
Pulido
y Saab son dos ciudadanos colombianos cuyos nombres cabalgan en infinidad de
rumores vinculados a negocios con el Estado venezolano durante la autodenominada
Revolución Bolivariana. Diversas informaciones en la red señalan a Saab, un
empresario de Barranquilla (Colombia), como ahijado o sobrino de la exdiputada
Piedad Córdoba, uno de los más seguros aliados del chavismo en la política
colombiana.
Ambos
hombres de negocios aparecieron en la trama del escándalo de exportaciones
fingidas o no completadas de la empresa Fondo Global de Construcción desde
Ecuador a Venezuela. La corporación ecuatoriana, de la que Pulido Vargas es
accionista junto al venezolano Luis Sánchez Yánez, en un mecanismo aparentemente
diseñado para sacar provecho del sistema de compensación monetaria SUCRE, se
benefició con asignaciones de divisas del Estado venezolano por al menos 159,8
millones de dólares, monto que debía servir para pagar los suministros de casas
prefabricadas en Ecuador por el Fondo Global de Construcción destinadas a dos
desarrollos habitacionales de interés social en los Valles del Tuy, estado de
Miranda.
Sin
embargo, durante el mismo periodo, la aduana ecuatoriana solo pudo verificar
exportaciones del Fondo Global a Venezuela por apenas 3,1 millones de dólares.
La notable diferencia entre el monto de las asignaciones anticipadas para la
empresa, y la magra cuantía de sus exportaciones, prendió las alarmas de la
Fiscalía en Ecuador. El Ministerio Público logró desarrollar un caso de lavado
de dinero que ya ha pasado por varias etapas. Hasta cuatro absoluciones han
recibido los inversionistas del Fondo Global, todas desafiadas por los fiscales,
quienes hasta han apelado al Consejo de la Judicatura local. Entre tanto, el
Fondo Global dejó de funcionar en Ecuador.
En
Venezuela, Alex Saab figura como representante del Fondo Global de Construcción
y hasta llegó a dar la cara en 2011, durante la transmisión televisada desde el
Palacio presidencial de Miraflores de la firma del convenio para la construcción
de las urbanizaciones en los Valles del Tuy, con la presencia del entonces
presidente Hugo Chávez.
Las
sucursales nacionales del Fondo Global de Construcción en Venezuela, Colombia y
Ecuador resultaron propiedades de una matriz en España que, a su vez, pertenecía
a un holding registrado en la isla de Malta, en el mar Mediterráneo. En el
esquema no aparecen
En
2015, el investigador venezolano Alek Boyd, en sus publicaciones en línea, y el
legendario hombre de la radio en Colombia, Julio Sánchez Cristo, empezaron a
divulgar desde sus respectivos medios las versiones de que los mismos Álvaro
Pulido Vargas y Alex Saab del Fondo Global de Construcción eran quienes
manejaban Trenaco, la empresa petrolera entonces recién premiada con el Gordo de
Pdvsa.
Los
reporteros de Reuters se propusieron comprobar que Pulido y Saab son los
propietarios beneficiarios de Trenaco, cuya persona jurídica está inscrita tanto
en Bogotá como en Ginebra, Suiza. Cuatro ex ejecutivos de Trenaco, que sin que
sus nombres salgan publicados en la nota prestaron testimonio a Reuters,
aseguraron que los dos socios manejaban la compañía junto a un tercer ciudadano
colombiano, Carlos Gutiérrez. Pero fue imposible documentar esa conexión en los
registros suizos y colombianos.

Logo del Sistema Unitario de Compensación Renional de Pagos – SUCRE
Inicio con Mossack Fonseca
Sin
embargo, algunas pistas sobre el verdadero esquema patrimonial de Trenaco se
pueden encontrar en los llamados Panama Papers, la colosal filtración de
archivos electrónicos fugada en 2015 del bufete panameño Mossack Fonseca –uno de
los líderes en el istmo y en el mundo en el ramo de la incorporación de empresas
en paraísos fiscales–, recibida por el diario alemán Süddeutsche Zeitung y
procesada por un grupo de 370 reporteros bajo la coordinación del Consorcio
Internacional de Periodistas Investigativos (ICIJ, por sus siglas en
inglés).
Entre
los documentos que estaban en manos de Mossack Fonseca y se incluyen en la
filtración, se encuentra uno seminal en la historia de Trenaco: se trata del
acuerdo que el 23 de diciembre de 2009 suscriben Fair Energy Colombia SA, cuyo
signatario es Felipe de la Vega Vergara, y Linston Perfect Investment LTD, por
el cual esta última, una empresa registrada en las Islas Vírgenes Británicas,
pasa a representar a la primera para comercializar sus productos en mercados
internacionales. El contrato tiene una vigencia de cinco años y establece
comisiones para Linston de entre 1% a 3,37%.
Yadira
de Boutaud es una de las prestanombres del bufete Mossack Fonseca, que se ha
encargado de registrar la compañía en el archipiélago
caribeño.
En
el documento Fair Trade Energy SA se presenta como “una empresa dedicada a la
comercialización de commodities, como el petróleo, derivados del petróleo,
biocombustibles y productos mineros, tanto en el mercado colombiano como a nivel
internacional”. Pero antes de que se cumplan el plazo del contrato, en agosto de
2010, Fair Trade Energy SA cambiará de nombre a C.I. Trenaco SAS. Según la
revista Dinero de Bogotá, entre ese mes de agosto de 2010 hasta 2013, Trenaco
incrementaría sus ingresos en más 1200%, suficiente para convertirse en la
séptima compañía petrolera más grande de Colombia.
Fair
Energy reconoce en su nuevo representante, Linston, el “conocimiento” necesario
para comercializar con éxito sus productos. Linston, incorporada en 2010 –esto
es, después de la firma del contrato de representación- tiene por accionistas a
una empresa de las islas Seychelles, Constant LTD, de la que no hay mayor
información; y una fundación privada en Panamá, Kenford Foundation, con
accionistas individuales y jurídicos prestados por Mossack Fonseca, pero cuyo
beneficiario final es Felipe de la Vega Vergara, el propio representante de Fair
Energy.
Momento del concuñadísimo
En
2012 ya Fair Energy se ha transformado en Trenaco, con su creciente negocio en
Colombia. La abogada de Medellín, Antioquia, María Mercedes Bermúdez lleva la
cuenta a Mossack Fonseca en Panamá para que esta conciba y genere una “solución
offshore” en favor de su cliente, Trenaco. En el intercambio por correo
electrónico entre el bufete panameño y la jurista colombiana, Bermúdez gira una
instrucción clara: el esquema offshore debe beneficiar a dos personas: a Felipe
de la Vega y a Carlos Alberto Gutiérrez Robayo.
En
la misma comunicación, la abogada Bermúdez ofrece, con tono de intriga, aportar
también como cliente a Mossack Fonseca a “uno de los cantantes más famosos de
Colombia”. Lo describe así, pero no lo identifica al final, No queda claro si
ese otro negocio se consuma, aunque parece probable que no. En 2013, Mossack
Fonseca suspende a María Mercedes Bermúdez como
intermediaria.
Carlos
Gutiérrez Robayo –a quien las fuentes de Reuters mencionaron como uno de los
directivos de Trenaco, junto a Alex Saab y Álvaro Pulido– es un polémico
empresario de la región de Zipaquirá, al suroeste de Bogotá. Su padre,
exdirigente del partido conservador, llegó a ser considerado el mayor productor
individual de papa en todo el mundo. Médico veterinario de 43 años de edad,
Carlos Gutiérrez Robayo es concuñado de Gustavo Petro, ex alcalde de Bogotá de
2012 a 2015 y dirigente del izquierdista Polo Patriótico. La esposa de Gutiérrez
Robayo, María Teresa Alcócer García, es hermana de la esposa de Petro, Verónica
Alcócer García.
Entre a un supermercado en Caracas y Miren lo que encontré? Me habrá engañado RCN? pic.twitter.com/EmZaGZNGKX
— Gustavo Petro (@petrogustavo) 5 de marzo de 2016
Petro
también es de Zipaquirá, como el clan Gutiérrez Robayo. Participó en la
guerrilla del M19. Tras su desmovilización, incursionó con éxito en política.
Con frecuencia crítico del chavismo, sin embargo, en marzo reciente se ganó la
animadversión de una facción de los tuiteros venezolanos, tras publicar en su
cuenta e esa red social un par de fotografías de presuntos automercados de
Caracas con sus góndolas repletas de productos y la leyenda: “Entré a un
supermercado en Caracas y miren lo que encontré…. ¿Me habrá engañado RCN?”. Su
intento por desmentir el desabastecimiento de alimentos en Venezuela pasó como
un gesto de apoyo al régimen de Nicolás Maduro.
En
mayo de 2013 Gutiérrez Robayo le hizo llegar a Mossack Fonseca una síntesis
curricular, en la que se identifica como “Director Downstream de C.I. Trenaco”.
Al mismo tiempo, en consonancia con su formación, hace una relación de las
empresas en las que figura como accionista, todas de actividad agropecuaria:
Praga Bogotá, Urbisa, TK Canes Reforestaciones Limitada, Ciagro, CGR
Biotecnología Reproductiva.
En
favor de Gutiérrez Robayo, Mossack Fonseca se dedica entre 2012 y 2013 a crear
una panoplia de empresas en las Islas Vírgenes Británicas. Sus
denominaciones: Elfers United, Clareville Consulting, Burnswick Holdings
Corporation, Lasting Impact Inc, Speedfast Services Capital Limited, Clover
Palais Management, Galaxy Night Worldwide, Coral Trading Global, Greeneagle
Enterprises.
En
el accionariado de esas empresas está invariablemente Gutiérrez Robayo, en
diferentes combinaciones que a veces incluyen a su esposa, María Teresa Alcócer
o alguna de dos fundaciones privadas creadas para él en Panamá: Tanbury
Foundation y Pengrove Foundation.
Una
excepción parece ser la de Burnswick Holdings Corporation, entre cuyos
suscriptores están Pengrove Foundation y lo que a todas luces es el clan
familiar: Luis Eduardo Gutiérrez Méndez, Beatriz del Socorro Gutiérrez Robayo,
Carlos Alberto Gutiérrez Robayo, Claudia Rocío Gutiérrez Robayo, Jairo Andrés
Gutiérrez Robayo, y Beatriz Robayo de Gutiérrez, son los
accionistas.
Todos
estos registros se hallan en los archivos de Mossack Fonseca dentro de la
carpeta del cliente Trenaco y con una dirección postal de Gutiérrez idéntica a
la que Trenaco notifica al bufete: Carrera 11, No 82-01, piso 10, Bogotá,
Colombia.
Sin
embargo, en 2014 Gutiérrez Robayo decide cerrar todas sus empresas de las Islas
Vírgenes Británicas y migrar sus operaciones a Panamá. Ese año se abren dos
compañías nuevas en el istmo, controladas por las fundaciones privadas de
Gutiérrez: Crawley Portfolio Inc y Dane Trading Inc.
El
último documento relativo a Trenaco que hay en la filtración data de octubre de
2015. En él, Mossack Fonseca admite que no ha podido completar el cierre de las
empresas de Gutiérrez en Islas Vírgenes y su continuación en Panamá, lo que
parece dar lugar a un cambio en el agente de
representación.
Saab también
Alex
Saab también aparece en los Panama Papers, pero no en relación con Trenaco. En
los archivos se le vincula con dos direcciones postales, una en Barranquilla
(Calle 80, No. 55-78, Apartamento 12) y otra en la Ciudad de Panamá (Edificio
Proconsa II, Segundo piso, 2A).
Alex
Nain Saab Morán es el apoderado de dos empresas creadas por Mossack Fonseca en
2013: Lintel Overseas Inc y Kingstone Team Inc.
Con
sus hermanos Katia, Amir y Luis Alberto, y otros familiares, crea la Fundación
Venedig, también en Panamá.
Aparece
en la Roseacre Corporation, incorporada en Belice en 2015, cuyo poder detenta
sin embargo Amir Saab Morán.
Por
último, es el apoderado de una empresa constituida en Costa Roca con 500.000
colones de capital, Proment, y otra en las Islas Vírgenes Británicas, Neston
Property
Todas
estas personas jurídicas aparecían activas en los archivos de Mossack Fonseca
hasta 2015.