Para ver la economía sumergida de Venezuela hay que bucear en Panamá

Como parte de un proyecto mundial, periodistas venezolanos participaron en la revisión de millones de archivos que se filtraron de un bufete panameño especializado en el registro de compañías en paraísos fiscales. En los documentos, obtenidos por el diario alemán ‘Süddeutsche Zeitung’ y procesados por el Consorcio Internacional de Periodistas Investigativos (ICIJ), se evidencian patrones para que funcionarios de Gobierno y grupos empresariales escondan sus identidades o dineros
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Los
datos incluyen correos electrónicos, formularios financieros, pasaportes y
registros corporativos que revelan a los propietarios secretos de cuentas
bancarias y compañías en 21 jurisdicciones offshore. Los archivos internos
filtrados de MF contienen información sobre 214.488 entidades offshore
conectadas a personas en más de 200 países y territorios.
La
magnitud inimaginable de datos llevó al periódico a acudir al ICIJ, con sede en
Washington DC y con experiencia previa en este tipo de proyectos, que construyó
un equipo ad hoc para organizar la data y procesarla. La base de datos fue
compartida con una red de más de 370 periodistas y 100 medios en todo el
mundo.
En
el caso de Venezuela, la pesquisa empezó en junio de 2015 e involucró a 11
periodistas de diversos medios electrónicos. Si bien una gran parte de los
cientos de miles de documentos relativos a Venezuela no incluyen información
relevante, la mera revisión, análisis y procesamiento de los datos significó
meses de trabajo.
Queda
claro que constituir una empresa offshore no representa un delito en sí mismo y
hasta resulta algo natural para determinadas transacciones
comerciales.
La
mayor parte de los servicios que la industria offshore provee son legales si los
utilizan quienes obedecen a la ley. Pero los documentos demuestran que bancos,
firmas legales y otros actores offshore a menudo no siguieron los requerimientos
de ley para asegurarse de que sus clientes no están envueltos en actividades
criminales, evasión de impuestos o corrupción política. En algunas instancias,
según muestran los archivos, intermediarios offshore se protegieron a sí mismos
y a sus clientes ocultando transacciones sospechosas o alterando registros
oficiales.
A
veces el proveedor pudo comprobar a través de sus gestiones de due dilligence
que un prospecto era una Persona Políticamente Expuesta (PEP, por sus siglas en
inglés) o alguien sospechoso de actividades criminales, pero hizo caso omiso al
hallazgo.
Este
inusual acceso periodístico a la gestión interna de Mossack Fonseca y su
relación con sus clientes permitió comprobar que proveedor y cliente con
frecuencia se confabulan para despistar a autoridades regulatorias de sus países
de origen sobre la propiedad de empresas, arreglan a posteriori el registro de
empresas previamente registradas, entre otras prácticas concebidas para camuflar
la circulación del dinero que se oculta o se legitima.
Nombres resonantes
La
data obtenida de MF, para el caso venezolano, ofrece ejemplos notables sobre lo
que ocurrió durante los últimos 15 años con el destino de los inmensos flujos de
ingresos petroleros que el Estado manejó en el marco de una política de
importaciones masivas y el mantenimiento de tasas diferenciales. Se encontraron
rastros de ex funcionarios públicos cuyos ingresos regulares, limitados por
definición, no hicieron ninguna objeción para ordenar a MF la apertura y gestión
de empresas de maletín en paraísos fiscales.
También
se evidencian las estructuras corporativas a la medida que la compañía panameña
armó para algunos clientes venezolanos que querían o bien disipar su presencia
en empresas incorporadas con directores de la propia MF, o generar deuda externa
a través de transacciones con cascarones vacíos –con frecuencia, empresas
propias– que luego se podían presentar al organismo administrador en la
Venezuela del régimen de control cambiario.
Son
parte de las maniobras financieras, jurídicas y fiscales que se cocinaron en MF,
a veces por sugerencia del proveedor, a veces a solicitud del cliente o, si no,
por petición de algún intermediario como bancos u oficinas de
abogados.
La
fuga de información arroja luz sobre un rincón de las finanzas sumergidas a la
que normalmente las investigaciones periodísticas no pueden
llegar.
En
los textos que forman parte del especial afloran nombres como los del ex Jefe de
Escoltas de Hugo Chávez, Adrián Velásquez, y el ex Jefe del Programa Bolívar
2000 de asistencia social, Víctor Cruz Weffer, con empresas bajo su control en
paraísos fiscales. Diversas autoridades de la estatal petrolera Pdvsa también
hicieron otro tanto.
Empresarios
–algunos vinculados al Gobierno revolucionario de Venezuela, aunque luego
aparecieran bajo la figura del asilo en otras naciones– también usaron a Mossack
Fonseca para construir tramos submarinos de sus operaciones financieras. Sus
nombres saldrán a relucir a partir de hoy. También hay casos de comerciantes que
abrieron fachadas corporativas en paraísos fiscales como Hong Kong, Panamá,
Islas Vírgenes o Belize para sacar provecho de las oportunidades que abrió la
avidez importadora del Gobierno.
Hallazgos globales
Jefes
de Estado, celebridades sociales y deportivas, cabecillas de mafias organizadas,
estafadores: a escala global, la fuga masiva de documentos ha permitido revelar
la cara nunca conocida por el público de diversas figuras. De hecho, permitió
descubrir a personajes hasta ahora desconocidos, pero que el público debería
conocer.
Los
archivos exponen compañías offshore controladas por los primeros ministros de
Islandia y Pakistán, el rey de Arabia Saudí y los hijos del presidente de
Azerbaiyán. También incluyen a al menos 33 personas y compañías puestas en la
lista negra del gobierno de los Estados Unidos en base a evidencia de que han
hecho negocios con capos mexicanos de la droga, organizaciones terroristas como
Hizbulá y naciones renegadas como Corea del Norte.
Una
de estas compañías proveyó combustible para las aeronaves que el gobierno de
Siria utilizó para bombardear y matar a miles de sus propios ciudadanos,
acusaron las autoridades de EE.UU. Quedó en evidencia cómo asociados del
presidente ruso Vladimir Putin movieron en secreto hasta 2.000 millones de
dólares a través de bancos y compañías secretas.
La
lista de líderes mundiales que utilizaron a Mossack Fonseca para establecer
entidades offshore incluye al actual presidente de Argentina, Mauricio Macri,
quien era director y vicepresidente de una compañía de las Bahamas manejada por
Mossack Fonseca cuando era un empresario y alcalde de la capital argentina. Un
vocero de Macri dijo que el presidente nunca fue personalmente propietario de
acciones en la firma, que era parte de los negocios de su
familia.
Los
archivos también subrayan las contradicciones de algunos campeones de la lucha
contra la corrupción.
Se
detectaron compañías offshore vinculadas a la familia del líder chino Xi
Jinping, quien ha jurado pelear contra “ejércitos de corrupción”, así como de
otros ocho miembros del politburó del gobernante Partido Comunista de
China.
También
del presidente ucraniano Petro Poroshenko, quien se ha posicionado como un
reformador en un país sacudido por escándalos de corrupción. Los archivos
contienen nuevos detalles de los negocios offshore del difunto padre del primer
ministro británico David Cameron, un líder que busca una reforma de los paraísos
fiscales.
Las
huellas de Mossack Fonseca están en el tráfico de diamantes de África, el
mercado internacional de arte y otros negocios que se benefician del secretismo.
La firma ha servido a suficientes miembros de la realeza del Medio Oriente para
llenar un palacio. Ha ayudado a dos reyes, Mohammed VI de Marruecos y el Salman
de Arabia Saudí, a salir al mar en lujosos yates.
Los
documentos filtrados revelan que la firma legal de Juan Pedro Damiani, un
miembro del comité de ética de FIFA, tenía relaciones de negocios con tres
hombres que han sido inculpados en el escándalo FIFA: el ex vicepresidente de
FIFA Eugenio Figueredo y Hugo y Mariano Jinkis, el dúo de padre e hijo acusado
de pagar sobornos para ganar los derechos de transmisión de eventos de fútbol
para Latinoamérica. Los registros muestran que la firma legal de Damiani en
Uruguay representó a una compañía offshore vinculada a los Jinkis y a siete
compañías vinculadas a Figueredo. El mejor jugador de fútbol del mundo, el
argentino Lionel Messi, también aparece en los documentos. Una compañía en
Panamá establecida para él por Mossack Fonseca en 2012, Mega Star Enterprises
Inc., añade un nuevo nombre a la lista de compañías de coraza (shell companies)
que se sabe están vinculadas a Messi. Sus negocios offshore son actualmente el
blanco de un caso de evasión de impuestos en
España.
Bajo escrutinio
Hasta
hace poco, Mossack Fonseca operaba principalmente en las sombras. Pero se ha
visto bajo creciente escrutinio a medida que los gobiernos han obtenido
filtraciones parciales de los archivos de la firma, y autoridades de Alemania y
Brasil comenzaron a indagar en sus prácticas.
En
febrero de 2015, Süddeutsche Zeitung reportó que agencias de la ley en Alemania
habían lanzado una serie de redadas apuntando a uno de los principales bancos
del país, Commerzbank, en una investigación de evasión de impuestos que las
autoridades dijeron podría conducir a cargos criminales contra empleados de
Mossack Fonseca.
En
Brasil, la firma se ha vuelto un blanco en una investigación de sobornos y
lavado de dinero denominada “Operación Lavado de Autos” (Lava Jato, en
portugués), que ha conducido a cargos criminales contra destacados políticos y
una investigación al popular ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva. El
escándalo amenaza con sacar del cargo a la actual presidenta Dilma
Rousseff
En
enero, fiscales brasileños llamaron a Mossack Fonseca un “gran lavador de
dinero” y anunciaron que presentarían acusaciones criminales contra cinco
empleados de la oficina brasileña de la firma por sus roles en el
escándalo.
Mossack
Fonseca niega haber incumplido la ley en Brasil. Uno de sus dueños, el panameño
Ramón Fonseca Mora, ha insistido en los últimas semanas sobre su inocencia. Pero
al mismo tiempo ha tenido que renunciar a su cargo de ministro consejero del
gobierno de Panamá así como a la dirección del partido Panameñista, que llevó a
Juan Carlos Varela a la Presidencia.
“Somos
totalmente inocentes de lo que se nos acusa”, declaró a los medios el mes
pasado. “Pido esta licencia para defender mi honra, a mi firma y a mi
país”.
(*)
El equipo venezolano está conformado por Ahiana Figueroa, Alfredo Meza, César
Batiz, Ewald Scharfenberg, Fabiola Zerpa, Joseph Poliszuk, Katherine Pennacchio,
Laura Weffer, Lisseth Boon, Roberto Deniz y Ronna
Rísquez.