Los carros Chery son un negocio redondo para la familia Yammine

La familia de origen libanés y creadora de los vehículos militares Tiuna es quien realmente controla la operación de ensamblaje de los vehículos de la marca china. En lo que formalmente se trata de una “empresa mixta” que el Gobierno califica como una “experiencia exitosísima”, el grupo se ha asegurado una porción mayoritaria de acceso a las divisas del negocio de importación de partes y material de ensamblaje a través de una estructura corporativa offshore.
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El
de los carros Chery es un negocio que rueda en Venezuela. A diferencia de la
suerte que han tenido otras marcas en los últimos años, que han desaparecido del
mercado local, los vehículos del sello chino se ven en todas partes gracias al
auspicio del Gobierno.
Sólo
el año pasado Nicolás Maduro anunció la compra de 20 mil taxis Chery, cantidad
que supera la producción de las siete ensambladoras privadas en 2015. Las
importaciones masivas de la marca comenzaron con Hugo Chávez, especialmente
entre 2010 y 2014. El ex presidente también fue una especie de valedor para
iniciar el ensamblaje de los autos en el país.
Hoy
la iniciativa se destaca como ejemplo de la colaboración entre los sectores
público y privado. En el mes de marzo reciente, Carlos Faría, viceministro de
Industria, la calificaba como un “emblemático proyecto” y como “una experiencia
exitosísima”. Pero lo que para las autoridades se trata de un ejemplo, en
términos financieros ha sido un negocio jugoso para el grupo Yammine. El clan,
encabezado por Sarkis Mohsen Yammine Leunkara, oriundo del Líbano, y Antonio
José Yammine Saade y Mohsen Yammine Saade, nacidos en Caracas y El Tigre,
respectivamente, controla la operación.
Los
empresarios son viejos conocidos del Gobierno y del mundo militar. Fueron los
encargados de llevar a cabo el proyecto del Tiuna, un vehículo “multipropósito”
de cuño propio que enorgullece a las Fuerzas Armadas
venezolanas.
Ahora
los papeles filtrados del bufete panameño Mossack Fonseca desnudan la trama
detrás del negocio de Chery: los inversionistas crearon en Hong Kong y otras
jurisdicciones una estructura corporativa que permite retener, en diversas
alcabalas establecidas entre la operación venezolana y la casa matriz en China,
porciones de las divisas relacionadas a la adquisición de autopartes y del
material de ensamblaje de los vehículos.
La trama del negocio
El
ensamblaje de Chery en Venezuela se inició en 2011. “Una empresa privada
venezolana que se mostró dispuesta a trabajar con el Gobierno venezolano y con
la empresa china. Entonces hoy estamos inaugurando en Las Tejerías, ahí en el
estado Aragua, una planta ensambladora de vehículos”, celebró Chávez el 25 de
agosto de ese año en un consejo de ministros. Entre risas, mientras jugaba con
dos reproducciones a escala de los carros que se empezarían a ensamblar, soltó:
“a mí me pidieron que le pusiera el nombre y yo se los puse. A uno le puse
Arauca y a otro le puse Orinoco, estos son vehículos marca Chery (…) Salen al
ámbito venezolano estos vehículos muy buenos, bonitos y baratos”.
Chávez
resumía la alianza con Corporación Automotriz Z.G.T, que en septiembre de 2010
aceptó conformar una “empresa mixta” con el Estado. Fue el nacimiento de un
negocio que cinco años después, en medio de la grave crisis económica y de la
parálisis del resto de automotrices, luce redondo.
Corporación
Automotriz Z.G.T era apenas la primera pieza del rompecabezas del negocio armado
por los Yammine fuera de Venezuela. Ajeno a la construcción del socialismo que
impulsaba Chávez, se había ideado una estructura empresarial para dominar el
negocio, una especie de laberinto financiero que parece diseñado para ocultar a
los beneficiarios.
Según
se deduce de los documentos contenidos en la fuga de información de Mossack
Fonseca, que recibió de una fuente anónima el diario Süddeutsche
Zeitung de Múnich y fue revisado por un equipo de más de 370
periodistas en todo el mundo bajo la coordinación del Consorcio Internacional de
Periodistas Investigativos (ICIJ, por sus siglas en inglés), en el entramado
corporativo que se han hecho construir en paraísos fiscales como Hong Kong,
Panamá y las Islas Seychelles, los Yammine han puesto cierto empeño en que se
les pierda el rastro.
Para
empezar a desenredar la madeja vale la pena citar un correo que el 31 de mayo de
2010 dirige Jahrold Maizo, vicepresidente de Corporación Automotriz Z.G.T y
hombre relacionado a los Yammine, a sus contrapartes, ejecutivos de Mossack
Fonseca en Panamá.
“Estamos
en el proceso de constitución de una empresa en Hong Kong, en la cual el único
accionista será Chery Andean and Caribbean, quien tiene directores asignados por
AFRA (otro bufete panameño), en este sentido necesitamos que estos
directores firmen la constitución de la misma, para lo cual te remito anexo los
documentos necesarios (…) Por otro lado, una vez constituida la empresa de Hong
Kong, y en función de mantener todas nuestras empresas bajo una sola firma y
cercana a nuestra oficina corporativa, requerimos que las empresas Ematrade Inc
y Chery Andean & Caribbean Inc sean pasadas a la firma Mossack Fonseca y
Compañía”, escribió Manzo.
La
comunicación revela cómo se fraguó la operación de Chery en Venezuela. La
empresa a la que Maizo se refiere es ICA International Automobiles Limited,
registrada en Hong Kong el 1 de junio de 2010 bajo el número 1463140.
El memorandum of association, especie de acta constitutiva, detalla
que el capital inicial fue de 10.000 dólares de Hong Kong, divididos en 10.000
acciones, a razón de un dólar por acción.

La banca pública financió el nacimiento de una empresa mixta para el ensamblaje de los carros Chery, de la cual se han beneficiado grupos que tienen empresas en paraísos fiscales. Foto: Hugo Londoño
Los
directores de esa compañía son Genesis Ltd y Finas Ltd, dos sociedades
registradas en la jurisdicción de las Islas Seychelles por Mossack Fonseca. El
servicio del bufete incluye designar a las personas que hacen las veces de
directores de esas sociedades, con lo cual se logra ocultar inicialmente quién
está detrás de ICA International Automobiles Limited. Pero las identidades
quedan al descubierto mediante un documento que forma parte de la filtración: un
“poder legal” emitido por la directiva de ICA que “puede ser usado y ejercido
individualmente por Antonio Yammine, Mohsen Yammine y Sarkis Yammine en
cualquier parte del mundo, incluyendo cualquier país, Estado, colonia,
provincia, municipalidad o subdivisión política de cualquier
país”.
Todo queda en casa
Chery
Andean & Caribbean, empresa registrada en Panamá, es el único accionista de
ICA International Automobiles Limited, tal y como consta en un “certificado” del
22 de julio de 2010. Fue “protocolizada” el 28 de mayo de 2009, según la
“escritura pública número cuatro mil seiscientos cuarenta” de la notaría
duodécima del circuito de Panamá.
El
“pacto social”, especie de acta constitutiva, precisa que fue constituida por
los panameños Camilo Andrés Méndez Chong y Brunilda Gabriela Broce con un
“capital autorizado” de 10.000 dólares americanos, dividido en 10.000 acciones.
El 2 de junio de 2009 ambos ciudadanos firmaron un “acta de la reunión de la
junta directiva” en la que resolvieron “emitir diez mil acciones (10.000) del
capital autorizado de la sociedad, a favor de Ematrade Inc”, otro eslabón en el
que están Antonio, Mohsen y Sarkis Yammine, cada uno con el 33,33% de las
acciones de esa sociedad que también fue registrada en
Panamá.
Un
documento, denominado beneficial owner declaration, parte del
archivo de Mossack Fonseca, y firmado por Antonio Yammine, resume la trama: ICA
Intenational Automobiles Limited es una compañía registrada en Hong Kong, cuyo
único accionista es Chery Andean & Caribbean, registrada en Panamá, y que
los “beneficiarios reales” o últimos son los Yammine. Sin embargo, ninguno de
los Yammine quiso dar alguna respuesta sobre este tinglado. Para esta
investigación se intentó contactar a directivos de Corporación Automotriz Z.G.T,
de ICA International Automobiles Limited, al ministerio de Industrias y al grupo
Yammine, pero no estuvieron disponibles.
La
estructura armada en Hong Kong y Panamá permite al grupo controlar buena parte
del negocio, aunque la operación venezolana aparezca en los papeles como
un joint venture a partes iguales entre el Estado venezolano y
Corporación Automotriz Z.G.T.

La marca china es líder en el mercado venezolano y tiene modelos tan criollos como el Chery Orinoco. Foto: Facebook/Chery Venezuela
Es
ICA International Automobiles Limited –y no la empresa de Chery, como el lego
pudiera suponer– quien despacha el material de ensamblaje y autopartes de la
marca china para Corporación Automotriz Z.G.T. En otras palabras, la compañía de
Hong Kong, cuyos beneficiarios son los Yammine, funciona como un intermediario
(trader) entre la casa matriz de Chery y la empresa mixta venezolana,
pese a que es una operación que funciona con el esquema del Fondo Chino, en el
que habitualmente el Gobierno cancela directamente al proveedor en China por la
mercancía, y pese a la resistencia de las autoridades venezolanas a la
existencia de cadenas de intermediarios en la actividad comerical
privada.
Reportes
del movimiento portuario de Puerto Cabello, elaborados por la Cámara de Comercio
de esa localidad, revelan que sólo entre finales de 2014 y lo que va de año, ICA
International Automobiles Limited figuró como “embarcador” en, al menos, 16
despachos de material de ensamblaje provenientes de los puertos de Wuhu y
Shanghai, en China, y cuyo “consignatario” en Venezuela fue la Corporación
Automotriz Z.G.T.
Otras
facturas muestran a ICA International Automobiles Limited comprando los
repuestos y autopartes a Wuhu Chery Automobile Service Parts Co Ltd, subdisiaria
de la casa matriz de Chery. Sólo en 2014, la compañía adquirió repuestos por un
valor de 3,6 millones de dólares, al sumar unas 40 facturas de ese
año.
El
control de ICA International Automobiles Limited sobre el negocio de Chery en
Venezuela también queda demostrado en los reportes financieros de la compañía.
Al 31 de diciembre de 2014 la deuda de Corporación Automotriz Z.G.T, el socio
privado del Gobierno en la empresa mixta, con ICA International Automobiles
Limited (la empresa de los Yammine en Hong Kong), sumaba casi 169 millones de
dólares, de acuerdo a un documento del 29 de junio de
2015.
Varias represas de dólares
En
la práctica la trama empresarial funciona como un rosario de peajes en los que
quedan retenidas porciones de los dólares implicados en el negocio de Chery.
Anualmente ICA International Automobiles Limited (la empresa de los Yammine en
Hong Kong) debe cancelar un porcentaje de lo que ingresa a Chery Andean &
Caribbean (la empresa de los Yammine en Panamá), en su condición de accionista,
así como también paga por conceptos como el de “comisión”, “garantía” de los
carros, “transferencia tecnológica” y “asistencia
técnica”.
Los
reportes financieros revelan que entre 2011 y 2014 ICA International Automobiles
–una empresa abierta con 10.000 dólares de capital en Hong Kong– pagó a Chery
Andean & Caribbean alrededor de 125 millones de dólares por su rol de
accionista, casi la cuarta parte del turn over o el volumen de
negocios –casi 565 millones de dólares– que registró la compañía en esos años
por la venta de productos Chery a Venezuela.
Por
concepto de “comisión”, “garantía”, “asistencia técnica” y “transferencia
tecnológica” los pagos de ICA International Automobiles Limited a Chery Andean
& Caribbean –es decir de nuevo, de una empresa de los Yammine en Hong Kong a
otra en Panamá– sumaron otros 70 millones de dólares entre 2011 y 2014. En la
documentación de Mossack Fonseca están los contratos entre ambas compañías por
esos servicios. “ICA International Automobiles Limited acuerda pagar una
comisión a Chery Andean & Caribbean por cada vehículo vendido de acuerdo a
un programa de tarifas establecido por ambas partes”, se lee en los acuerdos de
transferencia tecnológica, asistencia técnica y servicio de
garantía.
Por
su parte, Chery Andean & Caribbean se compromete a garantizar que las
operaciones en las “plantas de fabricación de ICA International Automobile
Limited o sus subsidiarias” se desarrollen de la mejor forma posible, una
disposición que revela la lógica del negocio: aunque el ensamblaje de Chery
corresponde a una “empresa mixta”, pareciera que la operación es cosa de
privados, especialmente de los Yammine.
Otras
facturas muestran que en 2014 fue ICA International Automobiles Limited quien
pagó a una compañía, domiciliada en Venezuela, casi 10 millones de dólares por
el transporte de los contenedores de mercancía desde Puerto Cabello a las
instalaciones de la empresa mixta en Las Tejerías.
Desde
las cuentas bancarias de ICA International Automobiles Limited también se han
realizado transferencias a otras sociedades registradas en Panamá, Islas
Vírgenes Británicas y en Florida, Estados Unidos, algunas de ellas también
asociadas a losYammine, según revela la filtración de Mossack
Fonseca.
Dominio total
Corporación
Automotriz Z.G.T fue registrada el 27 de agosto de 2008 en el Registro Mercantil
V de la circunscripción judicial del Distrito Capital y estado Miranda. Ramón
Dahdah Galeb y Juana Francisca Revete son los accionistas de una empresa que
nació con un capital de 2,3 millones de bolívares. Dahdah Galeb, empresario de
origen libanés al igual que los Yammine, controla el 70% de las acciones, y
Revete el 30% restante.

Pese a que los Yammine no figuran entre los accionistas de la Corporación Automotriz ZGT, en la práctica tienen vínculos con la empresa
Entre
2004 y 2011 Corporación Automotriz Z.G.T recibió 3.568.039 dólares de la antigua
Comisión de Administración de Divisas (Cadivi). Los Yammine no figuran en la
composición accionaria, pero varios indicios muestran la influencia y el dominio
del grupo en Corporación Automotriz Z.G.T.
Jahrold
Maizo, el directivo de Corporación Automotriz Z.G.T que intercambió correos con
el bufete Mossack Fonseca para definir la estructura del negocio, trabajó con
losYammine en el Centro Nacional de Repotenciación (Cenareca), compañía con la
que el grupo incursionó en 2004 con el ensamblaje del vehículo para las Fuerzas
Armadas, marca Tiuna, y que entre 2004 y 2011 obtuvo por la vía de Cadivi otros
3.204.759 dólares.
Desde
2008 Cenareca tiene el 49% de las acciones en la Empresa Mixta Socialista de
Vehículos Venezolanos (Emsoven), y la Compañía Anónima Venezolana de Industrias
Militares (Cavim) el 51% restante. ICA International Automobiles Limited, la
compañía registrada en Hong Kong y que despacha los productos para armar los
Chery, es también la empresa que le vende a Emsoven el material de
ensamblaje.
Los
dos accionistas de Corporación Automotriz Z.G.T también guardan algún tipo de
relación con Cenareca y Emsoven. En el Registro Nacional de Contratistas (RNC),
Ramón Dahdah Galeb aparece como “persona de contacto” de Emsoven en una
“adquisición de piezas y partes automotriz” a una compañía denominada Metalpres
Asociados 3000 C.A. Además, desde cuentas bancarias de ICA International
Automobiles Limited se han realizado traspasos a Dahdah Galeb, según revelan los
documentos filtrados desde Mossack Fonseca.
Por
su parte, Juana Francisca Revete, figura como trabajadora de Cenareca desde el 1
de noviembre de 2004, de acuerdo al Instituto Venezolano de Seguros Sociales
(IVSS).
Pero
hay más. Una nota de prensa del ministerio de Industrias, fechada el 18 de marzo
de 2014, se refiere a Antonio Yammine como “director” de Corporación Automotriz
Z.G.T. “Los Yammine aparecen en todas partes, el nombre de ellos adentro retumba
mucho, pero Dahdah Galeb sólo aparece en los papeles”, relata un ex gerente, que
prefirió reservar su identidad.
Antonio
Yammine también reconoció que Corporación Automotriz Z.G.T estaba “bajo su
“control” cuando en mayo de 2013 inició las negociaciones para comprar una
segunda planta de ensamblaje para Chery en el estado Carabobo. El inmueble en
cuestión estaba destinado para armar vehículos de otra marca china, Great Wall,
y pertenecía a la empresa Ensamblaje Superior C.A. Los Yammine cancelaron 5
millones de dólares, divididos en dos pagos, y acordaron cancelar otros 11
millones de dólares mediante una carta de crédito, emitida por el banco
Interaudi, que expiraría el 17 de diciembre de
2014.

Una de las accionistas en la empresa socia del gobierno en el ensamblaje de los Chery figura en la nómina el grupo Yammine, a través de la empresa Cenareca
Sin
embargo, el 30 de julio de 2013, apareció en la Gaceta Oficial
Extraordinaria 6.108 un decreto presidencial mediante el cual “se
afectan los bienes muebles, inmuebles y bienhechurías que sirven para
funcionamiento de la sociedad mercantil Great Wall de Venezuela C.A y sus
empresas filiales”. Luego de esa medida, los Yammine y el banco Interaudi
suspendieron la carta de crédito en favor de los dueños de la instalación, lo
que derivó en una disputa judicial en los Estados Unidos contra ICA
International Automobiles Limited y el banco Interaudi.
Fuentes
ligadas a la industria automotriz dejan conocer sus sospechas de que la
expropiación se hizo para favorecer a los Yammine, a Corporación Automotriz
Z.G.T y la operación de Chery, ya que pocos días después de esa medida, el 1 de
agosto de 2013, apareció en la Gaceta Oficial 40.219 otro
decreto presidencial para crear la empresa mixta “Chery de Venezuela C.A”, en la
que el Estado posee 51% de las acciones y Corporación Automotriz Z.G.T el otro
49%.
El
crecimiento del grupo Yammine no se ha detenido. A finales del año pasado
completaron otra maniobra que ya los sitúa como los empresarios más importantes
de la industria automotriz venezolana, un área que aporta 3,5% del Producto
Interno Bruto.
Inmunes a la crisis
En
diciembre de 2015 los Yammine compraron MMC Automotriz a la japonesa Sojitz
Group para hacerse con el ensamblaje y la licencia en el mercado local de marcas
como Mistubishi, Hyundai y Fuso. La negociación se manejó con secretismo y no se
reveló la identidad de los compradores, pero este año Antonio Yammine se
presentó en la sede de la compañía en Caracas y en la planta, ubicada en la zona
industrial de Barcelona, estado de Anzoátegui (nororiente de
Venezuela).
Fuentes
cercanas a la negociación aseguran que el esquema seguido por los Yammine se
asemeja al utilizado en el caso de Chery, ya que la compra se efectuó a través
de una sociedad registrada en Hong Kong. A lo interno, MMC Automotriz apenas
informó en un escueto comunicado que el Grupo Sylca, con “más de 30 años de
trayectoria y confianza en el desarrollo del país”, fue el que adquirió la
empresa. Fue la forma como los Yammine intentaron pasar desapercibido, pero
Sylca es una sociedad registrada en Florida, Estados Unidos, sobre la que
también tienen control, cuya dirección coincide con la de otras empresas del
grupo registradas en esa localidad y que ha recibido fondos de ICA International
AutomobilesLimited, de acuerdo a la documentación de Mossack
Fonseca.
En
la industria interpretan la compra como el salto del grupo a las “grandes ligas”
de la industria automotriz y otra muestra del poderío que han acumulado en un
contexto en el que hasta las filiales de trasnacionales como Chrysler, Ford,
General Motors o Toyota se tambalean por la falta de divisas y las trabas para
operar en el país.