Cómo Odebrecht lavó sobornos

Liderado por el equipo peruano de IDL Reporteros, un grupo de periodistas de América latina comenzó a investigar hace más de un año las ramificaciones de la Operación Lava Jato en toda la región y, en el camino, han encontrado una enrevesada cadena de pagos en negro, que involucran a personajes tan célebres como Francisco Martinelli, primo dilecto del entonces presidente de Panamá, Ricardo Martinelli. Esta es la historia de cómo una empresa se hizo de los mejores contratos camuflando “propinas” en una maraña de transferencias y empresas offshore.
En
contra de la simpleza de tintorería que el nombre sugiere, el lavado de dinero
es un delito cuya sofisticación y complejidad se multiplicó en las últimas
décadas hasta el punto de superar, por buen tiempo, los mejores esfuerzos por
combatirlo.
Así
como, en estos tiempos de periodismo de datos, un
buen hacker es a veces el mejor amigo de un periodista de
investigación; en el otro lado de la fuerza (o, más bien, de la ética), un buen
lavador de dinero es el aliado indispensable de casi todo corrupto,
especialmente de uno de alto nivel.
Por
eso, el conocimiento de las técnicas y modalidades de lavado de dinero es
indispensable en todos los casos grandes de corrupción. Y en el caso Lava Jato,
la mayor investigación sobre corrupción en la historia de Brasil y, muy
probablemente, de Latinoamérica, no resulta coincidencia que el juez del caso,
Sergio Moro, sea un experto, autor de un libro de referencia sobre el
tema.

Libro ‘Crime de lavagem de dinheiro’, de Sergio Moro. (Fotocomposición: Agencia Brasil / IDL-Reporteros)
Los tres niveles de lavado
A
la vez, la acusación fiscal de la Fuerza de Tarea Lava Jato del Ministerio
Público de Brasil contra Odebrecht puede leerse, en sus 205 páginas de
evidencias cuidadosamente organizadas, como un texto investigativo sobre cómo
descubrir y descifrar un sistema de sobornos diseñado para ser virtualmente
indetectable gracias a un elaborado mecanismo de lavado de
dinero.
El
desafiante objetivo que enfrentaron los fiscales de la Fuerza de Tarea Lava Jato
fue revelar cómo Odebrecht sobornó ocultamente durante varios años a tres
ejecutivos principales de Petrobras: Paulo Roberto Costa, Pedro Barusco y Renato
Duque.
Para
ser eficaz, el soborno debía buscar ser indetectable y sobre todo indemostrable.
La forma de hacerlo en el caso Odebrecht, tal como descubrieron los
investigadores federales brasileños, fue a través de un sistema de lavado
internacional de dinero, que comprendía varias capas o
niveles.
–
La primera capa (o ‘camada’, según el término en portugués que
utilizaron los fiscales brasileños), fue la “utilización de cuentas bancarias
[…] de la Constructora Norberto Odebrecht S.A. […] y de otras empresas de su
grupo empresarial”. “Dentro de esas cuentas” estuvieron las creadas en el Banco
PKB Privatbank AG, de Suiza, a nombre de varias offshores cuya
beneficiaria económica en casi todos los casos era la Constructora Norberto
Odebrecht. Algunas
de esas offshores son la Smith & Nash Engineering Company
INC; Golac Projects, Arcadex Corp…
–
La segunda capa fue la utilización de ‘cuentas vinculadas’, creadas también a
nombre de offshores, como por ejemplo el caso de Constructora
Internacional del Sur, de Panamá (que veremos en detalle más
abajo).
–
En la tercera capa se encontraban las cuentas “cuyos beneficiarios económicos
son los agentes corrompidos de Petrobras, Paulo Roberto [Costa], Renato Duque y
Pedro Barusco”. Los tres utilizaron cuentas offshore que, en
varios casos, fueron residenciadas en Panamá, pero con cuentas bancarias en
Suiza o Mónaco.
La
forma en la que estos tres niveles interactuaban era cualquier cosa menos
simple, como lo demuestra la lectura cuidadosa de la infografía aquí
publicada.

Las
flechas ilustran la ruta de los diversos montos, casi todos millonarios, que
pasaron de las compañías de Odebrecht a sus offshores y de ahí
a las ‘vinculadas’, antes de llegar a las que pertenecían a los funcionarios
corruptos.
Los
fiscales pudieron determinar con precisión (y aportan la prueba en la
acusación), que Odebrecht es beneficiario (o dueño final) de
las offshores del primer nivel de lavado; y que Costa, Barusco
y Duque son los beneficiarios de las offshores del tercer nivel
de lavado.
La
autoría y responsabilidad por este esquema quedó adicionalmente clara cuando los
fiscales de la Fuerza de Tarea revelaron la participación operativa de
funcionarios de Odebrecht en cada uno de los tres niveles, en especial de
Bernardo Freiburghaus, el doleiro (operador y traficante
financiero) principal de Odebrecht, hoy refugiado en Suiza gracias a su doble
nacionalidad. La prueba es muy precisa, sin duda fruto de la colaboración de las
autoridades suizas y monegascas.
¿Cuál
es la historia de las ‘cuentas vinculadas’, que no pertenecen ni a Odebrecht ni
a los sobornados, pero que fueron la principal vía de ocultamiento entre unos y
otros?
El
caso de la panameña Constructora del Sur resulta
no solo sorprendente sino, sobre todo, revelador.

Ricardo Martinelli, Lula da Silva y André Rabello de Odebrecht, en inauguración de la Cinta Costera dos. (Foto: La Prensa)
Constructora que no construye
Como
se recordará, varios delatores premiados en el caso afirmaron
haber recibido coimas de Odebrecht a través de la Constructora Internacional del
Sur. Odebrecht, a su vez, sostuvo enfáticamente que no tenía nada que ver con la
Constructora Internacional del Sur y que nunca había hecho pago alguno de la
corporación a través de ella.
La
acusación fiscal había logrado establecer que Odebrecht realizó pagos a través
de sus propias compañías y offshores, que pasaron a través de
Constructora Internacional del Sur, para terminar en las cuentas de algunos de
los funcionarios corruptos de Petrobras que luego se convirtieron en delatores
premiados.
La
Constructora Internacional del Sur fue creada mediante una escritura notarial el
11 de octubre de 2006, en Panamá, con un modesto capital de 10 mil dólares y la
típica estructura de una offshore. Menos típica fue la elección de
su Agente Residente,el PMC International Legal Services.
Uno
de los miembros más notorios de esa firma que entre otras cosas presta servicios
de due diligence, es Ernesto Chong Coronado, un corredor de autos
vinculado con un colombiano bastante más notorio que él: David
Murcia.
A
Murcia se lo consideró en Colombia el capo de las pirámides financieras, una
especie de faraón del esquema Ponzi, que, cuando el suelo colombiano se puso muy
caliente, mudó operaciones a Panamá, donde tuvo relación con Chong Coronado. PMC
fue una de las dos firmas que constituyeron, según reportó La Prensa de Panamá,
más de 200 sociedades anónimas vinculadas con la arquitectura piramidal de
Murcia.
Al
final, Chong y Murcia terminaron peleados cuando este acusó a aquel de haberse
quedado con algunos de sus bienes más preciados, entre los cuales sus diamantes,
un Ferrari y un Lamborghini (que increíblemente fue pintado por las autoridades
con los colores de la Policía panameña, convirtiéndose así quizá en el
patrullero más caro del mundo).
El
21 de julio de 2009 Constructora Internacional del Sur tuvo un cambio
fundamental en su estructura. Ese día compareció ante el notario Cecilio Moreno
Arosemena, el representante del nuevo Agente Residente de Constructora
Internacional del Sur.Se trataba de Francisco Martinelli, primo dilecto del
entonces flamante presidente de Panamá (había asumido el primero de julio),
Ricardo Martinelli.

Francisco Martinelli. (Foto: La Prensa)
Francisco
Martinelli era miembro del estudio de abogados Patton, Moreno & Asvat, que
se convirtió en el nuevo Agente Residente de Constructora Internacional del
Sur.
El
cambio de Agente Residente energizó considerablemente a la compañía, pero no
como constructora, pues hasta donde se sabe nunca puso un ladrillo sobre otro,
sino como intermediaria de transacciones bancarias en busca del sigilo y
anonimato.
En
un período relativamente corto, sobre todo entre la segunda mitad del 2009 y el
2010, Constructora Internacional del Sur recibió en su cuenta panameña más de 47
millones de dólares de dos compañías offshore que, según comprobó la fiscalía
brasileña, pertenecen a Odebrecht: Smith & Nash Engineering Company Inc.; y
Golac Projects and Construction Corp.
A
la vez, Constructora Internacional del Sur depositó más de tres millones de
dólares en las cuentas europeas de offshores panameñas, cuyos
beneficiarios eran los corruptos funcionarios de Petrobras: Paulo Roberto Costa,
Pedro Barusco y Renato Duque. Tanto Costa como Barusco recibieron algo más de un
millón de dólares cada uno; y Barusco 875 mil dólares.
¿Cómo
podrá justificar ahora Odebrecht su enfática afirmación previa de no haber
tenido ninguna vinculación con Constructora Internacional del Sur? Esa es solo
una de las dificultades que su modificado equipo de abogados deberá
enfrentar.
En
las sociedades offshore panameñas es usual que los directivos
(o “dignatarios”) de la compañía sean empleados del estudio de abogados, o del
beneficiario de la offshore, que reciben un pago generalmente modesto, por
prestar su nombre.
Francisco,
‘Frankie’ Martinelli, el primo del ahora ex presidente panameño Ricardo
Martinelli, que actuó en representación de los agentes residentes de
Constructora del Sur, tuvo la suerte de ser el empleador de Rodny [sic] Soto
Núñez, chofer de aquel, que cobró, por lo menos en papeles, nada menos que 2.3
millones de dólares por una sigilosa consultoría para una empresa subcontratista
del Metro de Panamá, que construye Odebrecht.
Rodny
Soto recibió el dinero de la compañía Sofratesa, contratista del consorcio
liderado por Odebrecht; y lo recibió a través de una sociedad anónima – Sarda
Management S.A.– en la que desempeñaba funciones de “dignatario”. El contrato
con Sofratesa por el que fue tan notablemente compensado, significaba “ofrecer
servicios secretariales y conocimientos del mercado panameño y las relaciones
comerciales que posee en el mismo”, de acuerdo con la investigación que hizo La
Prensa al respecto. El hecho es que los 2.3 millones de dólares no parecen haber
cambiado mucho la vida de Rodny Soto, pues cuando La Prensa, de
Panamá, lo buscó para entrevistarlo, lo encontró en su nuevo trabajo, manejando
un transporte pesado. “Ojalá tuviera yo ese dinero” le dijo al
periodista.
Es
que, como hubiera podido explicarlo ‘Frankie’ Martinelli y varios otros como él,
parte del equívoco encanto de las offshore es que el que cobra no es
necesariamente el que recibe.
Luego
de su febril actividad en la banca sigilosa, la Constructora Internacional del
Sur fue disuelta el 15 de agosto de 2014, cuando la investigación del caso Lava
Jato agarraba cuerpo y velocidad. Pocos días después Paulo Roberto Costa llegó
al acuerdo de ‘delación premiada’.
El
acta de disolución empezó con la declaración del ‘Presidente’ de la Constructora
en el sentido de que el objeto de la reunión era disolver la sociedad, “en vista
de que sus objetivos habían sido realizados”.
Sobre
eso no hubo ninguna duda.
(*)
Este trabajo es parte de una investigación en equipo reporteada por
IDL-Reporteros en Perú, La Prensa en Panamá, La Nación en Argentina y
Armando.info en Venezuela.