Odebrecht también une a la familia venezolana

Más de 550 millones de dólares se fueron por el despeñadero en unas instalaciones de Pdvsa Agrícola, que quedaron a medio construir en cuatro provincias de Venezuela. Un nuevo legajo de documentos judiciales y depósitos bancarios de la trama de la Operación Lava Jato –filtrados para este reportaje– involucran a Egly Ramírez, tío del expresidente de la estatal petrolera y actual embajador de Venezuela ante Naciones Unidas, Rafael Ramírez, y a otros exfuncionarios en el escándalo de corrupción más grande de los últimos años que estableció un pago sistemático de sobornos a personas con responsabilidades en los gobiernos de América Latina para que la multinacional brasileña fuese adjudicada en las licitaciones
También el tío del
embajador de Venezuela en la ONU, Rafael Ramírez, recibió comisiones de
Odebrecht. El gigante de la construcción brasileña dio una tajada de sus
sobornos a Egly Ramírez y el resto de la directiva de Pdvsa Agrícola. En Brasil
calculan que desviaron más de 30 millones de dólares de los proyectos de etanol
que Petróleos de Venezuela prometía en cuatro localidades del
país.
Pdvsa alzó la bandera
del etanol y las energías renovables hace 10 años. A tono con las tendencias del
mercado, la estatal petrolera dibujaba el mapa del país con 17 plantas que
aprovecharan los suelos del trópico, para convertir la caña de azúcar en
combustible made in Venezuela.
Prometía el futuro con energías limpias de la mano de un funcionario llamado
Egly Antonio Ramírez Coronado, que no solo resultó ser el tío del entonces
presidente de Pdvsa sino también uno de los tantos funcionarios
de América Latina envueltos en el ya célebre escándalo de Lava
Jato.
La primera vez que se
supo de él fue en octubre de 2006. “Venezuela tiene grandes capacidades para
producir etanol debido a las condiciones geográficas y climáticas, además de
poseer excelentes relaciones con el mercado de los combustibles, situación que
hace propicia la implantación de este recurso energético en los procesos de la
industria”. Eso dijo Egly Ramírez en una nota de prensa que lo presentaba a la
cabeza de un proyecto bandera que luego se convertiría en filial de Pdvsa. Ya no
es el alquimista de entonces. Ahora destaca en los expedientes de la justicia
brasileña como uno de los venezolanos tocados por la corrupción de
Odebrecht.
A través de una
empresa offshore registrada en Panamá con el nombre de Juston Business Corp,
Egly Ramírez recibió comisiones junto a otros tres directivos de Pdvsa Agrícola: Alfonso Núñez, Miguel Ruiz
y Raúl González Ciavaldini. La ficha clave en esta maraña de transferencias y
negociados conduce al brasileño Osvaldo Basteri Rodrigues, que se presentaba
como representante de Pdvsa Agrícola en Brasil.
Fue él quien estuvo
tras la firma fantasma de Panamá; fue él quien recibió y movió los más de 30
millones de dólares, y, fue él quien negoció con Odebrecht a nombre de la plana
mayor de Pdvsa Agrícola.
“Él era un representante, un interlocutor de
Pdvsa Agrícola, que tenía la tarea de intermediar (…) era propietario de dos empresas llamadas
Juston e Intersugar, y cuando se hizo el contrato fue autorizado el pago para
ese señor, a través de esas empresas”, confesó ante los fiscales del caso
Marcio Faria Da Silva, uno de los directivos de la empresa brasileña que –a
cambio de beneficios procesales– ayudaron a armar el rompecabezas del caso Lava
Jato.
Complot en Rubaiyat
Los de Odebrecht
inflaron el monto de los cuatro complejos agroindustriales con los que Pdvsa
anunciaba la premier del etanol criollo. Un nuevo legajo de documentos y
depósitos bancarios –filtrados para este reportaje– ahora deja ver que las
procesadoras que prometían en el estado Trujillo, en los andes venezolanos, así
como en los estados llaneros de Barinas, Cojedes y Portuguesa, quedaron
encarecidas por subcontratos simulados.
“Tuve conocimiento de
que se realizaron
pagos de coimas a la empresa de Osvaldo por medio de la celebración de contratos
ficticios”, explicó el 14 de
diciembre de 2016, sentado ante los fiscales, Marcio Faria Da Silva, uno de los
directivos de Odebrecht que desde Sao Paulo daba el visto bueno a sus
representantes en Caracas.
La empresa de papel
recibió 33 millones 184 mil dólares de la firma Innovation Research Engineering
and Development Ltd, una de las fachadas ahora más conocidas del llamado
Departamento de Operaciones Estructuradas, que Odebrecht empleó como un
eufemismo para evitar presentarla como su unidad de sobornos y comisiones. En
total, fueron 23 depósitos que salieron de esa empresa, entre noviembre de 2011
y enero de 2014, desde una cuenta del Meinl Bank de Antigua y Barbuda, uno de
los bancos donde los brasileños guarecieron buena parte de sus
operaciones.
Todo comenzó en el
restaurante Rubaiyat de Sao Paulo, uno de los más reconocidos en carnes según
las guías gastronómicas de la ciudad. Entre algún corte de ternera, el brasileño
Osvaldo Basteri habrá cerrado el negocio a nombre de Pdvsa Agrícola con un
contrato ficticio que tiene fecha del 10 de octubre de 2011. “¿Qué resultó de
esa comida? Lo que resultó fueron pagos por 32 millones de dólares”, recordó
César Faría Rocha, uno de los asistentes, pero ya no desde la comodidad de un
restaurante de lujo sino frente a los fiscales que el 14 de diciembre del año
pasado lo interrogaron sobre su papel como ejecutivo de
Odebrecht.
Faria no precisa cómo
se dividieron el botín a lo interno de Pdvsa, pero igual no caben dudas de que
los gerentes también estuvieron en la repartición. “Usted no va a pagar 30
millones de dólares de más sin recibir dinero a cambio”, dijo a los fiscales que
preguntaban sobre los venezolanos. Quien sí mencionó con nombre y apellido al
tren gerencial de la filial agrícola de Pdvsa fue su colega Marcio Faria Da
Silva. “Yo aprobé los pagos”,
resumió. “Lo que fui informado
es que (Osvaldo Basteri) representaba al señor Alfonso Núñez, Egly
Ramírez, Miguel Ruiz y Raúl González; yo no los conocí y tampoco sé cómo se
dividieron entre el señor Osvaldo y ellos”.
Ni una gota de etanol
Según los propios
testigos –cómplices devenidos en delatores–, “las comisiones suman alrededor de
“6% de los valores recibidos y no de los valores contratados”, lo que quiere
decir que más de 50 millones de dólares se fueron por el despeñadero en unas
instalaciones de Pdvsa Agrícola cuyas postales advierten que quedaron a medio
hacer.
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La maleza hoy copa
buena parte de las 22.000 hectáreas del municipio Anzoátegui del estado Cojedes,
donde Pdvsa proclamaba el Complejo Agroindustrial Derivado de la Caña de Azúcar
(Cadca). Las imágenes son elocuentes: el llano infinito apenas interrumpido por
un esqueleto de metal que debió sentar las bases de una planta de
etanol.
Hace dos años se
escuchó allí por última vez el ruido de una construcción. Los trabajos están
parados desde entonces, pero calcular el daño patrimonial resulta tarea
complicada porque aun antes de Odebrecht, entre los años 2008 y 2011 la
construcción estuvo a cargo de la cooperación cubana. Pdvsa Agrícola incluso
compró una docena de fincas de los alrededores que ahora están improductivas.
Lo del etanol terminó
en estafa. El presidente de la Asociación de Cañicultores de Cojedes, Luisidio
Herrera, recuerda que las últimas noticias que dieron a los productores de la
zona –quienes recibieron financiamiento para sembrar caña de azúcar mientras
levantaban la planta– es que la obra no superó un porcentaje de 38% de
avance.
El caso se repite en
las otras tres localidades: que no está listo, que eso quedó en veremos, que
llame después, resumieron esta semana al otro lado del teléfono en las
comunidades involucradas de los estados Barinas, Portuguesa y Trujillo.
En Pdvsa, entretanto,
no hay respuestas. La estatal petrolera pasó de largo de las solicitudes de
información que pedían un balance para este trabajo. Tampoco dieron noticias de
los funcionarios involucrados a quienes se intentó contactar mediante
comunicación escrita.
Adiós Pdvsa Agrícola
En las zonas
afectadas han dejado saber que Pdvsa Agrícola ahora baja la santamaría. En nombre de la
Asociación de Cañicultores de Cojedes, Luisidio Herrera comenta que la
coordinadora regional de ese organismo, Inés Velásquez, les informó que esa
filial de la petrolera venezolana cesaría sus funciones y que el proyecto de los
complejos agroindustriales de derivados de la caña de azúcar (Cadca) pasaría a
manos de un nuevo organismo llamado Pdvsa
Etanol.
Pdvsa Agrícola
quedará entre las filiales que la petrolera tuvo que relanzar. Tras el escándalo
de los negocios con alimentos descompuestos, algo similar ocurrió en Pdval, una
filial precisamente fundada y registrada por el mismo tío de Rafael Ramírez que
despunta entre los venezolanos involucrados en el escándalo más grande de la
historia de Brasil y América Latina.
En otros países
Odebrecht al menos concluyó las obras, pero en Venezuela ni siquiera se vieron
obligados a terminar los contratos que les permitieron pagar sobornos a cambio
de sobreprecios. El Ministerio Público no se ha pronunciado en esta ni en otras
de las construcciones paradas. Ni siquiera porque –paradojas de esta historia–
el fiscal designado por la Asamblea Nacional Constituyente, Tarek William Saab,
también prometía dos plantas de etanol en el estado Anzoátegui cuando era
gobernador de esa entidad.
Saab
regresó en 2005 de una visita oficial a Cuba con la promesa de dos plantas de
etanol en Anzoátegui. En comparsa con Pdvsa Agrícola, mostró las fotos de un
encuentro privado con el entonces mandatario cubano, Fidel Castro, así como los
planes de unas procesadoras de caña de azúcar que también se quedaron en
palabras.
Más
de 12 años después, el fiscal ha descartado
investigar al gobernante Nicolás Maduro, y a otros de los líderes del chavismo
vinculados a la trama de Lava Jato. No tardó, sin embargo, en denunciar una
conspiración de sus antecesores del Ministerio Público, luego de que el fiscal
Pedro Lopera –hoy en el exilio– sustanciara un expediente contra el
constituyente Diosdado Cabello y dos de sus primos, por las copias de
transferencias a la empresa TSE Arietis, que encontró durante el allanamiento
que practicó en las oficinas que la constructora mantenía en
Caracas.
(*) Esta es una
publicación de la Red de Investigaciones Periodísticas Estructuradas integrada
por periodistas de IDL-Reporteros (Perú), La Nación (Argentina), O´Globo
(Brasil), La Prensa (Panamá), Sudestada (Uruguay), Quinto Elemento Lab (México)
y Armando.Info en Venezuela.